Aproveché estos días en Barcelona para visitar la exposición del centenario de Fellini en el Mercado del Born coorganizada por el Istituto Italiano di Cultura y el Born CCM. De apariencia modesta, se pueden encontrar materiales de valor como carteles originales, fotografías, dibujos personales o vestuario de alguna de sus películas como Il Casanova.
Esta muestra viene acompañada de una serie de actividades paralelas en determinados días como el pequeño espectáculo de Fellini: "Texturas y artes" donde el "Trío Marcel Casellas" rememora el ambiente felliniano con la música de sus películas, más el acompañamiento de la magia y un ambiente onírico.
Libro de Jorge Grau. Fuente: Amazon
Se trata pues de una exposición bastante recomendable, no tan grande como la que se exhibió en diferentes Caixafórums, pero que al menos contribuye a mejorar la cultura de una ciudad que con el paso del tiempo se ha impersonalizado demasiado.
Hará ya 36 años que el director de La Strada visitó Barcelona por primera vez gracias al empeño de su amigo, el director Jorge Grau, el cual había escrito el libro Fellini desde Barcelona que relacionaba la estética de la ciudad con el mundo del director, algo que él no lo creyó, pero Grau insistió en que si hubiera vivido en Barcelona, Las noches de Cabiria sucederían en la Calle de las Tapias. Hay en la web de "Televisió de Catalunya" una excelente entrevista, que Jaume Figueras le realizó entonces y que se puede ver de manera íntegra en el siguiente enlace.
No sé si esta Barcelona actual se podría comparar con Fellini: la suciedad abundante, su olor a orín, patinetes eléctricos saltándose las normas delante incluso de la misma Guardia Urbana, o la sensación de ser extranjero en tu propia ciudad, tal y como nos decía la canción de Sabina utilizada en aquella Sinatra de Betriu, son elementos cada vez más frecuentes, por desgracia.. Esta deshumanización daría más bien para una película decadente, una especie de Muerte en Venecia de Visconti en busca de la belleza , mientras la ciudad va languideciendo.
Incluso desde el propio mundo de la cultura tampoco hay mucha autocrítica por el estado de la ciudad, prevalecen otros dichosos temas que no hace falta citar por lo repetitivos y cansinos que resultan.
Quizá sí que el mundo felliniano se podría plasmar en Barcelona en una especie de Amarcord que como bien sabrán viene a significar algo así como “recuerdo nostálgico”, ya que el presente mejor olvidarlo, aunque es inevitable que la ciudad, a pesar de lo mal que está, la llevemos dentro.
Pero seamos optimistas, al menos hasta el 9 de enero próximo, la ciudad estará mejor con esta exposición y quién sabe si a algún director, en un futuro, se le ocurre hacer un remake de Los inútiles. De momento los supervivientes de este parque temático se refugian en lugares como la Filmoteca, aquella cuyas salas se construyeron en un sótano de lo que antes llamábamos barrio chino y que al salir sigue recordando Las noches de Cabiria. ¿Lo vería felliniano esta vez él?
Hay directores que tienen la desgracia de ser
recordados por solo una película, este puede ser bien el caso del recientemente fallecido
Josep Maria Forn. Solo hace falta mirar las noticias de la semana pasada donde
se titulaba que había muerto el director de La piel quemada, incluso su propio
nombre quedaba relegado por el del título en cuestión.
Forn comenzó su aventura cinematográfica en 1948
gracias a Ignacio F. Iquino como meritorio de rodaje, luego sigue
como ayudante de dirección, en el IMDB le encontramos ejerciendo esa función
con durectores como Jerónimo Mihura (Me quiero casar contigo, 1951),o con Francisco Rovira-Beleta (Once pares de
botas, 1954). También como supervisor de guiones de Apartado de correos 1001
(1950) o Hay un camino a la derecha (1953).
