16/12/2021

Dos Fords navideños

 

Suelen preguntarme en estas fechas por recomendaciones de películas navideñas, pero que a la vez no lo sean, o sea que es como si me pidieran una comedia para reír, pero que no se notara el humor…Bueno, hay solución para todo, recuerdo que el pasado año les recomendé Ginger y Fred de Fellini, este año elegiré a John Ford.

Y precisamente escojo dos títulos con John Wayne de protagonista, uno de los cuales no lo suficientemente conocido, se trata de Tres padrinos (1948), basado en un cuento de Peter B. Kyne que Ford ya había adaptado en su etapa silente. En España no llegó a estrenarse, carezco de la información necesaria para saber exactamente cuáles fueron los motivos, pero probablemente al salir el tema del suicidio, la censura actuara. El doblaje que se efectuó es de 1984 y para un pase en TVE, posteriormente se pudo ver en las privadas y últimamente en algún pase en los westerns de la Trece.




Tres padrinos cuenta la historia de tres asaltadores de un banco, perseguidos por un sheriff, que se adentran en el desierto donde encuentran a una mujer moribunda a punto de dar a luz. Estrenada en 1948, año en el que realizó su más famosa Fort Apache, se le criticó cierta sensiblería en el tema, incluido todo un maestro libre de sospecha como José Luis Guarner la tildó de insulsa en el plano dramático.

Pero cada visionado trae sorpresas, y al no tener esa aureola de gran película, uno puede observarla y analizarla en busca de querer hallar más de lo dicho profesionalmente. Más que criticarle la densidad dramática, creo que falla algo en el hilo narrativo, pero que se ve compensado en el excelente trato pictórico consiguiendo escenas inolvidables y es que Ford al dirigir era como un gran pintor, en cada encuadre encuentras algo y al final qué más da si la historia falla al lograr captar su esencia 


Este cuento navideño, en el que es fácil hallar comparaciones entre los tres bandidos y los tres Reyes Magos, así como otros episodios evangélicos, tiene una fuerte carga de espiritualidad, recordemos que el salón que sale en el último tramo se llama “la taberna de la última oportunidad”.

Para todo aquel que diga que Ford está pasado de moda, decir que esta premisa argumental se halla en Tres hombres y un biberón y aquellas adaptaciones que luego la Disney hiciera. También en una película de animación japonesa reciente Tokyo Godfathers, que ya en su título lo homenajea.

 


El otro título, ya más conocido es La taberna del irlandés (1963). Aquí si que estamos en una película muy alegre, desenfadada, vitalista... Un Ford ya de su última etapa que rodó en plenas vacaciones y uno cuando la ve, se le va la imagen de hombre rudo que tenemos en mente de él.

Es inevitable la comparación con El hombre tranquilo, aquí también tenemos una pelea buenísima entre Wayne y Marvin que aunque se hagan daño, sabemos que son puñetazos sin rencor. Pero aquí no hay desplegada con tanta intensidad la nostalgia tan bien medida de aquella.

Ford aborda el tema de la mujer, algo que siempre levanta controversias, y diré aquello de que más de uno se fija demasiado en el árbol y no ve el bosque. Cierto que hay alguna bofetada, sin ánimos tampoco de ser un maltrato, sino englobada en un humor slapstick y más para parodiar el personaje masculino, además tenemos que tener en mente las  coordenadas temporales y sociales. ¿Qué les voy a decir? A Ford a menudo se le tacha de conservador, efectivamente lo era, pero qué me dicen ustedes de películas como Las uvas de la ira o Qué verde era mi valle, ojalá fueran así aquellos directores que tienen fama de lo contrario y han sido incapaces de abordar esas temáticas. Ford no era machista, sencillamente porque no tenía noción sobre qué se entiende por ello hoy en día, y era capaz de filmarte una película femenina como Siete mujeres, además el personaje de Elizabeth Allen que aquí se nos presenta tiene bastante profundidad.



La acción acontece en unas Navidades, donde los amigos ya retirados del Ejército pasan su tiempo en la taberna de Donovan, lugar donde discuten, pelean, se liberan de la monotonía de la vida tropical… Es entonces cuando llega esta bostoniana que busca a su padre y eso provocará una serie de problemas ya que tuvo mestizos con otra mujer.

La película es un canto a la diversidad de creencias y razas. hay presente ese choque de civilizaciones con los recuerdos de la guerra. Los personajes presentados son ya más bien apátridas  e incluso hasta se podría hacer una lectura quizá arriesgada de encontrar así la felicidad con ese exilio del mar.

