Cuenta conmigo (Stand by Me, 1986)
En el reparto encontrábamos nombres luego míticos como el del recordado River Phoenix como Chris o el entonces carismático Corey Feldman como Teddy. A su lado
otros que tuvieron más fama en la televisión estadounidense como Jerry O´OConnell o Will Wheaton que era el
protagonista con el nombre de "Gordie" en la versión original (nada que ver con “gordo”,
de ahí que en el doblaje se le llamara Corni.) Richard Dreyfuss lo encarnaba de adulto y convertido en un escritor, un día leía que Chris uno de los miembros
de ese grupo había muerto acuchillado tras intentar mediar en una pelea de un
bar, lo cual ocasionaba que se pusiera a escribir sobre ellos y aquel verano de
1959 donde iniciaron aquella aventura.
Rob Reiner, su director, encadenó en los 80 una serie de títulos
que si bien no todos fueron tampoco taquillazos , sí lograrían poco después beneficios
ya fuera en pases televisivos o con el VHS, hablamos de La princesa prometida (1987),
por ejemplo, que en su momento pasó inadvertida, aunque pueda sorprendernos el dato. Sí
tendría más suerte comercial con Cuando Harry encontró a Sally (1989), Misery (1990) que
sigue siendo una de las mejores adaptaciones de Stephen King o el drama judicial
Algunos hombres buenos (1992) donde conseguía recuperar esa aureola del cine clásico y
ofrecernos un careo inolvidable entre Jack Nicholson y Tom Cruise.
Cuenta conmigo se diferenciaba de Los Goonies porque para
nada era una película infantil, aunque el guion jugaba con astucia para que les
pudiera gustar también. Ya en el primer plano los vemos reunidos y fumando y
diciendo palabrotas, el guion de Raynold Gideon y Bruce A. Evans, hombres de
confianza de Reiner habían creado un híbrido de géneros con el material del
escritor y encontrábamos suspense, drama, aventura, comedia, mucha introspección
psicológica: sentimientos de culpa, incomprensión familiar, la amistad sincera, el
tema de la muerte prácticamente presente en todo el metraje… Se dejaba
curiosamente de lado el tema del sexo salvo con alguna que otra insinuación.
Más de un lector puede pensar que con las coordenadas
temporales y geográficas no se va a sentir para nada identificado, pero eso no
ocurre, todo lo que vemos es atemporal y ese es uno de los grandes logros del
film y que tras casi cuarenta años de su estreno se siga viendo por público de
todas las edades. Hay también un elemento que hace que la vivamos aun más
intensamente, esa válvula de escape que podían ser las amistades y huir de un
mundo cerrado, aquí el de ese pueblo rural, hay una frase irónica hacia el final que
dice que estuvieron solo dos días con sus andanzas y que al volver el pueblo
parecía más pequeño.
Como he dicho antes, para que tampoco el público infantil la
rechazara se volvía a recurrir al niño obeso (en las películas antes citadas siempre había uno y acababa siendo incluso el más recordado), aquí el
doblaje volvió a hacer de las suyas y lo llamaron groseramente “Culograsa” y aparece en un
momento en que están los chicos contando historietas a la luz del fuego. Esa
historia es casi como una autoparodia de un cuento de terror del propio King,
vemos como el niño con problemas de sobrepeso por culpa de unas glándulas y no
por comer más (se incide en ello) participa en un concurso de comer rápido y
para vengarse de todos los que le insultan se pone a vomitar en plan Monty
Phython en El sentido de la vida
Pero no solo se pensó en atraer al público infantil, aunque
la historia sucedía a finales de los 50 no era el estilo que aquella generación
prefiriera más, pero la utilización de la canción de B.E.King "Stand By Me" creaba un poder de nostalgia y de recuerdos que incluso la hizo volver las listas del "hit parade" aquel verano y posteriormente se utilizó en diferentes anuncios. Fue
una táctica que había dado excelentes resultados en películas como Único testigo (1985)
y el "Wonderful Word" de Sam Cooke.
Reiner supo utilizar bien todo el material, excepto la voz en off de Dreyfuss que me atrevo a decir que salvo en las escenas finales es totalmente prescindible. Con solo 85 minutos de metraje asistimos a este paso del mundo de la infancia al umbral de la madurez, crea una serie de juegos metafóricos como las apariciones del tren como una máquina mortífera y deshumanizada, los chicos corriendo por la vía ya forman parte de la memoria cinéfila de más de uno o también escenas como la de las sanguijuelas que evocan en un cierto grado a La reina de África y que parece que fue una vivencia verídica del afamado escritor. El director le había preguntado a King cuánto de la historia era verdad y le contestó: "Bueno, para ser honesto con usted, soy un mentiroso patológico y no sé lo que es realidad y lo que no es verdad. Pero si no es verdad, debería serlo".
Es un título que suele estar en plataformas y ha estado editada y es fácil de encontrar, si no la conocen, creo que se pueden llevar una sorpresa y si ya la han visto no está de más ahondar en cada uno de los temas que trata y pensar y reflexionar sobre la frase del final: "Jamás llegué a encontrar amigos como aquellos que tuve cuando tenía doce años. Pero...¿hay de veras alguien que los encuentra?"
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