Bogdanovich y Poitier

 

Peter Bogdanovich (Fuente: Wikipedia)

El pasado día de Reyes nos llegaba la triste noticia del fallecimiento de Peter Bogdanovich, la cinefilia quedaba algo huérfana con su pérdida ya que más allá de sus 35 realizaciones, había todo un maestro en enseñarnos el cine como arte y pasión.



La primera película que vi de él fue ¿Qué me pasa, doctor? Y guardo aun recuerdos de aquel grato visionado, en el “Teleprograma” que tanto me gusta reivindicar, escribían que era una revisión de La fiera de mi niña, yo aun no había tenido la oportunidad de ver el filme de Hawks, aun era un niño, poco tiempo después ya di con ella. ¡Qué gran clase nos dio Bogdanovich! Como todo buen maestro te hacía despertar la curiosidad de por lo menos acercarte a aquello de lo que hablaba, por lo tanto siempre le estaré agradecido.

Al cabo de poco tiempo vi Luna de papel, película que me ha ido gustando más en posteriores pases, hasta casi convertirse en mi preferida de él, rodar en blanco y negro y evocar implícitamente a Chaplin en El chico o Tiempos modernos, tratar el tema de la picaresca en plan cómico, y todo mezclado con un cierto aire sentimental bien medido.

Por aquel entonces, estaré hablando de principios de los 90, no había internet, en el cole tenías que hablar de películas de acción si no querías quedar marginado y los profesores que teníamos más bien nos enfocaban el cine como una tentación de la que teníamos que huir. Servidor era un bicho raro que como ya he comentado en artículos anteriores, tenía que aprender cine escuchando la radio, leyendo el "Fotogramas", consultar la programación de la 2, etc.

Una madrugada pasaban en aquel "Cine Club" a la hora de las brujas Todos rieron, y creo que fue su último pase en televisión, nunca la he podido ver, hay toda una triste historia extracinematográfica que en gran medida enturbió al director, que no volvería a dirigir hasta 1985 con Máscara. Luego vino una comedia con muy malas críticas que se llamaba Ilegalmente tuyo en 1988 y que pretendía ser también otra evocación de la comedia clásica con el matiz adolescente al servicio de Rob Lowe aquí con gafas a lo Cary Grant y esforzándose para demostrar sus dotes como actor, el intento cayó en el olvido y de nuevo el director se tomó vacaciones forzadas.



A falta de cine, iba descubriendo sus interesantes libros como el de John Ford y en la Filmoteca un día recuperaban aquella La última película (1970), que a pesar de tener unas coordenadas lejanas me las hacía sentir como propias, ya que el punto en común era el de homenajear y amar el cine.

Bogdanovich siguió dando grandes películas, aunque aquí empezaba el tema de la crisis de las salas de cine, no se había podido estrenar su excelente ¡Qué ruina de función! , hubo que esperar al Canal Plus de entonces quien lo tuviera y que Garci la reivindicara en su !Qué grande es el cine!.


 Un año después realizaba Esa cosa llamada amor que tampoco tuvo el favor del público y en la que River Phoenix actuó por última vez, de nuevo el tema de la evocación melancólica estaba presente en un producto que merecería ser revisado.

Casi se puede decir que aquí se despidió del cine convencional, luego rodó para televisión series,
telefilmes y en el 2014 volvía a homenajear a la comedia clásica con Lío en Broadway con la aparición sorpresa de cierto director al final. Su último trabajo fue el documental El gran Buster que consigue que el espectador se aficione a ver las películas de Buster Keaton.



La casualidad ha querido que en pocas horas coincidiera su fallecimiento con el de Sidney Poitier, los dos coincidieron en la secuela de Rebelión en las aulas, TVE levantó la programación y sustituyó Raíces profundas por Adivina quién viene esta noche, la cual programa con frecuencia y con buenos índices de aceptación, asimismo recuperó unas declaraciones del actor en 1968 al venir al Festival de San Sebastián

https://www.rtve.es/play/videos/programas-y-concursos-en-el-archivo-de-rtve/entrevista-sidney-poitier-madrid-1968/6275807/

Películas como Fugitivos, Porgy and Bess, Los lirios del valle, En el calor de la noche, etc. quedan en la retina junto a su interpretación. Se haría largo ahora repasarlas, pero no quisiera acabar sin tampoco recordar que Poitier fue director también y aunque sus producciones no fueran tan recordadas, cuenta con algunos éxitos como aquellos Locos de remate que afianzó la pareja cómica de Gene Wilder y Richard Pryor.

Poitier debutó en la dirección en 1971 con Buck y el farsante en la que compartía protagonismo con su amigo y activista también contra la segregación racial, fueron sobre todo comedias y también le servía para reivindicarse para actor cómico en las que protagonizó, alejado de su imagen seria.

En el 73 dirigía Un cálido diciembre, que pasó desapercibida, pero que lograba una historia sensible y bien narrada. Tal fracaso le lleva a dirigir películas en las que formaba pareja con Bill Cosby y que aquí no tuvieron apenas eco: Uptown Saturday Nigth (1974), Dos tramposos con suerte (1975), De profesión estafadores (1977).



Es en 1980 con la citada anteriormente de Locos de remate que consigue un gran éxito comercial, Poitier quería describir lo que era un día encontrarse en una cárcel sin haber hecho nada. La gran aceptación del filme le lleva a una especie de pseudosecuela con Gene Wilder también llamada Hanky Panky, aunque se encontró con la negativa de Richard Pryor a actuar. De malo encontramos a Richard Widmark. No pudo repetir la taquilla de la anterior y no volvió a ponerse detrás de las cámaras hasta tres años después  con A marcha forzada, que supuso un fracaso tanto crítico como comercial, en ella se intentaba exprimir el éxito de las películas de baile con ocho adolescentes que viajaban a Nueva York para participar en un concurso, ahí tendrían sus éxitos y fracasos.

Poitier se olvidaría de dirigir hasta 1990 con Ghost Dad, en la que de nuevo contó con Bill Cosby, película alimenticia para pasar el rato y ya sin apenas pretensiones.

Descansen en paz y nos encontramos en el cine.

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