Ford rueda una misa del gallo en la que es imposible que uno no suelte una carcajada, especialmente en el papel de Marvin, actor que acababa de ser Liberty Valance y que aquí está simpatiquísimo jugando con ese tren eléctrico, así como Wayne. Creo que ya no hace falta que defienda que era un gran actor. En los secundarios tenemos a una siempre excelente Dorothy Lamour, actriz que merecería más recuerdo, o a un César Romero que borda su papel mezclando su cinismo con ese toque elegante

Son películas ambas que estaría bien analizar con más detalle en coloquios, en todo caso creo que se ajustan a lo que me piden y pueden pasar un rato de buen cine sin tampoco perder ese espíritu navideño.

 

09/12/2021

"El Bazar de las sorpresas" y el otro remake del que nadie habla y que no es "Tienes un email"

 

El bazar de las sopresas (fuente: Filmaffinity)


Aproveché el pasado puente no para compras compulsivas, sino para ver buen cine. En estas fechas, las diversas televisiones nos ofrecen una serie de telefilmes insulsos navideños para ir rellenando las parrillas rutinarias. En plataformas y otros canales se puede ver cine más clásico o por lo menos estrenado en salas. Consultando la TCM vi que daban El bazar de las sorpresas (1940) de Lubitsch, es un título que no tiene la fama de otros de él como Ser o no ser o Ninotchka, pero que está a la misma altura y tiene a James Stewart y Margaret Sullavan de pareja protagonista. 

Tienes un email. Fuente: Filmaffinity
La primera vez que la vi fue en el espacio de Garci de "Qué grande es el cine", ahora llamado "Classics". A finales de los 90 fue objeto de un remake actualizado aprovechando la química de la pareja Tom Hanks y Meg Ryan y dirigida por la malograda Nora Ephron que no estaba mal. Es una película ambientada en estas fechas prenavideñas, basada en una pieza teatral húngara llamada Perfumería de Nikolas Laszlo .

 Seguramente, sin esta adaptación cinematográfica no conoceríamos nada de ese autor y es que Lubitsch logra darle protagonismo a todo su reparto y la hace interesante en todo, ahí está el jefe de esa pequeña aunque entrañable tienda llamado Matuschek que a pesar de su carácter frío y calculador intenta suicidarse al saber de una infidelidad de su mujer. Entre sus empleados tiene a un fanfarrón llamado Vadas o a Pepi, un repartidor que busca protagonismo y llegar más alto. Stewart como siempre muestra otra de sus interpretaciones geniales, su rostro capta enseguida todo, y qué decir de Margaret Sullavan, actriz excelente e injustamente olvidada con una gran carrera.

 Todos estos dan lo máximo en una producción que sin la firma del gran Lubitsch hubiese pasado desapercibida. Fíjense cuando la vean en el estilo y el ritmo, así como esos diálogos que tan pronto pasan de mostrar un humor cínico a un dramatismo, en la doble lectura de muchos de ellos o en la composición de escenas como la de la cita en el café que recuerda al Tú y yo de McCarey en sus dos versiones, así como el final con una gran puesta en escena en la cual la conversación entre ellos dos va desgranando todo. Lubitsch estaba muy orgulloso de ella y escribió lo siguiente: “jamás hice un filme en el cual la atmósfera y los personajes fueran tan reales como este. realizada en 26 días con un presupuesto muy molesto, la obra quizá no fuera sensacional pero tuvo bastante éxito” (Carta escrita a H.G. Weinberg, 1947).






En aquel viejo verano. Fuente: Filmaffinity
Pero volvamos al remake y no para hablar de Tienes un email, sino de En aquel viejo verano (1949), más de uno no sabrá qué título es este, hablamos de un filme de Robert Z. Leonard, un director algo anodino que tuvo fama al rodar El gran Ziegfeld (1936). Aquí la pareja está compuesta por una Judy Garland que ya atravesaba muchos problemas en su vida privada y su pareja era Van Johnson, otro actor que quizá ha ido cayendo en el olvido, cabe recordar que incluso Woody Allen lo rescató para La rosa púrpura de El Cairo. 

