11/11/2022

Cuando Mel Ferrer produjo "El Greco" (1966)

 



Es habitual en mi blog traer películas olvidadas o malditas, recuerdo cuando hablé de la película Gaudí (1960) de José María Argemí, el nivel de visitas fue bueno, así que elaboré otra entrada con aquel mediometraje donde José Luis López Vázquez daba vida al genial arquitecto. Por eso, llevaba días queriendo traer alguna película poco conocida, pero lo suficientemente atractiva para que mis lectores se entretengan, se trata de El Greco (1966) dirigida por Luciano Salce e interpretada por Mel Ferrer.

Recrear la vida de Domenicos Theotocopoulos suponía todo un reto que podría dar pie a todo un clásico del cine, aparte que la recreación de ese Toledo imperial con sus luces y sombras ya crearía expectación en el público. En aquellos años, la Fox estaba con el proyecto de traer la vida de Miguel Ángel al celuloide, la novela de Irving Stone inspiró un guion de Philip Dunne en 1961, sin embargo la producción no veía la luz hasta 1965: El tormento y el éxtasis. 

Un año antes Mel Ferrer anunciaba en Madrid en el "Club Internacional de Prensa" a los periodistas y diversas personalidades del mundo de la cultura que iba a protagonizar y producir una película sobre él por el que sentía fascinación según explicaba en diversas entrevistas y que sería el papel más complicado de su vida. El actor iba bien preparado porque enseñó un montón de planos y dibujos de los lugares de Toledo donde se ambientaría el filme, comentó que aunque el montaje se haría en Londres, la mayoría del equipo técnico sería español y contaría con bastantes actores nacionales. Acababa de participar en La caída del Imperio Romano e iba a rodar El señor de La Salle y dirigir Cabriola con Marisol, por lo que era habitual verlo a menudo por España junto a su mujer Audrey Hepburn

Para recrear la vida del pintor se tomaría como base la obra de Gregorio Marañón El Greco y Toledo, dos nombres interesantes se encargarían del guion: Juan García Atienza y Rodrigo Rivero Balestia. El primero es otro nombre maldito de la historia del cine español, dirigió en 1962 una excelente comedia Los dinamiteros que sigue sin estar todo lo reivindicada que debiera, posteriormente rodaría para televisión series como Los paladines (1972) y documentales para TVE. Es autor también de uno de los guiones más surrealistas de nuestro cine, el de la película de Juan y Junior en un mundo diferente de Pedro Olea. En cuanto al segundo nombre, colaboraría también con Atienza en su película, aparte de escribir la historia de Crimen de doble filo una de las mejores muestras del cine policiaco español dirigida por José Luis Borau, escribiría otro guion para la película Secuestro en la ciudad de Luis María Delgado, no cuento ni encuentro mucha más información sobre él, así que agradecería si alguien conoce más de su vida y obra.


Sin embargo, Mel Ferrer contrató a otro guionista Guy Elmes, muy dado a producciones de aventuras y bélicas de serie B como El valle de las mil colinas o peplums como Poncio Pilatos. Esto propició que los dos nombres anteriores presentaran una denuncia contra el actor por haber usurpado su trabajo, en su momento tuvo relevancia este hecho y perturbó el rodaje, el juez fijó una fianza de 600.000 ptas., pero Ferrer presentó recurso y el juez le dio la razón con las pruebas presentadas.

Finalmente, el 7 de mayo de 1966 en el Museo Santa Cruz de Toledo se presentó mundialmente la película, tal estreno estuvo patrocinado por el Ministerio de Información y Turismo con Manuel Fraga Iribarne a la cabeza y de Educación Nacional, el comité organizador del acto estaba presidida por la entonces Princesa Sofía que cuatro décadas más tarde también asistiría al estreno de otra película sobre la vida del pintor, la dirigida desafortunadamente en 2007 por Yannis Smaragdis.

Mel Ferrer había buscado inversores ya que la película resultaba muy costosa para el capital español y al final la Fox distribuyó la película, también contó con dinero francés e italiano. No tuvo el éxito esperado, pasó rápidamente de los cines de estreno a los de reestreno, la crítica fue tibia, se hablaba muy bien de la ambientación, de la recreación pictórica, pero la interpretación del actor fue puesta en duda, aunque quien se llevó la peor parte fue Rossana Schiaffino como Jerónima de las Cuevas, no se perdonó que no la interpretara una actriz española. Sin embargo, Ferrer cumplió y en el reparto encontramos a Ángel Aranda como Don Luis, Fernando Rey como Felipe II, Rafael Rivelles como Marqués de Villena, incluso aparece Víctor Israel brevemente como enfermo mental en un hospital.

