29/12/2022

El fabuloso mundo del circo vuelve por Navidad

 



Paseando estos días por mi ciudad natal Barcelona de nuevo he de agradecer el regalo visual que supone ver el Circo Raluy en el puerto y que aparte de sus notables espectáculos, nos evoca aquella última superproducción de Samuel Bronston de 1964 El fabuloso mundo del circo dirigida por Henry Hathaway y que contaba con John Wayne, Claudia Cardinale y Rita Hayworth. Una de las escenas más espectaculares se rodó precisamente en el puerto de Barcelona, aquella en la que se hunde el barco después de ser recibidos por el alcalde, papel que interpretaba José María Caffarel y en la que se necesitaron 600 extras. Otro escenario de la ciudad fue el Gran Teatro del Liceo, aquí convertido en la pista del Circo de Hamburgo.


Otras ciudades españolas que acogieron el rodaje fueron Madrid (El Parque del Retiro que se convirtió durante unos días en los Campos Elíseos de París), Aranjuez, Toledo, Chinchón, etc. La película es probablemente la que más se acerca a la reina de todas que fue El mayor espectáculo del mundo (1952) de Cecil B.DeMille con Charlton Heston y que originó un subgénero con películas destacables ambientadas en este mundo como Trapecio (1956) y otras que con el tiempo han caído en el olvido como El gran circo (1959) de Joseph M. Newman que contaba con Victor Mature como protagonista  o El gran espectáculo (1961) de James B. Clark al servicio de Esther Williams ya en sus años decadentes.

El proyecto tuvo sus problemas, Bronston necesitaba dinero, su anterior trabajo La Caída del Imperio Romano no había tenido la recaudación esperada, para ello necesitó que un gran estudio le financiara parte del rodaje, fue la Paramount quien pagó la mitad exigiendo que saliese John Wayne. El proyecto iba a ser dirigido por Nicholas Ray, pero estaba mal de salud, por lo que Bronston recurrió a Frank Capra por el que sentía una gran admiración, pero Wayne impuso que fuese Henry Hathaway, se cuenta que él le preguntó a Capra porque no la rodaba y le contestó: “No me marcho. Huyo”. El guion original de Ray fue reescrito varias veces y hasta intervino Ben Hecht entre otros. Ese desorden se nota algo, creo que el personaje de Richard Conte queda algo desdibujado en la parte final, pero en líneas generales sale una buena película, aunque no al nivel de la de DeMille.

El circo que vemos es el alemán de Franz Althoft, 255 técnicos y 350 artistas se pusieron a disposición de la película en los 5 meses que duró el rodaje y para ello tuvieron que vestir a la manera de principios del siglo XX ya que se ambientó en ese tiempo. Curiosamente, quien se encargó de coordinar las escenas circenses fue el hijo de Frank Capra asesorándolo el escritor y dramaturgo Alfredo Marqueríe.

Aunque siempre salen a relucir los problemas de Rita Hayworth con el alcohol y que más tarde se supo que ya empezaba a desarrollar la terrible enfermedad del Alzheimer o que la película por desgracia acabó siendo la última de Bronston, hay otros recuerdos más agradables y ya que estamos en estas fechas vamos a recordarlos:


Los aficionados a los payasos verán en la película a uno de los mejores de la historia, estamos hablando del clown Max (Max Van Embden), antiguo compañero del gran Grock que había fallecido tres años antes y que fue contratado para que contribuyera con su cómico talento a un número con Claudia Cardinale. Aquí adoptó el maquillaje de albayalde, sombrero puntiagudo y amplios pantalones.

El Circo de Althoft actuó, coincidiendo con el rodaje, aquellas Navidades en el Palacio de Deportes de Madrid y participó en la Cabalgata de Reyes. Coincidió también por esas fechas un homenaje al mítico locutor Bobby Deglané en el Circo Price y Bronston le envió de regalo la silla utilizada por Rita Hayworth que fue sorteada entre los asistentes. El productor también donó una leona al zoológico (emplazado entonces en La casa de las fieras del Retiro), la cual no fue nada fácil llevar.

La interpretación de Claudia Cardinale fue muy alabada, hasta tal punto que el Circo Orfei de Italia le dio el premio de "Clown del año".

En Aranjuez, se preparó un pastel de repuesto para una escena, este fue enviado por expreso deseo de John Wayne y Henry Hathaway a un asilo de huérfanos, tres de las monjas del lugar se presentaron al día siguiente para obsequiarles con unos pañuelos con las iniciales de sus nombres bordadas.

Las Navidades coincidieron con el rodaje como he citado anteriormente, aquel año John Wayne, su mujer Pilar y sus hijos pasaron las fiestas en La Moraleja en las afueras de Madrid, comieron juntos con el director Hathaway y varios miembros del reparto como Richard Conte y John Smith. Rita Hayworth las pasó en la capital junto a sus hijas que llegaron expresamente de EEUU. Claudia Cardinale marchó a Roma para volver al cabo de dos días, mientras Lloyd Nolan y su mujer se dejaron ver por las calles madrileñas filmando muchos lugares para un documental televisivo.

Como ven, una película con muchos recuerdos navideños, con una melancolía agradable y que puede ser una buena opción recuperarla para estos días.

20/12/2022

 



Tiempo de Navidad, días especiales y entradas de este blog que también se visten para la ocasión, en otros años he hecho especiales sobre el cine infantil español, Irving Berlin o recomendaciones para estas fechas. Este año lo dedicaré a canciones navideñas y nada mejor para empezar que con Judy Garland en el año de su centenario y su eterno Have yourself a merry little Christmas que aparecía en Cita en San Luis de 1944, un musical de Vincente Minelli con música y letra de Ralph Blane y Hugh Martin del año 1944 ambientado en la Exposición Universal de San Luis de 1903. 

En la escena, la familia protagonista vive momentos angustiosos ya que el padre quiere mudarse a Nueva York antes de que comience la citada feria. En vísperas de Navidad, Judy Garland la entona para animar a su hermana de cinco años. La canción suele aparecer en las listas de las mejores melodías  del cine estadounidense, a ello ayudó que se hiciera popular entre las tropas estadounidenses que servían en la II Guerra Mundial  

Es evidente que si tuviéramos que elegir una, probablemente a muchos les saldría la canción White Christmas escrita por Irving Berlin y que apareció por primera vez en ese divertidísimo musical llamado Holiday Inn, aunque la mayoría la recuerde en Navidades Blancas donde Bing Crosby aparecía junto a Danny Kaye, Vera Ellen, Rosemary Clooney y Dean Jagger. Ya que la navidad también es tiempo de evocar la nieve, recordemos otro tema de la película "Snow"  

 Las fechas de Navidad son también para recordar clásicos Disney, muchos los reponían por estas fechas y aun hay algunos cines que conservan la tradición, en el comienzo de La dama y el vagabundo (1955) teníamos esta corta canción que nos evocaba el paisaje idílico de estos días: "Peace on Earth" escrita por Sonny Burke y Peggy Lee y cantada por Donald Novis and Studio Chorus

   

Pero no solo las canciones nos traen recuerdos. ¿Qué me dicen de este excelente comienzo de Ben-Hur con la música inmortal de Miklos Rozsa? Nos recuerda esos belenes que estos días visitamos, nos transportan y nos crean una magia especial.

