28/09/2023

Falleció el doble de Franco, Pepe Soriano

 




Hace un par de semanas fallecía el actor argentino Pepe Soriano, probablemente su nombre no suene demasiado, incluso nada según la generación, las noticias de agencias ponían en su titular que había fallecido el actor de La Patagonia rebelde y El último tren y en su país original se había sentido su muerte. Pero si les digo que él fue el doble de Franco en aquella divertidísima comedia de Antonio Mercero Espérame en el cielo ya les dirá algo.

Corría el año 1987 y a Mercero se le ocurrió llevar a la pantalla un argumento suyo en torno la vida de un doble de Francisco Franco, según contaba, le estaba dando vueltas a la idea desde que le explicaron el rumor de que un actor catalán (en según que escritos salen varios nombres: Julio Bustos, Mario del Busto, Julio Bastos) llegó incluso a suplantarle en una final de la entonces "Copa del Generalísimo" y a ser vitoreado en plena Gran Vía madrileña, pero este ya no podía más y lo dejó.


Con un guion bastante hábil en el que colaboró Romà Gubern que acababa de escribir Dragon Rapide y Horacio Valcárcel se optó en todo momento por una película cómica con algún que otro toque emotivo sentimental (recordadas son las escenas en que el doble se toca la oreja mientras lo filman en el NO DO para que su mujer (Chus Lampreave) sepa que no es el verdadero Franco y ser una especie de beso a lo que ella contesta : “Y yo a ti también”.

Tan solo hacía doce años de la muerte del dictador y Mercero confesaba que se preguntaba si no era muy osado realizarla, pero al no caer en ningún momento en cierta irreverencia ni entrar en el lado político se conseguía una película en cierto modo blanca y que tanto podía gustar a quienes aun sentían nostalgia de él como a sus más aferrados detractores. Y todo esto se conseguía porque según palabras del director, “este era un filme  sobre un supuesto doble de Franco, no sobre Franco, y la risa nos libera de muchos fantasmas, y eso es bueno para el país". Era la primera vez que se rodaba en el Palacio de El Pardo o en el yate Azor.

Y para buscar ese doble, se pensó primero en Alfredo Landa que hizo varias pruebas, pero que le reconoció a Mercero que no sería creíble. Entonces, se pensó en Raúl Sender, al que le encantaba cómo quedaba: “con esa calva que tiene y la nariz aguileña, conseguimos que se pareciera (…). Pero existía el problema de compatibilidad del rodaje con sus galas” Cabe recordar que por aquellas fechas salía en el "Un, dos tres" de TVE y era muy popular, por lo que era arriesgado dejarlo por la película.

Se desestimó la idea de que fuera Juan Diego (Franco en Dragon Rapide) ya que quería alguien de 50 años para arriba. Soriano, que era un total desconocido en España, hizo llegar un vídeo a Mercero a través de su amigo Héctor Alterio y le convenció, pero había un problema, tenía que engordar bastante, por aquel entonces el actor se había sometido a un severo régimen. Solucionado el problema, fue contratado.

"He necesitado engordar 12 kilos, me han rapado la cabeza, uso lentillas marrones y sobre todo llevo dos meses hablando incluso con mi mujer en impecable castellano y sin acento argentino.Además he visto infinidad de documentales de la época y he leído muchísimos libros sobre Franco". Al actor le preguntaban también sobre si la película originaría polémica, pero contestaba lo mismo que el director: “no pretendemos caricaturizar al general Franco, entre otras cosas porque no tiene sentido. Se busca hacer reír y reflexionar sobre la situación que vive mi personaje el sosia”.

Su preparación para interpretar tanto a Franco como al pobre doble Paulino se nota y es excelente, hasta tal punto que debería considerarse como uno de los mejores que ha habido, lamentablemente se le suele olvidar al ser una comedia. El actor contaba una anécdota de que un día en el rodaje se durmió en el despacho de Franco, al cabo de un rato unos turistas abrieron la puerta y se asustaron. Por lo tanto, he aquí una buena prueba de la convicción de su papel.