Escena de la película. Fuente: IMDB


Sin embargo, el reparto nacional no fue en papeles principales, Niño de Guevara fue interpretado por Mario Feliciani el cual lo borda bastante bien, pero su nombre no era muy famoso a pesar de ser un gran secundario. Otro nombre italiano, Adolfo Celi, tenía un rol importante como Don Miguel de las Cuevas. Pero donde no cumplió lo dicho fue en el equipo técnico, casi todo en manos italianas y no españolas como había anunciado.

Quizá el problema que tuvo la película fue contar con un director artesano como Luciano Salce con una amplia filmografía en su país, la mayoría comedias, aunque muchas no estrenadas en España. Se da la circunstancia que fue quien le dio la primera oportunidad al músico Ennio Morricone que debutó en el cine con su película El Federal, para El Greco lo volvió a llamar y compone una de sus más grandes partituras, si la película no estuviera olvidada seguro que esta aparecería entre las mejores de él, escúchenla y ya verán qué sorpresa.



La acción se desarrolla bastante bien, el pintor durmiendo en el mercado, la amenaza de la Inquisición, la relación con Jerónima de las Cuevas, aunque tenga más de ficción que de realidad. Aparte de la ambientación, lo mejor son las relaciones entre él y el Cardenal Niño de Guevara que recuerdan a las de Julio II y Miguel Ángel de El tormento y el éxtasis. Al igual que la versión de 2007 hay un juicio en el que es acusado de brujería, con una trama algo ingenua e incluso torpe en el guion, a pesar de que esto se escapa de la versión histórica, le da cierto empuje al ritmo narrativo. Se echa en falta verlo más pintar, recrear más su obra, su concepción ya que queda una película demasiado corta. No hubiera estado mal un documental breve antes como ya hiciera Carol Reed con Miguel Ángel.

La película no está ni en DVD, ni en plataformas, solo en YouTube y en una copia que seguramente viene de su versión estadounidense en inglés con subtítulos, ahí se estrenó con el nombre de Un hombre llamado El Greco. El Cinemascope está mutilado con lo que nos perdemos la belleza de su fotografía, de todas maneras tengo la sensación de que es la única manera hoy en día de poder verla. A pesar de sus defectos, creo que brillan más sus aciertos y es una película que merecería poder ser visionada y estar accesible por su interés histórico y cultural. Aquí dejo el enlace, hay alguna escena en la que se va el sonido.

 

01/11/2022

Macario (1960): Una fábula sobre la muerte.

 


Siguiendo con las tradiciones de estos días, propongo esta vez revisar Macario (1960) película mexicana dirigida por Roberto Gavaldón y que adapta la novela corta El tercer invitado escrita por Bruno Traven, nombre enigmático y del que hay más de una teoría acerca de su identidad, conocido especialmente por escribir El tesoro de Sierra Madre que John Huston dirigiera tan brillantemente y pasara a ser una obra maestra.

Traven se inspiraría en una fábula centroeuropea de principios del siglo XIX recogida por los Hermanos Grimm con el nombre de El ahijado de la muerte, en España el cuento se ha conocido con varios nombres: La Muerte madrina, la mallorquina En Pere de sa coca o la vasca El carbonero y la muerte. El argumento trata la historia de un leñador pobre obsesionado con la muerte que siente una gran frustración por el hambre que pasa junto a su familia, jurará no comer más hasta que lo pueda hacer con un pavo entero sin compartirlo. Su mujer se lo conseguirá y él decide emprender tal acción, pero se verá interrumpido por las visitas del diablo, de Dios y de la muerte que le pedirán de este.