   

Cambiamos de ritmo y nos vamos al villancico de "Los campanilleros", estos eran gente que iban tocando la campana llamando a la gente a acudir a la misa del Alba para el rezo del rosario, la tonada adquirió un tono flamenco y el cantaor de Jerez Manuel Torre creó la primera versión, aunque fue la Niña de la Puebla quien la popularizó más , es un canto emotivo, incluso triste, emociona escucharlo. En la película Búsqueme a esa chica (1964) de Fernando Palacios, Marisol ofrecía su versión  

Durante esta época también solemos ver más de una versión del famoso relato de Charles Dickens Cuento de Navidad, en 1970 se hizo un espléndido musical en una época en la que ya estos iban decayendo, este con música y letra de Leslie Bricusse es de los mejores de esa década y creo que sigue estando algo infravalorado. Entre sus temas, está este "Christmas Children"

   

Y yendo a canciones de navidad singulares, encontramos en Odesa (1974) de Ronald Neame una de Andrew Lloyd Webber con la que empieza el filme, Christmas Dream:

   

 Hay canciones que no son nada navideñas y acaban convirtiéndose, es el caso de "Put A Little Love In Your Heart", exitosa canción original de 1969 de Jackie DeShannon quien la compuso con su hermano Randy Myers y Jimmy Holiday, en 1988 Annie Lenox y Al Green lanzaron una nueva versión que fue utilizada para Los fantasmas atacan al jefe, la nueva versión del cuento de Dickens con Bill Murray y se coloco en los primeros puestos en las listas. Vean las dos versiones:

   

 Y para acabar este especial nos vamos a 1990 y Solo en casa con música de John Williams, la canción "Somewhere in My Memory" fue nominada al Oscar y ya es todo un clásico que no suele faltar en conciertos de estas fechas. Incluso para la secuela se contó con Ana Belén para que la interpretara en castellano, su título fue “ Sombras de otros tiempos”. Con el deseo de que los malos vientos no se lleven nunca los buenos recuerdos y podamos compartir los cinéfilos cada semana en este blog, les deseo una Feliz Navidad y un Año Nuevo, lleno de ilusión, en el que se vean realizados sus mejores deseos. Nos vemos pronto

 

13/12/2022

Érase una vez...las ganas de verla. El clásico de animación español que nos seguirá costando visionar

 




Algunos de mis lectores se habrán dado cuenta de que inserté hace ya casi dos meses un “gadget” en el borde de la página anunciando el reestreno del clásico de animación español Érase una vez…Les he hablado de ella en varias ocasiones, no quiero ser redundante, me hacía ilusión ya fuera por motivos familiares (mi abuela trabajó en ella) y por cuestiones cinéfilas, es una película de la que vengo hablando antes incluso de la restauración. Pero lo cierto es que a día de hoy no veo que se vaya a programar mucho, como sabrán se pudo ver en el pasado Festival de San Sebastián, luego la Filmoteca de Catalunya (quien la ha restaurado) la exhibió el 27 de octubre coincidiendo con el día del patrimonio, en Madrid se pudo ver en la Filmoteca Nacional el sábado 26 de noviembre.

Dado mi interés, escribí a la Filmoteca catalana en octubre preguntando si habría otras maneras de verla, ya fuera una edición en DVD o más pases, aun estoy esperando la respuesta… Al notar el mutismo, escribí a "Estela Films" donde siempre me han atendido amablemente, me contestaron que la distribución iba a cargo de "Lost and Found", distribuidora de filmes restaurados según reza en su descripción, también cordialmente tuvieron la paciencia de responder mi email, aunque por entonces me dijeron que estaban estudiando la comercialización de esta. Al cabo de unas semanas se supo, a través de algunos medios, que se reestrenaba el 16 de diciembre en salas.


Es evidente que dada la situación de los cines, no tendríamos mucho para elegir, pero al menos podríamos verla e intentar hacer un hueco en la agenda, pero a vísperas de lo que tendría que ser una fecha feliz, más bien la situación es de desánimo. Donde más suerte tienen es en Madrid, ya que aparte de haberla podido ver en el Cine Doré, tendrán algunos pases en la Cineteca, una de ellas con presentación de Félix Tusell y su restaurador Luciano Berriatúa. En Barcelona, que es donde se deducía que tendría más pases, se acaba confirmando aquello de que nadie es profeta en su tierra, solo la veo en una sala no convencional llamada Zumzeig en cuya web se define así: “cine cooperativo y participativo sin ánimo de lucro, con una programación multidisciplinar en versión original que comparte el protagonismo con otras actividades culturales y sociales”, su sala apenas cuenta con 73 butacas y los pases de la película van salteados, el sábado uno, luego la ponen el 22, demasiado confuso, pero al menos esta sala ha tenido la sensibilidad de programarla.

 Curioso que solo se pueda ver aquí, en Barcelona hay cines como el Verdi, el Maldá, los Girona o el Phenomena que bien la podían haber exhibido, aunque fuese en un pase único y hacerle justicia... En Galicia he visto que se proyecta en el Numax de Santiago de Compostela y se cuenta con la presentación del investigador Alejandro Macías. Viendo las redes también hay un pase en una sala pequeña de El Ferrol, no así en La Coruña, la capital, otro signo más del desorden que hay. En cuanto las demás ciudades, ignoro las razones y si se va a poder ver, aunque no es novedad lo poco que interesa el  cine clásico español, y encima de animación, pues imagínense…

En fin, es una realidad que vamos a tener muy pocas oportunidades de verla, y esta vez no ha sido Walt Disney, sino una mala comercialización ya comenzando por la Filmoteca catalana que solo la ha pasado una vez, un jueves y a una hora poco adecuada para niños, en vez de haber programado más pases y por estas fechas de Navidad. Creo que en Madrid se han hecho bastante mejor las cosas. 

Aprovecho este artículo para hacer memoria de un dibujante que trabajó en la película y del que nadie ha hablado al comentar el filme, se trata de Joan Ferrándiz que muchos relacionan con las postales navideñas, auténticas obras maestras, y que creó todo un arte con su especial sensibilidad. En la película y tal como explicaba Miquel Porter i Moix las figuras de la Cenicienta y el príncipe fueron diseñadas por Cirici Pellicer y dibujadas por él, mientras que la gran mayoría de los otros personajes son creaciones de Escobar, al que recordé en otras ocasiones.