Soriano llevaba 35 años actuando en Argentina, se formó en el teatro universitario bonaerense donde llegó a representar más de 60 obras, tuvo amistad con Alejandro Casona con el que trabajó en algunos proyectos, la actitud contestataria del grupo donde trabajaba les costó la voladura de la sala por orden de la Junta militar de Videla. Regentó durante 2 años el teatro Margarita Xirgu que se encontraba en dos bajos del "Casal de Cataluña" donde se reunían los exiliados catalanes y en el que nunca llegó a poner los pies el embajador español. “Terminé participando en las reuniones que hacían en el centro catalán y aprendí a hablar algo en catalán y a bailar la sardana”. Su esposa tenía incluso varios familiares que vivían en la ciudad condal.

Confesaba que su visión de Franco era solo parcial, la que le habían ofrecido los exiliados, que eran muchos y profundamente antifranquistas. Para Soriano, le gustaba más que le preguntaran por el papel de Paulino, según él “ofrecía mayores dificultades, el de Franco no es más que una referencia histórica dentro del relato general”.

Al ser esta su primera aventura en el cine español tuvo muy buenas palabras para José Sazatornil “Saza” que interpretaba al patoso comandante Sonsoles, y reconoció que le había ayudado mucho.

A pesar de que no consiguió grandes papeles en nuestro cine, lo pudimos ver en varias series famosas por entonces, desde Historias del otro lado de José Luis Garci. Miguel Servet, La huella del crimen…Con Mercero volvió a trabajar en Farmacia de Guardia. En cine lo pudimos ver entre otras en Matar al Nani, El rey pasmado o La taberna fantástica. La añoranza por su país hizo que regresara.

Volví a ver el otro día Espérame en el cielo y sigue tan divertida como entonces, les recomiendo que la vean, aunque recuerden bien que la intención es la de hablar del doble y ofrecer una comedia para reír y reflexionar, no busquen una película política.


 

22/09/2023

Branagh todavía



Ver a Branagh de nuevo adaptar una novela de Agatha Christie me ha llevado a recordar sus inicios, la crítica vio en él a otro Laurence Olivier con aquella excelente Enrique V (1989). Aunque no fue para nada un film comercial, Hollywood puso sus ojos en él, concretamente Sidney Pollack que le produjo Morir todavía (1991), una película de misterio e historia romántica con bastantes reminiscencias de grandes clásicos del suspense, especialmente Hitchcock.

   



Las últimas películas del director generan controversia, hay quien ve sus adaptaciones de "La reina del crimen" como innecesarias al tener grandes modelos ya, caso de Lumet en Asesinato en el Orient Express y de John Guillermin en Muerte en el Nilo, en este caso la novela escogida ha sido Las manzanas (Halloween Party), y que yo sepa no hay una adaptación anterior de este Misterio en Venecia como se ha llamado, al menos famosa. El director la ha tildado de bastante diferente a las otras y que es un thriller sobrenatural.

 La misma definición sería también para Morir todavía, un film muy efectista, pero que la crítica encontró flojo en cuanto el contenido y pasó totalmente desapercibida. A Branagh le pasa lo mismo en la actualidad, sigue siendo un director bien valorado cuando hace un cine más personal, pero cuando se va al comercial se le tacha exactamente de lo mismo, aunque ya logró hace tiempo que la taquilla no quedara vacía. Corría el año 92 y se estrenaba Los amigos de Peter, enseguida tuvo el favor de la crítica y aunque no fuera un taquillazo, tuvo unos números considerables, de nuevo su nombre volvía a sonar al año siguiente y más cuando adaptó a Shakespeare en Mucho ruido y pocas nueces.

   

 Recuerdo como en los programas y revistas de cine se hablaba mucho de él y sus nuevos proyectos eran vistos con mucha ilusión, especialmente un Hamlet que tendría que ser el definitivo. La reivindicación del director llevó a que más de uno fuera a aquello que se llamaba videoclub a buscar el VHS de Morir todavía y a calificarla de buena, como una joya incomprendida a redescubrir. Se reivindicaba su pase en televisión y fans o no fans de él la disfrutamos en su momento.