Tal experiencia le lleva a dirigir su primera película
en 1957 con el título de Yo maté, no he tenido la oportunidad de visionarla y
tampoco creo que sea fácil de encontrar. Su siguiente título al año siguiente es
francamente notable: Muerte al amanecer y también conocida como El inocente, la
tienen editada en DVD en una restauración que le hace justicia. El director adaptaba la novela de Mario Lacruz, del que
hablé en mi post sobre la película Gaudí. Era un film de aquellos con trama
confusa, llena de giros y con una excelente ambientación de aquella Barcelona
negra que tan buen cine proporcionó. Fue su primer filme con la productora Teide Films
que él había comprado y el rodaje estuvo lleno de problemas económicos y legales
Después de esta sigue con otras de las que tampoco he tenido la oportunidad de ver, se llora mucho
cuando alguien muere, pero poco se le reconoce en vida...Una de estas y que tiene muy buena pinta, ya
me permitirán la vulgar expresión, es la que dirigió en 1961 con guion de Rovira Beleta y
que se llamó La vida privada de Fulano de Tal con Fernando Fernán Gómez de
protagonista. A pesar de que incluso hasta escribí a la Filmoteca para ver si
la pasaban en el centenario de Rovira Beleta, da la sensación de ser un filme totalmente invisible
Sigue luego con películas de cine negro de aquellas
que la Betevé (la tele local de Barcelona) nos deleita los domingos: ¿Pena de
muerte’ (1961), Los culpables (1962), La ruta de los narcóticos (1962). En 1964 adapta una interesante obra de Alejandro
Casona, La barca sin pescador, que la rueda en Sant Pere Pescador, se ha podido
ver en Youtube a falta de que tampoco alguien la editara o nos la ofreciera por
televisión.
Pero es en 1967 cuando su nombre será recordado con La
piel quemada. Hablar de la película nos llevaría a otro artículo, ya conocen la
historia y aquella singular pareja compuesta por Antonio Iranzo y Silvia Solar. A pesar
de la fama, hubo en su momento división de críticas, incluso, según cuenta
Esteve Riambau en Antología crítica del cine español (p.643), un simulacro de
juicio en el desaparecido Cine Balmes de Barcelona donde el crítico Joan
Francesc de Lasa actuaba como defensor y el músico Joan Pineda como fiscal. El
director del cine tuvo que cortar la luz para evitar que el debate subiera de
tono tras la negativa de la escritora Maria Aurèlia Capmany a hablar
castellano.
La defensa de Lasa salió victoriosa y es un filme que
aun hoy en día causa debate, con un guion bien calculado y todo un documento
histórico de la época. Los hay que lo ven como una defensa de la inmigración andaluza y la defensa de una Cataluña acogedora, otros que los ridiculiza y que la imagen que se presenta de los catalanes es cerrada y prepotente...Estos debates no dejan de mostrar que es una gran película de la que siempre se puede sacar algo. Como curiosidad, fue el filme que ilustró un interesante debate sobre
Cataluña en el programa La Clave que contó ni más ni menos que con Jordi Pujol entre los invitados,
el cual felicitó al programa por su emisión.
Después de La piel quemada, el director probó con una
adaptación de la novela de Manuel de Pedrolo, La respuesta que la censura no permitió
estrenar y estuvo archivada hasta el 1976.
Ford dejó momentáneamente la dirección y fundó y presidió el "Instituto de cine catalán", aunque en 1979 logra un gran éxito de taquilla, no así de crítica con Companys, procés a Catalunya, algunos vieron una imagen no del todo objetiva, el director no quiso ofrecer una biografía completa de él, sino centrarse en sus últimos días. A pesar del
respaldo del público, no vuelve a ponerse detrás de la cámara. En 1987 es
designado "Director general de cinematografía" del "Departamento de cultura" de la
Generalitat hasta 1991 donde volvió a dirigir, esta vez con una inofensiva
comedia titulada Ho sap el ministre?, en 1998 vuelve con Subjudice, película que pocos
vieron, y luego volvió a acercarse a otro Presidente de la Generalitat con El coronel Macià. Se despidió con un documental en el 2015 que llamó El problema catalán.
Coincidí con él en varias presentaciones en la
Filmoteca, también el Texas en un pase especial sobre La piel quemada. Lo
encontré una persona afable, didáctica, respondiendo a todas las preguntas y
muy cercano. Personalmente, creo que Forn sería más reconocido si hubiera continuado
con ese cine de los 50 y 60. Eligió otros caminos y cada uno es libre de ello. Pero no cabe duda de que con su desaparición se nos va un
gran cineasta cuya filmografía ha de recordarse como es debido.
Hace unos
días, mientras repasaba los estrenos, di sorprendentemente con una de la que no
había oído absolutamente nada, se trataba de Claret, la película, biopic del
santo dirigido por Pablo Moreno, realizador especializado en cine religioso. Se
tenía que estrenar el año pasado conmemorando el 150 aniversario de su muerte,
pero por culpa del COVID hubo que esperar un año más.
