15/08/2024

El gran Houdini (1953)

 


Seguimos con el verano en el que los telediarios siguen calentando más el mercurio y en el que a todas horas vemos deportes, primero la Eurocopa, luego los JJOO de París, en los que vimos en la ceremonia de clausura a Tom Cruise realizando una acción ya nada imposible para él, pero entre todo esto se coló una sesión de "escapismo" en Barcelona que casi ha sido más comentada que todo lo anterior. Pero para no meternos en ciertos jardines, mejor hablar del maestro en este tipo de acciones que no era otro que Harry Houdini (Budapest 1874-Detroit-1926), el cual escapó de cuerdas, cadenas, camisas de fuerza, baúles o hasta de una celda…

Todas esas habilidades del mago y prestidigitador no podían quedar al margen del cine y empezaron a idearse guiones de su vida, incluso la Fox, según parece, tenía ya muy avanzado un acuerdo con Burt Lancaster como prtagonista pero al final fue Paramount la que, a raíz de un libro escrito por Harold Kellock, dio luz verde al proyecto: El gran Houdini (Houdini 1953). No se trataría de realizar una gran película, pero sí que reuniese el glamour y la calidad habitual de los estudios. Así pues, no faltaría el vestuario de Edith Head ni la dirección artística de Hal Pereira entre otros.

La producción serviría para lanzar al estrellato a un jovencísimo Tony Curtis y de paso juntarlo con Janet Leigh, la pareja trabajaría en cuatro títulos más: Coraza negra (1954), Los vikingos (1958), Vacaciones sin novia (1958) y ¿Quién era esa chica? (1960). Formaron matrimonio entre 1951 y 1962 y fruto de este nacieron las actrices Kelly y Jamie Lee Curtis.


La química entre ellos es uno de los pilares de este film dirigido por George Marshall, un nombre que a simple vista quizá no diga demasiado, pero que llegó a meterse entre cortos, películas y productos para la televisión nada menos que 187 veces desde 1916, dirigió cortos y varias de las películas más populares de Stan Laurel y Oliver Hardy, de Bob Hope o de las primeras de la pareja Lewis-Martin, destacan también westerns como Arizona (1939) o del cine negro como La Dalia azul (1946). Su nombre es también recordado por haber realizado uno de los episodios de La conquista del oeste (1962).

El gran Houdini tenía de guionista al controvertido Philip Yordan, ya sabrán que detrás de su nombre se escondían varios perseguidos por la caza de brujas y se llegó a decir que tenía en su sótano más de uno pasándole los trabajos. Él aseguraba que cómo iba a ser cierto si no sabía nada de política y que el primer periódico que leyó fue a los 50 años y no vio  la televisión hasta los 70. El guion exprimía bien toda la química de la pareja protagonista, así como la versatilidad de Tony Curtis. No se buscaba demasiada profundidad en los diálogos, pero resultaban efectivos para el gran público como cuando le envían una citación judicial a él en plena actuación y exclama que no se va a librar de la cárcel, entonces ella le contesta que antes le baje de donde está. Hay temas secundarios que sin ahondar tampoco demasiado, se entienden bien: el afecto de él hacia su madre que va apareciendo a lo largo del metraje, su perfeccionismo ya ensayando en su noche de bodas o incluso su denuncia con el tema de las sesiones espiritistas.

Producida por George Pal que había obtenido recientemente un gran éxito para la Paramount con La guerra de los mundos (1953), conjuga también un presupuesto limitado con una exquisita ambientación de estudio donde no vemos apenas exteriores. Destaca la luminosidad de los diferentes rótulos de cada local donde actúa, la partitura de Roy Webb aporta buen ritmo en todo momento. Cada una de las actuaciones es entretenida y lo más seguro es que la película acabe gustando. Eso sí, no busquen veracidad a todo lo que se cuenta, la muerte se produjo de otra manera... Curiosa también la manera que tiene de acabar la película, bastante dramática y algo abrupta... El gran Houdini hoy en día es algo complicada de ver si no tienen el DVD que salió la década pasada.

08/08/2024

Escuela de sirenas (George Sidney, 1944)

 


Mientas escribo este artículo el mercurio llega a 41... ¿Qué tal si nos olvidamos y vemos una película con mucha agua, alegre, sin una trama para pensar demasiado, reírnos algo y con una música que nos levante el ánimo? Pues una posible respuesta sea Escuela de sirenas (Bathing Beauty, 1944). Por favor, no se me vayan, ya sé que más de uno pensará que ya viene este con una película de hace 80 años y encima musical...



