09/11/2023

Las dos inglesas y el amor (1971)

 



Hace una semana hablaba de Bajo el volcán de John Huston y las dificultades de adaptar una novela tan compleja. Las comparaciones son odiosas, manda el tópico, y peor resulta cuando te dicen que el séptimo arte es para gente que no lee. Precisamente hoy que el maldito móvil se ha cargado la poca lectura de algunos mientras iban en el metro, el cine es una de las herramientas más eficaces para acercar la literatura. Decía Truffaut que novelas como La piel de zapa, Teresa Raquin o Fromont jeune et Risler ainé le dieron el deseo y la esperanza de ser un novelista, defendía que sus películas hechas a partir de obras literarias eran homenajes filmados a libros que le gustaban.

En 1971 realizaba una de sus películas más personales: Las dos inglesas y el amor, dirigida en sus propias palabras a un público que amase la literatura y de ahí que fuese una película romántica y a la vez novelesca. Les deus anglaises et le continent era una novela escrita en forma de diario, el director la había leído cuatro veces y la tenía bastante interiorizada, su carrera cinematográfica estaba en pleno apogeo, aunque cierta crítica le acusaba de saltarse las reglas de la “Nouvelle Vague”, especialmente tras La sirena del Mississippi que aun hoy en día sigue siendo uno de sus filmes más enigmáticos.


 

 Quizá esas críticas llevaron al director a arriesgarse y crear un film tan de autor como este y para mitigar lo negativo volvía al mismo autor de Jules et Jim, Henri Pierre Roché, el mismo co-adaptador y dialoguista Jean Gruault, la música de George Delerue (al que reserva un breve papel) y un clima en la historia parecido. Trata sobre dos hermanas inglesas, Muriel y Anne, sucesivamente enamoradas del mismo hombre, Claude, un francés al que apodan "el continente". Su ritmo era pausado y preciosista, la cámara iba enfocando ríos, parques, sus paseos en bicicleta, sus almuerzos en la hierba, sus juegos, sus caballetes de pintura... Todo conjugado de tal manera que no caía en la cursilería, sino que atrapaba al espectador sensible, para ello contó con la fotografía de Néstor Almendros, el cual le había hecho un magnífico trabajo en El pequeño salvaje. Truffaut quería experimentar con el color, la luz que se crea es de tal belleza que uno siente no poder verla en una pantalla grande: sus blancos rebajados, el azul conjugado, el contraste entre Francia e Inglaterra, cierta evocación impresionista se apodera de cada uno de los fotogramas y ayuda a penetrar en el interior de los personajes.

 

Anne vendría a representar el amor libre, relajado, sereno…Muriel, al contrario, el avasallador, contenido y total, Claude vendría a ser un híbrido. Los diálogos entre ellos son espontáneos y sinceros, desprenden en más de una ocasión cierta ternura e incluso se opta por un erotismo sentimental omitiendo el físico. Se dijo en su día que Truffaut estaba evocando a las hermanas Bronte, pero también a su relación personal con las hermanas Catherine Deneuve y Francois Dorléac. Hay dos partes diferenciadas, en la primera se priorizan los aspectos recónditos de su personalidad y el amor de Claude hacia Muriel, en la segunda hay más acción y es cuando el protagonista inicia su relación con Anne.

Truffaut se reservaba la voz en off, recurso complejo y que suele ralentizar las películas, aunque aquí es tratada con bastante nervio y leída velozmente, típico en él. Se observa cierto bajón narrativo cuando empieza la segunda relación, se acumulan demasiadas secuencias cortas y demasiados fundidos en negro, aunque se va recuperando la fluidez poco a poco. Esto es debido a que la copia vista sigue teniendo cortes, incluso la estrenada en París estaba más reducida, de sus casi 140 minutos se redujo a 120 y luego a 108. En España se criticó el doblaje que se efectuó ya que omitía partes de la voz en off y las diferencias entre el francés e inglés, solución imposible a menos que se hubieran dejado fragmentos subtitulados. Ivan Tubau publicó una crítica en que la rebautizó como Las dos tijeras y el doblador, posteriormente se redobló

 

La película fue un fracaso, el director cambió de registro al año siguiente con una comedia Una chica tan decente como yo, bastante menospreciada incluso por sus más acérrimos fans. Luego se reconciliaría con el gran público, aunque divorciándose definitivamente de la "Nouvelle Vague", con La noche americana. El éxito de esta propició que volviera al cine intimista y rodara Diario íntimo de Adele H., en cierta medida una especie de remake virtual de la que hoy hemos comentado y otra lección en la que cine y literatura se podían dar la mano.

01/11/2023

Bajo el volcán (1984): Un Huston fallido

 


Hará cinco años que empecé este blog y he procurado en más de una ocasión escribir sobre películas poco reconocidas por la crítica o incluso desconocidas por una parte del público, más aún en generaciones nacidas a partir de 1990. Cuando hablo de estas, suelen ser obras que por una razón u otra me gustan, pero hoy traigo una que no me convence a pesar de ser de John Huston, cuya filmografía me atrae, aunque no me importa decir que tiene en su haber obras flojas, fallidas como este Bajo el volcán del que hablo a continuación e incluso inaguantables.