Remarco lo
de la sorpresa, pues siendo una película española, no hay apenas información de
ella en programas de televisión ni de radio, salvo aquellos que sean religiosos
o vinculados con la Iglesia como la COPE o la TRECE. He aquí un problema doble:
por una parte, el de nuestros informadores cinematográficos que deberían, se supone, informar de todo aquello que se estrena, les guste o no. Y por otro lado, el
del cine religioso que da la sensación de estancarse solo para un público
creyente.
Más de uno
me dirá que este cine goza de buena salud, y de hecho con ciertos datos podrá
corroborar su afirmación: Hay mucha más cantidad que en los tiempos que tales
películas gozaron de una edad de oro, sin embargo, no logran la trascendencia de
aquellas. Vidas de santos como las de San Juan Bosco o San Felipe Neri que van
mucho más allá de su obra, han sido tratadas como anodinos telefilmes,
pensados para ser exhibidos únicamente por televisión o en alguna sala
parroquial. Resultan agradables e interesantes de ver, pero no van más allá de
una realización plana que con el paso de los años acabarán olvidándose.
Un hombre para la eternidad (1966) Fuente: Amazon
Atrás quedan
esas grandes películas como Un hombre para la eternidad, Becket, Monsieur
Vincent, Francisco, juglar de Dios, La pasión de Juana de Arco… que siguen visionándose
en las principales Filmotecas y que son recordadas por distintas generaciones
sin la necesidad de pertenecer a ninguna religión. Por tanto, acudí a ver
Claret, la película con el miedo de encontrarme con los defectos que veo en
este cine, aunque había algún dato que me llevaba a pensar que estaría por
encima de la media actual.
Pablo Moreno
lleva década y media dirigiendo, con la experiencia que ha ido adquiriendo
mejora, no ya solo en el guion, sino en el aspecto técnico del que sigue
habiendo carencias, pues ha de saber moverse con un presupuesto modesto. Muestra
sensibilidad y atención con sus proyectos, creo que es conocedor de las virtudes
y defectos del cine religioso y con Claret logra una madurez que puede ser el
inicio de una carrera que le lleve, por fin, a superar esta barrera que se ha
interpuesto entre este cine y la crítica.
Para
empezar, la película logra ampliar el espectro de un círculo reducido de
espectadores, y nos muestra la curiosa investigación que Azorín (Carlos Cañas)
hizo del santo y todas esas biografías en el siglo pasado, que por intereses
oscuros tergiversaron la vida de este y de la que el escritor también cayó en
el error, no hablando como debiera de Claret en su libro La voluntad(1902).
En 1938, supo rectificar en un artículo publicado en "La prensa" de Buenos Aires el
22 de mayo y vio las injusticias que se habían acometido contra él y que también
era de aquella quimérica "Tercera España".
Fotograma de la película. Fuente: Claret La película
Así pues,
entre este trabajo del escritor, el cual lo vemos cercano, mostrando sus temores
a su mujer, preocupándose por el "guerracivilismo" que se palpaba o charlando con
su amigo Pío Baroja, se va intercalando la vida del santo, desde sus inicios en
la rama del textil, para casi inmediatamente ya verlo con el hábito y fundando
su congregación, años más tarde será nombrado Arzobispo de Cuba.
En esta
etapa el director se detiene más tiempo, personalmente me hubiese gustado más
una profundización de los primeros años, pero el biopic no permite pararse demasiado
y una vez analizado todo el metraje se logra entender donde ha tenido que
resumir para conseguir un metraje que sigue siendo generoso, pero equilibrado.
Vemos al Padre Claret siguiendo sus principios, lucha contra la
esclavitud, encuentra enemigos incluso desde dentro, pero no le merman para
nada, hay escenas bastante conseguidas y un esfuerzo considerable en el actor
que lo interpreta, Antonio Reyes. Bien es cierto que no le vemos predicar
mucho, en eso el Santo era todo un maestro, pero puede responder esa falta a no
querer recargar el filme y hacerlo más ligero buscando más público, que el ritmo narrativo no cese, y buscando unas imágenes que valgan más que mil palabras.