La película es agradable, dulce y blanda, quizá demasiado... Omite todo el capítulo del intento de suicidio y la infidelidad, se sustituye por un equívoco con un violín. No tuvo apenas éxito, las canciones que se intercalan no llegan a memorizarse y el director calca muchos planos de Lubitsch. Sin embargo, tiene un ingrediente que hace que cualquier cinéfilo la vea y retenga: la presencia de Buster Keaton, 

En aquellos años, trabajaba de asesor de la MGM para comedias, de ahí diversos gags de Los hermanos Marx en el oeste que nos recordaban a El maquinista de la General. Keaton había sido despedido en 1933 de la Metro y fue precisamente con este En aquel viejo verano que volvió como actor para estos estudios, sus anteriores participaciones en el cine sonoro fueron bastante desafortunadas. 

 Fíjense en un dato, en los créditos del inicio sale su nombre en pequeño seguido de otros sin ninguna distinción, lo cual nos provoca tristeza e indignación, pero así era Hollywood y de Keaton pocos se acordaban.



Aquí creó diversos gags como el del violín o el destrozo del sombrero de la Garland a cargo de un patoso Van Johnson que es lo mejor de la película. Peter Bogdanovich en su excelente documental de El gran Buster lo recuerda. Así pues, no estaría mal que al programar El Bazar de las sorpresas junto a Tienes un email, se le diera una oportunidad a esta película que cuenta también con la peculiaridad de ver a Liza Minelli por primera vez en el cine, aunque siendo un bebé en brazos de su madre. 





01/12/2021

Stephen Sondheim en el cine

 

Créditos finales de Saul Bass para West Side Story, musical de Leonard Bernstein con letra de Stephen  Sondheim
 


El pasado viernes revisaba West Side Story, al acabar leí en las noticias que había fallecido Stephen Sondheim, que precisamente fue el letrista de este musical, ya no podrá ver cómo le ha salido a Spielberg su nueva versión que estrena el mes que viene. Contaba el músico ya con 91 años, fue con el musical de Leonard Bernstein mencionado cuando su nombre empezó a ganarse hueco, escribió las letras también para Richard Rodgers en Do I Hear a Waltz y para Jules Styne en Gipsy

 Sus musicales más famosos fueron, entre otros A Funny Thing Happended on the Way to the Forum (1962), Company (1970), Follies (1971), Pacific Overtures (1976), A Little Night Music (1973), Sweeny Todd (1979), Merrily We Roll Along (1981), Sunday in the Parck with George (1984), Into the Woods (1987), Assassins (1990) o Passion (1994) . Su nombre era más famoso en el teatro que en el cine, pero en el séptimo arte disfrutamos también mucho con él ya desde ese “A Thing Happended…” aquí llamado Golfus de Roma que tuvo una divertida versión cinematográfica en 1966 de la mano de Richard Lester y rodada en España.  

 Lester, sin embargo, no la reconocía como propia debido a sus conflictos con el productor que cambió bastantes elementos. El humor de esta película era una mezcla entre las comedias de Plauto, el humor inglés representado por Michael Crawford, el judío por Zero Mostel y el mudo por Buster Keaton en su última aparición. El director supo disimular el origen teatral de la obra y situó los números en espacios abiertos, exprimiendo bien el lenguaje cinematográfico. Como curiosidad, se utilizaron los decorados de La caída del Imperio Romano para recrear aquella Roma. 


Pero no solo se dedicó a los musicales, en 1972 escribió el guion junto a Anthony Perkins de una película que incluso hoy en día resulta peculiar, se trataba de El fin de Sheila, una intriga a lo Agatha Christie irónica. Hizo sus pinitos como actor en el telefilm June Moon al año siguiente, le compone la música a Alain Resnais en Stravinsky o escribe la canción "I Never Do Anything Twice" para la película Elemental Dr. Freud de Herbert Ross (1976).

 En 1977 su musical Pequeña música nocturna es llevado a la gran pantalla por Harold Prince con recibimiento frío por parte de público y de crítica, ahí tenemos a Liz Taylor cantando la inolvidable “Send in the Clowns”, una de las mejores canciones jamás escritas y versionada repetidamente por estrellas.
 

 En 1981 escribe parte de la partitura de Rojos de Warren Beatty junto a Dave Grusin, con el director repetiría en Dick Tracy componiendo varias canciones, entre ellas “More” o “Sooner of Later (I Always Get My Man) cantada por Madonna por la cual se llevó el Oscar. Sondheim siguió entre su actividad musical componiendo para otras películas como Postales desde el filo (1990) o La jaula de las locas (1996)

   

 La cinefilia de Sondheim es evidente y buena prueba es que la película de Ettore Scola Entre el amor y la muerte (1981) fue la base de su musical Passion (1994). 