 

Particularmente me gusta sin tampoco entusiasmarme, en una época en que el cine ya no deparaba demasiadas sorpresas en el cine de suspense salvo fórmulas tópicas y direcciones convencionales, Branagh optaba como he comentado por recordar el cine clásico y especialmente al mago del suspense, ahí esta esa amnesia de Recuerda, la mansión y el ama de llaves de Rebecca, las tijeras de Crimen perfecto…No había ninguna intención de copiar, sino de homenajear, aquel cine era visto por el director como “majestuoso y al mismo tiempo que te cortaba la respiración sin preocuparse por la lógica más allá de la tensión, hoy mi intención no era compararme con Orson Welles o Alfred Hitchcock, sino básicamente en divertirme en un tono que va del humor al misterio

 Ciertamente, si analizamos severamente el argumento tendremos las de perder pues hay más de una laguna, hay que concebirla como un todo organizado y con un gran trabajo de dirección, la atmósfera se consigue, hay un gran trabajo geométrico con las formas que van apareciendo, desde las torres altas que intensifican el suspense por la noche pasando por las formas de las tijeras las cuales recuerdan el surrealismo daliniano que Hitchcock aprovechara en Recuerda. Creo que puede ser buena idea recuperar Morir todavía, especialmente para aquellos que se muestran decepcionados con sus últimas películas, ayudaría a entenderlo mejor y a reflexionar que para seguir siendo un "cineasta autor" hace falta adentrarse en el cine comercial con cierta dignidad, algo que Branagh sabe montar todavía.

14/09/2023

La misa ha terminado (1985): Esperando la nueva de Moretti

 


Se estrena este viernes El sol del futuro, la última de Nani Moretti y que ha sido muy alabada entre la crítica, cuenta la historia de Giovanni, realizador italiano reconocido y de gran prestigio, pero que parece de otra época y al que le está costando levantar su último proyecto, una película ambientada en 1956 cuando una compañía húngara llega a Italia huyendo de Hungría.

Más de uno ha visto en ella una crítica al actual cine de plataformas como Netflix y un homenaje al mundo felliniano de concebir el séptimo arte. Lo cierto es que dan ganas ya de verla y quizá por eso se ha tenido la idea de reponer una de sus películas más famosas estos días en algunos cines: Caro Diario (1993).



Probablemente, aquel fuera el título con el que muchos supieran quién era Nani Moretti, la trama era como una especie de "road movie" y tres episodios donde el realizador con su moto iba desgranando varios aspectos de su tan amada como odiada Italia con cierta acidez, no le faltaba el homenaje a Pasolini pues en un momento se iba a la playa donde fue asesinado, tampoco se olvidaba de guiños cinéfilos y se atrevía a imitar el bayón de Ana de Silvana Mangano. Me hubiera gustado verla en pantalla grande estos días, pero un inconveniente me lo ha privado, así que decidí recuperar otra de él: La misa ha terminado.

Y si antes he dicho lo de "probablemente" era porque esta es 8 años más antigua que aquella y encima se llevó el Oso de plata del Festival de Berlín, pero, sin embargo, en España se estrenó con seis años de retraso y en unas fechas poco recomendables como las Navidades, por lo que apenas tuvo repercusión. No le faltaron admiradores, Vicente Molina Foix la calificó de “obra maestra absoluta”, hará ya una década la pude ver en el programa que presentaba Juan Manuel de Prada de "Lágrimas en la lluvia", pero no me acabó de convencer, así pues le di esta segunda oportunidad para que pudiera corregir mis errores de apreciación.