Es
precisamente ahí, donde uno se da cuenta de que esta vez no se ha hecho una
película abusando de la tópica hagiografía, algo que sucede en otras actuales y que a veces hasta logra conseguir el efecto contrario de lo pretendido, sino
que el propio espectador ya se va dando cuenta de quién era el Padre Claret y
empatiza con él. Moreno logra un filme valiente en su terreno, sabiendo mezclar
la objetividad con la emotividad, criticando donde debe, aun sabiendo que puede
comportar algún malestar entre su público más ortodoxo. En todo el metraje
podemos ver las luces y sombras de esa Iglesia que Claret quería renovar y que
en más de una ocasión era y es incapaz de aplicar las palabras de Jesucristo de
“Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”
Fotograma de la película. Fuente: Claret, la película
La película aun
se hace más interesante en el momento en que es llamado a ser el confesor de la
Reina Isabel II (Alba Redondo), a esta la vemos retratada como infeliz, débil,
desdichada, sola… Se nota que ha habido un gran trabajo ahí detrás de
investigar y saber componer un perfil indicado, más de una escena resulta conmovedora como los diálogos que mantiene con el santo o cuando se moja en el mar, como símbolo de intentar encontrar una pureza, aunque su ropaje no se lo permita.
Ingeniosamente, Pablo Moreno va
trazando paralelismos entre aquel revuelto siglo XIX, las guerras carlistas, el
liberalismo, etc. y el ambiente que generó la Guerra Civil del 36, el clímax va
subiendo y la película crece. Es de agradecer, que no tome
partida por ningún bando, ya digo que el director muestra, luego el público ya
opinará, no hay el maniqueísmo tan pesado que suele tener el cine español ya
sea desde un bando o desde el otro.
Así pues, el
espectador atento conseguirá empatizar con el Padre Claret, perfecta la escena
en su primer diálogo con la Reina, vemos claramente que es un trabajo que no
desearía ni desea, pero ante todo está la obligación también de cumplir con lo
mandado, y el de saber estar con la persona, sea un rey o un esclavo, y lo
veamos con aura o sin ella.
Claret se ve
obligado a acompañar a la Reina en el exilio, Azorín también tuvo que coger
otro tren e irse, el director los empalma y ciertamente se nos pone un nudo en
la garganta. Los paralelismos de tales acciones no dejan de ser una lección de
historia y una reflexión del problema de las dos Españas que por desgracia sigue
estando ahí.
Fotograma de la película (Fuente: Claret, la película)
Bienvenida
sea esta Claret, la película. Ojalá nuestros tan queridos informadores
cinematográficos le hubieran prestado la atención requerida. Azorín, que fue
también un gran aficionado al cine, supo rectificar, esperemos que sigan su
ejemplo. Sin duda alguna cabe felicitar a Pablo Moreno por su trabajo a contracorriente y que nos siga deparando sorpresas en su cine, seguro que sí.
No podía acabar mejor para los cinéfilos este mes de
septiembre, mientras unos discuten el palmarés del Festival de Cine de San
Sebastián y otros discuten sobre Dune y hasta resucitan la anterior versión de
David Lynch que nadie vio en su momento, en el medio aparece Clint Eastwood con
su nueva película Cry Macho.
Así pues, servidor se fue este viernes a que le alegrara el
día, me daba igual que algún que otro crítico considerable tecleara que ya
podía dejar a alguien más joven para protagonizarla, o que otros insignes
expertos, a falta de un Woody Allen para lanzarle los dardos, teclearan que ya nada tiene que decir.
Primavera en otoño (Fuente: FilmAffinity)
A Eastwood poco le importa lo que digan de él, es de los
pocos políticamente incorrectos que quedan en este séptimo arte tan sujeto a
modas efímeras. Él a sus 91 años sigue dirigiendo y actuando para envidia de unos y gozo de todo aquel que ame el cine. Aquel actor que
en vez de hacer las Américas, hizo las Españas, comenzó a ponerse detrás de la cámara hace
justamente medio siglo con la excelente Escalofrío en la noche de la que bebió
tanto y plagió Adrian Lyne y su Atracción fatal.
Entre ellas actuaba bajo la batuta de Don Siegel en aquel
pseudowestern extraño y fascinante llamado El seductor y en la insuperable
Harry, el sucio, y mientras unos en aquellos 70 discutían sobre la violencia del
filme y otros se ponían a hablar de cine de arte y ensayo, él se ponía de nuevo
en el medio y sorprendía con su cambio de registro en su segunda película como
realizador, Primavera en otoño.
Era una película romántica entre una joven hippie y un hombre de negocios divorciado que encarnaba William Holden. Aquel filme era un canto de
defensa a quienes esta vida aparta, ya sea por la edad o sus ideales. Este tema lo
ha ido plasmando a lo largo de los años, y el espectador que vaya a ver Cry
Macho lo volverá a hallar con esa ex estrella de rodeo y
criador de caballos retirado que acepta el encargo de un antiguo jefe para
traer a su hijo pequeño desde México para alejarlo de su madre alcohólica.