Gavaldón, que era todo un experto en adaptar obras literarias, varió algunos aspectos de la novela, uno de los más destacados es darle protagonismo al día de los difuntos (2 de noviembre) con fuerte arraigo en México, no más empezar nos escribe en los créditos toda una explicación de cómo lo celebran y nos obliga a poner pausa porque es imposible leerlo todo en tan poco tiempo y con letra tan pequeña. Por otra parte, tres años antes Ingmar Bergman había impactado con El séptimo sello por lo que es inevitable la influencia que tendría en las variaciones, pero el director también se inspiraría en Las tres luces de Fritz Lang para la parte final. Por todo ello dio gran importancia al aspecto visual más que al texto, la fotografía corrió a cargo de Gabriel Figueroa cuya obra quedó inmortalizada entre otros por Buñuel y sin duda creo que es lo más notable. El fotógrafo volvió a retratar tal día en Bajo el volcán (1984) de John Huston


La Muerte se presenta como humana, se pone a hablar con él, incluso se permite reír (recordemos también La Dama del alba de Casona en la que también lo hacía), se sentirá agradecida y le dará un agua que permite curar a los enfermos siempre que ella esté a los pies de estos y no en la cabecera. Para que la historia de Traven no resultara tan previsible, el guion que el director elaboró junto a Emilio Carballido presentaba la entrada de la Inquisición en la historia y para reducir la moralidad de esta, el pavo era robado por la mujer y no conseguido con esfuerzo.

El retrato del folclore mexicano con escenas como el sueño que tiene el protagonista con los esqueletos está verdaderamente conseguido, también hay más de un toque surrealista y ese humor tan especial rozando la irreverencia que hasta nos hace pensar que estamos viendo una obra de Buñuel, hay un momento en el que los pueblerinos dicen que es la Virgen quien le ayuda a curar, mientras otros dicen que es el arcángel San Gabriel.

Para el papel de Macario se eligió a Ignacio López Tarso, muy popular ahí y que resulta muy convincente en su interpretación, incluso según dice tuvo que llevar la leña de verdad en la película porque el director no quería que nada diera la sensación de falso. La sufrida esposa es Pina Pellicer, que un año más tarde la veríamos dirigida por Marlon Brando en El rostro impenetrable. Entre los secundarios encontramos a Eduardo Fajardo en el papel de Virrey.

Vale la pena ver este Macario que mezcla hábilmente el cine social con el cuento de terror y permite cierta reflexión serena sobre la muerte y el sentido de la vida. Fue una de las últimas grandes películas mexicanas antes de sus crisis que estaba ya a punto de empezar. En YouTube podemos encontrarla fácilmente a falta de ediciones en DVD y del olvido de las programaciones y plataformas.

 

27/10/2022

El burlador de Castilla (1948): Don Juan más Errol Flynn

 


Tiempo atrás solía hacer frío cuando a la hoja del calendario de octubre le faltaban pocos días para girarla, se acercaba la fiesta de Todos los Santos y la de los Fieles Difuntos, la tradición marcaba la visita al cementerio y a recordar a quienes ya no estaban, el color otoñal ya estaba plenamente instalado y en los teatros era tradición ver representaciones del Don Juan, especialmente la de Zorrilla. Hoy en cambio, si no supiese la fecha, diría que estamos en agosto, ya pocos saben quién es este caballero, las castañeras tendrán que vender helados a este paso y en los cementerios se hacen visitas turísticas más que llevar flores. A todo ello se suma la plena adaptación cutre de la fiesta de Halloween.

Pero desde estas líneas vamos a echar la vista atrás y por eso hablaré de El burlador de Castilla, película de 1948 y con un Errol Flynn ya en decadencia a pesar de su edad. Ya hacía años que la Warner quería llevarla y se la había propuesto a Raoul Walsh o a Michael Curtiz, pero este último discutió con el actor, se pelearon y ya no quiso dirigirle más, así que fue a parar a un artesano como Vincent Sherman. El actor llevaba ya algunos fracasos y los productores pensaron que volviendo al cine de aventuras y como espadachín podría recuperar la fama, además el papel de Don Juan le venía como anillo al dedo, suelta una frase hacia el final en la que dice: “Todos los hombres tienen algo de Don Juan y yo que lo soy pues aun más”.

El film contaba una historia de Herbert Dalmas, nombre apenas conocido, a él se sumaron para pulir el guion George Oppenheimer del que tampoco hay mucho a destacar y Harry Kurnitz, este ya más destacado que trabajó con Howard Hawks o Billy Wilder. Pero lo más curioso es que se contó sin acreditar con William Faulkner del cual desconozco lo que verdaderamente aquí aportó, también sale el nombre sin aparecer en los créditos de Robert Florey más conocido en la televisión y que había dirigido a Flynn en aquel curioso western de San Antonio. Así pues, demasiados nombres y bastante dispares, lo cual se nota en el resultado final.