Ferrándiz se especializó en cuentos infantiles, sigue siendo un gozo poder ver sus creaciones troqueladas en las librerías que venden sus títulos, son muchos los que lo imitaron posteriormente sin lograrlo. Esperemos que en los próximos días más cines se sumen a proyectar Érase una vez… y que también podamos tenerla de recuerdo en DVD/Blu-Ray.

09/12/2022

Donde acaba la memoria (2022) de Pablo Romero-Fresco

 


Estos días hemos recordado la saga Indiana Jones con la publicación de su tráiler, y seguramente el gerente del Cine Madrigal de Granada lo tendría en mente cuando el pasado viernes 2 de diciembre contemplaba el lleno total en la sala y exclamó que tenía que retroceder hasta el estreno de Indiana Jones y la última cruzada para ver tal gentío. No se estrenaba ninguna película comercial, sino un documental de un director novel Pablo Romero-Fresco llamado Donde acaba la memoria, una especie de pseudobiografía del hispanista Ian Gibson en el que lo vemos en Las Hurdes 85 años después de que Luis Buñuel inmortalizara la región en Tierra sin pan. Bien es cierto que las entradas se agotaron por la presencia ahí del hispanista con el director al que siguió una charla.

Probablemente, uno de los grandes problemas de Donde acaba la memoria sea la falta de cinefilia actual, es necesario contextualizar toda la información porque de lo contrario uno se perderá, a Buñuel le impactó lo que vio en su momento, “aquellas montañas desheredadas” como se refería, a aquel desamparo de sus habitantes, pero también su inteligencia y su apego a su remoto país, a su tierra sin pan.  Censurada y sin encontrar apoyos en plena República, incluso Buñuel pidió ayuda al Dr. Marañón que había sido nombrado presidente del "Patronato de Las Hurdes", pero este le dijo que por qué solo enseñaba lo feo y desagradable. Vino la Guerra Civil y el mismo Buñuel cuenta que en una ficha de los archivos de la Guardia Civil del pueblo de Quinto se le describía como un depravado, un morfinómano abyecto y, sobre todo, como autor de Las Hurdes, “película abominable, verdadero crimen de esa patria. Si se me encontraba, debía ser entregado inmediatamente a las autoridades franquistas y mi suerte estaría echada”.

Romero-Fresco recoge las opiniones, entre otros de Carlos Saura que alaba aquel trabajo, una apuesta por el cine documentalista pedagógico en España que no prosperó y lo encuentra más interesante que la etapa surrealista de El perro andaluz o La edad de oro. Particularmente, soy de la misma opinión y me sorprende lo poco que se da a conocer en la enseñanza, se puede ver en youtube. La respuesta antes expuesta del Dr. Marañón sigue en más de un habitante de la zona que tampoco quiere sacar a relucir el documental al que tachan de despectivo, siguen sin darse cuenta de que el sordo de Calanda quería lo contrario.

Al estar hablando de Buñuel desde que he empezado el artículo, estoy cometiendo el mismo error que se le puede achacar a Donde acaba la memoria, pues se deduce que lo principal es su protagonista Ian Gibson y no el director aragonés, de ahí que eche en falta más precisión y más detalles en lo expuesto. Sin embargo, todo está relacionado y tiene la ventaja de no caer en la redundancia, aunque peque de darlo todo por sabido, el hispanista se muestra emocionado yendo ahí, incluso quiere subir a la roca donde aquella cabra caía... El viaje a la región le sirve para reflexionar, pasa antes por la cruz del Valle de los Caídos y con rabia comenta que esa no es la cruz de Jesucristo, lamenta que el tiempo no haya ayudado mucho a modernizar el país del que dice sentir verdadero amor y no odio, sino rabia. Después  lo vemos en la "Residencia de estudiantes" y en Granada intentando que un día sean encontrados los restos de García Lorca.

El documental sigue poniendo en evidencia el conflicto de las dos Españas a día de hoy, Gibson lanza una sorprendente frase de que encontrarlos ayudaría a la reconciliación de los españoles. Al acabar el filme y abrir el micro al público, una mujer le comentó que dudaba de que eso sucediera y sacó a colación cierto partido que curiosamente tiene su sede al lado del cine, él exponía que Lorca era un poeta cristiano, que amaba al prójimo, que estaba con los perseguidos como Jesucristo expone en las parábolas, aunque argumentaba que a él tampoco lo entendieron porque como hablaba arameo ni tan siquiera Dios lo escuchó, “estamos jodidos con esta derecha” se lamentaba.

 Pero más allá de cuestiones políticas, hay un inconveniente mayor y que encima es capaz de unir y hasta reconciliar, el de taparse las vergüenzas, ya le pasó a Buñuel con Las Hurdes, ni un bando ni otro le apoyó. Y esto hará que Donde acabe la memoria sea rápidamente olvidada, de hecho veo que hoy ya no está en la cartelera de muchas ciudades, ni siquiera en la Granada que acudió a ver a Gibson como si fuera Harrison Ford en busca del grial, pero que luego sigue sin poder salir de su casa…

01/12/2022

Pandora y el holandés errante (1951). Centenario de Ava Gardner

 

Entramos en el último mes del año y no podía olvidarme del centenario de Ava Gardner, y para rendir homenaje escojo una película muy próxima ya que fue rodada en la Costa Brava, ya lo habrán adivinado, me refiero a Pandora y el holandés errante y el lugar era el bellísimo pueblo de Tossa de Mar.  Fue la primera en que la vimos ya en color y muy bien fotografiada por Jack Cardiff. Por suerte,  disponemos de una copia restaurada que le devuelve la viveza que no tenía en la anterior copia comercializada y que fue editada por A Contracorriente y la podemos visionar  en algunas plataformas.


Dirigida por Albert Lewin, un "rara avis" dentro de los directores estadounidenses, cuyo mayor éxito fue la adaptación que realizó de la obra de Oscar Wilde El retrato de Dorian Gray (1945), los productores le temían por su fuerte personalidad y querer ir mucho más allá de lo establecido, sus argumentos eran considerados complejos, con muchos simbolismos culturales y considerados como lo que sería el cine de arte y ensayo europeo posterior.  Apenas consiguió tirar adelante sus proyectos, La vida privada de Bel Amí en 1947 supuso un fracaso y tardaron 4 años para que con capital propio unido al del productor estadounidense Joe Kauffman y el del británico John Woolf, sin acreditar, tirara adelante esta Pandora que es su película más ambiciosa y a la vez su última gran obra ya que al no encontrar hueco en el cine, apenas rodo dos más con escasa repercusión crítica y comercial: Saadia (1953) y El ídolo viviente (1957)

La trama fusionaba dos mitos, por una parte, el de Pandora, que fue la la primera mujer mortal en la mitología griega, siendo creada por Hefesto a petición de Zeus, este le entregó una caja que no debía abrir, ya que en su interior se encontraban todos los males del universo. La abrió y estos escaparon, lo único que quedó fue Elpis, el espíritu de la esperanza (en la película, Tossa recibe el nombre de Esperanza). Y por otra, tenemos la leyenda del holandés errante condenado a navegar eternamente sin rumbo tras pactar con el diablo que tantas veces se ha revisado en las diferentes artes,

Lewin ofrece su particular visión de estos, Pandora es aquí una atractiva cantante de un club nocturno con aires de mujer fatal, papel muy ideal para una Ava Gardner que tanto habíamos visto entonces en el cine negro. El holandés errante es un James Mason, capitán de un barco del siglo XVI que mató a su esposa porque la creía infiel, en el juicio blasfema y es condenado a navegar hasta que encuentre a una mujer que lo amase hasta el punto de dar su vida por él.