El argumento ya lo hemos visto en otras formas, pero no en un fondo tan amargo y dramático, aunque el director siempre suele recurrir a la esperanza en sus filmes. Tras ejercer sus funciones en una isla del sur de Italia ,un joven sacerdote es destinado por sus superiores a una parroquia de Roma. Allí se reencuentra con su familia y sus amigos e intenta, en la medida de sus posibilidades, cambiar las cosas, pero el fracaso le acecha, y su posterior crisis personal y profesional le hacen cuestionarse su labor dentro de la Iglesia.

 Las andanzas de este cura más bien sirven de pretexto para radiografiar una sociedad en plena crisis de valores, Moretti se ha declarado ateo más de una vez, pero respetuoso con la Iglesia, aunque no le han faltado sus críticas como en Habemus Papam, pero de aquella manera, sin tampoco ofender demasiado. Aquí lo vemos bien ensotanado, quizá una imagen que ha quedado algo desfasada cuatro décadas después ya que son pocos los que así van, aunque tampoco da demasiadas pistas si es un cura conservador o progre.

A Moretti no parece importarle demasiado esta cuestión y se centra más en el aspecto psicológico que no el moral, enseguida nos muestra sus frustraciones, le han dado una parroquia fea, con goteras y a la que no va nadie porque la gente prefiere ir a otra más cercana y que según sus monaguillos está mucho mejor, sin embargo hay otra razón y es que el anterior párroco no quiso cumplir con el celibato y formó una familia curiosamente delante de la parroquia, algo que le molesta. Eso sí, no esperen ninguna mala palabra contra el Obispo, el director saca los temas y deja que sea el público quien juzgue, la libertad ideológica es quizá el mayor logro de toda esta historia.

Poco a poco vamos conociendo su vida familiar, su padre está siendo infiel y ha conocido a una chica treinta años más joven, la madre sufre y le toca padecer, la hermana ha quedado embarazada y quiere abortar, algo de lo que evidentemente se opone incluso amenazándola con matarla y luego suicidándose él en una frase que suelta con una expresividad ambigua.

A pesar de su juventud, Moretti capta que no está nada contento con su trabajo. Le vemos fatigado, harto, con mal humor, ni siquiera se reserva algún buen sermón para lucirse, cumple demasiado a rajatabla lo de poner la otra mejilla... La única manera en la que parece disfrutar es cuando juega con los niños a pelota, fíjense que incluso en estas escenas va sin la sotana.


   

A pesar de que en muchos sitios está anunciada como una comedia, no lo es, ni siquiera un drama, Moretti sigue un estilo que casi diríamos minimalista y que puede provocar que la película no nos diga absolutamente nada y hasta nos decepcione. Quizá esta sea la razón por la que La misa ha terminado no me ha convencido en esta segunda ocasión, así como en otras películas del director he encontrado momentos ácidos que me han ayudado a entrar en los personajes y en su carga crítica o haber sabido mostrar un dramatismo sin caer en la sensibilidad como en La habitación del hijo, aquí no hallo momentos para recordar especialmente, sino más bien un compendio de lo que luego perfeccionaría.

Ojalá tuviera la crítica de Molina Foix delante y en una tercera vez hallar la que él define como obra maestra absoluta, de momento intentaré disfrutar de su última película, las expectativas se han puesto demasiado altas.

07/09/2023

El presidente del Borgorosso FC

 


Cerramos agosto con el esperpento del tema de Rubiales y el beso, no daré la lata con ello, aunque me han venido a la mente esas épocas en que ciertos presidentes de clubes eran los absolutos protagonistas de los medios de comunicación, incluso los que no éramos muy futboleros los seguíamos, aunque más bien por la comicidad que destilaban y sin tampoco pensar en sus negocios...

El cine español no aprovechó demasiado todos aquellos nombres que tenemos en mente, eran tiempos en que la españolada tal y como se entendía había sido fulminada por la Ley Miró y salvo alguna que otra referencia puntual, no hubo ni en plan cómico ni serio intento alguno de elaborar un guion que lo retratara.