Para quien se haya quedado, empiezo por el director George Sidney, un nombre que hoy en día está poco reivindicado, incluso hasta desconocido para la cinefilia más joven (grave error), además de musicales realizó un buen número de películas de aventuras con el mismo estilo, decía que los ruidos de las espadas funcionaban como los sones de las canciones y ahí teníamos a un Gene Kelly de D´Artagnan en su versión de Los tres mosqueteros (1948) que nadie ha sabido mejorar (ya me disculpará Richard Lester...) y que cuando acaba la película parece que le hayamos visto cantar y bailar, o qué me dicen de ese Mel Ferrer cuando le dice a Stewart Granger en Scaramouche (1952) : "Hoy habéis hecho vuestra última representación” y comienza aquel duelo que estará entre los cinco mejores de la historia, también hizo comedias e incluso hasta logró que nos interesaran las de Elvis Presley (Cita en Las Vegas, 1964)

En Barcelona pueden contemplar su firma en plena Rambla de Catalunya, algo que ya he recordado alguna vez, mejor no repetirlo, no sea caso que la quiten... Fue en julio de 1987 y vino al Festival de Cine de la Ciudad Condal donde fue homenajeado y se proyectó en una pantalla colocada en la Avenida de María Cristina la película que trato hoy, él declaró que hacía tres décadas que no la había visto y en las entrevistas que concedió dejaba constancia de que el cine como arte estaba ya muerto: “No se piensa en hacer películas sino en hacer el máximo de dinero. Ahora son gente de negocio, y no de cine, los que están al frente de los grandes estudios”. (o sea, lo que siempre se dice desde los 60 hasta ahora...) De Escuela de sirenas comentó que la recordaba con agrado, aunque tuvo que estar 6 meses con la cabeza mojada.


La Metro quería un producto que se pudiera comercializar en el mercado sudamericano, en aquellos tiempos se puso de moda esto, hasta Walt Disney hizo aquella de Los tres caballeros (1944), por suerte eran realizaciones que no solo buscaban el negocio como decía Sidney antes y ofrecían calidad. Para completar la operación hacía falta una estrella comercial y esta fue, casi sin pretenderlo a tal nivel, Esther Williams, una nadadora profesional que fue descubierta por el empresario y escritor de canciones Billy Rose (marido de Fanny Brice, sí, la Streisand en Funny Girl), y participó en un espectáculo acuático con Johnny Weismuller, el éxito le llevó a firmar un contrato en 1941 con la Metro, tenía también que participar en los JJOO de Helsinki, pero aquellos se suspendieron. Pero la fama que consiguió especialmente en Escuela de sirenas casi se puede decir que fue más importante que conseguir una medalla de oro. Fíjense que en los créditos aun aparece de segunda tras el nombre de Red Skelton

Sin embargo, quedó encasillada en películas que repetían más o menos la misma fórmula, corrió una frase que algunos se la atribuyeron a Louis B. Mayer y otros a Joe Pasternak que decía: "Mojada era una estrella, seca ya no”. Tal humillación le persiguió, aunque ella defendía que por aquel entonces los estudios no querían grandes actores, sino personalidades. Más de 20 películas en 20 años, la mayoría para los estudios del león, al final se retiró en 1961 con La fuente mágica dirigida por Fernando Lamas, este le pidió matrimonio (fue su tercer marido) y que dejara el cine. Como curiosidad, en 1987 la actriz vino a España (donde había vivido algunos años) para ser entrevistada por Terenci Moix en un programa que se llamaba “Más estrellas que en el cielo”. En una rueda de prensa para presentarla, el escritor le traducía al inglés algunas preguntas de la prensa, pero una de ellas fue sobre la frase antes mencionada, lo cual provocó el enojo de Moix que se negó a trasmitírselo porque lo consideraba una ofensa, en un artículo posterior el mismo escritor atribuía esas palabras a la antes mencionada Fanny Brice


Escuela de sirenas también nos sirve para recordar a Xavier Cugat, de esos catalanes universales hoy algo olvidados e incluso menospreciados. Verlo siempre era un espectáculo, tienen el archivo de TVE alguna que otra participación suya en programas donde hablaba de todo con ese cinismo que siempre le acompañó, desde sus relaciones con la mafia o sus cinco matrimonios. Probablemente esta sea su aparición en cine más famosa después de la de Bailando nace el amor con Rita Hayworth, nombre que siempre le gustaba recordar que se lo había puesto él, aquí aparece en tres antológicos números: El "Bim, bam, bum" cantado por Lina Romay así como el "Alma llanera" o el "The Thrill of a New Romance". Compartía cartel con otro de los grandes como Harry James que ofrecía otros cinco números.


 


 La trama, como verán, es completamente superficial, aunque bien planificada y que aprovechaba las facultades cómicas de Red Skelton, humorista muy popular en los EEUU. De hecho más de un gag que vemos está escrito por el mismísimo Buster Keaton en su etapa negra en el que ni siquiera aparecía acreditado. Y es que a pesar de la irrelevancia argumental (fíjense, un hombre para recuperar el amor de su vida se inscribe en la escuela donde ella enseña, pero el problema es que solo es para mujeres…) y volviendo al hilo de que aparte de negocio se buscaba también una calidad, esta se encontraba en nombres como el de Harry Strading en la fotografía, en una dirección artística formada por Cedric Gibbon (El mago de Oz), Stephen Gooson (Gilda) o Merryl Pye (Ziegfeld Follies).

