A mediados de la década pasada, un nuevo rodaje de envergadura volvía a Sierra Nevada, se trataba de la película Un día perfecto (2015) de Fernando León de Aranoa. En la retina cinéfila han quedado grabadas varias imágenes de películas importantes que utilizaron sus vistas, tal fue el caso de Doctor Zhivago (1965) en la que apreciamos los Llanos del Marquesado del Zenete (Cerca de La Calahorra) y la sierra se convertía en los Montes Urales.
Escena inicial de Doctor Zhivago
Escena de La leyenda de un valiente. Fuente: Youtube
Otra producción de aquella década, La leyenda de un valiente (1967) fue rodada en El Padul, ahí la sierra se transformaba en unas imaginarias montañas de la India que recibían el nombre de Nadicor. Otras películas donde la hemos visto son la excelente El viento y el león (1975), rodada en parte en el Castillo de la Calahorra, el western Hasta que llegó su hora (1968), la película de aventuras La india en llamas (1959) o el thriller Fuga sin fin rodada en parte en Güéjar Sierra.
Antes del filme de Aranoa, dos películas habían vuelto a utilizar varios puntos de la sierra, en Caníbal (2013) podíamos observar el pico Veleta y la antigua carretera de la Sierra en la zona del Dornajo. En Libertador (2013), Sierra Nevada volvió a transformarse para ser los Andes americanos, parte del rodaje fue en la Hoya de la Mora, poco después de pasar el monumento de la Virgen de las Nieves.
Tráiler de Libertador (2013)
Un día perfecto inició su rodaje el 17 de marzo de 2014, producida por Mediapro y Reposado PC, contaba con la participación de Canal Plus, Televisión Española y “Televisió de Catalunya”, se rodó en inglés y se estrenó tanto en versión original como doblada al castellano y al catalán. El atractivo reparto contaba con Benicio del Toro y Tim Robbins, ambos ganadores de un Oscar por sus trabajos en Traffic y Mystic River, y con Olga Kurylenko (007 Quantum of Solace, Oblivion) y Melanie Thierry (Babylon A.D, The Zero Theorem)
El guion estaba basado en la novela Dejarse llover de la escritora Paula Farias, médica y cooperante en emergencias humanitarias para "Médicos sin fronteras". La trama, ambientada en la guerra de Kosovo, nos cuenta como un grupo de cooperantes trata de sacar un cadáver de un pozo, que alguien lo ha tirado dentro para corromper el agua y dejar sin abastecimiento a las poblaciones cercanas. La sinrazón de la guerra les provocará dificultades para poder llevarlo a cabo.
El director quería “una película rápida, directa, sin delicadeza, sin tiempos para circunloquios…”, lo cual consigue en gran parte, aunque deja tiempo también para ralentizar la acción y adentrarse en algunos diálogos para conocer más a fondo a los personajes.
El escenario fue preparado previamente durante dos semanas por un equipo de técnicos para asemejarse al poblado balcánico en guerra en el que se desarrolla la trama y envuelto en un gran secretismo. No se permitió a los medios fotografiar el set de rodaje, que durante varias semanas estuvo instalado junto a la Fuente del Hervidero, en Cumbres Verdes. Precisamente, sé del rodaje en estas fechas porque había venido de mi Barcelona natal al pueblo de Dílar para pasar unos días de vacaciones por la Semana Santa del 2014 y mi afición al cine me llevó a preguntar por este, pero no pude sacar ni una palabra. A mi regreso a la Ciudad Condal, ya me informé de por dónde se estaba llevando a cabo tal producción.
El filme tuvo una respuesta tibia en su momento, más de uno cree que fue porque el conflicto de Kosovo ya estaba pasado, pero León de Aranoa se defendía diciendo que “lo que se explicaba se podría utilizar en cualquier guerra: La primera baja en un conflicto armado es el sentido común. El hecho de ubicarla en Los Balcanes tiene que ver con el hecho de que estuve en 1995”
La mayoría de los diarios informaba del rodaje de la película y citaban Alquife, La Zubia y Monachil, curiosamente la prensa omitía Dílar donde pasa gran parte de la historia. En la zona del Cortijo Sevilla y del Canal de la Espartera se construyó el decorado del pozo con el cadáver en el interior, las vistas a Los Alayos son espléndidas. En los créditos finales si se cita el nombre del pueblo, así como el de Güéjar Sierra.
Se contaron con numerosos extras, lo que provocó un caos en la productora que se vio desbordada al no informar bien (Véase aquí )
Recomiendo ver este Un día perfecto, creo que en el momento de su estreno no se le hizo toda la justicia necesaria. Creo que es un digno título y espero que la futura lista de películas rodadas en Sierra Nevada sean de esta calidad.
Bibliografía: "La Vanguardia" (18-3-2014, p.39) "El Periódico de Catalunya" (17-5-2015, pp.70-71)
Ideal (18-3-2014) "Granada Hoy" (15-3-2014)
Se acabó el agosto y llega septiembre, un mes tan odiado
como amado, para muchos el inicio del año después de coger fuerzas. En cambio, otros
comenzarán más fatigados y bastantes ni empezarán ni finalizarán nada .