 En 2007 Tim Burton adaptó su excelente Sweeney Todd para el cine, aunque la crítica no la recibió muy bien al principio, con el paso de los años se está reivindicando.

  

 Le tengo un cariño especial a este musical, a mediados de los 90 lo llevó a Barcelona Mario Gas y contaba con Constantino Romero y Vicky Peña, el resultado fue brillante, tuve la oportunidad de verlo con Joan Crosas en el papel principal, el cual también ofrecía una gran interpretación. Sondheim al ver cómo había quedado la obra, no paró de aplaudir. Fue el primer musical que vi en teatro y eso te deja marcado, aun recuerdo que obtuve las entradas, las cuales eran carísimas, gracias a un programa de la extinta Onda Rambla de Barcelona que se llamaba "Tarde de todos" y que conducía Albert Castillón.

   

 En el 2014 la Disney adapta su musical Into the Woods, tampoco la crítica fue benévola, a pesar de ser un filme más que interesante y no solo por la parte musical, Rob Marshall la dirigía.  

 Descanse en paz Stephen Sondheim, ante tal tristeza que sigan entrando los payasos, pero ya tus musicales nos alegrarán esta vida cuando los sigamos viendo.

 

25/11/2021

El Viernes Negro del formato físico

 


Disco Blu-Ray. Fuente: Wikipedia


Semana del "Viernes negro", semana de compras compulsivas y de ganas de encontrar algo lo suficientemente económico para no deprimirse en la cuesta de enero, de ilusión también se vive…Entre las compras los hay aun que buscamos DVDs y Blu-Rays para ir completando nuestra colección, estos días se pueden ver en los grandes almacenes más gente buscando películas en esos reducidos espacios donde han acabado tristes y huérfanos.

Edición de El Hombre Mosca Fuente: Fnac

Curiosamente, entre ellos, di con El hombre mosca, clásico de la comedia muda con Harold Lloyd, la edición es de esas en las que no se ve la marca, puede que sea un BD-R, o sea un disco no prensado, según la carátula no hay ningún extra y la forma de presentarla es mejorable.

En determinados foros surge la polémica sobre este tipo de ediciones, los más sibaritas rechazan su compra si no cumple todas las condiciones, otros las compramos de la misma manera que cuando vamos a votar, o sea con una pinza en la nariz y apelando el mal menor ya que es probable que sea la única forma de poder verlas.

Cuando el DVD empezó a proliferar, parecía que íbamos a gozar de todos los clásicos de la historia del cine… Uno siempre visitaba las webs de las “Majors” y se alegraba cuando por fin editaban aquello que esperaba. Había que ahorrar, eso sí, y más de una se nos escapaba porque la cartera tampoco daba para tanto, precisamente este “hombre mosca” apareció en un pack editado por la Universal a un precio astronómico y cuando uno ya estaba dispuesto a comprarlo, o bien ya estaba descatalogado o se había encaprichado con otros títulos.

Poco a poco el negocio se fue desinflando y la falta de sensibilidad de las majors hacia su público hizo que más de uno desconfiara. Uno de los casos más lamentables fue el de la Warner, la mayoría de su catálogo empezó a distribuirlo una empresa que se llamaba Impulso, pero los másteres que llegaban no eran de la misma calidad que los de otros países, no era culpa de "Impulso" ya que ellos recibían lo que se les daba, más de una película parecía una grabación del entrañable, pero obsoleto VHS.

Ir a comprar películas era ya como una lotería, recuerdo la compra de Historia de una monja, la calidad de imagen del DVD que distribuyó Warner para la colección de Imprescindibles de El Corte Inglés era pésima, sin mejora anamórfica y nada que ver con la que pasan por televisión. Servidor encontró un pack años más tarde editado por "Versus Entertainment", que entonces editaba con mucha calidad y cuidado, en la portada aparecían unos formatos equivocados, pero al poner 16:9 uno se fio demasiado, pues la copia seguía siendo la misma, eso me originó ya desconfianza con "Versus" que poco a poco fue dejando de editar aquellos DVDs maravillosos como los que sí hizo con John Ford o Jean Renoir.

Blu-Ray de Hello Dolly. Fuente: FNAC
Otro tema se da con los musicales, antes era obvio que las canciones fueran subtituladas, pero ahora se da el caso de que en la mayoría, las letras desaparecen y ya da igual que la veas en versión original o doblada. Un ejemplo de esto sucede en el Blu-Ray de Hello Dolly editado por Karma que es una buena marca, pero que aquí se estrelló. En alemán bien salen los subtítulos, pero en español nada, por suerte aun están en inglés, porque en otros títulos ni así.