Eastwood se permite también ir confeccionando un puzle y repasar las constantes de su trayectoria, en ese viaje veremos algo de Mula o de Un mundo perfecto, la idea de la redención nos llevará a Gran Torino. incluso en lo formal también remite a Sin perdón, entre otras.
Pero Eastwood a lo Hitchcock recurre al "Macguffin", no hay
que buscar tampoco mucho más allá en esta historia principal, sino más bien en su
personaje que a su edad hasta se atreve a bailar un bolero y a conducir un
coche por esas carreteras huyendo de la policía o teniendo que dormir en una
capilla. Así pues, con Cry Macho nos reitera que el amor no tiene edad, ni pone
barreras entre distintos pensamientos, razas y credos, las fronteras no existen como ya nos dijera casi
50 años antes.
Eastwood ya ha declarado que no se piensa retirar y
constantemente huye de todas esas convenciones ridículas que en los últimos
tiempos nos invaden y que está afectando mucho al cine y que en un futuro, si esto logra remediarse, será objeto de estudio. Poder verlo de nuevo es
un desahogo al respecto, un hermoso homenaje a las libertades individuales y
hasta un milagro en el panorama triste actual.
Capaz de combinar siempre un cine de autor (Bird, El aventurero
de medianoche) con otro más popular (Firefox, El sargento de hierro), sus
películas ya forman parte de la historia del cine. Más de uno se pregunta si es
un autor o un artesano, qué más da, la respuesta ya la saben, en el medio.
Mario Camus en la Seminci (Fuente de la fotografía: Wikipedia)
El pasado
sábado fallecía Mario Camus, para la mayoría el director de Los santos
inocentes, el programador de TVE estuvo atento y la programó esa misma noche
como homenaje, algo habitual hace un tiempo y que ahora no suele pasar, cosas
de que la “programación ya está cerrada y aprobada”.
Fuente: FilmAffinity
Camus murió
en el olvido, desde los 90 sus películas apenas llegaban a los 200.000
espectadores, sin embargo su nombre sonaba para muchos estudiantes de instituto
que recurrían a sus adaptaciones de obras literarias para no leerse el libro.
Así pues La colmena, Los santos inocentes, La casa de Bernarda Alba o Fortunata
Jacinta habían sido escritas por Camus para ellos y no por sus autores
correspondientes.
Pero ver la
película y no leer el libro podía traer nefastas consecuencias y que se dieran
cuenta los profesores de la repelencia de aquellos estudiantes tan
acostumbrados a no leer algo que no trajera algún dibujito. Por el contrario,
disfrutar con su lectura y complementarlo con aquellas películas le enriquecía
a uno y de paso arañaba algún punto en el temido examen.
Lástima que
ya en los 90, los institutos no citaran para nada a escritores como Ignacio
Aldecoa del que Camus realizó tres notables adaptaciones: Young Sánchez, Con el
viento solano y Los pájaros de Baden Baden. Más de uno las descubrió un pelín
tarde.
Cuando
alguien muere en España, comienza a salir toda una hilera de intelectuales y de
tuiteros lamentando el fallecimiento, pero no pasamos de ahí, quizá por
aplicar en extremo lo de “En polvo eres y en polvo te convertirás”, mandamos al
ostracismo a los nuestros, los velamos bien y los mandamos de nuevo al olvido. No
hace muchos días podíamos ver la gran muestra de duelo de los franceses ante la
muerte de Jean Paul Belmondo, sin duda alguna, el país galo tiene una
concepción distinta a la nuestra para recordar a sus ilustres personajes.
El repaso a
la historia del cine español está lleno de grandes olvidos, Camus debutó en la
dirección en 1963 gracias a Ignacio F. Iquino que le produjo el filme y que
volvió a contar con él para Young Sánchez, pero pocos han recordado este dato.
Desde que comencé este blog, he pretendido que de tanto en tanto vayan saliendo
nombres como el de mi admirado director de El Judas, tan denostado por muchos a
los que dio de comer.
Camus tuvo
la habilidad de rodar un cine ensayista y combinarlo con otro más popular, ahí
están las de Raphael, las cuales tenían un toque de calidad que ya les hubiese
gustado a otros cantantes en su cita con el celuloide. También Sara Montiel
pudo mostrar sus dotes de buena actriz sin dejar de ser Saritísima, con un
guion de Antonio Gala la vistió de monja para acto seguido verla de cantante,
algo así como la Mangano en Ana. Lástima que Jorge Grau no pudiera con ella unos años después...