Pensando en las incertidumbres que tal giro del calendario
produce, me ha venido a la cabeza aquella película de Woody Allen que la tituló
simplemente September y que es de las menos recordadas de él. Nos vamos a
1987, el director ya se había consagrado lo suficiente y estaba en una etapa
creativa fuerte: La rosa púrpura de El Cairo, Hannah y sus hermanas, Días de
radio…De pronto vino con esta película que desconcertó algo a sus seguidores,
era algo así como cuando rodó aquellos Interiores en 1978 y que rompían
absolutamente toda relación con la comedia.
Pero el director sabía que no podía tropezar dos veces con
la misma piedra y a pesar de que September tiene muchos puntos en contacto con
aquella, definía a la prensa su nuevo trabajo como “mucho menos cerebral y más
cálido que Interiores, pero no tan amable como Hannah y sus hermanas”.
Fuente: Amazon
Esta vuelta a lo bergmaniano estaba envuelta también del
teatro de Chejov del que Allen ya se había fijado vagamente en Hannah y sus
hermanas con Las tres hermanas, aquí fija su mirada en La gaviota. La película
era bien simple, solo seis personajes más los que aparecen para comprar esa
casa de campo en la que no vemos ni un solo exterior, incluso todas las
cortinas están echadas. Rodaba, pues, una especie de pequeña pieza de cámara
con su toque particular.
No quedó nada contento al acabar el rodaje y resulta que
comenzó de nuevo, un lujo que ya se lo podía permitir, incluso cambió a varios
actores: Maureen O ‘Sullivan (la madre de Mia Farrow en la vida real) era
sustituida por Elaine Stricht, Denholm Elliot cambiaba el rol asignado y pasaba
a ser el vecino que había encarnado Charles Durning, Sam Waterston sustituía a
Sam Sephard que a la vez había reemplazado a Christopher Walken.
El director justificaba tales cambios al considerar que la
película le había salido lenta, con diálogos aburridos y que la tensión solo
aparecía al final. Pero tampoco quedó contento con esta versión y más de una
vez declaró que la tenía que haber rodado una tercera vez.
La comedia sexual de una noche de verano (1980) FilmAffinity
Hay quien dice que Allen realiza la misma película siempre,
yo matizaría que siempre expone el mismo fondo, aunque va variando la forma.
Esta casa de campo ya no es la bucólica y soleada de La comedia sexual de
una noche de verano de siete años antes, el director incluso aprovecha una
tormenta para dejarles sin luz y resaltar aun más esas vidas sin norte, en
September abunda el pesimismo, todos los personajes son fracasados.
Tampoco estamos en un apartamento de Nueva York y viendo sus
calles, todo el metraje está acompañado de cantares de pajaritos, grillos, etc. algo artificiosos, pero que le dan ese toque de redundar en el intimismo. El
piano y esas melodías maravillosas acompañan esos escasos 79 minutos de metraje
en que no le faltan escenas brillantes como cuando esos compradores de la casa
descubren a los personajes de Dianne Wiest y Sam Waterson besándose o esos
diálogos irónicos como el que le lanza Denholm Elliot al fracasado escritor de
que su obra es como la "Enciclopedia británica".
Los diálogos, sin embargo, no son lo densos que en un principio pudiera parecer, es un
filme bastante accesible y no reservado únicamente a seguidores del cine de
arte y ensayo, incluso hasta podría gustar a quien se siente alejado de su
obra. En el argumento toma prestada la famosa y trágica historia de la hija de
Lana Turner, tema que también sería utilizado poco tiempo después por Pedro
Almodóvar en Tacones lejanos.
La dirección de actores es excelente, aunque el personaje
del escritor no acaba de encontrar su lugar, quizá por ello utilizó hasta tres actores para este. El mejor momento es el diálogo que tiene con Jack
Warden sobre el sentido de la vida, le pregunta si hay algo más terrible que la
destrucción del planeta, este le responde que sí, saber que no importa y que
todo está hecho al azar, que se origina en la nada y desaparece para siempre, y que encima le pagan por probarlo.
Carátula (FilmAffinity)
El personaje de la madre encarnado por Elaine Stritch es el
que más protagonismo tiene, ingeniosamente la cámara enfoca sus fotos antiguas
entre botellas de alcohol, en una de las mejores escenas se mira ante el espejo
reflexionando sobre la vejez y lo dura que es, sobre todo cuando se siente una
con veinte años. El personaje de la hija encarnado excelentemente por Mia
Farrow es uno de los más pesimistas que se hayan visto, totalmente falto de
confianza, lleva encima la carga de lo que cometió en el pasado, hay un momento
en que la madre le dice que viste como una refugiada polaca.
Su contrapunto es
el que interpreta Dianne Wiest, indecisa e insatisfecha sin saber tampoco cómo
moverse en la vida. Tenemos también al gran actor Denholm Elliot que creo que
está bastante desaprovechado como un jubilado profesor de francés, también con
una visión amarga de la vida. Son pues, diversas personas que reaccionarán de
distintas maneras ante los mismos acontecimientos y temas
September en su momento la vio muy poca gente, se estrenó
encima en vísperas de Navidades de ese 1987, tal vez la Orion pensó que era una
buena alternativa al cine familiar de las fechas, Allen volvería al drama
intimista con Otra mujer, aunque aquí la crítica le arropó más.
Como seguro que la música les encantará, decir que el tema principal que suena se llama My Ideal interpretado por Art Tatum y Ben Webster y escrito por Richard A. Whiting, Newell Chase y Leo Robin. September está editada en DVD y en la plataforma Filmin se puede ver en la fecha que escribo esto.