Precisamente este ingenio lo da George Sidney en los planos de cuando tocan las orquestas de Cugat y James, para el primero utiliza unas sombras (que nos puede recordar a  Fantasía de Walt Disney) que le dan un toque mágico a la composición y para el segundo una sabia combinación de un primer plano de James con transparencias de sus músicos y acercándolos y alejándolos. Curiosamente Sidney juega con esa comicidad que le daba Xavier Cugat y le da más de un diálogo, aparte de abrir el film con él dibujándose una caricatura, en cambio a James no lo hace entrar en el argumento, pero esos primerísimos planos logran que no lo sintamos como un añadido.


 Escuela de sirenas hay que saber verla en su contexto, como una válvula de escape para evadirse durante una hora y media de los problemas o del calor como comentaba en broma al inicio, pero esta "evasión" fue realizada con talento y creatividad, por ello perduró en la memoria durante décadas. El cine actual sigue entreteniéndonos, muchos esperan la nueva de Marvel o la comedia familiar de Santiago Segura, pero al cabo de una semana probablemente la hayan olvidado. Ah está la diferencia...

01/08/2024

Teresa Gimpera "in memoriam": Las secretarias (1968)

 

Teresa Gimpera por Xavier Miserachs
Fuente: La Vanguardia

El pasado 23 de julio fallecía la actriz Teresa Gimpera a los 87 años, para ciertas generaciones su nombre iba unido al de la modernidad y deseos de libertad en una España que empezaba a despertar de la posguerra. Bautizada por muchos como la musa de la “Gauche Divine”, este era un movimiento intelectual de izquierdas que se mezclaba con la burguesía catalana y que se reunía en la discoteca Bocaccio de Barcelona, ahí estaban, entre otros muchos, Félix de Azúa, Terenci Moix, Gil de Biedma, Ricardo Bofill o las recientemente fallecidas Colita y Rosa Regás...Joan de Sagarra irónicamente denominó así en 1967 al grupo por estar compuesto de “pijoprogres” y "nens de casa bona". La imagen de ella tatuada se convirtió en todo un icono, con su desparpajo habitual declaraba que los artistas e intelectuales que se reunían ahí la tenían como si fuera suya.

Paralela a este y en el terreno cinematográfico nacía la "Escuela de Barcelona", la cual fue bastante efímera, nombres como los de Joaquim Jordà, José María Nunes, Pere Portabella, Jaime Camino, Gonzalo Suárez o Vicente Aranda pretendían crear otro tipo de cine lejano al comercial por entonces y situarse en las antípodas de las despectivamente llamadas “Españoladas”. Gimpera que protagonizó varias como Fata Morgana (su debut como protagonista en 1966) también fue la musa de estos junto a Serena Vergano.


La mayoría de medios estos días han resaltado en sus titulares lo de “la musa de la Gauche Divine”, cogemos unos cuantos y leemos en El Mundo:La Gauche Divine pierde a Teresa Gimpera: la musa de una época que vivió la muerte de su hijo por sida"; en La Vanguardia: Adiós a Teresa Gimpera, la musa de la Gauche Divine; en RTVE tras el titular de "Muere la actriz y modelo Teresa Gimpera a los 87 años" aparecía el subtítulo de “Gimpera fue conocida por ser la musa de la gauche divine y de la discoteca Bocaccio”, el ABC: "Teresa Gimpera: la intensa vida de una musa marcada por la trágica muerte de su hijo"....  En cambio no se ha hablado de su cine o mejor dicho de su trabajo como actriz que fue notable a pesar de que es cierto que una parte de sus películas eran prescindibles, ella misma lo decía, pero eso no quita olvidar su talento y profesionalidad ahí donde trabajó y habiéndola dirigido nombres entre otros como Víctor Erice, Fernando Fernán Gómez, José Luis Garci, Vicente Aranda, Antonio Mercero, Jorge Grau, Gonzalo Herralde, Pedro Lazaga, Jaime Camino o Vittorio de Sica, este último en Amargo despertar, película imposible de encontrar. Hitchcock también se fijó en ella e incluso realizó una prueba para la película Topaz.


La actriz combinaba esa imagen intelectual de izquierdas con su participación en el cine más o menos comercial y para muchos casposo, en una entrevista en El Mundo declaraba que “me criticaban y me decían que tenía que hacer películas más elevadas. Yo contestaba: ¿Y me vais a poner un sueldo igual a lo que gano cada mes?” Entre esas películas menos elevadas según la "Gauche Divine" estaba Las secretarias dirigida por Pedro Lazaga en 1968, se trataba de un guion de Pedro Masó con Rafael J. Salvia, la fórmula seguía el estilo de la "comedia Negulesco" que tan bien exprimieron unos años antes con Las chicas de la Cruz Roja por ejemplo, pero los tiempos cambiaban y adquirían estas un tono ya más melodramático y añadir con más fuerza temas sociales, aunque siempre con el envoltorio de comedia popular. Se narraba la historia de tres mujeres jóvenes: Julia (Sonia Bruno), Paula (Teresa Gimpera) y Loli (La Polaca), las cuales trabajan como secretarias en un edificio de oficinas, formaban todas ellas con sus historias una defensa del feminismo poco habitual por entonces, Masó tenía la fórmula de saber presentarlas sin que la censura le cortara demasiado. Casi se puede hablar de esta como parte de una trilogía formada por Las amigas (1969) del mismo Lazaga o Las colocadas (1972) con Masó de director.