A Pepa
Flores “Marisol” también le dio la oportunidad de demostrar sus grandes
cualidades como actriz y que se olvidasen de que la vida ya no era una tómbola
en la notable “Los días del pasado”, pero el público no quiso saber mucho de
ese cambio y acabó siendo un injusto fracaso. Incluso rodó con un Terence Hill
sin que diera puñetazos con ruido de cazuelas en un extraño pseudowestern
llamado La cólera del viento…
Pero fue en
los 80 con esas adaptaciones de Galdós, Cela y Delibes donde Camus consiguió su
máxima popularidad. La colmena parecía una novela imposible de llevar a la
pantalla en solo dos horas, el habilidoso guion firmado por José Luis Dibildos
lo conseguía con un repaso por otras obras de él y donde la esencia del
escritor quedaba bien retratada, más de una vez he pensado que el propio Cela
intervino en ese guion. La película se llevó el Oso de oro del Festival de Berlín.
Con Los
santos inocentes el director llegaba a su cima y el cine español aumentaba su reconocimiento
internacional, Alfredo Landa conseguía que le reconocieran su actuación y así
lo quiso corroborar el Festival de Cannes, aunque Pilar Miró (quien fuera pareja durante años del director) se empeñara en
llamar a Dick Bogarde, entonces director del Festival, para que al final Francisco Rabal fuera premiado también.
Se deducía que el nombre de Camus llegaría a
más, y aun le quedaban bastantes años para seguir aumentando de grandes obras
su carrera. Por desgracia, no fue así y el público lo olvidó completamente, ya
nunca más tendría un éxito. Sin embargo, seguía rodando y poco le importaba lo
que pedía el gran público o los críticos.
Combinaba
aciertos como Sombras en una batalla o El color de las nubes con otras no tan inspiradas que acababan siendo fallidas por un tratamiento superfluo en sus
personajes, como aquella adaptación de La ciudad de los prodigios de Eduardo
Mendoza. En el 2007 se despedía con El prado de las estrellas, tenía 72 años
entonces y en este país rodar aun con esa edad era un logro. En su modestia
declaraba que si había aportado algo al cine español, bienvenido era. Y así ha
sido, efectivamente. Descanse en paz.
Mediados de septiembre y las diferentes televisiones van
mostrando sus novedades, personalmente poco me interesan, pero hay una que sí,
la Trece anuncia el fichaje de José Luis Garci que volverá con el formato de "Qué grande es el cine" a partir de noviembre. Debido a que el nombre forma parte
de TVE, se denominará "Classics" con Garci.
Ustedes ya saben que no soy muy amigo de la Trece por su
forma de tratar las películas: Supresión de los títulos iniciales, cortes sin
sentido, formatos alterados...Por eso, el retorno de Garci me inquieta, no sé
hasta qué punto puede él decirles que las películas de su espacio sean vistas como
es debido. Otro aspecto que no sé es la duración que tendrá el coloquio.
La Trece halló un filón de oro, y nunca mejor dicho, con los
westerns tras tener que suprimir parte de la producción propia por problemas económicos, sus emisiones por la tarde fueron ganando un público fiel, más de una
emisión lidera la audiencia de las TDT y son la mejor alternativa ante los
lamentables espacios de corazón que tanto predominan a esa hora. Hace ya
algunos años a TVE se le ocurrió la idea en verano de poner una película del
oeste después del Telediario y fueron también todo un éxito, idea que no les
iría mal aplicar actualmente…
La Trece también apuesta por el cine después de sus
informativos, especialmente cine de aventuras o de guerra. Los fines de semana
dedican un ciclo a un actor, tardes completas de grandes títulos de John Wayne
o de Clint Eastwood se alternan con otras dedicadas a bodrios de Van Damme o a
los Rambos, que repiten hasta la saciedad, pero que aun así tienen buen público
y que ofrecen uno de los contrastes más curiosos que se pueden contemplar en
televisión, el verlas entre misas y mensajes religiosos. Hay que añadir un espacio que con el título de
“Viva el cine español” proyecta películas, de Martínez Soria, Lina Morgan,
Antonio Molina...
"Qué grande es el cine" nació en 1995 con el centenario del cine,
TVE comandada entonces por Jordi García Candau y Ramón Colom al que le debemos
mucho los cinéfilos, encargó este espacio que era como un “Estudio Estadio”
pero en cine, la moviola nos ofrecería las mejores escenas de la película
programada. El director de El crack se trajo a varios colaboradores fijos,
entre ellos Antonio Giménez Rico, Juan Miguel Lamet, Juan Tebar, Eduardo
Torres-Dulce, Miguel Marías entre otros muchos.