Seguro que al ver El burlador de Castilla lo que más nos llamará la atención son los decorados, de la mano de Edward Carrere cuya carrera cuenta con títulos memorables como Camelot o Grupo salvaje, consiguió que la Academia le nominara para el Oscar. En el apartado musical brilla la partitura de Max Steiner, no se puede negar que la Warner puso interés en la producción... El reparto ya fue otra historia, se contrató a una joven Viveca Lindfors como Reina Margarita, que entonces se decía que sería la nueva Grata Garbo o la sustituta de Ingrid Bergman, repudiada por irse con Rossellini. Su carrera fue muy activa, pero irregular, como pareja de Flynn no había mucha química, inevitable pensar en Olivia de Havilland. Quien sí sale victorioso es Robert Douglas como Duque de Lorca, un símil con el Duque de Lerma, la maldad del personaje tapa bien las lagunas del guion. En los secundarios otro malo como Raymond Burr con papel corto, pero trascendente.

El burlador de Castilla empieza bastante bien, Don Juan en plena acción, una mezcla de humor con cine de aventuras, la fidelidad histórica ya es otro tema, pero conviene recordar que no estamos en un retrato histórico ni se pretende, cualquiera que lo juzgue así lo más seguro es que califique la película de bodrio. El problema es lo que ya he esbozado antes, cuando él vuelve a la corte de España, el personaje no acaba de encajar bien, se pretende una crítica hacia esa monarquía, vemos un Madrid triste y él lamentando dónde está la alegría de antes, el posadero le dice que es por los impuestos. Al rey Felipe III interpretado por Rommey Brent lo vemos más bien como a un botarate que no es querido por su pueblo y dominado absolutamente por este Duque de Lorca antes mencionado, todo lo contrario es la Reina que sí es querida, esta lanza algún mensaje como cuando le dice a Don Juan que prefiere llenar de paz el rincón reservado para los estandartes de sus próximas conquistas. En la corte aparece un pintor llamado Pacheco interpretado por Pedro de Córdoba que remite claramente a Velázquez, el retrato es de lo poco que parece interesarle al Rey, impagable también la aparición del enano.

Como ya habrán intuido, es todo bastante irregular, aciertos y defectos parecen querer convivir, alguna frase notable sale de tanto en tanto como cuando Don Juan le dice al Duque de Lorca ante la Reina que algunos prefieren la belleza al trono, lo que provoca una sonrisa de ella y una de las pocas escenas en que sí hay química. Sin embargo, más de una secuencia está falta de ingenio, como cuando el Duque de Orsini le encuentra con su mujer, empieza a haber un diálogo para que le disculpe y no haya duelo, pero no lo consigue, comienza el duelo y cosas del montaje apenas tiene acción. Sí, en cambio, tienen fuerza las escenas de cuando dirige la academia de espadachines, sus encuentros con el Duque, en la primera que tiene con sus hombres recuerda un poco a la de El hombre que mató a Liberty Valance  y el bistec de Wayne o posteriormente a El Crack de Garci ya que le pillan comiendo. La media hora final y el duelo en la escalinata es brillante, en su momento, la publicidad de los cines recogía que eran las mejores escenas hasta la fecha de Errol Flynn.

En EEUU la película no tuvo el éxito esperado y a ello se culpó, más que a los defectos de esta, a la aparición del actor que estaba ya muy mal visto, pocos años después sería despedido de la Warner y once años más tarde moría con apenas 50 años, el médico que le vio dijo que era un cuerpo de 80. En Europa, sin embargo, tuvo más aceptación, en España concretamente fue bien recibida, para nada la cinta se parece al Don Juan clásico de Tirso de Molina o al más popular de Zorrilla, la gente quería volver a ver una de aventuras y matar bien la tarde en el cine. A Flynn le habían salido imitadores, muchas de aventuras de serie B que llenaban los cines de barrio tenían muchas características de esas grandes películas con él en la cabeza como El Capitán Blood o Robín de los Bosques, por tanto si llegaba una con el Errol Flynn de verdad en el reparto aun gustaría más.