Mis lectores habituales ya sabrán que soy un defensor de Pedro Lazaga, tenía un arte en montar e imprimir con buen ritmo casi todo lo que se le presentase, los créditos iniciales de muchas de sus obras siempre llamaban la atención y uno fácilmente se enganchaba y más con esas bandas sonoras de Antón García Abril. Cuando se estrenó Las secretarias no era tan mal vista, si repasamos a críticos como Ángel Martínez en La Vanguardia (16-2-69) comentaba que: “el gran acierto de Pedro Lazaga es el de haber sabido entrelazar las peripecias de las tres historias principales con una gran soltura. La cámara salta constantemente de una acción a otra. Lo hace siempre con oportunidad y una certera intuición de lo qué es emotivo, sentimental o cómico”, en cuanto la interpretación de la Gimpera comentaba que “confirma su clase, la calidad de su belleza y la diversidad de matices interpretativos, que hacen de ella una excelente actriz.

Al cabo de 20 años, y tras una purga de todo este cine, el mismo diario (19-8-92) a través del crítico Manuel Quinto escribía a raíz de un pase televisivo de la película la hilarante crítica de “El único interés de esta cinta reside en averiguar cuáles eran los mitos eróticos nacionales en cuanto las mujeres, a finales de los 60. Por lo demás, las aventuras sentimentales de estas secretarias madrileñas tienen el tufo de la peor de las moralinas, y la pobre Teresa Gimpera pecha con unos diálogos que parecen escritos por el padre Antoni Maria Claret.” (sic)

Ante todo decir que Teresa Gimpera ofrecía aquí una de sus mejores interpretaciones, Lazaga le sacaba todo ese punto dramático y expresivo, poder pasar de la comedia al drama sin que desentonase, sus gestos y su mirada causaban bastante empatía con el espectador, ya no era simplemente una cara bonita, en la película pueden ver escenas como cuando contempla el vestido de novia que nos permitían adentrarnos psicológicamente en su interior, el único "pero" es que no oíamos su verdadera voz al estar (excelentemente) doblada por Mari Ángeles Herranz. 

El guion permitía tratar temas como la diferenciación salarial, el derecho a la huelga, ironías con los sueldos de los funcionarios públicos (impagables Rafaela Aparicio y Florinda Chico con ese pluriempleo), denunciar el machismo e ironizar sobre la poca capacidad del hombre para trabajar solo, los personajes masculinos están tratados de forma peyorativa e incluso algún que otro diálogo que podría ser calificado de casposo sirve hoy en día para ver todo lo contrario y ser como una cámara objetiva en esa España de finales de los 60 y del desarrollismo en el tardofranquismo.

Recomiendo su visión, la tienen en FlixOlé y hace ya años fue editada en DVD, las otras dos también las pueden ver en la misma plataforma y poder disfrutar de una actriz que hubiera merecido bastante más en el denominado "Nuevo Cine Español" tras la muerte de Franco, pero paradójicamente se olvidaron de sus cualidades interpretativas: “Guion que me ofrecían, guion en el que tenía que aparecer desnuda y haciendo el amor (…) Me deprimía desnudarme sin ton ni son en películas casposas. No era por pudor, era por la mierda de cine que era” declaraba en una entrevista en La Razón del 27-6-2010. La actriz hasta llegó a retirarse y dedicarse a la restauración o abrir una escuela de modelos, José Luis Garci fue de los pocos que se acordó de ella y le dio un papel importante en Asignatura aprobada (1987), aquí también doblada, en este caso por María de Puy. Su voz original sí estaba en El espíritu de la colmena cuyo tráiler han podido ver en este artículo. 


25/07/2024

Cuenta conmigo (Stand by Me, 1986)

 



Ya que los telediarios no paran de recordarnos las altas temperaturas, mejor hablar de lo positivo de estas fechas y poder evocar otros tiempos sin amargarnos tampoco demasiado. Comentaré Cuenta Conmigo (Stand by Me) dirigida por Rob Reiner y que se basaba en un cuento de Stephen King llamado "El cuerpo" dentro del libro Different Seassons. Era una producción de la Columbia del año 1986 y narraba las andanzas de cuatro muchachos en un pueblo rural de Oregón que dejaban todo para buscar a un chico desaparecido.  En nuestros cines llegó en agosto del año siguiente, su estreno no fue tampoco un gran éxito, pero con el tiempo adquirió características de película de culto para ciertas generaciones.