La primera controversia es el tema, tantas veces hablado de la adaptación cinematográfica de novelas, todo se resume en que son dos lenguajes distintos y que el director de cine lo que ha de procurar es trasladar su espíritu ya que, obviamente, es imposible trasladar todas las hojas al celuloide. Bajo el volcán fue escrita por Malcolm Lowry en 1947, tardó 10 años en acabarla, narra la jornada de un ex cónsul británico en México, Geoffrey Firmin, durante el día de difuntos de 1938, es un hombre alcohólico, desquiciado por los fantasmas de su pasado y que no ha sabido encontrar el amor. Es un libro complejo que muchos compararon con el Ulises de Joyce. Con tal dificultad no es de extrañar que una larga lista de directores no pudiese con ella, Buñuel la rechazó porque resultaba complicado visualizar una historia que sucede prácticamente en el interior de un personaje, Joseph Losey encargó a Cabrera Infante un guion, pero el escritor contaba que acabó en un manicomio sometido a tratamiento de shock y sublime ironía.


Entre la rumorología se dice que hubo hasta 30 guiones para poder adaptarla durante treinta años, parece que el primero que lo intentó fue el actor Zachary Scott, Jorge Semprún intentó escribir un guion, en el prólogo de la edición de Tusquets dice sobre Lowry que “su vida y su obra nos ayuden a destruir la funesta concepción de la literatura como vocación de servicio: que nos ayuden a comprender que un escritor no debe tomarse en serio […] que lo único que hay que tomarse en serio es la literatura misma”, tal frase la podríamos aplicar también en el cine y en cualquier arte. Incluso parece que hubo una oferta a Gonzalo Herralde, pero este acabó haciendo la película Jet Lag. Finalmente, un estudiante de literatura llamado Guy Gallo entregó un guion al productor Michael Fitzgerald y este se lo enseñó a John Huston al cual le había producido su película Sangre sabia, y este aceptó a sus 77 años y ya con problemas respiratorios debido a un enfisema pulmonar.

Huston estaba descolocando aun más a los críticos en aquellos 80, a la ya mencionada Sangre sabia, se une un musical familiar Annie y un divertimento comercial Evasión o victoria, realizar Bajo el volcán podía recuperar un nombre que empezaba a ser menospreciado por la crítica. Se rodeó de un buen equipo, el guiño a Buñuel y que no pudiera llevarla a cabo se materializa contratando a su fotógrafo fetiche Gabriel Figueroa, intentó que Richard Burton la protagonizara, pero este estaba con otros proyectos y recurrió a Albert Finney con el que tenía una buena relación desde Annie y del que llegó a decir que había hecho la mejor interpretación jamás vista. Para el papel de la ex mujer del cónsul recurrió a Jacqueline Bisset y el del hermanastro a Anthony Andrews. Huston, que había vivido en México largo tiempo, ya había rodado ahí, entre otras, El tesoro de Sierra Madre y La noche de la iguana, conocía bien su cultura, de ahí guiños como el contratar a Enrique López Tarso, el famoso Macario, cuya película comenté en este blog hace un año.


No cabe duda de que a Huston le interesó el personaje por encontrar más de una similitud en el tema del alcoholismo, él negaba que intentara autobiografiarse, aunque admitía que sus experiencias le servían para dar más profundidad al personaje. Defendía que el cónsul era un héroe y que su adicción a la bebida era un arma defensiva contra los ataques e insultos a la sociedad y a la vida que le rodeaba. Ante ciertas críticas por si estaba haciendo una apología del alcohol lanzaba un dardo: “¿No se tomaría Dios una copa si echara una mirada a lo que ha creado?” Que la acción ocurra el día de difuntos en México tiene su atractivo, como bien sabrán ahí es toda una fiesta, ya los créditos iniciales filmados por Danny Huston (su hijo) nos muestran ese mundo y la ambientación está conseguida, incluso hasta vemos un fragmento de un teatro ambulante con nuestro Don Juan Tenorio.

Sin embargo, la película acaba siendo fallida, aunque otra parte la considere excelente. Cierto que Finney ofrece una gran actuación, pero dos horas viéndole bebido acaba siendo cansino, más cuando no hay personajes secundarios en los que apoyarse y que nos sirvan para adentrarnos en su interior psicológico, solo el personaje de López Tarso en el comienzo funciona, aunque luego queda desdibujado. Peor aun resulta el personaje del hermanastro al que no se le saca todo su interior y que estaba participando en la Guerra Civil española, pero que había huido porque veía la derrota.


Solamente cuando Huston saca el manual de viejo director la película funciona, el clímax final es notable, recuerda a sus películas negras, pero resulta insuficiente para una película con multitud de temas como el del personaje derrotado que tan sabiamente supo reflejar en parte de su filmografía, así como otros temas como la doble moralidad, la política, el desengaño…Aun así esa falta de amor que ataca al personaje desde el primer momento y el mal presagio con esas vistas del volcán están bien enfocadas. Precisamente este Bajo el volcán también auguraba una época en el cine caracterizada por directores muy preparados, pero con mediocres guionistas y escritores.

 

25/10/2023

Centenario de la Disney: La isla del tesoro (1950)

 



El pasado 16 de octubre se cumplieron 100 años desde que los hermanos Walter y Roy Disney fundaran la "Walt Disney Company" y es evidente que tal efeméride merece una revisión de toda su gran obra. La mayoría habla, obviamente, de sus películas de animación y deja algo de lado sus producciones plenamente realistas, especialmente las clásicas. En este blog he hablado, desde que lo creé, de varias de estas, hoy me iré a la primera, la excelente adaptación que se hizo en 1950 de La isla del tesoro.