Toda esta trama podría caer en el ridículo, pero el director logra crear una ambientación para que el espectador conecte, ya en una de las primeras secuencias ambienta la noche con una luna llena que incluso nos puede evocar a la que utilizaba Lorca con aires de muerte y de fatalidad, su primer pretendiente se suicida tras constatar el rechazo e indiferencia de ella mientras toca el piano y sin parecer apenas afectada, aunque se comente que evitó otros intentos de suicidio.

Más suerte con ella tiene un corredor de coches (Nigel Patrick), pero  para lograr que acepte casarse, ha de aceptar su ruego de tirar el auto por el acantilado para demostrarle el amor auténtico que siente. Sin embargo, ella observa un yate misterioso y la curiosidad le lleva hacia este, donde conoce al capitán holandés Hendrick van der Zee, el cual está pintando a una mujer muy parecida a ella como la Pandora griega. La trama llega a un momento en el que se recurre al personaje de Geoffrey, un arqueólogo que necesita traducir un manuscrito en holandés y lo llama para ello, sorprendido, constata que se lo sabe de memoria y que es el mismo “holandés errante” de la leyenda.

Hábilmente se introduce el personaje de Montalvo, un torero interpretado por Mario Cabré, locamente enamorado de Pandora, celoso y, arrogante, que no duda en matar y que es un perfecto reverso del capitán. A Lewin le sirve también para mostrar el mundo del tarot, la cultura gitana, su madre le lee las cartas en las que aparece la muerte, la idea del destino marcado y de la fatalidad de la que nadie puede escapar, incluso esta le prepara un brebaje para que no le pase nada el día de la corrida.

La película tiene muchos temas para debatir y reflexionar, el hecho de rodarla en la Costa Brava nos adentra en ese mar, símbolo de la eternidad, el amor como fuerza suprema capaz de poder parar el tiempo como queda reflejado ambiguamente en la relación de Pandora con el capitán como si ella fuera realmente la mujer a la que mató siglos atrás. Fijémonos bien los diferentes tipos de amor que van saliendo: 1-El amor no correspondido con el personaje de Reggie Demarest, 2-el amor que es incapaz de renunciar a lo material con el personaje de Stephen Cameron que recupera el coche lanzado, 3-el arrogante, celoso y pasional que no le importa conseguirlo a toda costa. llegando a matar, representado en el del torero y el principal, el del capitán, que es eterno y está en la cima de todo, que le lleva incluso a despotricar contra Dios o a perder su salvación intentando que ella lo rechace con tal de que no sufra.

En el principio, Geoffrey dice que se niega a que su mente pueda aceptar todo lo ocurrido, cabe recordar que la película empieza cuando unos pescadores encuentran los cuerpos sin vida de ellos dos, entonces él empieza a reconstruir todo. Este aspecto del guion es interesante ya que todo lo vemos bajo su prisma, él repite que la gente ya no cree en leyendas ni en mitos, es posible que él se deje llevar por la pasión al relatarlo, al intentar encontrar sentido a la vida…Sin duda alguna, en cada pase de la película nos hará reflexionar y como ya he comentado, esa ambientación nos ayudará bastante a adentrarnos en estos temas.

En el terreno extracinematográfico, se comentaba que Ava Gardner estaba teniendo un romance con Mario Cabré y que esto despertó las iras de un Frank Sinatra (casado con ella) que tuvo que ir sin ganas “ a ese país de toreros” como decía despectivamente a llevarle un collar y unos diamantes. Todo aquello fue muy bien para la comercialidad de la película y para aumentar la aureola mítica con el paso del tiempo. Aquella visita de "La voz" ayudó aun más a descubrir la Costa Brava, a partir de los 50 cambiaría la fisonomía de muchos pueblos y el cine no iba a quedar al margen.

Dos años más tarde aterrizaba otra estrella internacional Joan Fontaine en Blanes para rodar Decameron Nigts, película que, desgraciadamente, poco hemos podido ver, se unían luego a esta lista Dick Bogarde que en 1956 rodaría El jardinero español en Palamós y Sant Feliu de Guíxols, Anne Baxter con Sombras acusadoras en Tamariu, Liz Taylor en Begur con De repente, el último verano, Orson Welles con Mr. Arkadín en S´Agaró, Kirk Douglas, Yul Brinner y Samantha Eggar con La luz del fin del mundo en Cadaqués entre otros.

Estatua de Ava Gardner en Tossa
(Fuente: Wikipedia)

En Tossa de Mar queda el recuerdo de Ava Gardner con una escultura de 1998 de la artista gerundense Ció Abellí, también la memoria de la actriz queda bien reflejada en Madrid donde podemos adquirir un folleto con el nombre de “El Madrid de Ava” y que nos lleva por varios lugares de la capital que frecuentaba.

https://www.esmadrid.com/sites/default/files/elmadriddeava.pdf

25/11/2022

Once pares de botas (1954), cómo se vivía el fútbol en la España de los 50

 



Tiempos de Mundial en pleno noviembre, el fútbol, como todos saben, ha cambiado demasiado, aunque lo que permanece siempre es esa pasión que notamos en los momentos de los partidos, otros aprovecharán para pasear más  tranquilamente, mientras algún grito celebrando gol se oiga de lejos. Aprovechando estos días, propongo revisar la película de Rovira Beleta Once pares de botas de 1954.

Parte de una idea de Lluís Trías de Bes i Terres que había participado en algunos guiones como El conde Max sin acreditar o El casco blanco de Pedro Balañá, abogado y escritor en "La Vanguardia", fue directivo del RCD Espanyol en los 50, dato interesantísimo ya que hace unos años el crítico de cine Edmond Orts desveló en la revista “23 perico” que la escena inicial está inspirada en el fichaje frustrado de Kubala por parte del club periquito cuando este ya estaba citado para la rúbrica, pero el FC Barcelona se adelantó y envió a un emisario que se lo llevó al Hotel Majéstic del Paseo de Gracia donde firmó. En la película curiosamente las cosas cambian y es el RCD Espanyol el que quiere adelantarse y robar el fichaje del jugador interpretado por José Suárez por el club ficticio Hispania.