Estos son algunos ejemplos de los muchos que podría citar, ya no hablaré de los formatos para no repetirme con el post de hace dos semanas, pero en definitiva lo que vengo a decir es que cuando los editores buscan culpables en las plataformas, en las ediciones piratas o que alguien ha subido tal película en YouTube, lo primero que tendrían que hacer es mirarse a sí mismos y reflexionar.


 

Actualmente, hay buenos editores de DVD, uno de los mejores ejemplos es "A Contracorriente", a pesar de los elevados precios te proporciona una confianza y lo que es mejor, te ilusiona de nuevo mirar sus próximos estrenos, lástima que no toquen mucho el mercado norteamericano, películas como El apartamento que desde hace unas semanas hay que estar viéndola en las estanterías en su edición de Blu-Ray sin extras y por una marca invisible o este Hombre mosca requerían del mimo de una gran editora, pues si no cuidamos el gran cine, este acabará en el olvido.

Rohmer editado brillantemente por A Contracorriente. Fuente: Amazon


18/11/2021

Navidades antes de tiempo

 


Mame (Ante todo mujer) Fuente: Filmaffinity

Hace unos días, estando en un centro comercial no paraban de sonar canciones navideñas y eso que faltan semanas para dichas fiestas en cuestión. Luego, en los días señalados se escuchan poco, pero eso ya es otra historia. Mientras las escuchaba pensé que la que mejor iría sería aquel  “We Need a Little Christmas” del musical Mame escrito por Jerry Herrman dos años después de su espléndido Hello Dolly, la letra hablaba de adelantar la Navidad.


Tal musical fue llevado al cine en 1974 por la Warner Bros y estaba basado en la novela Auntie Mame de Patrick Dennis que también tuvo su adaptación para la gran pantalla dirigida por Morton da Costa e interpretada por Rosalind Russell y Forrest Tucker en 1958.

Para el musical, el papel de Mame Dennis recayó en Lucille Ball y ahí encontrábamos también al gran Robert Preston. La película no tuvo demasiada repercusión a pesar de contar con números brillantes, tampoco hoy en día parece que la gente la recuerde... Sí salió una edición en DVD hace años editada por Impulso para bien y para mal, sin la mejora anamórfica, algo que la Warner lamentablemente tendía a obsequiarnos siempre con la peor copia.

Si bien en cuanto músicas me vino la canción antes mencionada, en cuanto películas recordé a Preston Sturges, del que parece que la gente se va olvidando, y como no lo cuidemos, ya nadie hablará de él. Navidades en julio fue su segundo título y es de 1940, narra la historia de un oficinista que cree ganar en un concurso 25.000 dólares. Bajo el formato de comedia amable e incluso inofensiva se esconde una feroz crítica al capitalismo salvaje y a la deshumanización de la sociedad en general.

Su visión de la clase media norteamericana tenía un punto más pesimista que la de Capra, era más mordaz e irónico, su falta de recursos le llevaba a simplificar la historia, aquí no pasa de los 70 minutos. Pero eso no significa que no cuidara cada secuencia, ahí está esa sala con 50 puestos de trabajo alineados y despersonalizados, su uso del slapstick que siempre tendría en cuenta, diálogos inteligentes que van mucho más allá de esos malentendidos que se crean.

Fuente: Filmaffinity
En definitiva, una comedia que propone la igualdad de oportunidades para todos, incluso sale el tema de la incorporación y derechos de la mujer en el mundo laboral. El concepto de esa bondad que parece destinada solo alrededor del 25 de diciembre, bien se puede, y tendría que dar, en cualquier mes. Si así es, bienvenidas sean esas canciones que ahora suenan en los centros comerciales y el adelanto de las luces para un mundo mejor en esta Navidad en otoño, pero ya sabemos por donde van los tiros…

Por cierto, no confundir con otro título parecido, el cual no he visto, Navidades en junio de Tulio Demichelli con Alberto Closas e inspirado en la obra de teatro de Alfonso Paso El cielo dentro de casa

12/11/2021

Formatos alterados: del Greco a Botero

 

Fuente: Amazon
Hoy hablaremos de los formatos e intentaré no cargar demasiado la página, pues el tema daría para bastante más. Vamos a ver, hasta 1952 las películas tenían un formato para entendernos “standard”, lo que sería un 4:3 en las pantallas de televisión, o sea cuadradas.