La idea de adaptar la mítica novela de Robert Louis Stevenson estaba en la mente ya de Walt Disney a finales de los 30 e incluso había pensado en una película animada, las consecuencias de La II Guerra Mundial congelaron el proyecto hasta que en 1949 se volvió a ello, se compraron los derechos de la obra que estaban en manos de la Metro que preparaba también una adaptación. Disney buscó las localizaciones en Inglaterra, concretamente en Bristol, Falmouth y la costa de Cornualles, mientras que los interiores se filmaron en los Denham Studios de Londres.

El reparto sería británico a excepción del actor infantil estadounidense Bobby Driscoll en su papel de Jim Hawkins, su mirada angelical, su rostro conmovedor y expresividad fue uno de los pilares para el éxito del film, así que Walt Disney no lo quiso cambiar cuando las leyes británicas se lo impedían por razones de edad, sus escenas fueron filmadas antes de que la justicia pudiera actuar y el tribunal de apelaciones declaró que Disney había infringido descaradamente la británica. El trabajo de Driscoll, que ese año había sido recompensado con un Oscar honorífico por sus trabajos en Danny (1948) y La ventana (1949), le valió ganar una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, posteriormente fue la voz de Peter Pan (1953) y Walt Disney tenía más proyectos para él, pero el cambio de físico y un caso severo de acné los paralizaron, problemas de salud y de drogadicción acabaron con su vida en 1968, incluso fue enterrado sin saberse quién era.

 

Para el papel de Long John Silver se contrató a Robert Newton, el cual lo borda perfectamente y sería el papel probablemente más recordado de toda su carrera y que repetiría en una secuela del film y en una serie. La interacción entre estos dos actores fue muy alabada y ayudaba a centrarse más en la relación entre los dos personajes, cierta crítica había visto mal que en la anterior versión de Victor Fleming las actuaciones de Jackie Cooper y Wallace Berry fueran concebidas como vehículo de lucimiento, opinión que no comparto



Sí, en cambio, se pude decir que Disney fue más fiel a la novela o a su espíritu, a pesar de varios cambios, entre ellos, el del final. El guion corrió a cargo de Lawrence Edward Watkin, habitual en producciones suyas como Los arqueros del rey (1952), La espada y la rosa (1953) o Darby y el rey de los duendes (1959). Es evidente que de su pluma salían muchas ideas del mismo Walt Disney, entre ellas que abundaran los planos del viaje visto a través de los ojos de Jim. Todo ello se tenía que materializar con un buen director y se contrató a Byron Haskin que aun no tenía una filmografía muy famosa como tal, pero sí en cuanto fotografía y efectos especiales, en 1939 había ganado un Oscar por la primera aplicación práctica en el cine del proyector de fondo de triple cabezal. Sus posteriores películas fueron grandes éxitos de crítica y público: La guerra de los mundos (1953), Su majestad de los Mares del Sur (1954), Cuando ruge la marabunta (1954)…

Haskin imprimió en la película una atmósfera opresiva, algo que gustaba mucho a Walt Disney, recordemos las escenas del bosque de Blancanieves y los siete enanitos, el incendio en Bambi, el fragmento de "La noche en el monte pelado" de Fantasía…La fotografía corrió a cargo de Freddie Young, cuyo nombre ya ha aparecido en anteriores artículos de este blog como uno de los grandes colaboradores de las superproducciones de David Lean, el "Washington Post" publicó en su día que era una de las fotografías en color más hermosas jamás tomadas.



El resultado final gustó mucho a Walt Disney, incluso no quiso aligerar el film, aunque pensó en incluir una secuencia animada, "Reynard, el zorro", contada a Jim por Long John Silver, sobre este personaje quería hacer una película, pero tenia dudas de si el "Código Hays" pondría problemas que le ocasionaran rechazo entre parte de su público, algunos bocetos fueron utilizados posteriormente para su versión animada de Robin Hood .

La novela de Robert Louis Stevenson fue adaptada varias veces en el cine, ya hemos citado la de Victor Fleming brevemente en 1933, posterior a la de Disney hay la dirigida por John Hough con Orson Welles en 1972. También tenemos una producción curiosa que supuso el debut de Fraser C. Heston en la dirección y que recurrió a su padre Charlton Heston para encarnar al famoso pirata y como Jim Hawkins teníamos a un joven Christian Bale. Los teleñecos (Muppets)  tuvieron su versión en 1996 y la Disney en 2002 volvió a recurrir al tema en una extraña versión que cambiaba el mar por el espacio en El planeta del tesoro y que supuso un gran fracaso. Lo cierto es que la influencia de la novela de Stevenson en el tema provocó que cierto estereotipo y que concibiéramos las novelas y las películas de aventuras con islas tropicales desiertas, mapas con una X, marineros con la pata de palo o piratas con loros sobre sus hombros.


17/10/2023

Hasta siempre, Pumares

 

─Sí, buenas noches, ¿dígame?

─Hola Carlos, ¿Qué tal?

─Fatal

─¿Por qué?

