25/07/2024

Cuenta conmigo (Stand by Me, 1986)

 



Ya que los telediarios no paran de recordarnos las altas temperaturas, mejor hablar de lo positivo de estas fechas y poder evocar otros tiempos sin amargarnos tampoco demasiado. Comentaré Cuenta Conmigo (Stand by Me) dirigida por Rob Reiner y que se basaba en un cuento de Stephen King llamado "El cuerpo" dentro del libro Different Seassons. Era una producción de la Columbia del año 1986 y narraba las andanzas de cuatro muchachos en un pueblo rural de Oregón que dejaban todo para buscar a un chico desaparecido.  En nuestros cines llegó en agosto del año siguiente, su estreno no fue tampoco un gran éxito, pero con el tiempo adquirió características de película de culto para ciertas generaciones.

En el reparto encontrábamos nombres luego míticos como el del recordado River Phoenix como Chris o el entonces carismático Corey Feldman como Teddy. A su lado otros que tuvieron más fama en la televisión estadounidense como  Jerry O´OConnell o Will Wheaton que era el protagonista con el nombre de "Gordie" en la versión original (nada que ver con “gordo”, de ahí que en el doblaje se le llamara Corni.) Richard Dreyfuss lo encarnaba de adulto y convertido en un escritor, un día leía que Chris uno de los miembros de ese grupo había muerto acuchillado tras intentar mediar en una pelea de un bar, lo cual ocasionaba que se pusiera a escribir sobre ellos y aquel verano de 1959 donde iniciaron aquella aventura.


Rob Reiner, su director, encadenó en los 80 una serie de títulos que si bien no todos fueron tampoco taquillazos , sí lograrían poco después beneficios ya fuera en pases televisivos o con el VHS, hablamos de La princesa prometida (1987), por ejemplo, que en su momento pasó inadvertida, aunque pueda sorprendernos el dato. Sí tendría más suerte comercial con Cuando Harry encontró a Sally (1989), Misery (1990) que sigue siendo una de las mejores adaptaciones de Stephen King o el drama judicial Algunos hombres buenos (1992) donde conseguía recuperar esa aureola del cine clásico y ofrecernos un careo inolvidable entre Jack Nicholson y Tom Cruise.

El cine de los 80 se caracterizó mucho por una suma de productos dirigidos a un público adolescente/juvenil, las modas imperantes decían que al cine mayoritariamente iban jóvenes y que había que ofrecerles títulos acordes con su edad para no perderlos, una de las películas más emblemáticas de aquellos tiempos fue Los Goonies (1985), producción de Steven Spielberg que contaba las andanzas de un grupo de niños en busca de un tesoro. Realmente esa fórmula no era para nada nueva, sus raíces ya estaban en aquellos cortos de Hal Roach de los años 20 titulados aquí como La pandilla (Our Gang) y que con la aparición de la televisión se convirtieron en serie. En nuestro país aquellos ecos se veían reflejados en series como Verano Azul de Antonio Mercero o las películas de Parchís de Javier Aguirre. Precisamente fue en los 80 cuando en el programa de "La bola de cristal" de TVE se recuperó aquella serie de Roach a raíz del éxito de tales películas y en los 90 se intentó retomarla.

Cuenta conmigo se diferenciaba de Los Goonies porque para nada era una película infantil, aunque el guion jugaba con astucia para que les pudiera gustar también. Ya en el primer plano los vemos reunidos y fumando y diciendo palabrotas, el guion de Raynold Gideon y Bruce A. Evans, hombres de confianza de Reiner habían creado un híbrido de géneros con el material del escritor y encontrábamos suspense, drama, aventura, comedia, mucha introspección psicológica: sentimientos de culpa, incomprensión familiar, la amistad sincera, el tema de la muerte prácticamente presente en todo el metraje… Se dejaba curiosamente de lado el tema del sexo salvo con alguna que otra insinuación.