El pasado domingo la Trece emitía por enésima vez El turismo es un gran invento con
Paco Martínez Soria y me dieron ganas de revisarla, en los últimos tiempos ha
crecido el número de defensores de su cine, el crítico Fausto Fernández
escribía en el Twitter del pasado domingo que era “la película que mejor
describa a la España del boom turístico 60s y a las peripecias que hemos tenido”,
y en otro mensaje y refiriéndose a Don erre que erre exponía que “no sólo le
hace un guiño al dictador del momento (al nuestro), sino que construye una
comedia casi perfecta que no habría desagradado a Billy Wilder.”
Fuente: FilmAffinity
Yo no iría tan lejos, pero sí que en muchas "españoladas" en
general encontrábamos de forma implícita cierta crítica social que la censura ignoraba o pasaba por alto. Así que busqué mi DVD de la película y quise programármela
con otra complementaria como hace La 2 en "Historia del cine español", entonces me
vino a la mente El Baldiri de la costa, película protagonizada por Joan Capri y
dirigida por Josep Maria Font (no confundir con Forn) y que encontré en YouTube
en una copia no muy buena, pero que es la única manera de disfrutarla.
Ambas son estrenadas en 1968, fecha significativa, aunque
aquí se viviera de manera distinta, y en tales la temática es el auge del
turismo en los tiempos del 600. En El turismo es un gran invento, ustedes ya
sabrán la historia de memoria, un alcalde decide convertir su pueblucho en un
centro turístico para progresar y evitar que la gente joven se vaya a la ciudad.
Tras la apariencia de película de Martínez Soria se encuentran temas más
profundos como pueden ser la España vaciada de la que ahora se habla tanto, el
retraso cultural de la España rural y al plan del Desarrollo económico y social.
El guion es lo suficiente
habilidoso para ir metiendo en calzador tales asuntos, aunque superficialmente y siempre con las vestimentas de lo que era la españolada típica en la que no faltaban las chicas extranjeras ligeras de ropa, la música de García Abril, secundarios excelentes y el buen oficio de Lazaga que no llegaba al destape chabacano de los 80 y que aprovechó al máximo el tirón de Martínez Soria.
Manuel Fraga. Fuente: Wikipedia
Escrita por Pedro
Masó y el habitual Vicente Coello hay una clara referencia irónica a ese
Ministerio de la Información y Turismo que entonces presidía Don Manuel Fraga
Iribarne. En un momento del filme, tanto el alcalde como las fuerzas vivas se
atreven a ir a Madrid para reunirse con él ya que en un diario
dijo que no debería quedar ningún sitio sin ser zona turística.
Lazaga conseguía un producto divertido, simpático y
agradable de ver, lleno de contrastes entre esa vida de un pueblo de la España
profunda donde al médico solo le llamaban para prescribir las defunciones y que
estaba tan alejada de ese deseado “desarrollismo. La frase que suelta al
principio de “El pueblo es lo nuestro, aunque sea un asco” se matizaba después y
la ironía de la primera parte cedía a un sentimentalismo y a unas esperanzas que
el público más enterado se daba cuenta de que no llegarían.
Como suele ser habitual en el director, un prólogo resumía parte
de lo que nos quería mostrar con todo un festival de zonas turísticas y una voz
en off irónica, atención merecía esa pequeña aparición de Jesús Guzmán comiendo
una paella y a toda prisa ya que el turista tenía que aprovechar todos los
minutos posibles, ahí veíamos también referencias a las familias numerosas en
coche, a la arquitectura descontrolada y a esa España que progresaba “((El turismo) que ayer aunque ya estaba en el diccionario, nadie sabía
lo que significaba, entre otras cosas porque nadie quería hacer)
Fue otro gran éxito de taquilla, en su momento contó con 2.259.725
espectadores según la base de datos del Ministerio de Cultura.
Ese mismo año se estrenaba El Baldiri de la costa, suponía
el primer papel protagonista de Joan Capri, un magnífico cómico catalán, aunque
poco conocido en el resto de España. Compartía con Martínez Soria el hecho de
haber ya trabajado en bastantes películas, aunque de secundario, y participar
en un teatro popular querido por el gran público, pero menospreciado por la crítica. Sus monólogos han sido y son reivindicados aun, de él dijo
Fernán Gómez que el mejor cómico que había en España se encontraba en Barcelona
y era él, Julián Marías que escribió que se tenía que aceptar el diálogo
porque de monólogos solo aceptaba los de Capri o Joan Pla que lo incluyó en sus Homenots y dijo de él: "Sólo hay que tener ojos en la cara para ver que Capri es el
único actor real y auténtico que ha aparecido en nuestro país en los últimos
cincuenta años"
El abogado, el alcade y el notario. FilmAffinity
La película ya tenía cierta popularidad en Cataluña al haberse
visto en teatro, estaba escrita por Joaquim Muntañola, dibujante del TBO y autor
de otros éxitos como el “Ja tenim 600”, Pau Garsaball la había protagonizado.
Nada menos que Antonio Isasi-Isasmendi (Estambul 65, Las Vegas, 500 millones)
decidió que podía ser rentable en cine y la produjo. Estrenada el 12 de julio
del 68 en el Cine Novedades de la Ciudad Condal y en catalán, su éxito fue más
bien local, ya que en Madrid no llega hasta el año 72 y doblada al castellano.
