Garcine: Una excelente exposición sobre José Luis Garci

 




Hará cosa de año y medio que en el programa de Cowboys de medianoche se esbozó la idea de una exposición sobre la obra de José Luis Garci coincidiendo con los cuarenta años del Oscar por Volver a empezar. A final se hizo realidad y en el Centro de Cultura Contemporánea Condeduque se exhibe esta hasta el 15 de octubre con el nombre de "Garcine", como sabrán los más cinéfilos, él siempre dice que el séptimo arte es una vida de repuesto, tal fusión con su apellido es plenamente acertada.

El pasado sábado la visité con altas expectativas, las cuales se cumplieron, durante una hora y media disfruté no ya solo repasando su filmografía, sino todas sus aficiones y su manera de entenderlas y concebirlas, ya sea el fútbol, el boxeo, su pasión por Madrid… Comisariada por Andrés Amorós, propone un recorrido cercano y entrañable que el visitante agradece. Aparte de los textos, vamos leyendo frases sueltas y pensamientos del propio director relacionadas con cada apartado.

Es de señalar, incluso, que la exposición también es un retrato de un tiempo y un excepcional documento con excelentes fotografías, al empezar vemos una de Martín Santos Yubero de la calle y el cine Narváez con el siguiente texto del director: hoy el tranvía 52 cruza la calle Narváez. Enfrente, el portalón del diario Pueblo, la tienda de comestibles y la lechería, el portal de mi casa, la frutería de Cayo y el bar de Bernal, que tenía futbolín. El dueño de la tienda de ultramarinos se llamaba Pedro, era del Atleti y despachaba siempre con una chaquetilla blanca, muy limpia. Como Pedro sabía que yo también era colchonero, siempre me daba algo, un pedacito de queso, una rodaja de chorizo o una chocolatina. Con razón Umbral escribió que «José Luis no es que escriba bien, sino que es un escritor»


La melancolía entrañable penetra con gran sensibilidad mientras se desgranan sus recuerdos, los cuales, gracias al cine, reviven sin necesidad de convertirnos en estatuas de sal.  La personalidad de Garci la vamos conociendo aun más gracias a sus anécdotas como cuando explica que se sentó entre Billy Wilder y David Lean a los cuales les contó  que era un guionista reciclado a director y que ya no sabía qué le gustaba más, si ir al cine o hacerlo, Wilder le contestó: "Hablar de cine".

Precisamente esto último, prácticamente sin parar, es lo que ha hecho el director, ha sido y es de las personas que más han enseñado a ver el séptimo arte muy especialmente con el programa “Qué grande es el cine” y sus continuaciones con otros nombres, actualmente Classics en la Trece. Pero su cinefilia también se extendió a la radio de la cual es un gran enamorado como ya demostró en Solos en la madrugada y en la rica bibliografía de la cual también hay un buen repaso en la exposición.

La figura de Garci también esta vista desde otras facetas como la pintura, encontramos un bonito cuadro cubista de García Meana.



Objetos personales, la máquina de escribir antigua y otra más “moderna” de donde han salido tantos guiones, fotografías familiares e importantes de su vida, sus amistades, Robert Wise le dijo: “eres uno de los nuestros”…Mientras lo vamos viendo, se escuchan varias bandas sonoras de sus películas y uno incluso hasta se para un momento para evocar todo ese cine que nos ha regalado el director y que tendrán un bonito homenaje al final.

No solo están sus películas, también sus trabajos en televisión como guionista de La cabina o dirigiendo Historias del otro lado. También hay facetas no tan conocidas como una fotografía de 1959 en el escenario del Teatro Parque Móvil poco antes de actuar en la obra de teatro  Escuadra hacia la muerte de Alfonso Sastre que cinco años más tarde dirigirá en el "Círculo Catalán" y en el "Teatro Club Atocha". 60 años más tarde volvería al teatro dirigiendo otra obra del mismo autor Cargamento de sueños en el "Teatro Español".

Y claro está, viene el repaso a su filmografía, con fotografías muy cuidadas de los rodajes que ya justificarían por si solas una exposición. No puede faltar el Oscar ganado por Volver a empezar y cantidad de detalles que creo que cuando uno los vea hasta tendrá ganas de repasar su obra.  Y esa música que va sonando tiene su explicación, sale de un minicine al final de esta donde entramos y vemos varios fragmentos de sus películas acompañados por las bandas sonoras, no hay los diálogos, lo que permite apreciar más la ambientación de estas, la fotografía o las expresiones de los rostros en sus películas.







Les recomiendo verla y ojalá se pudiera ver en otros puntos de España. Se les quedará guardada en la retina. Aparte de la exposición, quien tenga la suerte de vivir en Madrid puede repasar sus títulos en una programación en el mismo centro cultural.




 

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