Más de un lector puede pensar que con las coordenadas temporales y geográficas no se va a sentir para nada identificado, pero eso no ocurre, todo lo que vemos es atemporal y ese es uno de los grandes logros del film y que tras casi cuarenta años de su estreno se siga viendo por público de todas las edades. Hay también un elemento que hace que la vivamos aun más intensamente, esa válvula de escape que podían ser las amistades y huir de un mundo cerrado, aquí el de ese pueblo rural, hay una frase irónica hacia el final que dice que estuvieron solo dos días con sus andanzas y que al volver el pueblo parecía más pequeño.

Como he dicho antes, para que tampoco el público infantil la rechazara se volvía a recurrir al niño obeso (en las películas antes citadas siempre había uno y acababa siendo incluso el más recordado), aquí el doblaje volvió a hacer de las suyas y lo llamaron groseramente “Culograsa” y aparece en un momento en que están los chicos contando historietas a la luz del fuego. Esa historia es casi como una autoparodia de un cuento de terror del propio King, vemos como el niño con problemas de sobrepeso por culpa de unas glándulas y no por comer más (se incide en ello) participa en un concurso de comer rápido y para vengarse de todos los que le insultan se pone a vomitar en plan Monty Phython en El sentido de la vida

Pero no solo se pensó en atraer al público infantil, aunque la historia sucedía a finales de los 50 no era el estilo que aquella generación prefiriera más, pero la utilización de la canción de B.E.King "Stand By Me" creaba un poder de nostalgia y de recuerdos que incluso la hizo volver las listas del "hit parade" aquel verano y posteriormente se utilizó en diferentes anuncios. Fue una táctica que había dado excelentes resultados en películas como Único testigo (1985) y el "Wonderful Word" de Sam Cooke.

Reiner supo utilizar bien todo el material, excepto la voz en off de Dreyfuss que me atrevo a decir que salvo en las escenas finales es totalmente prescindible. Con solo 85 minutos de metraje asistimos a este paso del mundo de la infancia al umbral de la madurez, crea una serie de juegos metafóricos como las apariciones del tren como una máquina mortífera y deshumanizada, los chicos corriendo por la vía ya forman parte de la memoria cinéfila de más de uno o también escenas como la de las sanguijuelas que evocan en un cierto grado a La reina de África y que parece que fue una vivencia verídica del afamado escritor. El director le había preguntado a King cuánto de la historia era verdad y le contestó: "Bueno, para ser honesto con usted, soy un mentiroso patológico y no sé lo que es realidad y lo que no es verdad. Pero si no es verdad, debería serlo".

Es un título que suele estar en plataformas y ha estado editada y es fácil de encontrar, si no la conocen, creo que se pueden llevar una sorpresa y si ya la han visto no está de más ahondar en cada uno de los temas que trata y pensar y reflexionar sobre la frase del final: "Jamás llegué a encontrar amigos como aquellos que tuve cuando tenía doce años. Pero...¿hay de veras alguien que los encuentra?"

18/07/2024

Adiós a Classics.

 



El pasado 28 de junio con la proyección de Lo que el viento se llevó acababa la tercera temporada del programa "Classics" de José Luis Garci, los seguidores esperábamos ya la vuelta del cuarto año, pero hace una semana y por la red Twitter la tertuliana Noemí Guillermo anunciaba que la TRECE no renovaba el programa y esgrimía que se le había exigido programar solo en color. Algunos medios recogían la noticia, entre ellos La Razón que matizaba que la cadena no había transmitido una consigna específica de evitar películas en blanco y negro, sino programar películas más modernas, algo que Garci rechazó, aparte que las audiencias "no eran las adecuadas".

La vuelta del “Qué grande es el cine” (así se llamaba el programa cuando comenzó en TVE) a la parrilla fue una de las mejores noticias entre tantos disgustos que los cinéfilos padecemos, en estas líneas de mi blog escribí que también nos podía reconciliar con la TRECE y la manera que tenia de tratar las películas. La cadena de la Conferencia Episcopal es de las pocas que emite cine clásico casi cada día, las que reúnen más parroquia son los westerns a última hora de la tarde y el cine español de los domingos. Ignoro cuáles eran los objetivos al fichar a Garci y si se le puso de condición algún pico de audiencia, algo por otra parte inevitable en un canal privado cuya máxima fuente de ingresos es la publicidad.