19/10/2022

Cristóbal Colón de oficio...descubridor (1982). La traca final de la españolada

 



Corría el año 1982 y a una década del V Centenario del Descubrimiento de América, Mariano Ozores dirigía esta parodia de Cristóbal Colón con argumento de Juan José Alonso Millán. Tal y como era de esperar, la crítica la rechazó totalmente, pero el público la acogió con gusto, se formaban colas para verla y según la base de datos del Ministerio de Cultura recaudó lo que hoy serían 1.725.384,69 € y fue vista por 1.412.893.


Me imagino que algunos al ver qué película comentaba hoy ni habrán abierto el blog, pero he considerado oportuno hablar de ella y más teniendo el 12 de octubre cercano. Reitero, como suelo hacer en este espacio, que no solo hablo de películas buenas, lo que importa es que hablemos de cine, considero que esta película fue la traca final del cine español popular. 

Aquel año, y al cabo de pocas semanas del estreno de esta, se producía el enorme triunfo del PSOE que traería la famosa Ley Miró, la cual consistía en una subvención anticipada a partir de la presentación del filme, incluyendo guion, equipo artístico y técnico. Esta pretendía elevar la calidad del cine, apostar por nuevos realizadores, películas  experimentales y acabar con las comedias de Pajares y Esteso, el “fantaterror” o la mal denominada españolada que abusaba desde mediados de los 70 de bastante chabacanería y ofrecer destapes de mal gusto.

Mariano Ozores desveló en el 2002 que Pilar Miró lo tenía vetado ya que no aguantaba que tuviera él tres películas en los cines de la Gran Vía madrileña y en cambio ella no pudiese estrenar los suyos soltando esa desafortunada frase de que no se le podían dar subvenciones porque “hacía un cine para fontaneros”. Aquel 1982 también supuso el estreno de la versión cinematográfica de La colmena de Cela, la cual tuvo unas cifras en la taquilla prácticamente idénticas que la película de Colón. 

Cristóbal Colón de oficio…descubridor, la cual se tituló así y vamos a respetar sin entrar dónde se deben colocar las comas o los puntos suspensivos, venía a ser una mezcla de lo que estaban ofreciendo la comedia hollywoodiense con sus parodias de géneros tipo Aterriza como puedas o las desmitificaciones de Mel Brooks como La loca historia del mundo. Se contó con Andrés Pajares que entonces estaba en la cima y a él lo acompañaba todo un reparto coral que resumía la comedia española de las dos últimas décadas. Pero llamaba la atención un nombre, el de Fiorella Faltoyano que más de uno se preguntó qué hacía aquí. Cuenta ella en sus memorias que José Frade, el productor, se empeñó que interpretara a Isabel, La Católica en vez de Lina Morgan como quería Ozores. Seguramente Frade buscaba un guiño al público del nuevo cine español y que este tipo de comedias podían convivir con lo que se buscaba. La experiencia no fue buena para ella ya que cuenta que el director no encajaba bien que participara.

Cuarenta años después de su estreno, verla de nuevo supone toda una experiencia sociológica, por una parte hay abundancia de referencias a la situación política y social que se vivía aquellos años en España con muchas referencias al "Estado de las Autonomías", incluso se parafrasea el lema que Felipe González concibió de “OTAN, de entrada no”, para aplicarlo en una manifestación en la que el lema es “Centralismo sí, autonomías de entrada no”. Otro momento divertido es que cuando la Reina Isabel dice que el 12 de octubre será festivo en toda España, incluso en Cataluña, pero que para compensarles será festivo ahí el Lunes de Pascua.

Referencias al fallido intento de golpe de Estado de Tejero, la confrontación entre curas progres y conservadores: Cisneros es considerado de los primeros. Tampoco se libra el "Opus Dei", se le entrega a Colón un libro que está escribiendo titulado Camino (Para quien no lo sepa el título alude al libro  de José María Escrivá de Balaguer, fundador del Opus, donde expone su pensamiento) , y le sueltan que si en España no estás recomendado, no eres nada, por aquel entonces se decía que ser de la  Obra equivalía a tener trabajo seguro. También es gracioso el papel que se le da a Antonio Gamero, otro guiño también al cine español nuevo, el cual compone un remedo de Marcelino Camacho.