─Porque estoy trabajando

Este era uno de los comienzos habituales de las llamadas a Carlos Pumares en el Polvo de estrellas de Antena 3 Radio, programa cinematográfico que amenizó las madrugadas en una primera etapa desde 1982 hasta 1993. Con la entrada del Grupo Prisa a la citada emisora, varias de sus estrellas marcharon, aunque él se quedó dos años más si mal no recuerdo, pero el horario cambió y pasó a emitirse a las 20h y ya no era solo de cine, ahí Pumares dio espacio para la medicina natural, gastronomía, etc. No era tampoco ningún cambio brutal ya que le gustaba hablar de ello a menudo. Por desgracia esa Antena 3 Radio pasó en un año a ser "Sinfo Radio", una emisora solo de música clásica y Pumares se fue a la calle. Encontró ubicación en Radio Voz, emisora gallega cuyo proyecto era emitir para toda España, en Barcelona donde vivía no se escuchaba, así que le perdí la pista en 1994.

A mí me han echado de todos los sitios y me gustaría seguir haciendo radio, pero no me llaman, solo me recuerdan por el Fibergrán”, esta fue una de las cosas que me dijo en la sala 4 del Cine Verdi mientras esperábamos el comienzo de una película que se llamaba La vida sin Sara Amat del "BCN Film Fest", me encantó esos días poder haber hablar con él y le agradecí todo lo que había aprendido, confieso que al principio me dio miedo entablar conversación, soltarle algo que le enfureciera y me enviara a paseo, pero no fue así. Él puso de su parte y empezó diciéndome: “Lo bueno de este festival es que tiene unos horarios decentes, no como en Sitges que tenemos que ir en pijama, aunque ese es el mejor de todos” 

Conviene aquí hacer una parada en el texto y explicar qué es eso del "Fibergrán", a principios del 2000 Pumares pudo volver a hacer radio por la madrugada, fue a Onda Cero y entre película y película volvía con la medicina natural porque “ya ven ustedes los japoneses lo que duran”, en una de las llamadas con el doctor, este recetó a una mujer una medicina que se llamaba así, Fibergrán, la mujer no entendió bien el nombre y Carlos se prestó a ayudarla, el resultado fue este:

Puede que esto contribuyera a que Javier Sardá lo fichase para Crónicas Marcianas, ahí explotó y aumentó al máximo el personaje gruñón muy seguro de tener la razón, los que lo conocíamos no nos chocaba el fondo ya que repetía manías suyas como que la tortilla de patata es “solo de patata, sin cebolla”, recuerdo una vez que abrió el programa de radio diciendo que no le llamaran porque tenía que explicar algo grotesco que le había pasado, con voz serena empieza a contar que pide una tortilla de patata en un hotel, creo que dio el nombre, y que cuando se la sirven resulta que  me han puesto calabacín, qué vergüenza, ese cocinero tendría que ser expulsado” y etc., esta última frase gritando y luego preguntando a los oyentes qué les había parecido ese "atentado culinario".  Uno oyéndole hasta disfrutaba, era la madrugada, por lo que si alguien había sintonizado su programa para abrazarse a Morfeo, quedaba de nuevo desvelado por completo.

Sin embargo, entre esas extravagancias y su buen paladar, siempre repetía que iba a los restaurantes "Hispania" de Arenys de Mar con su habitual descripción inicial que era un lugar donde uno se jugaba la vida por una pirueta que había que hacer en la Nacional II y al "Giorgio" de Segur de Calafell al que le pedía que sirviera meriendas también, estaba el de un hombre culto, un cinéfilo que amaba el cine y que no le importaba decir si tal director venerado no le gustaba. A lo largo de los años ha tenido sus fobias, Hitchcock no era de sus favoritos, se ponía a explicar las chapuzas de sus montajes y a decir que Vértigo era mala porque a Kim Novak no le habían hecho la autopsia, de Woody Allen decía que era un gandul porque no realizaba el plano/contraplano, de Luis Buñuel dijo que El ángel exterminador era una tomadura de pelo “como casi todas las de él”, que Spielberg tenia que ir al psiquiatra porque siempre está poniendo bicicletas, señal que no le comprarían una.... No paraba de repetir que solo los grandes eran los que también hacían malas películas y que una vez le llamó la mujer de Berlanga enfadada porque había criticado Moros y cristianos, aquello le quedaría grabado porque no paró de repetirlo.

“Yo empezaba después de García y este decía al acabar que era ya muy tarde y que tenían que ir a dormir los oyentes, yo me enfadaba, pero es una gran persona”, esta fue otra de las frases que me soltó, añadiendo que cuando acababa, ponían la repetición de Supergarcía y que cuando explotó la Guerra del Golfo, con todas las noticias solo tuvo cinco minutos para poner una canción y dar paso otra vez a García.

