Homenaje a John Ford: Un crimen por hora (1958)
Efeméride importante para acabar el agosto, el cincuenta
aniversario de la muerte de John Ford, lo cual permite que estos días podamos
ver bastantes títulos en diferentes canales, aunque por el contrario se echa
muy en falta algún que otro reestreno/homenaje en el cine.
Pero entre esta nueva revisión de sus películas, lo más
seguro es que de nuevo quede olvidada Un crimen por hora (Gideon of Scotland
Yard, Gideons´s Day) de 1958 producida para la Columbia. Como bien ya dice su
título, narra la vida de un día del inspector Gideon, en el cual tiene que
ocuparse de un socio deshonesto, un asesino loco, un atraco y hasta una boda.
El mismo Ford decía a Peter Bogdanovich en su libro que “quería cambiar de aires algún tiempo y dije que me gustaría hacer algo sobre Scotland Yard, así que fuimos y lo hicimos”. El director acababa de rodar obras calificadas de menores como Escrito bajo el sol y la muy personal The Rising of The Moon en 1957 y El último hurra en 1958. Al igual que en Mogambo, aprovechaba unas vacaciones para rodar algo distinto y experimentar, algo que siguió haciendo después con La taberna del irlandés en 1963.
El guion partía de las novelas de John Creasey sobre el comandante George Gideon de Scotland Yard y que posteriormente fueron objeto de una serie de televisión británica entre 1964 y 1966. El escritor lo creó en 1955, aunque publicaba bajó el pseudónimo de JJ Marric, Ford adaptaba su primera entrega y contó con Jack Hawkins para darle vida, el actor ya contaba con experiencia en personajes similares como el que abordaba en The Long Arm tres años antes.
La moral de Ford quedaba patente al concebir la película
como una “prevención contra el crimen” y tener una fe en la justicia siempre
que estuviera ejecutada por personas honradas y que supieran afrontar y combinar sus
problemas personales sin perjudicarles su tarea, Gideon tenía la fórmula y ofrecía un carácter aparentemente sencillo, pero lleno de
matices. Lo mismo podemos decir de esta película.
Aquella vieja Inglaterra estaba cercana a sus raíces
irlandesas y aquel relato de entretenimiento le servía para hacer un ejercicio
psicológico y familiar reunida en la jornada de este. No resultaba para nada
una película fría, Ford ya a las puertas del final de su carrera no necesitaba
películas alimenticias. Es un producto cuidado, buena prueba es que contara con
Freddie Young para la fotografía, recordemos que fue quien se encargó de ella
en las superproducciones de David Lean. Para la dirección artística, reclamó a
Ken Adam, el responsable de bastantes títulos Bond y que también había
trabajado con Mankiewicz o Kubrick.
Ver Un crimen por hora también es experimentar cómo un gran
director podía atreverse a realizar un producto menor, pero sin dejar de lado
nada. Lástima que no sea muy fácil su visión si no tienen el DVD, alguna vez es subida en Youtube... No dejen nunca el formato físico por las plataformas, combínenlas, de lo contrario a saber de qué se hablará de John Ford de aquí otros 50 años.
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