 La verdad es que la película podía haber sido una gran comedia y a ratos así lo es, divierte, entretiene y hasta te hace sentir nostalgia por esa libertad que había de poder reírse de todo. Lástima que Ozores abuse del humor escatológico y nos dé una de las escenas peores que se hayan podido rodar, la de cuando Colón y Felipa se acuestan y se tiran ventosidades las cuales empiezan a apagar velas, etc., mejor no seguir comentando la secuencia…De todas maneras, el uso de este humor se presentaba en el de Mel Brooks, acuérdense de Sillas de montar calientes y la escena de comer judías. También hay alguna que otra frase que hoy en día estaría prohibida. Ahora bien, si me quedo con la mejor escena elijo la de Rafaela Aparicio como madre de Boabdil.

El éxito de la película hizo que Frade inmediatamente concibiera una especie de secuela con las mismas características: Juana La Loca…de vez en cuando, aunque aquí Ozores no la dirigió, ignoro las razones porque encontrar información de estas películas es bastante complicado. Se recurrió al barcelonés José Ramón Larraz que había tenido un gran éxito al rodar la comedia erótica de terror Polvos mágicos con Alfredo Landa también producida por Frade y era alabado por ciertos cinéfilos cultos con el filme rodado al año siguiente Estigma. Pero la película no tuvo el éxito esperado, nada menos que un millón menos de espectadores en menos de un año del estreno de la anterior. Su mayor reclamo era el de ver a Lola Flores de Isabel La Católica, pero su personaje rápidamente desaparece, para Juana La Loca se contó con Beatriz Elorrieta en vez de una actriz cómica, lo cual se nota, aunque peor es el papel de Jaime Morey como Felipe “El hermoso”. El conjunto fue un desastre y es una lástima ya que el reparto también era coral.

Pero Frade insistió y pensó que para nada estaba muerto ese tipo de cine, así pues produjo El Cid cabreador inmediatamente y nada menos que con el domador de leones habitual en las revistas del corazón Ángel Cristo y Carmen Maura como Jimena, a pesar de ser algo mejor que la anterior, tampoco se logró el resultado de la primera, algún chiste referido al boom que en esos años tenía el programa radiofónico de José María García y un Angelino Fons como director que estaría maldiciendo tener que rodar eso y no La busca por un plato de lentejas… Apenas 100.000 personas fueron a verla.

No obstante, otros siguieron intentando y en 1984 llegaba una película que no he logrado ver llamada Cuando Almanzor perdió el tambor, dirigida por Luis María Delgado y con Antonio Ozores como Almanzor, pero estaba claro que el ruido de esa última traca con Cristóbal Colón de oficio…descubridor ya no tenía eco.

07/10/2022

La confesión (1970) de Costa-Gavras

 

Repasando las últimas películas subidas en la plataforma Filmin encuentro esta muy interesante película de Costa Gavras de 1970 L´aveu (La confesión) que conviene revisar con Yves Montand y Simone Signoret, también editada en DVD hace unos años y en Blu-Ray. Con guion de Jorge Semprún se basa en el libro homónimo de Artur London que narra las purgas de Stalin de las que fueron víctimas los disidentes del Partido Comunista checoslovaco, entre ellos él mismo en el Proceso de Praga de 1952.

Tanto el director como el guionista habían realizado antes Z (también en Filmin) que exponía las prácticas criminales de unas facciones políticas de carácter ultraderechista y rodado como consecuencia de la toma del poder por los coroneles en Grecia ya que Costa Gavras es de padre ruso y madre griega nacido en Lutra-Iraias (Atenas) el año 1933. Este primer film de él fue censurado en España por su temática, no así La confesión, aunque tardó unos años en estrenarse. Como suele pasar en películas políticas cada uno la ve según le conviene, la derecha la vio con buenos ojos y el Partido Comunista de Francia condenó la película ya que si bien defendía el libro de London porque exponía una crítica estalinista, pero no al comunismo, no se podía decir lo mismo del filme de Gavras.