El director alentado por los resultados, intentó que Capri siguiera en el cine y
rodó El abogado, el alcalde y el notario, pero esta pasó desapercibida y por desgracia el actor acabó siendo doblado en la versión castellana por Joaquín Díaz, la voz
habitual de Jack Lemmon, por lo que perdía su principal arma y no cuajó.
El Baldiri de la costa es una película que merecería ser
rescatada de ese olvido, hay una combinación de diversos tipos de humor, desde
el irónico al negro, pasando incluso por el surrealista…La crítica social se
muestra algo más explícita que en la de Lazaga, aunque pasadas por el tamiz de
lo cómico. El actor se dirige a menudo a la cámara como ese campesino que se convierte en alcalde de “Sant
Ciprià Sur Mer” y cae en la tentación de llenarlo de turistas. La película no esconde ni suaviza para nada su repulsa al boom turístico,
el tema más presente en el guion era el de la pérdida de la cultura propia con esa especulación inmobiliaria que incluía escenas notables como esa ventana tapiada, esa Tossa vista con rascacielos, la
referencia al polémico hotel Cap Sa Sala de Begur que provocó en su momento un impacto medioambiental, o el contraste de la vida tranquila en ese huerto que apenas tiene ya cabida...
Hotel Cap Sa Sal en la actualidad. Fuente: Wikipedia
No solo se centraba en la costa, también hay referencias a la
transformación que en esos años estaba sufriendo Barcelona con esos aparcamientos subterráneos en la Plaza Cataluña y el sinfín de obras inacabables. Otro aspecto tratado era el de la inmigración andaluza con más de un matiz, curioso papel el de Luis Ciges con diferentes empleos, entre ellos el de andaluz, cabe recordar que un año antes se había estrenado
La piel quemada de Josep Maria Forn (aquí no confundir con Font) y el guion lo aprovechaba.
Referencias también al divorcio, a la corrupción política, a los nuevos impuestos, al fútbol…En general, se puede decir que lo que se ataca es a esa
deshumanización en el que acaban las personas responsables de todo ello, en un momento se suelta la frase de que el turismo “beneficiará al pueblo, pero
no a los vecinos”
Resumiendo, dos películas que más allá de la comedia escondían
un mensaje que sigue siendo actual hoy en día, que el progreso sea para bien de todos y no solo de unos cuantos. Ese humor tan menospreciado en su día y calificado incluso de derechas, rancio y conservador se atrevió a cuestionarlo en los 60, algo que cierta clase intelectual que presume de ser tan social no se dignó y pasaba las vacaciones en esos hoteles y torres de lujo.
Seguro que a
la mayoría de mis lectores más de una vez alguien les habrá estropeado el final
de una película, es lo que el lenguaje de hoy en día llama “spoiler”. El
término me resulta repelente, pero la RAE tampoco ayuda mucho a la liquidación
de tal anglicismo ya que recomienda que se use “destripe”.
Algún que
otro crítico de cine para hacerse perdonar la afición por contar los finales,
se fabrica la teoría de que no es lo más importante a la hora de valorar la
obra, pues en más de una ya sabemos cómo acaban. A mí me han fastidiado muchos,
desde Psicosis, El planeta de los simios, El corazón del ángel, El sexto
sentido…
Repasando
títulos me ha venido una de suspense que tenía la peculiaridad de que la voz de Douglas Fairbanks Jr., su productor, pedía después del "The End" que no dijéramos nada y que quien guardaba un secreto, guardaba a un amigo. La película era Sombras acusadoras de 1958 y estaba dirigida por Michael
Anderson, nombre que les sonará por La vuelta al mundo en 80 días y
posteriormente Las sandalias del pescador o La fuga de Logan, entre otras muchas.
El filme tenía
también el atractivo de estar rodado en plena Costa Brava, la mayor parte sucede
en Tamariu, pero también podemos observar Palamós o Tossa de Mar y unas
imágenes en la misma Barcelona al comienzo. Tal década de los 50 fue la de oro
para la citada costa a partir del rodaje de Pandora y el holandés errante,
posteriormente otras producciones internacionales le dieron fama como Decameron
Nights en Blanes, Mr. Arkadín en S´Agaró, El jardinero español en Palamós o
De repente, el último verano en Begur.
Por
desgracia, a notables películas de intriga de esta época se le coloca el epíteto
de hitchcockiano para bien y para mal, algo que provoca que se vea con el prejuicio de ser una imitación. A
pesar de las comparaciones con el maestro del suspense, Anderson logra un
notable trabajo con sus movimientos de cámara, planos angustiosos, manejar a sus pocos actores y mantener la intensidad de
la historia.
Anne Baxter
era la protagonista, otra gran estrella que llamó la atención a los
habitantes de la costa que ya se acostumbraban a ver a Ava Gardner, Joan
Fontaine, Orson Welles, Dick Bogarde o Liz Taylor. En el reparto figuraba
también Richard Todd, un actor bastante olvidado hoy en día, pero popular también en aquellos años y que compaginaba sus papeles en
películas de aventuras como las de la Disney, con otros más
dramáticos. La guinda la ponía el siempre eficaz Herbert Lom, aunque la memoria
cinéfila lo recuerde principalmente por haber sido el comisario Dreyfuss del Inspector
Clouseau en las películas de La Pantera Rosa de Blake Edwards.