Durante el coloquio aparecía una muy interesante
bibliografía sobre el director de la película, al principio no tenía vídeo y
recuerdo que tenía que apuntarla rápidamente. También se nos informaba de que
escribiéramos cuáles eran para nosotros las diez mejores películas de la historia
y que intentarían ofrecerlas. Lo hice y me enviaron una maravillosa revista que
habían fundado con el nombre de "Nickelodeon". Lástima que esta desapareciera
debido a su elevado precio y coste.
Hubo programas míticos como la emisión de Ordet de Dreyer
que tuvo una audiencia respetable de un millón de espectadores y supuso un descubrimiento
para jóvenes cinéfilos entre los que me contaba. También arriesgó programando
La quimera de oro de Chaplin, en la introducción dijo que ni la BBC emitía
películas mudas en prime time. La revisión de cineastas como Kenji Mizoguchi o
Yasujiro Ozu también fue todo un riesgo bien premiado por la audiencia que
encontraba un espacio como los de antes en los que se podía hablar pausadamente
sin pensar si bajaba o subía ese share que unos audímetros que no sabemos ni
donde están dictan sentencia. Por cierto, tienen los programas subidos en la web de TVE en el siguiente enlace https://www.rtve.es/play/videos/que-grande-es-el-cine/
El éxito del espacio que en un principio era para un año, le
lleva a continuarlo con cine español, ya que al año siguiente era su
centenario. El 3 de marzo del 96 el PP gana las elecciones por primera vez y
consigue los suficientes pactos para llegar a la Moncloa en mayo. El nuevo
Gobierno nombraba a Mónica Ridruejo como nueva directora de TVE y sin ninguna
explicación suprime el programa. Al cabo de un año, José Luis Garci se
encuentra por casualidad con el entonces Vicepresidente del Gobierno, Francisco
Álvarez Cascos, que le pregunta por qué ya no realiza el espacio, este
sorprendido le contesta que fueron ellos quienes lo quitaron. Mónica Ridruejo, por suerte, ya no mandaba y otro director,
Fernando López Amor reponía el programa con la emisión de París bajos fondos el
15 de septiembre de 1997.
Fueron casi 8 años y el programa parecía que iba a seguir
muchos más, incluso la victoria del PSOE en marzo de 2004 no provocó como en la
anterior ocasión que el nuevo ejecutivo quitara el programa inmediatamente,
aunque los rumores no paraban. En un chat del diario "El Mundo" Garci recordaba
lo dicho anteriormente y que si al PSOE ahora no les interesa el programa
tendrá que decir como en la Edad Media: El PSOE me lo dio, el PSOE me lo quitó, ¡Viva el PSOE! Y así
fue, lo dejaron durante el año siguiente, pero ya no lo renovaron y se despedía
con Fresas Salvajes.
Se pudo retomar el formato en 2009 y en TeleMadrid con el
nombre de “Cine en blanco y negro”.Tras
finalizarlo, volvió esta vez con el nombre de "Querer de cine", pero por las
continuas huelgas en la televisión madrileña, más de una semana no se podía
grabar. En 2014 se emitía el último programa.
Ahora tras siete años espero con ilusión este retorno, la
cinefilia hay que alimentarla y mas en estos tiempos en que el cine está
viviendo sus peores tiempos. A Garci, por suerte, se le puede seguir con sus excelentes libros y cada viernes en Cowboys de Medianoche Conviene que la gente no solo mire una película
para pasar el rato, sino que reflexione y hable de ella, que nazcan cineclubs,
que tengamos más espacios dedicados a séptimo arte, que en los colegios se enseñe
la historia del cine, tal vez si así fuera no desaparecerían tantas salas de cine... De momento habrá que esperar hasta noviembre...Felicitar a la Trece por el fichaje y esperemos que sea el principio de una gran amistad...
A mediados de la década pasada, un nuevo rodaje de envergadura volvía a Sierra Nevada, se trataba de la película Un día perfecto (2015) de Fernando León de Aranoa. En la retina cinéfila han quedado grabadas varias imágenes de películas importantes que utilizaron sus vistas, tal fue el caso de Doctor Zhivago (1965) en la que apreciamos los Llanos del Marquesado del Zenete (Cerca de La Calahorra) y la sierra se convertía en los Montes Urales.