En el reparto encontrábamos nombres luego míticos como el del recordado River Phoenix como Chris o el entonces carismático Corey Feldman como Teddy. A su lado otros que tuvieron más fama en la televisión estadounidense como  Jerry O´OConnell o Will Wheaton que era el protagonista con el nombre de "Gordie" en la versión original (nada que ver con “gordo”, de ahí que en el doblaje se le llamara Corni.) Richard Dreyfuss lo encarnaba de adulto y convertido en un escritor, un día leía que Chris uno de los miembros de ese grupo había muerto acuchillado tras intentar mediar en una pelea de un bar, lo cual ocasionaba que se pusiera a escribir sobre ellos y aquel verano de 1959 donde iniciaron aquella aventura.


Rob Reiner, su director, encadenó en los 80 una serie de títulos que si bien no todos fueron tampoco taquillazos , sí lograrían poco después beneficios ya fuera en pases televisivos o con el VHS, hablamos de La princesa prometida (1987), por ejemplo, que en su momento pasó inadvertida, aunque pueda sorprendernos el dato. Sí tendría más suerte comercial con Cuando Harry encontró a Sally (1989), Misery (1990) que sigue siendo una de las mejores adaptaciones de Stephen King o el drama judicial Algunos hombres buenos (1992) donde conseguía recuperar esa aureola del cine clásico y ofrecernos un careo inolvidable entre Jack Nicholson y Tom Cruise.

El cine de los 80 se caracterizó mucho por una suma de productos dirigidos a un público adolescente/juvenil, las modas imperantes decían que al cine mayoritariamente iban jóvenes y que había que ofrecerles títulos acordes con su edad para no perderlos, una de las películas más emblemáticas de aquellos tiempos fue Los Goonies (1985), producción de Steven Spielberg que contaba las andanzas de un grupo de niños en busca de un tesoro. Realmente esa fórmula no era para nada nueva, sus raíces ya estaban en aquellos cortos de Hal Roach de los años 20 titulados aquí como La pandilla (Our Gang) y que con la aparición de la televisión se convirtieron en serie. En nuestro país aquellos ecos se veían reflejados en series como Verano Azul de Antonio Mercero o las películas de Parchís de Javier Aguirre. Precisamente fue en los 80 cuando en el programa de "La bola de cristal" de TVE se recuperó aquella serie de Roach a raíz del éxito de tales películas y en los 90 se intentó retomarla.

Cuenta conmigo se diferenciaba de Los Goonies porque para nada era una película infantil, aunque el guion jugaba con astucia para que les pudiera gustar también. Ya en el primer plano los vemos reunidos y fumando y diciendo palabrotas, el guion de Raynold Gideon y Bruce A. Evans, hombres de confianza de Reiner habían creado un híbrido de géneros con el material del escritor y encontrábamos suspense, drama, aventura, comedia, mucha introspección psicológica: sentimientos de culpa, incomprensión familiar, la amistad sincera, el tema de la muerte prácticamente presente en todo el metraje… Se dejaba curiosamente de lado el tema del sexo salvo con alguna que otra insinuación.


Más de un lector puede pensar que con las coordenadas temporales y geográficas no se va a sentir para nada identificado, pero eso no ocurre, todo lo que vemos es atemporal y ese es uno de los grandes logros del film y que tras casi cuarenta años de su estreno se siga viendo por público de todas las edades. Hay también un elemento que hace que la vivamos aun más intensamente, esa válvula de escape que podían ser las amistades y huir de un mundo cerrado, aquí el de ese pueblo rural, hay una frase irónica hacia el final que dice que estuvieron solo dos días con sus andanzas y que al volver el pueblo parecía más pequeño.

Como he dicho antes, para que tampoco el público infantil la rechazara se volvía a recurrir al niño obeso (en las películas antes citadas siempre había uno y acababa siendo incluso el más recordado), aquí el doblaje volvió a hacer de las suyas y lo llamaron groseramente “Culograsa” y aparece en un momento en que están los chicos contando historietas a la luz del fuego. Esa historia es casi como una autoparodia de un cuento de terror del propio King, vemos como el niño con problemas de sobrepeso por culpa de unas glándulas y no por comer más (se incide en ello) participa en un concurso de comer rápido y para vengarse de todos los que le insultan se pone a vomitar en plan Monty Phython en El sentido de la vida

Pero no solo se pensó en atraer al público infantil, aunque la historia sucedía a finales de los 50 no era el estilo que aquella generación prefiriera más, pero la utilización de la canción de B.E.King "Stand By Me" creaba un poder de nostalgia y de recuerdos que incluso la hizo volver las listas del "hit parade" aquel verano y posteriormente se utilizó en diferentes anuncios. Fue una táctica que había dado excelentes resultados en películas como Único testigo (1985) y el "Wonderful Word" de Sam Cooke.