El rodaje de la película fue captado por el fotógrafo de Palafrugell Josep Granés Hostench (1915-1982) y sus imágenes han sido exhibidas en algunas exposiciones. Lástima que no podamos verlas por la red, serían no ya solo un gran documento cinéfilo, sino de historia de la Costa Brava.
Si les ha entrado la curiosidad para ver ese final que no hay que contar, el film se encuentra en la plataforma Filmin y en DVD está editada por Cinecom.
Y ya lo
saben, si quieren seguir manteniendo las amistades, no desvelen nada…
Mediados de agosto, calor intenso, más de un lugar prepara
sus fiestas mayores…Un recuerdo siempre viene hacia mí estos días, mi barrio de
Gracia con sus vecinos engalanando las calles y rivalizando entre sí para llevarse
el primer premio. Más de una suele recrear alguna película y es que en sus
venas aun corre esa cinefilia que nunca debió perderse y que sí era una
verdadera seña de identidad, aunque la mediocridad política nos quiera decir e
imponer otras.
No se preocupen, que no les voy a hablar de las fiestas, pero
sí me gustaría evocar el cine en Gracia, aunque esta página no me permita extenderme
como quisiera. No es nada fácil crear una entrada de un blog y menos en un mes
donde la mitad de tus lectores no te leen, cada semana comienzo con un esquema
de lo que voy a hablar, consulto el material del que dispongo y luego el
redactado, una vez finalizado hago de censor y corto mucho.
Cine Texas. Fuente: La Vanguardia
Demasiadas historias en esas calles que llegaron a albergar
multitud de cines, más de uno bien podría haber sido nuestro particular Cinema
Paradiso, pienso en el desaparecido "Comedia" de la C/ Gracia, en el "Texas" de la
C/ Bailén tristemente cerrado de nuevo y que aglutinó a varias generaciones,
desde aquellas que con el bocadillo de tortilla pasaban la tarde viendo La gran prueba con Gary Cooper, luego las varietés que contaban más de una vez con el artista Alady,
y luego otra película, aunque ya más flojita... O las de mi edad que iban con
palomitas, el único Alady que les sonaba era el Aladdin de la Disney y si en
aquella cartelera ponían una de Van Damme, mejor.
Cine Bosque en los años 60. Fuente: TotGracia
No fui mucho de ese Texas para bolsillos con pocos recursos y que en vez del zotal de antaño, olía a chándal usado de sábado por la mañana, pero más de una película de
esas de acción que tanto gustaban, hoy sería ya casi un clásico en comparación
con el cine actual. Iba más al Verdi, que era nuestra particular filmoteca y a
los grandes cines como el Bosque, el Diagonal, etc. Ahí ya había un acomodador que no sé por qué llevaba la linterna encendida antes de comenzar, estaban bien perfumados y la gente solía arreglarse, aunque a veces se pasaban con ciertas colonias y llegabas a odiarlas si te tocaba alguna cerca y te fastidiaban la película, añorabas incluso aquella ropa de gimnasia antes mencionada.
Cine Casablanca. La Vanguardia
Pero si yo me pongo a hablar de todo esto me sale un libro y
no un artículo, así que hay que darle al ingenio y que la inspiración venga a
pesar de los 41 grados que me toca padecer y una calima que no me deja ver nada
desde donde estoy. Por suerte, me vino a la mente un
cine olvidado de ahí, el Casablanca ubicado en la parte alta del Paseo de
Gracia, más conocidos como “Los Jardinets” o los jardines de Salvador Espriu.
Jaume Figueras. Fuente: IMDB
Se trataba de un cine de arte y ensayo muy pequeño con dos salas, algo así como el desaparecido Méliès, que buscaba un público cinéfilo. Se
inauguró el 13 de diciembre de 1980, y según el libro de Jordi Torras Comamala “Somnis
de reestrena: Història dels cinemes de Gràcia” fue una iniciativa de la
sociedad “Els cinemes del Passeig de Gràcia” creadas por el crítico de cine
Jaume Figueras que se encargó de la programación hasta el año 1991. Su primera
cartelera estuvo compuesta por la magnífica reposición de Johnny Guitar y en la
otra pantalla podíamos ver esa rareza de David Lynch que es Cabeza borradora.
Durante mucho tiempo tuvo en cartel Bagdad Café, película
que en su momento fue todo un éxito inesperado y revitalizó el concepto
de “arte y ensayo” que no vivía sus mejores tiempos. Incluso se asocia el
recuerdo de la película con el del cine, pero a mí me pasa más con otra, Cliente
muerto no paga de Carl Reiner de 1982
Esta se había
estrenado un 22 de octubre de 1982 en el Maryland de la Plaza Urquinaona (un cine más recordado por convertirse
en sala X unos años más tarde), un mes más tarde llegó a los Casablanca. Es un
filme bien curioso dirigido por Carl Reiner y protagonizado por Steve Martin
que en aquellas fechas no era conocido en España. Se trataba de un homenaje al
cine negro, una especie de pastiche que gracias a un gran montaje de repente se
colaban retales de grandes clásicos de los 40 y como si de "Los fantasmas del
Roxy" de Marsé se tratara, aparecían en aquella pequeñita pantalla de aquella sala.