Distribuida por una Cifesa ya en línea decadente, fue la segunda película que produjo Alfonso Balcázar tras el fracaso de Catalina de Inglaterra, apostó por esta porque veía un producto comercial y contó con un Rovira Beleta para la dirección que acababa de tener un gran éxito de crítica y público con Hay un camino a la derecha, las cuentas previstas calculaban que muchos aficionados irían, pero el hecho es que no tuvo la repercusión esperada, el fútbol era para verlo en los estadios. Algunos críticos han señalado que las escenas en las que juegan son bastante pobres, pero hay que tener en cuenta que los medios para rodar el deporte rey no eran ni de lejos los que tenemos ahora, ni tan siquiera los de hace tres décadas. Aparte de esto, hubo problemas para poder filmar en estadios, cuenta el director en el libro Rovira-Beleta. El cine y el cineasta que le hizo Carlos Benpar  que rodaron escenas en medio de un descanso de un partido de la selección, en apenas el cuarto de hora que tenían hizo lo que pudo, aparte de intentar que José Suárez, que como actor era magnífico, quedase bien dándole al balón, algo que no fue así, pero es lo de menos analizando todo.

Y digo esto último ya que creo que el árbol no nos deja ver el bosque, no hay que analizar la película por cómo están rodados los partidos, sino por ser un retrato del fútbol, de sus costumbres y lo que hay detrás. Hace ya algunos años escribí una crítica en el FilmAffinity y destacaba que desde el inicio tiene esa peculiaridad de estar narrada por la farola de Canaletas, esta idea parece que fue idea del guionista Manuel María Saló que formó un tándem formidable con el director en más de una ocasión y le dota de unos diálogos excelentes.

La estructura de la película es básicamente de comedia, y ese inicio con la chica intentando “secuestrar” al futbolista es digno de Howard Hawks como ya han apuntado otros, añadiría también ese homenaje al "toque Lubitsch" cuando van a besarse en el tren y no lo vemos, pero la cámara enfoca al revisor que con su rostro mirando el vagón ya nos está diciendo qué pasa ahí. Tiene también su parte de drama: las lesiones, la compra de partidos o un tema como el de ese “dopaje” con esas pastillas que ya nos indicaban que algún refuerzo extra prohibido se tomaba más de uno.

Con el paso del tiempo creo que se revaloriza todo el costumbrismo de la época en torno al deporte rey, como seguir los partidos por la radio, la película es un gran homenaje al medio y la cámara nos enfoca varios aparatos en diferentes espacios desde la casa donde era el centro de atención de todos, incluso cuando se comía o en la casa del cura del pueblo. Vemos también al recordado Miguel Ángel Valdivieso retransmitiendo e insertando aquella publicidad en una frase, o el mítico Matías Prats con sus inconfundibles gafas oscuras… La gente más joven que me lea, probablemente, encuentre prehistórico todo esto, pero era una manera de vivir los partidos más cercana y entrañable, totalmente alejada del negocio audiovisual de hoy en día.

Un gran acierto fue contar con Manolo Morán como ese aficionado que hasta destroza sus gafas celebrando un gol, esas imágenes de él cogiendo ese tranvía lleno en la Plaza Cataluña de Barcelona, los partidos empezaban a primera hora de la tarde, para nada eso de empezar a las tantas. Su sufrida esposa que rellena una quiniela esperando que la suerte y ese dichoso fútbol cambien su destino...

Aunque como he dicho al principio no es película para ver grandes jugadas de nuestros futbolistas, sí en cambio podemos ver a varios actuando y salen bastante bien librados, Josep Samitier como secretario técnico del Hispania, Francisco Javier Marcet doblado por Juan Manuel Soriano, Mariano Martín dando vida a ese jugador arruinado que vive de la limosna, un Antoni Ramallets presumido que hasta se peina en la portería y doblado por Alfonso Santigosa, Aldecoa de entrenador y con voz de Felipe Peña... No solo doblaron a los futbolistas, la protagonista Carmen Pardo está doblada por Carmen Lombarte y Elisa Montes por la recordada Rosa Guiñón, esta fue su primera película donde prestó su bella voz. Ya hacia el final vemos a otros futbolistas de distintos equipos cuando son citados por la Selección Nacional y la farola de Canaletas dice que la mayoría de aficionados no acertó en la lista de convocados, en algo el fútbol sigue siendo igual.

Entre los secundarios hallamos a un entrañable Pepe Isbert que le da instrucciones al monaguillo de donde ha de poner la vela según quien marque para él enterarse, escena que, volviendo al libro de Carlos Benpar, cuenta Rovira Beleta que se la cortaron y que él enfadado se fue hasta La Coruña en coche desde Madrid para hablar personalmente con el cura que había dicho que se quitara, finalmente consiguió ser escuchado y que la pudiéramos ver. 

También vemos a una Mary Santpere que a pesar de tener un papel secundario, y no muy agradecido, lo dotaba con su comicidad y desparpajo habitual escuchando tras la puerta lo que comentaban los jugadores, los cuales vivían en pensiones y no en hoteles lujosos. Sale una frase por ahí en la que le dicen sus compañeros a José Suárez, que al principio presume de estar hospedado en el Excelsior, que vaya mejor a una pensión pues se descansa igual y al menos te sangran por la mitad, qué tiempos aquellos en que los divos del calzón corto como diría aquel periodista asturiano no vivían de lujosas mansiones, coches último modelo, vacaciones lujosas y sueldos desorbitados.

Recomiendo, pues, ver Once pares de botas y debatir cómo ha ido evolucionando esto del fútbol y la sociedad, en una escena la chica muestra unas películas rodadas de cuando el futbolista jugaba en segunda división y hasta hay un momento en que la gente del pueblo muestra su ira hacia el árbitro contestando ella que “es como una película de Vittorio de Sica”, pero no, estamos ante la eficacia  de todo un maestro como Rovira Beleta que iría perfeccionando ese neorrealismo inmediatamente después con El expreso de Andalucía y nos seguiría dando grandes películas en un cine español que tan poco le gusta reconocer a sus grandes.

18/11/2022

Un invierno en Mallorca (1969)

 




Ya que estamos en vísperas de Santa Cecilia, la patrona de la música y de los músicos, hoy comentaré la película Un invierno en Mallorca de Jaime Camino del año 1969 basada en el famoso libro homónimo que George Sand escribiera sobre su estancia y relación con Frédéric Chopin en la Cartuja de Valldemosa en noviembre de 1838 y también en su otra obra Historia de mi vida. El director la quiso titular “Jutzrenka” y así sale incluso en más de un sitio, este era el verdadero nombre de ella en polaco y significaba “Aurora”.