Reiner supo utilizar bien todo el material, excepto la voz en off de Dreyfuss que me atrevo a decir que salvo en las escenas finales es totalmente prescindible. Con solo 85 minutos de metraje asistimos a este paso del mundo de la infancia al umbral de la madurez, crea una serie de juegos metafóricos como las apariciones del tren como una máquina mortífera y deshumanizada, los chicos corriendo por la vía ya forman parte de la memoria cinéfila de más de uno o también escenas como la de las sanguijuelas que evocan en un cierto grado a La reina de África y que parece que fue una vivencia verídica del afamado escritor. El director le había preguntado a King cuánto de la historia era verdad y le contestó: "Bueno, para ser honesto con usted, soy un mentiroso patológico y no sé lo que es realidad y lo que no es verdad. Pero si no es verdad, debería serlo".

Es un título que suele estar en plataformas y ha estado editada y es fácil de encontrar, si no la conocen, creo que se pueden llevar una sorpresa y si ya la han visto no está de más ahondar en cada uno de los temas que trata y pensar y reflexionar sobre la frase del final: "Jamás llegué a encontrar amigos como aquellos que tuve cuando tenía doce años. Pero...¿hay de veras alguien que los encuentra?"

18/07/2024

Adiós a Classics.

 



El pasado 28 de junio con la proyección de Lo que el viento se llevó acababa la tercera temporada del programa "Classics" de José Luis Garci, los seguidores esperábamos ya la vuelta del cuarto año, pero hace una semana y por la red Twitter la tertuliana Noemí Guillermo anunciaba que la TRECE no renovaba el programa y esgrimía que se le había exigido programar solo en color. Algunos medios recogían la noticia, entre ellos La Razón que matizaba que la cadena no había transmitido una consigna específica de evitar películas en blanco y negro, sino programar películas más modernas, algo que Garci rechazó, aparte que las audiencias "no eran las adecuadas".

La vuelta del “Qué grande es el cine” (así se llamaba el programa cuando comenzó en TVE) a la parrilla fue una de las mejores noticias entre tantos disgustos que los cinéfilos padecemos, en estas líneas de mi blog escribí que también nos podía reconciliar con la TRECE y la manera que tenia de tratar las películas. La cadena de la Conferencia Episcopal es de las pocas que emite cine clásico casi cada día, las que reúnen más parroquia son los westerns a última hora de la tarde y el cine español de los domingos. Ignoro cuáles eran los objetivos al fichar a Garci y si se le puso de condición algún pico de audiencia, algo por otra parte inevitable en un canal privado cuya máxima fuente de ingresos es la publicidad.

La TRECE tiene todo su derecho a renovar o no sus programas, no es una televisión pública y más que las audiencias necesita anunciantes, en los últimos meses apenas había publicidad en las películas que se programaban, dato que llamaba la atención. Creo que no ayuda a tender puentes ciertos comentarios malsonantes contra el canal muy en la línea del estilo de las redes sociales, hay que analizar y opinar siempre desde el respeto e incluso desde el agradecimiento porque fue TRECE quien recuperó el espacio e incluso aceptó que la tertulia fuera en blanco y negro, algo que personalmente lo considero un error. Es cierto, aunque esto es de lo que menos se habla, que ha habido errores que han hecho que quizá la audiencia no aumentara o no fuese la esperada como ese corte de publicidad en Casablanca mientras cantaban "La marsellesa" que desde este blog critiqué y que dio muy mala imagen al programa, continuos problemas de sonido en varias copias, algunas francamente difíciles de seguir e inexplicables como pasó con la emisión de El sur y no subir los programas de la segunda y tercera temporada en el YouTube. 

El debate del blanco y negro es antiguo por otra parte y nos vamos ya a los años 80 cuando Ted Turner que tenía en su poder gran parte de un catálogo de clásicos decidió colorearlas, una denuncia de Anjelica Huston y la justicia dándole la razón al ver lo que habían hecho con la película de su padre La jungla de asfalto provocó que el tema quedase algo aparcado. En el año 89 TVE programó un ciclo de películas coloreadas y tuvo bastantes seguidores, los directivos de entonces justificaron aquello y dijeron que había tenido un seguimiento de más del 40% de la población, el siempre atento Carlos Benpar denunció aquellas emisiones, pero otros directores defendieron al por entonces director del ente público Luis Solana como Martín Patino.

Pero el problema actual no es solo esto, la mayoría de televisiones apenas programan películas clásicas, incluso el espacio de la 2 de TVE "Días de cine clásico" tampoco destaca ni aporta demasiado por su selección, prácticamente no se emite cine europeo ni anterior a los 60. No podemos culpar solo a la TRECE de la caída del programa, más bien nuestras quejas siempre bien fundamentadas se tendrían que dirigir hacia la televisión pública que antaño contribuyó a que en España hubiera una generación que supiera valorar el cine como arte y no solo un simple entretenimiento. La falta de cultura cinematográfica actual determina que no se acepte una película por el hecho de que no sea en color, tenga un formato cuadrado o no esté en alta definición.