"Fatal, fatal"... Así creo que estamos bastantes desde que el pasado 12 de octubre la cuenta de Cinemasmusic comunicara su fallecimiento en el Twitter, hacía un par de años que no sabíamos nada de él y al no acudir al Festival de Sitges el año pasado ya temíamos que su salud estaba mal. Muchos han sido los mensajes de afecto hacia su persona desde este mundo cinéfilo y casi todos se podrían resumir en que supo transmitirnos una afición al cine y aunque se enfadase o cortase la llamada, detrás había un buen tipo tal y como pude corroborar hace 4 años. No olvido aquellos especiales del monolito del 2001, los especiales de Qué bello es vivir (¿Recuerdan la escena cuando en El Crack 2, Alfredo Landa va a ver a Arturo Fernández? Se oye en la radio la voz de Martín Ferrand dando paso a un especial de Nochebuena de Pumares), la reivindicación del cine cómico mudo y sus admirados Stan Laurel y Oliver Hardy, con qué pasión explicaba sus gags…

Creo que sería injusto, aunque ahora me soltaría un grito, recordar que antes de Polvo de estrellas, había escrito varios guiones “espantosos todos ellos”, según él: La casa de las chivas de León Klimovsky, en su día todo un gran éxito de público a partir de la obra de Jaime Salom, Separación matrimonial de Angelino Fons, otra película que dio su dinero y tocando un tema polémico entonces, el estilo más que de dramón mexicano como alguno comentó, era más parecido al francés, con un final poco usual en el cine patrio. Luego vino Una mujer prohibida de José Luis Ruiz Marcos, incursión en el cine negro y El extraño amor de los vampiros otra vez colaborando con Klimovsky aunque en esta ocasión la película apenas tuvo difusión comercial. Para TVE escribió los guiones de El hotel de las mil y una estrellas, algo que años después declaró un gran error. En todos ellos aparecían otros nombres, pero él repetía que quien los había escrito en su totalidad era él. Y seleccionaba la película de La clave de José Luis Balbín.

Y de paso, acabo reivindicando el Polvo de estrellas televisivo del que nadie habla ( a ver si en Antena 3 TV pudieran poner un archivo para poder consultarlos) ahí daba paso a varias películas y entre ellas ofrecía entrevistas, información cinematográfica, etc. La cadena privada no gozaba de un gran catálogo de títulos por lo que la elección resultaba dificultosa. Si no recuerdo mal, una de las primeras que emitió fue El ladrón de Bagdad y La Kermese heroica curiosamente emitida en VOSE. Aquello no duró mucho y dejó de presentarlo tras unos meses, hasta apagaba el cigarro delante de todos, así era él, sincero, provocador, culto y buen tipo, pero ante todo un crítico cinematográfico que además era cinéfilo, pocos quedan que reúnan las dos condiciones.

11/10/2023

El sur (1983) inacabado de Víctor Erice

 


La última y maravillosa película de Víctor Erice aparte de traer serenidad al cine actual tan necesitado de esta, también ha despertado la curiosidad de varias generaciones que no les sonaba para nada su nombre. La última película suya databa de 1992, han pasado nada menos que 31 años para poder ver una nueva obra suya en pantalla grande. La crítica no ha reaccionado de manera tan uniforme como en aquellas únicas tres obras que nos brindó. Esta vez ha habido de todo, desde decir que es una obra maestra o un sopor inaguantable, pero lo que llamaba la atención en alguna era cierta desmitificación de su figura al exponer que más bien solo había realizado una película de verdad, su ópera prima El espíritu de la colmena, ya que El sur era una obra inacabada y El sol del membrillo un documental.



El estreno de Cerrar los ojos ha traído consigo la reposición de sus dos primeras películas en algunas ciudades, no así de El sol del membrillo que a pesar de contar con una nueva copia digital en 4K realizada por la Filmoteca de Catalunya en el 2017, no podemos disfrutar de ella comprando el Blu-Ray o DVD correspondiente o viéndola por televisión, misterios sin resolver y por desgracia habituales ya… Mientras hacía cola en el cine (sí, he escrito bien…) me comentaba una persona que había visto por primera vez El sur y que se había aburrido “porque era muy lenta”, me lo repitió más de una vez, le dije que estaba inacabada y si tenía conocimiento de ello, la respuesta fue negativa, me reiteró que esperaba que esta fuera más divertida porque estaba rodada en Granada…Me vinieron a la cabeza unas palabras del propio Erice en las que comentaba que las películas una vez realizadas ya no son del director, sino de la gente.

El sur es de 1983, 10 años después de su ópera prima, el director admitía no saber contestar a la eterna pregunta de tal tardanza: “He hecho El sur forzándome a mí mismo, un poco para poder comprender por qué he tardado diez años en hacer una segunda película” (Presència, mayo 1983). Su vuelta al cine por desgracia fue frustrante ya que es una película tal como él decía “inacabada como relato cinematográfico”, aunque tuviera la crítica a su favor. 


 

 


Ángel Fernández Santos con el que escribió el guion de El espíritu de la colmena y que estuvo un tiempo también trabajando en este, contaba lo siguiente: “la historia que Erice manejaba, era el resultado del encuentro de otras dos. Una, que transcurría en una ciudad castellana, procedía de un relato ideado por Adelaida García Morales, su mujer. La otra era de cosecha propia de Erice, parte de una saga familiar andaluza en la que años antes había trabajado. El encuentro entre las dos historias se había producido de una manera natural y creaba algunas dificultades de síntesis, pero no insalvables. Erice la salvó durante el pasado verano y el guion quedó terminado a finales de julio (…) hoy supe después por los periódicos que el rodaje se había interrumpido semanas antes de lo previsto, dejándose sin filmar la parte específicamente sureña del relato (…) (El País, 9-V-83). Así pues, un guion que estaba en torno a las 1000 páginas se redujo a unas 500.