Arthur London que a los 14 años había ingresado  en las Juventudes Comunistas y que llegó a luchar con las Brigadas Internacionales en la Guerra Civil española, a ser miembro de la Resistencia francesa y deportado al campo de concentración de Mauthausen, fue ministro de Asuntos Exteriores en la Checoslovaquia estaliniana, perseguido y detenido por la policía secreta, se registró de arriba a abajo su casa y a su mujer se le envió a trabajar en una fábrica. Sometido a incesantes interrogatorios en los que se pretendía que confesara su traición al régimen comunista, los resistió y llegó así hasta el periodo llamado de desestalinización. Él y su esposa marcharon a Londres en 1963 donde escribió el libro que pronto adquirió popularidad


Gavras, Semprún y Montand (Fuente: Archivo de TVE)

Costa Gavras, exiliado griego, Yves Montand  inmigrado italiano, y Jorge Semprún exiliado español  formaron un tándem valiente que tuvo en esa Francia setentera su fábrica de creación, Semprún que fue también expulsado del Partido Comunista declaraba que el guion de La confesión más que creativo era político. 20 años más tarde llegó a Moscú la película, ellos tres acudieron por iniciativa del semanario internacional "Novedades de Moscú", publicación impulsora de la Perestroika, el título que le pusieron en vez de La confesión fue el de El reconocimiento. Se dio la circunstancia que veinte personas abandonaron la sala, Montand ironizó diciendo que tenían que coger el metro, y diciendo que hemos hecho "gorvachesimo" antes de Gorvachov, “hay que rechazar a toda costa la intolerancia y respetar a todos los que no comparten nuestras opiniones” sentenciaba. Semprún declaró que el paso a la dictadura se produjo después de que Trotsky y Lenin disolvieran la asamblea constituyente en 1918. “Hoy espero que se reconstruyan estas asambleas y que ninguna fuerza militar venga a disolverlas

La confesión tiene todo ese aroma del cine policiaco francés, a pesar de su larga duración y un desarrollo algo caótico, se sigue con interés y revisándolo uno echa en falta este tipo de directores como Costa Gavras que sabía que le caerían críticas desde todos los lados, pero que no le importaba ya que anteponía ante todo su libertad de expresión y el ser políticamente incorrecto.

30/09/2022

El juego de las audiencias

 


Hoy hablaremos un poco de televisión y es que buscando en Filmin he encontrado una curiosa película dirigida por Danny DeVito que lleva por título El juego de las audiencias, aunque también se distribuyó como El magnate. No es una buena película, su débil guion escrito por los televisivos Jim Mulholland y Michael Barrie opta por un humor plano sin tampoco querer profundizar, aunque su premisa argumental da para mucho juego, aquí De Vito es Vic una persona mediocre que sueña con triunfar en la pequeña pantalla con sus malas series, pero se le exige que si no tiene más espectadores que los Mundiales se le retirará su producto. Para lograr el éxito se le ocurre un extravagante plan para alterar las audiencias…

En 1984 que es cuando se estrena directamente en la pequeña pantalla este film, en España no teníamos ni idea de cómo funcionaba todo esto, apenas teníamos dos canales, la Primera y la UHF, una incipiente TV3 en Cataluña y poco a poco iban saliendo las otras autonómicas, como ya sabrán hubo que esperar hasta 1990 para las privadas. Hablar de “share” o “prime time” sonaba a extraño. Las audiencias funcionan gracias a unos audímetros instalados aleatoriamente, nunca he visto ni conozco a nadie que los tenga, pero se deduce que existen y así cada día los productores de las tantas cadenas se desayunan con ellos y hacen y deshacen 

La película, a pesar de que es bastante superficial, es de los pocos intentos que ha habido de tratar el tema, que 1500 familias que nadie sabe quién las ha elegido representen a toda la población o que una familia equivalga a 100.000 espectadores da pie a que no sean muy creíbles los datos, de todas maneras nuestro país tan aficionado a las encuestas políticas no le debería costar mucho trabajo entenderlo, pues es algo parecido y con los mismos interrogantes. Una cosa sí parece clara, tanto la televisión como nuestros políticos son cada vez peores…

Entre las escenas más divertidas del filme encontramos que cuando ciertas familias que tienen el audímetro son invitadas a un crucero sin televisión deciden que pueden divertirse hablando entre ellas, pero el tema que sacan, después de un buen rato de silencio, es del capítulo de la entonces popular serie Dinastía.


   


 DeVito ya conocía el medio gracias a su trabajo en la serie Taxi, su papel lo sabe explotar y cuenta con un muy buen reparto, lástima que el humor negro que caracterizaría a títulos posteriores suyos como Tira a mamá del tren o La guerra de los Rose lo echemos en falta.