El cine siempre estuvo asociado a la magia y eso Garci lo refleja muy bien en sus libros, ya no solo el ambiente de esas salas con las cortinas cuando se abrían o el poder evadirse del rutinario mundo de forma bastante económica…Aquello fue desapareciendo, aunque la esencia seguía, el cine en televisión de mi adolescencia (los 90) tenía también ese lado de la ilusión, uno abría los diarios por la última página para ver qué se programaba, grabar esas películas de madrugada y dormir mal pensando que comenzaría más tarde y no cabría en esa cinta VHS, dejarnos arrastrar por esa hipnótica música del "Cine Club" de la 2 compuesta por Nacho Cano, descubrir las filmotecas, leer libros de cine, escuchar a Pumares…Me pregunto qué sienten por el cine los jóvenes de hoy.

La desaparición de Classics es un revés más para los que creemos en el cine y que se añade a otros como la desaparición del formato físico, el cierre continuo de salas o la aparición de nuevas censuras. Al desconocer objetivamente las razones por las que incluso José Luis Garci no ha podido despedirse de su audiencia no me es posible emitir un juicio y decir que mejor que siguiera, aunque fuese con un control más exigente... La coherencia es un valor que él siempre ha tenido y demostrado y solo me cabe respetar su decisión.

11/07/2024

Centenario Eva Marie Saint: 36 horas (1965)

 



El pasado 4 de julio cumplió 100 años la actriz Eva Marie Saint (Newark, Nueva Jersey, 1924), pocas veces podemos hablar de un centenario estando la  protagonista viva. Hija de padres cuáqueros (ya saben su estilo de vida si han visto La gran prueba…), de vida sencilla y fe estricta, estudió interpretación en el Actor´s Studio, ahí donde se formaron Marlon Brando, Paul Newman, Montgomery Clift… Su gran salto fue con el papel en La ley del silencio (1954) por la que obtuvo el Oscar, Hitchcock la llamó para Con la muerte en los talones (1959) y pasó a engrosar la lista de las rubias del mago del suspense en la que para muchos es su película favorita, sin embargo su carrera empezó a dar muestras de cierto estancamiento, según ella empezó a tener hijos y rechazar papeles, su representante preocupado le dijo que así no sería una estrella, pero ella le contestó que no deseaba serlo.  Aun así, siguió en un segundo plano, el de la televisión con series como Luz de luna (1985).

Su filmografía, aunque breve, está llena de títulos interesantes, de alguno hemos hablado en estas páginas como la divertida comedia de Norman Jewison Qué vienen los rusos (1966), Éxodo (1960), Su propio infierno (1962), La noche de los gigantes (1968)... Pero ya que muchos la asocian con el suspense por trabajar con Hitchcock he creído oportuno traer hoy 36 horas, un film de George Seaton del año 1965 basada en una historia original de Roal Dahl escrita en su cuento "Beware of the Dog" incluida en su primera colección de cuentos Over to you. En los créditos aparecen también como creadores de la historia los nombres de Carl K. Hittlman y Luis H. Vance. La Metro que producía la película les compró los derechos, pero luego se dieron cuenta que Dahl ya había escrito ese argumento, aquello provocó un lío y tener que pagar al escritor también para evitar denuncias.


El argumento era lo suficientemente atractivo para desarrollar una gran película, ambientada en la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) y en vísperas del desembarco de Normandía, los alemanes capturan a un oficial de los servicios de inteligencia americanos y lo someten a un lavado de cerebro: le hacen creer que la guerra ha terminado hace años para obtener información sobre los planes de los aliados.

Seaton que no es un nombre que pasará a la historia del cine como autor, sino como artesano había tenido algunos éxitos como Milagro en la calle 34 (ya saben, la de Natalie Wood de niña que no cree en ese Papa Noel encarnado por Edmund Gwenn) o La angustia de vivir (film más famoso porque la Academia que él mismo presidiría años después decidió darle el Oscar a Grace Kelly en vez de a Judy Garland por Ha nacido una estrella, algo que Groucho Marx declaró el mayor robo después del Edificio Brinks. Fue un buen director, aunque tenga marcada esta etiqueta que lo subvalora, dirigió comedias divertidas como Enséñame a querer donde Clark Gable trabajaba junto a Doris Day y aunque algunos dijeran que no, creo que había una química peculiar entre los dos bien llevada, también había desarrollado película parecidas a la de hoy como Espía por mandato, si ustedes quieren matar una tarde calurosa rápido mírenla porque tiene un ritmo endiablado y les va entretener tanto que ni siquiera se acordarán de que duraba más de dos horas. Ya al final de su carrera dirigió la mítica Aeropuerto.

En 36 horas, Seaton se encargó también del guion, contó con un buen reparto con un James Gardner que también había producido la película ya que le interesaba tener un papel complejo para aumentar su caché, la réplica se la daba Rod Taylor que quizá, sin quererlo, se lo comía ya que ofrecía una interpretación más improvisada. Y en medio de ellos una Eva Marie Saint que desde el primer momento ya intuíamos que tendría más protagonismo a pesar de ser un rol en apariencia secundario. Mostraba todo su buen hacer con aquella mirada fría, pero a la vez cercana y empática.