La decisión de tal supresión fue del productor Elías Querejeta que le había financiado su primera obra, a lo largo de los años eludió el tema cuando se le preguntaba: “El sur es un filme acabado que hay que contemplar tal como es. Si el rodaje se suspendió o no, es algo marginal a la propia existencia del filme” (El Periódico, 28-V-83). Erice tampoco fue muy proclive a hablar del tema: “El rodaje fue detenido, en definitiva, yo lo he aceptado, esto, aunque no me pueda solidarizar con todas y cada una de las secuencias que el hecho comporta, a pesar de comprender algunos de los motivos (…). Yo soy consciente que el cine es un proceso industrial y lo asumo con todas las consecuencias (…) lucharé, si puedo, para completar esta historia (…). En cuanto los motivos que el rodaje no continuara, no quisiera entrar, no quiero polemizar ya que el productor no está presente aquí y respeto absolutamente su opinión.”

La relación entre los dos se enfrió, eran amigos, pero siguieron respetándose, quizá porque cada uno sabía de sobras cómo funciona el cine, sin Querejeta no hubiera habido El espíritu de la colmena y tal vez ni estaría hablando hoy de Erice porque lo mismo ni hubiera podido rodar nada. Cuando la productora dio la orden de la suspensión, todo el equipo estaba ya preparado para partir hacia Carmona (Sevilla). El director sabía hasta la hora del tren, y los actores, entre los que se encontraba Fernando Fernán Gómez, estaban todos contratados. Tanto director como productor hicieron público un documento firmado por ambos, donde se hablaba de la suspensión del rodaje, pero en el que se consideraba también la posibilidad de reanudar la película hasta completar el proyecto original.

Sin embargo, se produjo otro hecho que no gustó a Erice, Querejeta quiso llevarla al Festival de Cannes y el montaje se tuvo que apresurar, Erice comentaba que no era partidario de llevarla: “hemos tenido que acabar la película demasiado rápido, acelerar las mezclas de sonido. De aquí que el trabajo de la música no haya sido tan cuidado como hubiese deseado” Su pase por Cannes no fue del todo afortunado como se preveía, ya que se proyectó en la jornada postrera y pasó casi desapercibido. Al día siguiente se estrenó en Madrid con gran entusiasmo de la crítica, sin apenas objeciones a por qué no se había acabado. Un total de 437.581 espectadores la vieron durante los meses que estuvo en cartel, una cifra algo anodina e inferior a los 534.362 de El espíritu de la colmena.


Desde entonces, en cada visionado de El sur, para los que sabíamos los entresijos de la producción, nos imaginábamos qué hubiera podido ser, en algunos programas como Qué grande es el cine en 1996, Juan Cobos y Miguel Marías que habían conversado con Erice de esa parte no rodada, hablaban de un gran festival de colorido, del personaje aventurero que encarnaría Fernán-Gómez y un tono que probablemente incluso hiciera cambiar la imagen de Erice de director frío, casi nórdico. Se remarcaba que el director no quería hablar del tema y eso lo dijo con la condición de tener el magnetofón cerrado.(Pueden verlo en el siguiente vídeo al final del párrafo, a partir del minuto 43:22, se desvelan partes de la película por si no la han visto). 



Quedan muchas preguntas ya sin respuesta y varias contradicciones, como que Erice ya sabía que no habría continuación cuando montó la película. Y cuando uno ve El sur ha de verla por lo que hay, tal como decía Querejeta: “Ni una película ni un poema han de medirse por lo que sucedió durante la creación”.

En todo caso, ese qué pudo ser ya casi forma parte de la mitología de El sur, incluso viendo Cerrar los ojos uno se puede preguntar si ahí había algo del guion frustrado, como lo hay de El embrujo de Shanghai que no pudo realizar con el guion hecho. La historia del cine está llena de finales cambiados o montajes alterados (piensen en Orson Welles con El cuarto mandamiento, Sam Peckinpah con Mayor Dundee, Billy Wilder con La vida privada de Sherlock Holmes…), así que imaginémonos, si acaso, en palabras de Erice ese final “con acento romántico en su búsqueda incesante, siempre hacia el sur, cada vez hacia el sur, hacia los misteriosos y sabios Mares del Sur de Robert Louis Stevenson


05/10/2023

Centenario de Charlton Heston: Pasión bajo la niebla (1952)

 


Un 4 de octubre de 1923 nacía en Evanston (Illinois) John Charles Carter, bautizado por el séptimo arte como Charlton Heston. Probablemente sea uno de los actores más carismáticos de la historia cuya fama y filmografía fue y sigue siendo compartida por varias generaciones. En los últimos años de su vida se le criticó su pertinencia a la "Asociación del Rifle", la cual llegó a presidir. Cierta crítica cinematográfica lo marginó (prueba de ello es que apenas hemos podido revisar en las dos filmotecas más importantes de España una de sus películas para tal efeméride, esperemos que programen algo en los próximos meses…). Cierta amnesia “voluntaria” de algunos olvida su lucha contra el “apartheid” o su apoyo a directores sin medios para que pudieran acabar sus obras, casos de Orson Welles (Sed de Mal) o Sam Peckinpah (Mayor Dundee)


Precisamente, muchas de las películas del actor convendría verlas en pantalla grande, imagínense Los diez mandamientos, Ben-Hur, El Cid, 55 días en Pekín, El señor de la guerra, El planeta de los simios… Alejándonos de las Filmotecas, una de ellas ya hizo la misma jugada cuando la gran Olivia de Havilland cumplió los cien y encima estaba viva, sí que el actor ha tenido reconocimiento a través de libros (El universo de Charlton Heston de Notorius Ediciones o Charlton Heston, un héroe para la eternidad de Fernando Alonso Barahona y Juanma de la Poza. Por la red en el portal Decine21 se votó cuál era la mejor de él. La elegida fue Sed de mal, seguida muy de cerca por El planeta de los simios y Ben-Hur.  