De pronto el detective encarnado por Steve Martin era
disparado por el Alan Ladd de El cuervo, o la Lana Turner de El cartero siempre
llama dos veces le llamaba para declararse, con el James Cagney de Al rojo vivo
se escapaba de la cárcel e incluso se permitía disfrazarse de rubia y bailar
con el Fred McMurray de Perdición... Si las cosas salían mal, siempre estaba
Bogart para llamarle…
El argumento funcionaba solo como pretexto, aderezado con
varios gags y situaciones cómicas bien resueltas. Uno pasaba una hora y media
divertida de ejercicio cinéfilo, si te conocías las películas aun disfrutabas
más, y si no, te daban ganas de verlas. Además de esto fue la última
colaboración de dos nombres míticos: la diseñadora de vestuario Edith Head y el
músico Miklos Rozsa.
Steve Martin. Fuente: IMDB
La carrera de Steve Martin fue creciendo en popularidad, hay
algunos que no les gusta nada, pero un repaso por esta nos permite disfrutar de
películas como Dinero caído del cielo, su papel de dentista en La tienda de los
horrores, la reivindicada Mejor solo que mal acompañado, la divertidísima e
ingeniosa Un par de seductores o aquella comedia que quizá algún día se le
reconocerá su valía como es Tres mujeres para un caradura, entre otras.
En el año 91 y en agosto se repuso Cliente muerto no paga en el
Casablanca que la ofreció en sesión golfa y estuvo nada menos que un par de
años, paseabas por delante y veías el cartel, más de uno la vio infinidad de
veces, era como recorrer esas calles adornadas de la Fiesta Mayor e ir viendo
sus detalles y redescubriendo otros.
Las crisis de las salas cinematográficas y falta de ayudas y apoyo fueron pasando
factura al Casablanca, aunque aun nos brindó sorpresas cinematográficas como
aquel año 1995 donde se pudo ver por primera vez la película de Michael Powell y de Emeric Pressburger restaurada A matter of Life and Death de 1946.
Un mal día del 2011 sus puertas aparecieron cerradas y ya no
volvió más, se dijo que fue por deudas, impagos, etc. Su final pasó bastante
inadvertido, ya no iba tanta gente y en aquella época también estaba en peligro
el Verdi que por suerte pudo sobrevivir. Los Jardinets veían perder otros locales entrañables como aquella tienda religiosa de más arriba que cada Navidad se convertía en una tienda mágica llena de trenes eléctricos y cascanueces o aquella librería grande de delante que cuando comprabas un libro te decían si lo querías envuelto o en una bolsa, uno pedía obviamente la primera opción, aunque fuese para ver como cogían esa barra de pegamento y te pegaban el sello de la tienda...
Cine Casablanca: Fuente La Vanguardia
Ya saben, el 15 y si el COVID no da mucho la murga, empezarán las fiestas de Gracia y sus calles cambiarán
su fisonomía también para soñar un escenario distinto al habitual de la vida
diaria, como hizo aquel Casablanca más de treinta años. Mi pregón de tales fiestas será ver esta película en recuerdo y homenaje a toda la gente que de verdad
trabajó por el bien del barrio, o de la Vila según prefieran, y que nunca
tuvieron ni una mínima subvención ni ayuda, más bien todo lo contrario. Su único carnet que no hacía falta mostrar ni te lo exigían, fue el de la
humildad y sus imposiciones fueron que disfrutásemos con la cultura, ahí cabíamos todos
Con el mes de agosto, uno cree que tiene más tiempo para todo, se supone que es una época de relajación, de cierta evasión de la vida ordinaria en la que uno, si ve cumplidos sus deseos, alcanza la felicidad casi absoluta, pero en mi caso no sucede. Siempre tengo una larga lista de espera, y entre estas, una de películas para ver. Entre los títulos a revisar, tengo bastantes de Eric Rohmer, aquel cineasta del que Gene Hackman decía que su cine era como ver crecer la hierba en La noche se mueve, personalmente a mí no me aburre, incluso me entretiene, aunque puedo entender perfectamente a quien no le guste.
En la plataforma Filmin hay una interesante muestra de su cine, la mayoría de las copias están remasterizadas y son las que distribuye "A contracorriente" en DVD/Blu-ray. Así que hace 15 días empecé con La coleccionista, pero un fallo me fastidió el final, a falta de unos 30 segundos me sale un pantallazo con un código de error, algo que me ha sucedido con otros títulos. Por ejemplo, los títulos de crédito de bastantes me desaparecen cuando faltan unos 30 segundos, les escribí y me respondieron que el problema era la codificación (?) y que no era debido a mi dispositivo, o sea que el problema es general y que daban parte para que se resolviera. Al cabo de unos días ya se podía ver bien el final, sin embargo, sigo sin poder acceder a los créditos de otras que también les cité como Manhattan o Toma el dinero y corre de Woody Allen, pero como la mayoría no ve los créditos no se dan cuenta.
Cuando hay un error, te entran ganas de maldecir a todos los que lo provocan y ciertamente, mal lo tenemos los cinéfilos ya que cuando no es esto (ahora no hablo de Filmin), es el formato mutilado de Sabrina que exhibe la TCM y que La 2 quiso apuntarse también hace unas semanas o la Trece que a este paso acabará empezando las películas por la mitad.