Con la competencia de la televisión empiezan a proliferar los formatos que ensanchaban la pantalla, uno de los más famosos fue el Cinemascope iniciado por la FOX, la primera película rodada así fue Cómo casarse con un millonario (1953), si recuerdan al comienzo de esta salía la orquesta de la FOX  tocando el tema de "Street Scene" con la música de Alfred Newman para que el espectador gozase de aquella pantalla gigantesca. Sin embargo, la productora encontró más adecuado estrenarla con La túnica sagrada del mismo año, también al inicio de esta se nos mostraba todo un sinfín de imágenes explicándonos las maravillas de Roma y de paso mostrarnos las del Scope. Por lo tanto, y en plan Coco de Barrio Sésamo para que me entiendan, las películas pasan de ser cuadradas a rectangulares y en las pantallas de TV sería un 16:9.

Fuente: Wikipedia

Otros formatos compitieron con el Cinemascope, la Paramount patentó el Vistavisión estrenado con Navidades Blancas (1954) y que tuvo bastante aceptación. Los diez mandamientos (1956), por ejemplo, fue rodada también de tal manera, el formato se adaptaba mejor luego a las pantallas de televisión. Otros no tuvieron tal éxito y no porque estuvieran mal, sino por la dificultad de rodarlas de tal manera, el más famoso fue el Cinerama cuya producción más famosa fue La conquista del oeste (1962), recordarán en añejos pases televisivos que se podían distinguir tres líneas verticales molestas, pues tres eran las cámaras que se utilizaban para rodar. Gracias a una restauración que se puede gozar en el DVD, estas quedan bastante disimuladas.

Otro formato fue el Todd-AO creado por Michael Todd y estrenado con Oklahoma (1955), para poder disfrutarlo se necesitaba de una pantalla cóncava, a veces se habrán dado cuenta en determinadas películas como El tormento y el éxtasis (1965) o La vuelta al mundo en 80 días (1956) que en los lados se nota un cambio de aspecto como si la imagen se inclinase, eso era debido a lo dicho anteriormente.


Cuando TVE empieza sus emisiones y a emitir cine, las copias venían todas cuadradas, o sea en 4:3 tal y como eran las teles de antes, no era culpa de ellos, sino de las copias que las distribuidoras enviaban. Así pues, si pasaban una película en formato rectangular en una pantalla cuadrada se cortaban los lados derecho e izquierdo, o había otra solución que era homenajear al Greco, o sea alargar la imagen.

Adoración de los Pastores (El Greco) Fuente: Wikipedia

Con los años, la reivindicación cinéfila y quejas de cineastas que veían su obra alterada hizo que empezaran a distribuirse en vídeo aquello que leíamos en el lomo de Widescreen (pantalla ancha), directores como Woody Allen exigieron que películas como Manhattan (1979) solo podían ser exhibidas tal y como la rodó, Spielberg o Scorsese se sumaron, aunque hubo casos contrarios como el de Stanley Kubrick que si bien  para  2001 mandó que se respetara la fotografía, exigió que El resplandor solo se distribuyera en 4:3 y hasta hace bien poco no se ha podido ver en su imagen correcta.

Las televisiones empezaron a tomar nota, en ello jugó un papel importantísimo Pilar Miró, que tuvo que aguantar de todo porque las películas se vieran en su integridad. La ignorancia, en más de un caso inocente, de algunas personas les hacia creer que su televisión se había roto con aquellas bandas negras arriba y abajo, o que más de uno dijera que la pasan “cortada” cuando era precisamente lo contrario. Si bien TVE desde entonces tuvo bastante sensibilidad en el tema, no se puede decir lo mismo de cuando aparecieron las privadas, Tele 5 era una caja de sorpresas, a veces lo respetaba, otras  no…Antena 3 en cambio, casi nunca lo hacía, el Canal Plus de pago si que emitía todas en su imagen correcta, y las autonómicas en general también, aunque algunas veces nos disgustaban.

Pasaron los años, y llega el DVD, para gozo cinéfilo la mayoría de las ediciones ya se presentaban con el formato original, o al menos aproximado que teniendo en cuenta lo que teníamos que padecer ya era un logro.

Mona Lisa niña (Fernando Botero) Fuente: Wikipedia

Sin embargo, poco duró la alegría en casa del cinéfilo, las cada vez más abundantes pantallas planas de TV que sustituían a las de tubo y pasaban a ser rectangulares nos presentaban unas bandas negras si veíamos una película cuadrada, esta vez en el lado derecho e izquierdo. Todo aquel que no las quisiera ver, tenía el mando para ensanchar la imagen, aunque para ello perdería imagen por arriba o por abajo. Otra manera de no verlas era en vez de homenajear al Greco, hacerlo con Botero.