Al no ser muy amante de las votaciones, ni de establecer un “top ten”, he pensado en recurrir a alguno de sus filmes no tan famosos, pero a la misma altura. Pensé en El señor de la guerra, El más valiente entre mil, Cuando el destino nos alcance…Pero al final, opté por Ruby Gentry, aquí titulada vulgarmente como Pasión bajo la niebla de King Vidor. Es del año 1952, el mismo en que el actor consiguió su primer y sonado éxito gracias a Cecil B-DeMille y su esplendida El mayor espectáculo del mundo. El actor se iba afianzado en la taquilla gracias a westerns o películas de aventuras de serie B para la Paramount como Hoguera de odios o El secreto de los incas, pero le faltaban papeles en que pudiera desarrollar más su talento y tal oportunidad no la desaprovechó.


Pasión bajo la niebla está ambientada en Carolina del Norte, ahí Ruby (Jennifer Jones) interpreta a una joven campesina de fuerte temperamento, la cual está enamorada de Tackman (Charlton Heston), un hombre que se va a casar con la hija de un rico hacendado. Por despecho, se casa con Gentry (Karl Malden), el hombre más poderoso de la comarca. Pero el matrimonio no será bien visto. El argumento bien podría ser tildado de folletín si no fuera por el oficio del director, que siempre le encantó mostrar al individuo frente a la sociedad, en este caso centrada en la figura femenina y la marginación que sufre. Más de un crítico la comparó con su anterior Duelo al sol, casi como una especie de borrador sin tener la producción de Selznick incordiando, aunque eso es relativo ya que al tener a su esposa también aquí, debió aguantar algún que otro “consejo”.

La sensualidad que despliega el filme no sería la misma sin Heston, el cual borda un personaje con garra, pasional y frío a la vez, desborda un erotismo que luego recuperaría en Cuando ruge la marabunta. Es de sus mejores actuaciones, y paradójicamente no suele nombrarse en estos cánones que tanto gustan hoy en día, claro que tampoco aparece entre las más famosas de Vidor o de Jennifer Jones (el propio actor recordaba en sus memorias que ella jamás se maquilló en esta película). Son de esos magníficos filmes que quizá por ciertas temáticas no tuvieron en su día la distribución adecuada y que a los cinéfilos nos toca reivindicar. En nuestro país fue censurada, incluso había un título propuesto: La indómita. Pero los censores pensarían que sería algo peligrosa para ciertas almas y se tuvo que esperar una década, los carteles de la época la promocionaban así: “Jamás la pantalla ofreció una historia tan violenta como la de Ruby Gentry, una mujer tan peligrosa, destructora y mortal como el mismo amor”

Sabedor Vidor del escaso presupuesto que tenía, supo rodearse bien, para el guion contó con Silvia Richards, colaboradora de Fritz Lang en Secreto tras la puerta o Encubridora, la fotografía recayó en Russell Harlan, habitual de Howard Hawks que cuenta en su haber grandes trabajos como el que hizo con Minnelli en El loco del pelo rojo o con Wilder en Testigo de cargo y para la dirección artística contó con Charles D. Hall, el cual trabajó con Chaplin en Luces de la ciudad o Tiempos modernos.

La precisión de los encuadres, el ritmo de cada fotograma, la ambientación cuidada y ese clímax final convierten lo que podía haber sido un culebrón más en una película extraordinaria no ya solo con la lucha de Ruby contra su amor, sino también en una visión de la tierra y de la feminidad alejada de la imagen tópica maternal, estamos ante una mujer de bajo estrato social con pasiones de clase alta en una Carolina del Sur clasista y llena de fanatismo religioso, este último presente casi desde el principio hasta el final.

Aunque la película ha tenido copias muy malas en DVD y en pases televisivos, hay una en Filmin bastante notable y me reafirmo en que creo que merece este título estar en el canon de las mejores de Charlton Heston.

28/09/2023

Falleció el doble de Franco, Pepe Soriano

 




Hace un par de semanas fallecía el actor argentino Pepe Soriano, probablemente su nombre no suene demasiado, incluso nada según la generación, las noticias de agencias ponían en su titular que había fallecido el actor de La Patagonia rebelde y El último tren y en su país original se había sentido su muerte. Pero si les digo que él fue el doble de Franco en aquella divertidísima comedia de Antonio Mercero Espérame en el cielo ya les dirá algo.

Corría el año 1987 y a Mercero se le ocurrió llevar a la pantalla un argumento suyo en torno la vida de un doble de Francisco Franco, según contaba, le estaba dando vueltas a la idea desde que le explicaron el rumor de que un actor catalán (en según que escritos salen varios nombres: Julio Bustos, Mario del Busto, Julio Bastos) llegó incluso a suplantarle en una final de la entonces "Copa del Generalísimo" y a ser vitoreado en plena Gran Vía madrileña, pero este ya no podía más y lo dejó.