Con estos calores, donde ese “más tiempo para todo” nos permite filosofar y reflexionar. intento ser comprensivo. Me vino a la cabeza qué pasaría si un mal día dejaran de existir las plataformas, los DVDs estuvieran llenos de hongos, ya no quedara ningún reproductor a la venta, o incluso qué pasaría si la Trece la cerrara el Cardenal Omella como quiere hacer con no sé cuántas parroquias de su diócesis de Barcelona…Al menos la gente sigue viendo películas del oeste, aunque a la Conferencia Episcopal no le guste como canta Tex Ritter la canción de Solo ante el peligro del principio ya que siempre desaparece en sus incontables pases.
Pero mientras haya errores y nos podamos seguir quejando, señal de que existen y podemos seguir viendo el cine en casa, no de la manera correcta, pero menos da una piedra, es nuestra única manera de ver el cine y algo de cariño incluso les tenemos. Me vino a la cabeza cuando de niño veía películas en TVE, una tarde echaban La vuelta al mundo en 80 días. El pase televisivo se vio salpicado de un corte cuando Cantinflas toreaba, un pantallazo y una voz en off de aquellas tan educadas y con perfecta dicción nos pedían disculpas y ponían la banda sonora de West Side Story, luego la cambiaban y ya ponían la de la película en cuestión. En casa alguien diría aquello cuando se estropeaba la emisión de “son ellos”, esos “ellos” me los imaginaba corriendo en busca de una cinta de celo, o lo mismo se había quedado atascada la película y no sabían dónde estaban las herramientas ese sábado por la tarde o tal vez mandaban al chico de los recados al videoclub rápidamente a buscar otra copia y a saber cuánto tardaría... Pero a los 10 minutos ya volvía la tranquilidad y la película seguía.
Con los años, las películas ya no se rompían en TV, pero el descuido de los programadores seguía, las madrugadas en los 90 estaban llenas de grandes películas, pero grabar de madrugada era toda una aventura, nunca comenzaban a la hora exacta, se necesitaba un cursillo de malabarismo matemático que nadie nos había enseñado y que tampoco nos haría subir la media de las notas, las ecuaciones de segundo grado eran simples adivinanzas al lado de todo eso.
Uno podía jugar con ventaja si ponía una cinta VHS de cuatro horas en vez de la standard de tres, pero te decían que aguantaría menos. Otros recurríamos también a aquello del SP/LP que los más nostálgicos recordarán y que los más jóvenes pensarán que me he vuelto loco. Grabar en LP te permitía que la cinta de 180 horas se doblara, así grababas toda la madrugada completa y te asegurabas ver la película, pero perdía la calidad de imagen y de sonido, algún día tendremos que hablar de aquellos tiempos del vídeo y de los videoclubs, que omito ahora porque no acabaría nunca.
Las televisiones generalistas, con los años, fueron olvidando el cine, apareció el DVD que al principio era carísimo, pero nos aseguraban que era el formato definitivo. Recuerdo que uno de los primeros títulos que compré fue el de Willow, tenía muchos extras y era barata, ahí el actor decía que por fin ya podíamos gozar para siempre de la película. Como futurólogo no se ganaría la vida…
Poco a poco vimos que los discos se rayaban, yo los conservaba bien, pero ibas a una biblioteca a alquilar alguna y parecía que habían cocinado una tortilla de patata encima.
No sé por qué algunos títulos se descatalogaron enseguida, me fui a todas las tiendas a buscar un packde Harold Lloyd y nada, pero en una biblioteca cercana a la zona alta de la Calle Balmes de Barcelona lo tenían para coger en préstamo. Cuando por fin lo tengo, veo que los discos están impecables, pero algún iluminado pegó el código con la alarma en la parte de lectura del disco. Aun recuerdo el espectáculo de algún empleado intentando quitarlo tras quejarme, el disco quedó finalmente archivado y tal vez acabara ahuyentando las palomas o de posavasos.
Nadie es perfecto como decían Billy Wilder e I.A.L Diamond, convivir con defectos es lo más normal del mundo y mientras los sigamos contando, será señal de que sigue existiendo esto del séptimo arte en casa. Hace tiempo maldecíamos las colas de los cines, ojalá ahora volvieran… Miedo me da cuando un día todo sea correcto y perfecto, quizá ya no seamos humanos. ¿ A ver cómo finalizarían el remake de Con Faldas y a lo loco?
El 28 de agosto hará 100 años que Fernando Fernán Gómez vino
a este mundo, su centenario no está teniendo el eco merecido, probablemente por
dos factores: La coincidencia con el de Berlanga y el desconocimiento de parte
de su obra. Como actor participó en 210 producciones, debutó en 1943 con
Cristina Guzmán de Gonzalo Delgrás y su última aparición fue en el 2006 en la
película Mia Sarah de Gustavo Ron, o sea que son 7 décadas de cine español.
Su ópera prima como director fue Manicomio en 1954, dirige
un total de 30 producciones, incluyendo las de televisión, entre sus títulos
hay obras que ya forman parte de la historia del cine como La vida por delante,
El mundo sigue, El extraño viaje, Mi hija Hildegart, El viaje a ninguna parte,
etc.