Escena inicial de Doctor Zhivago
Escena de La leyenda de un valiente. Fuente: Youtube
Otra producción de aquella década, La leyenda de un valiente (1967) fue rodada en El Padul, ahí la sierra se transformaba en unas imaginarias montañas de la India que recibían el nombre de Nadicor. Otras películas donde la hemos visto son la excelente El viento y el león (1975), rodada en parte en el Castillo de la Calahorra, el western Hasta que llegó su hora (1968), la película de aventuras La india en llamas (1959) o el thriller Fuga sin fin rodada en parte en Güéjar Sierra.
Antes del filme de Aranoa, dos películas habían vuelto a utilizar varios puntos de la sierra, en Caníbal (2013) podíamos observar el pico Veleta y la antigua carretera de la Sierra en la zona del Dornajo. En Libertador (2013), Sierra Nevada volvió a transformarse para ser los Andes americanos, parte del rodaje fue en la Hoya de la Mora, poco después de pasar el monumento de la Virgen de las Nieves.
Tráiler de Libertador (2013)
Un día perfecto inició su rodaje el 17 de marzo de 2014, producida por Mediapro y Reposado PC, contaba con la participación de Canal Plus, Televisión Española y “Televisió de Catalunya”, se rodó en inglés y se estrenó tanto en versión original como doblada al castellano y al catalán. El atractivo reparto contaba con Benicio del Toro y Tim Robbins, ambos ganadores de un Oscar por sus trabajos en Traffic y Mystic River, y con Olga Kurylenko (007 Quantum of Solace, Oblivion) y Melanie Thierry (Babylon A.D, The Zero Theorem)
El guion estaba basado en la novela Dejarse llover de la escritora Paula Farias, médica y cooperante en emergencias humanitarias para "Médicos sin fronteras". La trama, ambientada en la guerra de Kosovo, nos cuenta como un grupo de cooperantes trata de sacar un cadáver de un pozo, que alguien lo ha tirado dentro para corromper el agua y dejar sin abastecimiento a las poblaciones cercanas. La sinrazón de la guerra les provocará dificultades para poder llevarlo a cabo.
El director quería “una película rápida, directa, sin delicadeza, sin tiempos para circunloquios…”, lo cual consigue en gran parte, aunque deja tiempo también para ralentizar la acción y adentrarse en algunos diálogos para conocer más a fondo a los personajes.
El escenario fue preparado previamente durante dos semanas por un equipo de técnicos para asemejarse al poblado balcánico en guerra en el que se desarrolla la trama y envuelto en un gran secretismo. No se permitió a los medios fotografiar el set de rodaje, que durante varias semanas estuvo instalado junto a la Fuente del Hervidero, en Cumbres Verdes. Precisamente, sé del rodaje en estas fechas porque había venido de mi Barcelona natal al pueblo de Dílar para pasar unos días de vacaciones por la Semana Santa del 2014 y mi afición al cine me llevó a preguntar por este, pero no pude sacar ni una palabra. A mi regreso a la Ciudad Condal, ya me informé de por dónde se estaba llevando a cabo tal producción.
El filme tuvo una respuesta tibia en su momento, más de uno cree que fue porque el conflicto de Kosovo ya estaba pasado, pero León de Aranoa se defendía diciendo que “lo que se explicaba se podría utilizar en cualquier guerra: La primera baja en un conflicto armado es el sentido común. El hecho de ubicarla en Los Balcanes tiene que ver con el hecho de que estuve en 1995”
La mayoría de los diarios informaba del rodaje de la película y citaban Alquife, La Zubia y Monachil, curiosamente la prensa omitía Dílar donde pasa gran parte de la historia. En la zona del Cortijo Sevilla y del Canal de la Espartera se construyó el decorado del pozo con el cadáver en el interior, las vistas a Los Alayos son espléndidas. En los créditos finales si se cita el nombre del pueblo, así como el de Güéjar Sierra.
Se contaron con numerosos extras, lo que provocó un caos en la productora que se vio desbordada al no informar bien (Véase aquí )
Recomiendo ver este Un día perfecto, creo que en el momento de su estreno no se le hizo toda la justicia necesaria. Creo que es un digno título y espero que la futura lista de películas rodadas en Sierra Nevada sean de esta calidad.
Bibliografía: "La Vanguardia" (18-3-2014, p.39) "El Periódico de Catalunya" (17-5-2015, pp.70-71)
Ideal (18-3-2014) "Granada Hoy" (15-3-2014)