La TRECE tiene todo su derecho a renovar o no sus programas, no es una televisión pública y más que las audiencias necesita anunciantes, en los últimos meses apenas había publicidad en las películas que se programaban, dato que llamaba la atención. Creo que no ayuda a tender puentes ciertos comentarios malsonantes contra el canal muy en la línea del estilo de las redes sociales, hay que analizar y opinar siempre desde el respeto e incluso desde el agradecimiento porque fue TRECE quien recuperó el espacio e incluso aceptó que la tertulia fuera en blanco y negro, algo que personalmente lo considero un error. Es cierto, aunque esto es de lo que menos se habla, que ha habido errores que han hecho que quizá la audiencia no aumentara o no fuese la esperada como ese corte de publicidad en Casablanca mientras cantaban "La marsellesa" que desde este blog critiqué y que dio muy mala imagen al programa, continuos problemas de sonido en varias copias, algunas francamente difíciles de seguir e inexplicables como pasó con la emisión de El sur y no subir los programas de la segunda y tercera temporada en el YouTube. 

El debate del blanco y negro es antiguo por otra parte y nos vamos ya a los años 80 cuando Ted Turner que tenía en su poder gran parte de un catálogo de clásicos decidió colorearlas, una denuncia de Anjelica Huston y la justicia dándole la razón al ver lo que habían hecho con la película de su padre La jungla de asfalto provocó que el tema quedase algo aparcado. En el año 89 TVE programó un ciclo de películas coloreadas y tuvo bastantes seguidores, los directivos de entonces justificaron aquello y dijeron que había tenido un seguimiento de más del 40% de la población, el siempre atento Carlos Benpar denunció aquellas emisiones, pero otros directores defendieron al por entonces director del ente público Luis Solana como Martín Patino.

Pero el problema actual no es solo esto, la mayoría de televisiones apenas programan películas clásicas, incluso el espacio de la 2 de TVE "Días de cine clásico" tampoco destaca ni aporta demasiado por su selección, prácticamente no se emite cine europeo ni anterior a los 60. No podemos culpar solo a la TRECE de la caída del programa, más bien nuestras quejas siempre bien fundamentadas se tendrían que dirigir hacia la televisión pública que antaño contribuyó a que en España hubiera una generación que supiera valorar el cine como arte y no solo un simple entretenimiento. La falta de cultura cinematográfica actual determina que no se acepte una película por el hecho de que no sea en color, tenga un formato cuadrado o no esté en alta definición.

El cine siempre estuvo asociado a la magia y eso Garci lo refleja muy bien en sus libros, ya no solo el ambiente de esas salas con las cortinas cuando se abrían o el poder evadirse del rutinario mundo de forma bastante económica…Aquello fue desapareciendo, aunque la esencia seguía, el cine en televisión de mi adolescencia (los 90) tenía también ese lado de la ilusión, uno abría los diarios por la última página para ver qué se programaba, grabar esas películas de madrugada y dormir mal pensando que comenzaría más tarde y no cabría en esa cinta VHS, dejarnos arrastrar por esa hipnótica música del "Cine Club" de la 2 compuesta por Nacho Cano, descubrir las filmotecas, leer libros de cine, escuchar a Pumares…Me pregunto qué sienten por el cine los jóvenes de hoy.

La desaparición de Classics es un revés más para los que creemos en el cine y que se añade a otros como la desaparición del formato físico, el cierre continuo de salas o la aparición de nuevas censuras. Al desconocer objetivamente las razones por las que incluso José Luis Garci no ha podido despedirse de su audiencia no me es posible emitir un juicio y decir que mejor que siguiera, aunque fuese con un control más exigente... La coherencia es un valor que él siempre ha tenido y demostrado y solo me cabe respetar su decisión.