Y ya que hablamos de televisión, permítanme recordar que hoy vuelve José Luis Garci con Classics, aunque la TRECE nos seguirá disgustando con la manera poco respetuosa de insertar la publicidad. Veremos si lo que dicten las audiencias permiten que los viernes acudamos a su cita...


23/09/2022

"Ennio, el maestro" en el Cine Madrigal de Granada

 


Como sabe más de uno, el hecho de desplazarme a Granada me comporta dificultades para ver algunos estrenos, uno de ellos era el documental que Giuseppe Tornatore estrenó el pasado mayo sobre el compositor Ennio Morricone. Por suerte, el cine Madrigal ha brindado la oportunidad esta última semana de poder visionarlo, así que fui el pasado martes y las expectativas positivas que tenía se cumplieron.

Antes de proseguir, permítanme que les hable de este cine que hasta el pasado agosto aun proyectaba las películas en 35 milímetros, algo que mantenía desde su inauguración en 1960, ver Ennio, el maestro aquí tenía incluso un encanto especial, entre lo nostálgico y lo reivindicativo, recordar cuando la mayoría de grandes películas tenían una banda sonora que con los años perdura en nuestra mente y por otra parte, lamentar los cánones actuales de que la música ha de pasar inadvertida.




Quizá Ennio Morricone fue el músico que más se alejaría de esta nueva concepción, sus partituras tenían un gran protagonismo, aunque la mayoría de los directores la supieron acoplar perfectamente en los fotogramas, algo que por cierto no sucede en la actualidad con los sonidos mediocres que nos acompañan en más de una ocasión. El cine como séptimo arte se caracterizaba por ser la suma de todo: literatura, pintura, música...Pero parece que ahora ha de ser la resta de todos sus ingredientes, algo que lleva a su desaparición y a verlo únicamente para pasar el rato.

 Tornatore ha vuelto a abrir el baúl de la nostalgia, con el músico romano formó un buen binomio, incluso Morricone llegó a declarar que era el único director que le podía hacer salir del retiro. El documental es largo, pero no pesado, se va hacia las dos horas y media, un Morricone más cercano de lo habitual se llega a emocionar en algún momento, se intercalan opiniones de Clint Eastwood, Bruce Springsteen, Quentin Tarantino, Roland Joffé o Hans Zimmer, entre otros. Más de una curiosidad asoma como cuando no pudo componer la música de La Biblia de John Huston porque a él no le gustaba y por un contrato de exclusividad con la RCA, que Pasolini dejase de utilizar a Bach para acabar rendido a él, su concepción del ajedrez, su decepción al no conseguir el Oscar por La Misión

Al acabar el documental, uno retrocede en el tiempo y vuelve a tararear en su cabeza algún que otro tema, algo que me lleva a recordar cuando en su momento buscaba los CDs de más de una banda sonora, es verdad que ahora en YouTube podemos encontrar la mayoría dando un clic, incluso escucharlas rematadamente mal en un móvil, sin ya molestarnos mucho de si es la manera correcta. Es como cuando alguien te dice que ha visto una película de John Ford mientras iba en el AVE…La verdad es que muchos cinéfilos nos hemos vuelto muy mediocres y lo peor es que en más de una ocasión estamos como obligados en contra de nuestra voluntad. 

Cuenta el gerente del Cine Madrigal, Juan Torres-Molina, que se vio obligado a tener que apearse de los 35mm., a las distribuidoras les costaba 2000 € hacerles una copia, ahora solo 20, las cuentas no salían y más en unos años tan oscuros como estos últimos con pandemias, la moda de las plataformas de streaming, etc. El 10 de agosto pasado los espectadores fueron invitados por él a la sala de máquinas para que escuchasen por última vez el taca-taca.

La verdad es que ha valido la pena ver este Ennio, el maestro con retraso, y no había mejor cine que el Madrigal de Granada para verlo, una forma de despedirse con dignidad de ese gran músico como fue Ennio Morricone y escuchar sus bandas sonoras en una pantalla grande.

El reportero (Michelangelo Antonioni, 1975)

La figura del director Michelangelo Antonioni con el tiempo ha sufrido evoluciones que van desde quienes lo consideran todo un genio del sé...