Tal mala práctica la llevan a cabo determinadas televisiones hoy en día cuyos nombres tenemos en la cabeza. Últimamente me he llevado también una sorpresa al ver la aplicación de RTVE Play, cuando la veo a través del Fire TV me presenta primero las series antiguas en 16:9, o sea que hay que coger el mando y pasarlo a 4:3, cuando lo normal es que la primera opción de visionado fuese la correcta.

El hombre del oeste. Fuente:Filmaffinity
Parte de culpa de estos destrozos culturales está en la poca formación de la gente en cuanto historia del cine, pero más responsabilidad tienen nuestros queridos directores actuales incapaces de decir nada al respecto. Érase una vez un director Carles Benpar que en 1988 viendo El hombre del oeste (1958) sin el Scope denunció a TVE, fue la primera que se presentó por modificar la imagen. El cineasta explicaba que una de las últimas secuencias de El hombre del Oeste es un ejemplo modélico de esto: Gary Cooper se tirotea con un bandido a través del piso de tablas del saloon y el encuadre permite verlos a ambos, mientras ellos no se ven. En la amputada proyección de TVE, que no respetó el encuadre original, no se veía a ninguno de los dos. Benpar subrayaba que "la ley permitía  salir en defensa de un autor muerto en ocasiones como ésta, en la que se menoscaba su memoria, su obra" y recordó que TVE había infringido el "Manifiesto de Barcelona", redactado en julio de ese mismo año y firmado por directores de todo el mundo

Desconozco el recorrido de tal denuncia, aunque tal y como he dicho TVE se tomó en serio el tema y la situación cambió. Hoy, 33 años después me pregunto: ¿Cuántos Carles Benpar harían lo mismo?

05/11/2021

Aquel Museo de Cera o Museo Enrique Alarcón de Barcelona...

 

Fachada del museo. Fuente: Wikipedia

Volviendo otra vez a Barcelona, ya me disculparán los que no lo sean, tengo que hablar de una pérdida, no se asusten, no es humana, pero casi como si lo fuera. Y es que hace más o menos un año se renovó el Museo de Cera de dicha ciudad, aquel que el gran escenógrafo del cine español Enrique Alarcón montó en 1973 tras descubrir el edificio que lo alberga con aquel callejón al que supo ver un cierto aire misterioso con una placeta octogonal poco frecuente. Tal edificio de Elies Rogent era la antigua sede del Banco de Barcelona y filial del Crédito y Docks, forma parte del Patrimonio Arquitectónico Nacional y está catalogado como edificio de Interés Histórico-Artístico.

Alarcón contaba con 56 años cuando empezó esta aventura y ya contaba con una gran carrera, Rafael Gil le contrató para su Huella de luz y obtuvo el primer premio nacional de Cinematografía del Sindicato Nacional del Espectáculo a los mejores decorados, distinción que conseguiría en 14 ocasiones.

Enrique Alarcón. Fuente: Premios Goya
Trabajó con gran parte de los directores del cine español : Bardem, Berlanga, Neville, Ferreri, Forqué,
Saura, Nieves Conde, Rovira Beleta,  Orduña, Lucia, Ardavín, etc. Su gran talento le lleva a ser contratado por Samuel Bronston para Rey de Reyes y El Cid. Asimismo, también trabaja en otras películas internacionales como aquel fallido Cervantes de Vincent Sherman donde lo mejor, sin duda, era su decoración. Buñuel también se fija en él para Tristana y Ese oscuro objeto del deseo.

Entre sus aportes curiosos encontramos que cuando Rafael Gil le llama para La calle sin sol, este reconstruyó calles enteras del barrio chino barcelonés, así como en La guerra de Dios, que construyó todo un pueblo

Ese Museo de Cera de Barcelona tenia algo especial, no solo era ver figuras, sino fijarse en cómo las había situado, le daba un ambiente de realidad sin necesidad de que ninguna de estas te diera un susto como sucede con otros museos. Uno entraba y subía por aquella escalinata de mármol de Carrara, ahí dábamos con la "Sala del recital" donde Andrés Segovia, Pau Casals o José Iturbe nos obsequiaban con sus notas en aquella sala tapizada aun con la seda original entre pinturas murales, sillas isabelinas y un techo de madera policromada.