 En aquel año Jaime Camino ya apuntaba maneras con películas como Los felices 60, Mañana será otro día y especialmente, al menos creo yo, por España, otra vez. Llevar este episodio de la vida de Chopin venía a suponer un cambio, aunque más bien en apariencia, no dejaba de ser un retrato del país que se podía trasladar a la España del momento del rodaje.

La censura del momento llegó a prohibir el guion durante siete meses escrito por Román Gubern, el cual lo vemos interpretando al cura, algo que ya había hecho en aquella fabulosa El certificado de Vicente Lluch. Se tuvieron que cortar las escenas que hacían referencia a la impotencia de Chopin, el sermón del sacerdote atacando las ideas liberalistas, una serie de conversaciones en la sacristía y una escena en que unos niños lanzan piedras a los hijos de George Sand. No gustaba para nada que se resucitase el tema de la España negra.

La idea de esta película fue del mismo Camino, el cual declaraba que le gustaba el tema de las personas encerradas en un escenario único porque en sus anteriores había bastantes localizaciones y eso le permitía centrarse mejor y recrear un Romanticismo más allá de mostrar cementerios o ciertos sentimentalismos históricos: La soledad de ellos, la ruptura con su tiempo, la cartuja abandonada por los monjes tras la desamortización de 1835, el ambiente de los campesinos hostiles ante la pareja…

Respecto a esto último, había paralelismos con la reacción hostil que a partir de los mediados de los 50 del siglo pasado hubo hacía los turistas que visitaban España por parte de la sociedad más cerrada que veía mal las ideas modernas que traían. Argumentaba que  aquella de 1838 no era tampoco muy distinta en lo que se refería a las relaciones entre el artista y el pueblo.

Las veces que he visto esta película he sentido contradicciones, las cuales incluso se daban en la concepción de Camino y Gubern, el primero defendía que era romántica, a pesar de todo, y de tratar el tema del atraso de un pueblo incomprensivo con las ideas liberales de aquel momento, aunque el director prefería llamarlas “progresivas”. Por otra parte, estaban  las relaciones de la pareja que él lamentaba que el público no pudiera ver con el tema de la impotencia de Chopin suprimido y, por último, la forma de integrarse para luchar contra un orden en el que no estás de acuerdo. Gubern para nada admitía que fuese romántica, por lo menos estilísticamente, los planos tendían hacia el interiorismo, la poca luz, cierto esteticismo en la fotografía, nada que ver con aquella Canción inolvidable hollywoodiense que en 1945 dirigiera Charles Vidor y con Cornel Wilde de Chopin y Merle Oberon como George Sand.

Camino escogió para el músico a Christopher Standford, actor apenas conocido en España, pero escogido porque le veía una serie de características que no encontraba en los actores nacionales de los que decía que, aunque fuesen buenos, no tenían la preparación de los británicos. Para George Sand eligió a Lucía Bosé, lo cual fue casi como una obsesión ya que declaraba que pensó el papel únicamente para ella. En otros papeles encontramos a Enrique San Francisco como uno de los hijos de ella y a Serena Vergano en el papel antipático de María Antonia. Como curiosidad, la escena del carnaval y el ataque que realizan con las máscaras está interpretado por unos incipientes "Els Joglars" de Albert Boadella. Para doblar a Bosé se recurrió a Núria Espert, mientras que de Standford se ocupó Manuel Cano.
Fotograma de la película. Fuente: ABC

De todas maneras, las contradicciones que vemos y sentimos tampoco hay que verlas como un fallo de la película, sino más bien porque todo en sí así lo es. Por ejemplo, George Sand escribía mucho acerca del pueblo, pero luego lo detestaba. Hay una escena en que enseña a los niños qué es una revolución, luego tiene una discusión con Chopin ya que le reprocha su falta de actitudes comprometedoras que más tarde tuvo de manera más evidente.

 En un pase privado al que estuvo invitado Arthur Rubinstein declaró que “ella era una mujer dura y absorbente, sobre todo una egoísta. Eligió Mallorca porque convenía a la salud de sus hijos”. No le gustó el perfil del Chopin que se dio ya que lo veía muy triste y, según él, era un hombre chistoso y ocurrente, un bromista. También comentó que él no era romántico, sino un calculador, sí que lo eran Beethoven y Schuman, pero él no. Sobre los nocturnos explicaba que había cogido el nombre de un compositor desconocido.

Recomiendo revisar la película ya que disfrutarán también de su música, y por otra parte, conviene fijarse prácticamente en cada frase y en cada encuadre porque nos estará diciendo más de lo que vemos, probablemente es posible que hasta lleguemos a conclusiones que para nada estaban pensadas, pero eso es otro atractivo, así como la excelente obra de Camino, un director por el que siento aprecio y que me gusta tratar.

 

11/11/2022

Cuando Mel Ferrer produjo "El Greco" (1966)

 



Es habitual en mi blog traer películas olvidadas o malditas, recuerdo cuando hablé de la película Gaudí (1960) de José María Argemí, el nivel de visitas fue bueno, así que elaboré otra entrada con aquel mediometraje donde José Luis López Vázquez daba vida al genial arquitecto. Por eso, llevaba días queriendo traer alguna película poco conocida, pero lo suficientemente atractiva para que mis lectores se entretengan, se trata de El Greco (1966) dirigida por Luciano Salce e interpretada por Mel Ferrer.

Recrear la vida de Domenicos Theotocopoulos suponía todo un reto que podría dar pie a todo un clásico del cine, aparte que la recreación de ese Toledo imperial con sus luces y sombras ya crearía expectación en el público. En aquellos años, la Fox estaba con el proyecto de traer la vida de Miguel Ángel al celuloide, la novela de Irving Stone inspiró un guion de Philip Dunne en 1961, sin embargo la producción no veía la luz hasta 1965: El tormento y el éxtasis. 

Un año antes Mel Ferrer anunciaba en Madrid en el "Club Internacional de Prensa" a los periodistas y diversas personalidades del mundo de la cultura que iba a protagonizar y producir una película sobre él por el que sentía fascinación según explicaba en diversas entrevistas y que sería el papel más complicado de su vida. El actor iba bien preparado porque enseñó un montón de planos y dibujos de los lugares de Toledo donde se ambientaría el filme, comentó que aunque el montaje se haría en Londres, la mayoría del equipo técnico sería español y contaría con bastantes actores nacionales. Acababa de participar en La caída del Imperio Romano e iba a rodar El señor de La Salle y dirigir Cabriola con Marisol, por lo que era habitual verlo a menudo por España junto a su mujer Audrey Hepburn

Para recrear la vida del pintor se tomaría como base la obra de Gregorio Marañón El Greco y Toledo, dos nombres interesantes se encargarían del guion: Juan García Atienza y Rodrigo Rivero Balestia. El primero es otro nombre maldito de la historia del cine español, dirigió en 1962 una excelente comedia Los dinamiteros que sigue sin estar todo lo reivindicada que debiera, posteriormente rodaría para televisión series como Los paladines (1972) y documentales para TVE. Es autor también de uno de los guiones más surrealistas de nuestro cine, el de la película de Juan y Junior en un mundo diferente de Pedro Olea. En cuanto al segundo nombre, colaboraría también con Atienza en su película, aparte de escribir la historia de Crimen de doble filo una de las mejores muestras del cine policiaco español dirigida por José Luis Borau, escribiría otro guion para la película Secuestro en la ciudad de Luis María Delgado, no cuento ni encuentro mucha más información sobre él, así que agradecería si alguien conoce más de su vida y obra.