11/07/2024

Centenario Eva Marie Saint: 36 horas (1965)

 



El pasado 4 de julio cumplió 100 años la actriz Eva Marie Saint (Newark, Nueva Jersey, 1924), pocas veces podemos hablar de un centenario estando la  protagonista viva. Hija de padres cuáqueros (ya saben su estilo de vida si han visto La gran prueba…), de vida sencilla y fe estricta, estudió interpretación en el Actor´s Studio, ahí donde se formaron Marlon Brando, Paul Newman, Montgomery Clift… Su gran salto fue con el papel en La ley del silencio (1954) por la que obtuvo el Oscar, Hitchcock la llamó para Con la muerte en los talones (1959) y pasó a engrosar la lista de las rubias del mago del suspense en la que para muchos es su película favorita, sin embargo su carrera empezó a dar muestras de cierto estancamiento, según ella empezó a tener hijos y rechazar papeles, su representante preocupado le dijo que así no sería una estrella, pero ella le contestó que no deseaba serlo.  Aun así, siguió en un segundo plano, el de la televisión con series como Luz de luna (1985).

Su filmografía, aunque breve, está llena de títulos interesantes, de alguno hemos hablado en estas páginas como la divertida comedia de Norman Jewison Qué vienen los rusos (1966), Éxodo (1960), Su propio infierno (1962), La noche de los gigantes (1968)... Pero ya que muchos la asocian con el suspense por trabajar con Hitchcock he creído oportuno traer hoy 36 horas, un film de George Seaton del año 1965 basada en una historia original de Roal Dahl escrita en su cuento "Beware of the Dog" incluida en su primera colección de cuentos Over to you. En los créditos aparecen también como creadores de la historia los nombres de Carl K. Hittlman y Luis H. Vance. La Metro que producía la película les compró los derechos, pero luego se dieron cuenta que Dahl ya había escrito ese argumento, aquello provocó un lío y tener que pagar al escritor también para evitar denuncias.


El argumento era lo suficientemente atractivo para desarrollar una gran película, ambientada en la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) y en vísperas del desembarco de Normandía, los alemanes capturan a un oficial de los servicios de inteligencia americanos y lo someten a un lavado de cerebro: le hacen creer que la guerra ha terminado hace años para obtener información sobre los planes de los aliados.

Seaton que no es un nombre que pasará a la historia del cine como autor, sino como artesano había tenido algunos éxitos como Milagro en la calle 34 (ya saben, la de Natalie Wood de niña que no cree en ese Papa Noel encarnado por Edmund Gwenn) o La angustia de vivir (film más famoso porque la Academia que él mismo presidiría años después decidió darle el Oscar a Grace Kelly en vez de a Judy Garland por Ha nacido una estrella, algo que Groucho Marx declaró el mayor robo después del Edificio Brinks. Fue un buen director, aunque tenga marcada esta etiqueta que lo subvalora, dirigió comedias divertidas como Enséñame a querer donde Clark Gable trabajaba junto a Doris Day y aunque algunos dijeran que no, creo que había una química peculiar entre los dos bien llevada, también había desarrollado película parecidas a la de hoy como Espía por mandato, si ustedes quieren matar una tarde calurosa rápido mírenla porque tiene un ritmo endiablado y les va entretener tanto que ni siquiera se acordarán de que duraba más de dos horas. Ya al final de su carrera dirigió la mítica Aeropuerto.

En 36 horas, Seaton se encargó también del guion, contó con un buen reparto con un James Gardner que también había producido la película ya que le interesaba tener un papel complejo para aumentar su caché, la réplica se la daba Rod Taylor que quizá, sin quererlo, se lo comía ya que ofrecía una interpretación más improvisada. Y en medio de ellos una Eva Marie Saint que desde el primer momento ya intuíamos que tendría más protagonismo a pesar de ser un rol en apariencia secundario. Mostraba todo su buen hacer con aquella mirada fría, pero a la vez cercana y empática.

La película sale victoriosa en los aspectos de hacer creíble su historia, lo cual ya es un logro importante, sin embargo le falta ese toque maestro en ciertas situaciones que el director resuelve de manera algo rutinaria y hasta elíptica quizá con el objetivo de no querer alargar más las casi dos horas que dura. Uno de los actores que sale triunfante es John Banner, más famoso un año después por su papel en Los héroes de Hogan, su aparición refleja muchos aspectos, por una parte hay una bonhomía en él ambigua, una especie de querer reflejar en su conducta el absurdo de la guerra y cierta autoparodia, sus momentos recuerdan incluso a cierto toque Renoir de La gran ilusión y es donde Seaton se muestra más autor que aquello llamado artesano y que tan mal sienta a parte de la crítica.