A ellas hay que añadir su obra de teatro Las bicicletas no
son para el verano que Jaime Chávarri llevó al cine en 1984 o la historia de Mi
General dirigida por Jaime de Armiñán, así como el guion de Los zancos de
Carlos Saura, etc.
Esas 7 décadas engloban toda una historia del cine español
en la que encontraremos todo tipo de películas y corrientes, desde las
peyorativamente llamadas españoladas, al cine de la transición, de arte y
ensayo, etc. Precisamente, cuando se celebra un centenario suele ser una
oportunidad para revisar y reivindicar la figura del homenajeado, completar
filmografías, consultar bibliografía, etc.
Fuente: Filmaffinity
Me he puesto a revisar su filmografía de director y me he
acordado de una que creo que llevo casi tres décadas sin ver. Se trata de Yo la
vi primero (1974), me he puesto a buscarla y no se encuentra en ningún lado, ni
editada en DVD, ni en ninguna plataforma, ni pases televisivos, creo que la
última vez que se vio por televisión fue a principios de los 90 y estuvo editada
en VHS.
Su argumento era este: Un niño de 10 años, Ricardo, está
enamorado de su vecina Paloma. Tras sufrir un accidente, queda en coma durante
25 años. Tras despertar, aunque sea un adulto tiene la mentalidad de un niño y
descubre que su amada se ha casado con un individuo despreciable.
En el guion colaboraron además de Fernán Gómez, otros tres nombres como Chumy Chúmez, que las nuevas
generaciones ya no lo conocerán, era un humorista gráfico, escritor y hasta
director de cine, algunos lo conocerán más como colaborador del antaño programa
de Tele 5 Este país necesita un repaso, que era la adapatción del que se emitía dentro del
programa radiofónico Protagonistas de Luis del Olmo bajo el título “El debate sobre el
estado de la nación”.
Chumy Chúmez. Fuente: RTVE
En el año 72 impulsó
la creación de la revista satírica Hermano Lobo donde colaboraron primeras
espadas como Forges, El Perich, Summers, Quino, Gila, Umbral, Vázquez
Montalbán, José Luis Coll… Su lema era “Semanario de humor dentro de lo que
cabe”, a cada publicación había que añadirle un plus de inteligencia para saber
burlar la censura.
El otro escritor fue Arturo Rubial del que poco sé, aunque
buscando he encontrado que fue uno de los guionistas de aquel programa de TVE
con Luis Aguilé que se llamaba El hotel de las mil y una estrellas de finales de los 70, más
recordado por un polémico striptease de Eva León disfrazada de monja que
provocó la supresión del espacio. Uno de sus guionistas era el mítico crítico de cine Carlos
Pumares.
Manuel Summers. Fuente: RTVE
El tercer escritor de la película fue Manuel Summers que era
el protagonista de la película, por aquel entonces había dejado su cine de arte
y ensayo como Juguetes rotos o El juego de la oca para dar paso a otro más
comercial con división de opiniones, pero conservando aun un peculiar humor negro e irónico. Acababa de filmar las exitosas Adiós cigüeña
adiós (1971) y su secuela El niño es nuestro (1973)
Fernán Gómez dijo del filme : “el tema de la película no
era excesivamente original, pero era muy tierno pensar que un niño conservaba
su mentalidad aunque crecía físicamente por haber estado en coma y luego el
hombre veía todo el mundo a su alrededor con esa mentalidad de niño cuando él
no lo era, esto tratado con el humor de Chummy Chúmez y Summers a mí me parecía
bien.”
Fernán Gómez acababa de dirigir para TVE el mediometraje Juan
Soldado, basado en la novela de Fernán Caballero y que decía que era su
mejor realización, anteriormente había dirigido la alimenticia Cómo casarse en
siete días y había tenido un fracaso con su Crimen imperfecto, algo así como
una traslación sin citar de Mortadelo y Filemón y que para alguno es una película de culto.
Luego vendría La
querida (1976), película al servicio de Rocío Jurado, con alguna que otra
pincelada artística, pero insuficiente en su globalidad, ya que su intención era
la comercial, afortunadamente su ingenio volvería a partir de la rescatada
Bruja más que bruja y Mi hija Hildegart, que servidor coloca entre las cumbres
de obra.
Yo la vi primero no tuvo en su momento buenas críticas,
tachada sobre todo como un chiste demasiado largo y que el director no había
sabido medir bien los tiempos. La actuación de Summers tampoco se llevó
elogios, le acusaban de repetir su papel de Polvo eres con los mismos guiños La
película, sin embargo, se vio con agrado en el Festival de cine de Molins de
Rei (Barcelona)
El periodista cultural Iván Tubau la alabó diciendo: no se
pierdan cuando se estrene “Yo la vi primero”, sin ser una obra maestra es una
película que se ve con gusto y sin vergüenza lo cual en el cine español no es
que sea muy frecuente.
En sus escasos pases televisivos la crítica cambió y hablaba
bien, incluso su argumento fue comparado con el de la película Big. Por
desgracia, no sé si por motivos de derechos o de pura ignorancia, llevamos tres
décadas sin saber de Yo la vi primero. Ni tan siquiera este centenario
algo descafeinado nos permitirá verla y poder analizarla bien. Simplemente por
esta unión entre los mundos de Fernán Gómez, de Summers o de Chumy Chúmez ya
valdría la pena visionarla. ¿Alguien se anima a rescatarla?