Luego uno iba paseando por las distintas salas y aparte de observar, recreaba esos tiempos, Don Quijote y Sancho Panza con la música de Falla del Retablo de Maese Pedro nos envolvían en una atmósfera que una vez acabada, servidor esperaba que volviera a encenderse para gozar de ella.

Excelente era también la sala principal con ese conjunto de arcos de acero remachado, ahí se reunían nobles, personajes públicos, reyes, plebeyos, el Enrique VIII que se exponía era como el símbolo del museo, siempre aparecía como logotipo. En los lados teníamos esas reuniones de intelectuales que parecía que estaban hablando, su colocación originaba ese efecto. Después teníamos un original "Salón del Tinell" que con una astuta utilización de espejos parecía el doble de grande.

Una sala del terror con efectos y con combinaciones de luz espléndidamente harmoniosos nos hacía pasar un mal rato, ahí veíamos a María Antonieta en la guillotina, a Chessman esperando en la cámara de gas, a Juana de Arco a punto de ser devorada por las llamas o a Séneca después de que le dieran cicuta.

Con el paso del tiempo, algunos con razón criticaron que el Museo de Cera no incorporase figuras nuevas, pero la falta de cultura reinante en este país echaba en falta más que nada una, la de Messi, ya daba igual todo lo demás, si no estaba el astro argentino, toda aquella escenografía era tiempo perdido. Aquel museo no se renovaba desde hacía tiempo, pero conservaba la esencia del creador.

Sin embargo, a pesar de esto, tenía su público e incondicionales, no es que fuera de los más vistos actualmente de la ciudad como el Picasso o el MNAC, pero si emblemático para los que hemos vivido ahí, aparte de ser como un viaje en el tiempo y los cinéfilos lo concebíamos como un homenaje a Enrique Alarcón. Llegó a tener hasta 200.000 visitantes, ahora se contaban con 80.000, cifra que no era despreciable

Tras unos problemas económicos en el 2019, la sociedad "Advance Leisure Services" se hizo cargo del museo y captó a varios socios entre ellos Toni Cruz, ex de la Trinca, que es el director creativo del espacio. Se invirtieron seis mil millones de euros y se renovó todo el edificio, el 4 de diciembre pasado volvía a abrir sus puertas. Este lo define como un museo del siglo XXI con interactividad, recreación de las escenografías de los personajes y alguna sorpresa. Ha incorporado a nuevos huéspedes como Leonardo Di Caprio, Rosalía y claro está, Messi. Entre sus declaraciones hay una que sorprende pues dice que el objetivo es contribuir a la recuperación de la Rambla.

Ángel Díaz, director del negocio declaró: “volverá a atraer al público barcelonés, como ocurría en los 70 y ayudará a que la Rambla vuelva a ser el lugar de ocio para barceloneses que era antes”

Desde estas líneas no puedo opinar qué me parece el nuevo museo, fui para visitarlo pero tras ver los precios a uno se le fueron las ganas: 22€, eso sí, me reiteró quien me atendió en la taquilla que si la compraba on line me costaba 20 tras afearle que antes el museo ofrecía descuentos a parados, jubilados, gente con discapacidad, estudiantes, etc. Algún descuento tiene, pero la verdad es que son de dudoso gusto, a la gente mayor solo les descuentan 3€, a la gente con discapacidad nada, salvo que uno vaya con silla de ruedas ya que especifican que no puede ver todo el espacio, en fin, lamentable,

Con esta política de precios, la verdad es que me negué a entrar y más sabiendo que aquel museo de Enrique Alarcón ya no sería igual. Ya digo que nada tengo en contra de cómo son las nuevas figuras, porque entre otras cosas no he podido visitarlo. Pero que por favor, no digan que esto recupera La Rambla a la gente de Barcelona. Si querían que la gente volviera, todos aquellos que hemos estado visitando el museo nos podrían haber hecho un descuento e incluso invitarnos para que viéramos el cambio, pero ante la deshumanización general que está afectando esta Barcelona tan acogedora en su día, lo mismo ni se les ha pasado.

Así que no me cabe otra cosa que lamentar la pérdida de aquel museo donde el maestro Alarcón nos enseñaba el arte de la escenografía, en sus películas podremos seguir deleitándonos con sus trabajos. Espero que el nuevo Museo de Cera funcione, pero para ello hay que poner en práctica las teorías y ser humanos, no vale ahí ser de cera.


El reportero (Michelangelo Antonioni, 1975)

La figura del director Michelangelo Antonioni con el tiempo ha sufrido evoluciones que van desde quienes lo consideran todo un genio del sé...