36 horas fue una película editada en su momento en DVD y que actualmente la pueden encontrar en Filmin, una buena oportunidad para poder hablar de Eva Marie Saint y otras películas suyas que no sean las de Hitchcock y Kazan que a tenor de lo leído estos días parece que solo hubiera interpretado aquellas.

04/07/2024

Donald Sutherland in memoriam: Amenaza en la sombra (1973)

 


El pasado 20 de junio fallecía a los 88 años Donald Sutherland, prácticamente no paró de actuar hasta sus últimos días, fue un actor singular, ya su físico se apartaba de los arquetipos de estrella y a pesar de su gran profesionalidad nunca fue nominado al Oscar. Intervino en casi 200 películas, su popularidad le vino especialmente gracias a Robert Altman en MASH (1970), pero en sus inicios intervino en varias películas de terror curiosas hoy en día como El castillo de los muertos vivientes (1964), Doctor Terror (1965) o Te espera la muerte, querida del mismo año.

Para rendirle un pequeño homenaje he elegido otra de este género, aunque con más medios y en su día una película que dio bastante que hablar, se trata de Amenaza en la sombra (Don´t Look Now) de Nicolas Roeg, en ella da vida al arquitecto John Baxter que para intentar superar la muerte de su hija se traslada con su mujer Laura (Julie Christie) a Venecia con el encargo de restaurar una vieja iglesia. Durante su estancia conocerán a un par de ancianas que dicen haber entrado en comunicación con su difunta hija y que les advierten de un peligro inminente.


Roeg fue un director cuyo estilo fue alabado por cineastas posteriores como Ridley Scott o Christopher Nolan y no tanto por la crítica en su momento, sus comienzos fueron como director de fotografía, había trabajado en la segunda unidad con David Lean en Lawrence de Arabia y le contrató para Doctor Zhivago, pero ahí no se entendieron y le despidió, su trabajo más popular fue con Truffaut en Fahrenheit 451. En su faceta de realizador destacan Performance (1970) protagonizada por Mick Jagger en la que se vio una clara influencia de Borges, Walkabout (1971), The Man Who Fell to Earth (1976) con David Bowie o Contratiempo (1980) con otro cantante Art Garfunkel, pero es Amenaza en la sombra su película más famosa, su cine tuvo un bajón acusado después.

Envuelta en la polémica por una escena de sexo en la que se decía que era real, estuvo censurada y consiguió el calificativo de morbosa, algo que probablemente la perjudicara a nivel de valoración artística, en todo caso ha quedado como una obra para muchos de culto. En España se estrenó con casi dos años de retraso en 1975 y fue vista por  338.103 espectadores.

Aparte de su argumento terrorífico y las inquietudes psicológicas que va destilando, destacaba por estar rodada en Venecia, pero esta no se presentaba en plan turístico, no obstante estaba en auge el éxito de Visconti con Muerte en Venecia donde ya la habíamos visto decadente y de forma distinta a la acostumbrada. Otro dato a tener en cuenta era que se trataba de una adaptación de Daphne du Marier, cuyo nombre sonará a más de uno por haber escrito Rebecca o Los pájaros.

Roeg opta por superponer planos, mover la cámara con nervio, tender trampas al espectador, aunque si este es atento las irá hilando bien, más de un susto nos provocará y también alguna que otra  controversia cuando la comentemos, habrá quien le parezca una maravilla, para otros un bodrio pretencioso o un ejercicio de estilo que en manos de un Hitchcock podía haber sido otra cosa. Pero aparte de todo esto, destacar al actor homenajeado Donald Sutherland cuyo papel le provocaría incluso cierto encasillamiento, recuerden La invasión de los ultracuerpos (1978) o incluso películas como Como plaga de langosta (1975) cuya media hora final se aproximaba al género de terror. Descanse un paz un actor con 169 películas y que sin el carisma de las grandes estrellas conseguía con cada aparición llenar la pantalla.

El reportero (Michelangelo Antonioni, 1975)

La figura del director Michelangelo Antonioni con el tiempo ha sufrido evoluciones que van desde quienes lo consideran todo un genio del sé...