Sin embargo, Mel Ferrer contrató a otro guionista Guy Elmes, muy dado a producciones de aventuras y bélicas de serie B como El valle de las mil colinas o peplums como Poncio Pilatos. Esto propició que los dos nombres anteriores presentaran una denuncia contra el actor por haber usurpado su trabajo, en su momento tuvo relevancia este hecho y perturbó el rodaje, el juez fijó una fianza de 600.000 ptas., pero Ferrer presentó recurso y el juez le dio la razón con las pruebas presentadas.

Finalmente, el 7 de mayo de 1966 en el Museo Santa Cruz de Toledo se presentó mundialmente la película, tal estreno estuvo patrocinado por el Ministerio de Información y Turismo con Manuel Fraga Iribarne a la cabeza y de Educación Nacional, el comité organizador del acto estaba presidida por la entonces Princesa Sofía que cuatro décadas más tarde también asistiría al estreno de otra película sobre la vida del pintor, la dirigida desafortunadamente en 2007 por Yannis Smaragdis.

Mel Ferrer había buscado inversores ya que la película resultaba muy costosa para el capital español y al final la Fox distribuyó la película, también contó con dinero francés e italiano. No tuvo el éxito esperado, pasó rápidamente de los cines de estreno a los de reestreno, la crítica fue tibia, se hablaba muy bien de la ambientación, de la recreación pictórica, pero la interpretación del actor fue puesta en duda, aunque quien se llevó la peor parte fue Rossana Schiaffino como Jerónima de las Cuevas, no se perdonó que no la interpretara una actriz española. Sin embargo, Ferrer cumplió y en el reparto encontramos a Ángel Aranda como Don Luis, Fernando Rey como Felipe II, Rafael Rivelles como Marqués de Villena, incluso aparece Víctor Israel brevemente como enfermo mental en un hospital.

Escena de la película. Fuente: IMDB


Sin embargo, el reparto nacional no fue en papeles principales, Niño de Guevara fue interpretado por Mario Feliciani el cual lo borda bastante bien, pero su nombre no era muy famoso a pesar de ser un gran secundario. Otro nombre italiano, Adolfo Celi, tenía un rol importante como Don Miguel de las Cuevas. Pero donde no cumplió lo dicho fue en el equipo técnico, casi todo en manos italianas y no españolas como había anunciado.

Quizá el problema que tuvo la película fue contar con un director artesano como Luciano Salce con una amplia filmografía en su país, la mayoría comedias, aunque muchas no estrenadas en España. Se da la circunstancia que fue quien le dio la primera oportunidad al músico Ennio Morricone que debutó en el cine con su película El Federal, para El Greco lo volvió a llamar y compone una de sus más grandes partituras, si la película no estuviera olvidada seguro que esta aparecería entre las mejores de él, escúchenla y ya verán qué sorpresa.



La acción se desarrolla bastante bien, el pintor durmiendo en el mercado, la amenaza de la Inquisición, la relación con Jerónima de las Cuevas, aunque tenga más de ficción que de realidad. Aparte de la ambientación, lo mejor son las relaciones entre él y el Cardenal Niño de Guevara que recuerdan a las de Julio II y Miguel Ángel de El tormento y el éxtasis. Al igual que la versión de 2007 hay un juicio en el que es acusado de brujería, con una trama algo ingenua e incluso torpe en el guion, a pesar de que esto se escapa de la versión histórica, le da cierto empuje al ritmo narrativo. Se echa en falta verlo más pintar, recrear más su obra, su concepción ya que queda una película demasiado corta. No hubiera estado mal un documental breve antes como ya hiciera Carol Reed con Miguel Ángel.

La película no está ni en DVD, ni en plataformas, solo en YouTube y en una copia que seguramente viene de su versión estadounidense en inglés con subtítulos, ahí se estrenó con el nombre de Un hombre llamado El Greco. El Cinemascope está mutilado con lo que nos perdemos la belleza de su fotografía, de todas maneras tengo la sensación de que es la única manera hoy en día de poder verla. A pesar de sus defectos, creo que brillan más sus aciertos y es una película que merecería poder ser visionada y estar accesible por su interés histórico y cultural. Aquí dejo el enlace, hay alguna escena en la que se va el sonido.

 

01/11/2022

Macario (1960): Una fábula sobre la muerte.

 


Siguiendo con las tradiciones de estos días, propongo esta vez revisar Macario (1960) película mexicana dirigida por Roberto Gavaldón y que adapta la novela corta El tercer invitado escrita por Bruno Traven, nombre enigmático y del que hay más de una teoría acerca de su identidad, conocido especialmente por escribir El tesoro de Sierra Madre que John Huston dirigiera tan brillantemente y pasara a ser una obra maestra.

Traven se inspiraría en una fábula centroeuropea de principios del siglo XIX recogida por los Hermanos Grimm con el nombre de El ahijado de la muerte, en España el cuento se ha conocido con varios nombres: La Muerte madrina, la mallorquina En Pere de sa coca o la vasca El carbonero y la muerte. El argumento trata la historia de un leñador pobre obsesionado con la muerte que siente una gran frustración por el hambre que pasa junto a su familia, jurará no comer más hasta que lo pueda hacer con un pavo entero sin compartirlo. Su mujer se lo conseguirá y él decide emprender tal acción, pero se verá interrumpido por las visitas del diablo, de Dios y de la muerte que le pedirán de este.