Sin embargo, en el cine italiano sí tenemos una película que parodia la figura del presidente de club deportivo, es de 1970 y está interpretada por Alberto Sordi, se titula El presidente del Bergorosso FC. La dirigía Luigi Filippo D´Amico, un director que no se prodigó demasiado y que había escrito algunos guiones para el mismo Sordi. En esta había un guionista de lujo, Sergio Amidei que había colaborado con Rossellini o De Sica y que también para el actor había escrito algunos de sus mejores papeles como es el caso de Detenido en espera de juicio o Un burgués pequeño, muy pequeño.

En tal historia colaboró también Sordi y un exfutbolista Adriano Zecca, el resultado quedó algo lejos de las grandes comedias italianas, pero es una película divertida, el actor da vida a Benito Fornaciari, solterón que trabaja como bibliotecario en el Vaticano y que recibe a la muerte de su padre la herencia del equipo de fútbol del Bergorosso FC de cuarta división, a partir de allí hará de todo para tener contentas a las masas y que el equipo logre grandes resultados, incluso contrata a un estrafalario entrenador que también nos puede traer algún que otro nombre a la mente

Lo mejor de la película es sin duda saber reírse de temas tabúes como es la afición al fútbol tan interiorizada  en la genética italiana como la nuestra, pero los italianos siempre gozaron de más libertad a la hora de abordar las parodias, aquí se tenía que ir con el lenguaje críptico o que la censura no entendiera demasiado, por cierto, que cuando se estrenó en España se redujo bastante metraje debido a las palabrotas que no pasaron el "nihil obstat", años más tarde se dobló de nuevo, aunque por lo visto, también con reducción. 

Ya por comenzar, el personaje de Sordi trabaja en el Vaticano como bibliotecario, ya intuímos que habrá una doble moral en el personaje cuando coja las riendas de este calamitoso equipo. Su padre así lo es, su mansión la vemos decorada de retratos femeninos desnudos, en su empresa vinícola solo tiene contratadas a mujeres, la que lleva adelante el negocio (papel encarnado por Margarita Lozano) le confiesa que era la amante de él en secreto, pues él guardaba las formas de matrimonio honrado.

Sordi para ganarse los favores de la hinchada que se pone furiosa porque ha vendido a cuatro futbolistas, se reserva una imitación de Mussolini y esta es mostrada como dócil, inculta, malhablada… No le faltan también sus momentos dramáticos en los que se pretendía reflexionar más sobre el tema, pero la dirección opta más por cierta imitación del estilo felliniano en la trama final donde hay que leer entre líneas todo lo que pasa.



 El director filma mucho los ambientes futbolísticos, desde los bares hasta las barberías, no hallamos ningún personaje que se salve, muestra la corrupción dentro de este deporte y carga contra los otros estamentos, retrata a un alcalde corrupto que busca como puede quedarse con el equipo, el cura oficia la misa muy rápido para no perderse los partidos…. Quizá para suavizar la carga se utilizó un equipo de regional preferente, en sus estadios apenas hay gradas, solo cuentan con un suplente y con sobrepeso.

La figura del presidente, que quizá cuando se estrenó la película podía ser vista como excesiva, no lo es y con el paso del tiempo lo podemos comprar bien con cualquier nombre de esos que tenemos en mente, incluso actuales. Ante todo, lo que se denuncia  es la crueldad a la que se llega con lo que, en teoría, debería ser solo un juego.

 El presidente del Borgorosso FC fue una película que se adelantó a su tiempo, en España pasó sin pena ni gloria, rondó los 300.000 espectadores, cifra bastante baja pues las películas de Sordi tenían su público en nuestro país. A ello hay que añadirle la irregularidad de su director, aunque a pesar de sus carencias le salió una película a la que vale la pena echarle un vistazo. La tienen en DVD, pero creo que en las plataformas no la conocen, como suele pasar con bastantes títulos del cine italiano.

 

El reportero (Michelangelo Antonioni, 1975)

La figura del director Michelangelo Antonioni con el tiempo ha sufrido evoluciones que van desde quienes lo consideran todo un genio del sé...