Con un guion bastante hábil en el que colaboró Romà Gubern que acababa de escribir Dragon Rapide y Horacio Valcárcel se optó en todo momento por una película cómica con algún que otro toque emotivo sentimental (recordadas son las escenas en que el doble se toca la oreja mientras lo filman en el NO DO para que su mujer (Chus Lampreave) sepa que no es el verdadero Franco y ser una especie de beso a lo que ella contesta : “Y yo a ti también”.

Tan solo hacía doce años de la muerte del dictador y Mercero confesaba que se preguntaba si no era muy osado realizarla, pero al no caer en ningún momento en cierta irreverencia ni entrar en el lado político se conseguía una película en cierto modo blanca y que tanto podía gustar a quienes aun sentían nostalgia de él como a sus más aferrados detractores. Y todo esto se conseguía porque según palabras del director, “este era un filme  sobre un supuesto doble de Franco, no sobre Franco, y la risa nos libera de muchos fantasmas, y eso es bueno para el país". Era la primera vez que se rodaba en el Palacio de El Pardo o en el yate Azor.

Y para buscar ese doble, se pensó primero en Alfredo Landa que hizo varias pruebas, pero que le reconoció a Mercero que no sería creíble. Entonces, se pensó en Raúl Sender, al que le encantaba cómo quedaba: “con esa calva que tiene y la nariz aguileña, conseguimos que se pareciera (…). Pero existía el problema de compatibilidad del rodaje con sus galas” Cabe recordar que por aquellas fechas salía en el "Un, dos tres" de TVE y era muy popular, por lo que era arriesgado dejarlo por la película.

Se desestimó la idea de que fuera Juan Diego (Franco en Dragon Rapide) ya que quería alguien de 50 años para arriba. Soriano, que era un total desconocido en España, hizo llegar un vídeo a Mercero a través de su amigo Héctor Alterio y le convenció, pero había un problema, tenía que engordar bastante, por aquel entonces el actor se había sometido a un severo régimen. Solucionado el problema, fue contratado.

"He necesitado engordar 12 kilos, me han rapado la cabeza, uso lentillas marrones y sobre todo llevo dos meses hablando incluso con mi mujer en impecable castellano y sin acento argentino.Además he visto infinidad de documentales de la época y he leído muchísimos libros sobre Franco". Al actor le preguntaban también sobre si la película originaría polémica, pero contestaba lo mismo que el director: “no pretendemos caricaturizar al general Franco, entre otras cosas porque no tiene sentido. Se busca hacer reír y reflexionar sobre la situación que vive mi personaje el sosia”.

Su preparación para interpretar tanto a Franco como al pobre doble Paulino se nota y es excelente, hasta tal punto que debería considerarse como uno de los mejores que ha habido, lamentablemente se le suele olvidar al ser una comedia. El actor contaba una anécdota de que un día en el rodaje se durmió en el despacho de Franco, al cabo de un rato unos turistas abrieron la puerta y se asustaron. Por lo tanto, he aquí una buena prueba de la convicción de su papel.

Soriano llevaba 35 años actuando en Argentina, se formó en el teatro universitario bonaerense donde llegó a representar más de 60 obras, tuvo amistad con Alejandro Casona con el que trabajó en algunos proyectos, la actitud contestataria del grupo donde trabajaba les costó la voladura de la sala por orden de la Junta militar de Videla. Regentó durante 2 años el teatro Margarita Xirgu que se encontraba en dos bajos del "Casal de Cataluña" donde se reunían los exiliados catalanes y en el que nunca llegó a poner los pies el embajador español. “Terminé participando en las reuniones que hacían en el centro catalán y aprendí a hablar algo en catalán y a bailar la sardana”. Su esposa tenía incluso varios familiares que vivían en la ciudad condal.

Confesaba que su visión de Franco era solo parcial, la que le habían ofrecido los exiliados, que eran muchos y profundamente antifranquistas. Para Soriano, le gustaba más que le preguntaran por el papel de Paulino, según él “ofrecía mayores dificultades, el de Franco no es más que una referencia histórica dentro del relato general”.

Al ser esta su primera aventura en el cine español tuvo muy buenas palabras para José Sazatornil “Saza” que interpretaba al patoso comandante Sonsoles, y reconoció que le había ayudado mucho.

A pesar de que no consiguió grandes papeles en nuestro cine, lo pudimos ver en varias series famosas por entonces, desde Historias del otro lado de José Luis Garci. Miguel Servet, La huella del crimen…Con Mercero volvió a trabajar en Farmacia de Guardia. En cine lo pudimos ver entre otras en Matar al Nani, El rey pasmado o La taberna fantástica. La añoranza por su país hizo que regresara.

Volví a ver el otro día Espérame en el cielo y sigue tan divertida como entonces, les recomiendo que la vean, aunque recuerden bien que la intención es la de hablar del doble y ofrecer una comedia para reír y reflexionar, no busquen una película política.


 

El reportero (Michelangelo Antonioni, 1975)

La figura del director Michelangelo Antonioni con el tiempo ha sufrido evoluciones que van desde quienes lo consideran todo un genio del sé...