La película sale victoriosa en los aspectos de hacer creíble su historia, lo cual ya es un logro importante, sin embargo le falta ese toque maestro en ciertas situaciones que el director resuelve de manera algo rutinaria y hasta elíptica quizá con el objetivo de no querer alargar más las casi dos horas que dura. Uno de los actores que sale triunfante es John Banner, más famoso un año después por su papel en Los héroes de Hogan, su aparición refleja muchos aspectos, por una parte hay una bonhomía en él ambigua, una especie de querer reflejar en su conducta el absurdo de la guerra y cierta autoparodia, sus momentos recuerdan incluso a cierto toque Renoir de La gran ilusión y es donde Seaton se muestra más autor que aquello llamado artesano y que tan mal sienta a parte de la crítica.

36 horas fue una película editada en su momento en DVD y que actualmente la pueden encontrar en Filmin, una buena oportunidad para poder hablar de Eva Marie Saint y otras películas suyas que no sean las de Hitchcock y Kazan que a tenor de lo leído estos días parece que solo hubiera interpretado aquellas.

04/07/2024

Donald Sutherland in memoriam: Amenaza en la sombra (1973)

 


El pasado 20 de junio fallecía a los 88 años Donald Sutherland, prácticamente no paró de actuar hasta sus últimos días, fue un actor singular, ya su físico se apartaba de los arquetipos de estrella y a pesar de su gran profesionalidad nunca fue nominado al Oscar. Intervino en casi 200 películas, su popularidad le vino especialmente gracias a Robert Altman en MASH (1970), pero en sus inicios intervino en varias películas de terror curiosas hoy en día como El castillo de los muertos vivientes (1964), Doctor Terror (1965) o Te espera la muerte, querida del mismo año.

Para rendirle un pequeño homenaje he elegido otra de este género, aunque con más medios y en su día una película que dio bastante que hablar, se trata de Amenaza en la sombra (Don´t Look Now) de Nicolas Roeg, en ella da vida al arquitecto John Baxter que para intentar superar la muerte de su hija se traslada con su mujer Laura (Julie Christie) a Venecia con el encargo de restaurar una vieja iglesia. Durante su estancia conocerán a un par de ancianas que dicen haber entrado en comunicación con su difunta hija y que les advierten de un peligro inminente.


Roeg fue un director cuyo estilo fue alabado por cineastas posteriores como Ridley Scott o Christopher Nolan y no tanto por la crítica en su momento, sus comienzos fueron como director de fotografía, había trabajado en la segunda unidad con David Lean en Lawrence de Arabia y le contrató para Doctor Zhivago, pero ahí no se entendieron y le despidió, su trabajo más popular fue con Truffaut en Fahrenheit 451. En su faceta de realizador destacan Performance (1970) protagonizada por Mick Jagger en la que se vio una clara influencia de Borges, Walkabout (1971), The Man Who Fell to Earth (1976) con David Bowie o Contratiempo (1980) con otro cantante Art Garfunkel, pero es Amenaza en la sombra su película más famosa, su cine tuvo un bajón acusado después.

Envuelta en la polémica por una escena de sexo en la que se decía que era real, estuvo censurada y consiguió el calificativo de morbosa, algo que probablemente la perjudicara a nivel de valoración artística, en todo caso ha quedado como una obra para muchos de culto. En España se estrenó con casi dos años de retraso en 1975 y fue vista por  338.103 espectadores.

Aparte de su argumento terrorífico y las inquietudes psicológicas que va destilando, destacaba por estar rodada en Venecia, pero esta no se presentaba en plan turístico, no obstante estaba en auge el éxito de Visconti con Muerte en Venecia donde ya la habíamos visto decadente y de forma distinta a la acostumbrada. Otro dato a tener en cuenta era que se trataba de una adaptación de Daphne du Marier, cuyo nombre sonará a más de uno por haber escrito Rebecca o Los pájaros.

Roeg opta por superponer planos, mover la cámara con nervio, tender trampas al espectador, aunque si este es atento las irá hilando bien, más de un susto nos provocará y también alguna que otra  controversia cuando la comentemos, habrá quien le parezca una maravilla, para otros un bodrio pretencioso o un ejercicio de estilo que en manos de un Hitchcock podía haber sido otra cosa. Pero aparte de todo esto, destacar al actor homenajeado Donald Sutherland cuyo papel le provocaría incluso cierto encasillamiento, recuerden La invasión de los ultracuerpos (1978) o incluso películas como Como plaga de langosta (1975) cuya media hora final se aproximaba al género de terror. Descanse un paz un actor con 169 películas y que sin el carisma de las grandes estrellas conseguía con cada aparición llenar la pantalla.

El reportero (Michelangelo Antonioni, 1975)

La figura del director Michelangelo Antonioni con el tiempo ha sufrido evoluciones que van desde quienes lo consideran todo un genio del sé...