Gavaldón, que era todo un experto en adaptar obras literarias, varió algunos aspectos de la novela, uno de los más destacados es darle protagonismo al día de los difuntos (2 de noviembre) con fuerte arraigo en México, no más empezar nos escribe en los créditos toda una explicación de cómo lo celebran y nos obliga a poner pausa porque es imposible leerlo todo en tan poco tiempo y con letra tan pequeña. Por otra parte, tres años antes Ingmar Bergman había impactado con El séptimo sello por lo que es inevitable la influencia que tendría en las variaciones, pero el director también se inspiraría en Las tres luces de Fritz Lang para la parte final. Por todo ello dio gran importancia al aspecto visual más que al texto, la fotografía corrió a cargo de Gabriel Figueroa cuya obra quedó inmortalizada entre otros por Buñuel y sin duda creo que es lo más notable. El fotógrafo volvió a retratar tal día en Bajo el volcán (1984) de John Huston


La Muerte se presenta como humana, se pone a hablar con él, incluso se permite reír (recordemos también La Dama del alba de Casona en la que también lo hacía), se sentirá agradecida y le dará un agua que permite curar a los enfermos siempre que ella esté a los pies de estos y no en la cabecera. Para que la historia de Traven no resultara tan previsible, el guion que el director elaboró junto a Emilio Carballido presentaba la entrada de la Inquisición en la historia y para reducir la moralidad de esta, el pavo era robado por la mujer y no conseguido con esfuerzo.

El retrato del folclore mexicano con escenas como el sueño que tiene el protagonista con los esqueletos está verdaderamente conseguido, también hay más de un toque surrealista y ese humor tan especial rozando la irreverencia que hasta nos hace pensar que estamos viendo una obra de Buñuel, hay un momento en el que los pueblerinos dicen que es la Virgen quien le ayuda a curar, mientras otros dicen que es el arcángel San Gabriel.

Para el papel de Macario se eligió a Ignacio López Tarso, muy popular ahí y que resulta muy convincente en su interpretación, incluso según dice tuvo que llevar la leña de verdad en la película porque el director no quería que nada diera la sensación de falso. La sufrida esposa es Pina Pellicer, que un año más tarde la veríamos dirigida por Marlon Brando en El rostro impenetrable. Entre los secundarios encontramos a Eduardo Fajardo en el papel de Virrey.

Vale la pena ver este Macario que mezcla hábilmente el cine social con el cuento de terror y permite cierta reflexión serena sobre la muerte y el sentido de la vida. Fue una de las últimas grandes películas mexicanas antes de sus crisis que estaba ya a punto de empezar. En YouTube podemos encontrarla fácilmente a falta de ediciones en DVD y del olvido de las programaciones y plataformas.

 

27/10/2022

El burlador de Castilla (1948): Don Juan más Errol Flynn

 


Tiempo atrás solía hacer frío cuando a la hoja del calendario de octubre le faltaban pocos días para girarla, se acercaba la fiesta de Todos los Santos y la de los Fieles Difuntos, la tradición marcaba la visita al cementerio y a recordar a quienes ya no estaban, el color otoñal ya estaba plenamente instalado y en los teatros era tradición ver representaciones del Don Juan, especialmente la de Zorrilla. Hoy en cambio, si no supiese la fecha, diría que estamos en agosto, ya pocos saben quién es este caballero, las castañeras tendrán que vender helados a este paso y en los cementerios se hacen visitas turísticas más que llevar flores. A todo ello se suma la plena adaptación cutre de la fiesta de Halloween.

Pero desde estas líneas vamos a echar la vista atrás y por eso hablaré de El burlador de Castilla, película de 1948 y con un Errol Flynn ya en decadencia a pesar de su edad. Ya hacía años que la Warner quería llevarla y se la había propuesto a Raoul Walsh o a Michael Curtiz, pero este último discutió con el actor, se pelearon y ya no quiso dirigirle más, así que fue a parar a un artesano como Vincent Sherman. El actor llevaba ya algunos fracasos y los productores pensaron que volviendo al cine de aventuras y como espadachín podría recuperar la fama, además el papel de Don Juan le venía como anillo al dedo, suelta una frase hacia el final en la que dice: “Todos los hombres tienen algo de Don Juan y yo que lo soy pues aun más”.

El film contaba una historia de Herbert Dalmas, nombre apenas conocido, a él se sumaron para pulir el guion George Oppenheimer del que tampoco hay mucho a destacar y Harry Kurnitz, este ya más destacado que trabajó con Howard Hawks o Billy Wilder. Pero lo más curioso es que se contó sin acreditar con William Faulkner del cual desconozco lo que verdaderamente aquí aportó, también sale el nombre sin aparecer en los créditos de Robert Florey más conocido en la televisión y que había dirigido a Flynn en aquel curioso western de San Antonio. Así pues, demasiados nombres y bastante dispares, lo cual se nota en el resultado final.




Seguro que al ver El burlador de Castilla lo que más nos llamará la atención son los decorados, de la mano de Edward Carrere cuya carrera cuenta con títulos memorables como Camelot o Grupo salvaje, consiguió que la Academia le nominara para el Oscar. En el apartado musical brilla la partitura de Max Steiner, no se puede negar que la Warner puso interés en la producción... El reparto ya fue otra historia, se contrató a una joven Viveca Lindfors como Reina Margarita, que entonces se decía que sería la nueva Grata Garbo o la sustituta de Ingrid Bergman, repudiada por irse con Rossellini. Su carrera fue muy activa, pero irregular, como pareja de Flynn no había mucha química, inevitable pensar en Olivia de Havilland. Quien sí sale victorioso es Robert Douglas como Duque de Lorca, un símil con el Duque de Lerma, la maldad del personaje tapa bien las lagunas del guion. En los secundarios otro malo como Raymond Burr con papel corto, pero trascendente.

El burlador de Castilla empieza bastante bien, Don Juan en plena acción, una mezcla de humor con cine de aventuras, la fidelidad histórica ya es otro tema, pero conviene recordar que no estamos en un retrato histórico ni se pretende, cualquiera que lo juzgue así lo más seguro es que califique la película de bodrio. El problema es lo que ya he esbozado antes, cuando él vuelve a la corte de España, el personaje no acaba de encajar bien, se pretende una crítica hacia esa monarquía, vemos un Madrid triste y él lamentando dónde está la alegría de antes, el posadero le dice que es por los impuestos. Al rey Felipe III interpretado por Rommey Brent lo vemos más bien como a un botarate que no es querido por su pueblo y dominado absolutamente por este Duque de Lorca antes mencionado, todo lo contrario es la Reina que sí es querida, esta lanza algún mensaje como cuando le dice a Don Juan que prefiere llenar de paz el rincón reservado para los estandartes de sus próximas conquistas. En la corte aparece un pintor llamado Pacheco interpretado por Pedro de Córdoba que remite claramente a Velázquez, el retrato es de lo poco que parece interesarle al Rey, impagable también la aparición del enano.

Como ya habrán intuido, es todo bastante irregular, aciertos y defectos parecen querer convivir, alguna frase notable sale de tanto en tanto como cuando Don Juan le dice al Duque de Lorca ante la Reina que algunos prefieren la belleza al trono, lo que provoca una sonrisa de ella y una de las pocas escenas en que sí hay química. Sin embargo, más de una secuencia está falta de ingenio, como cuando el Duque de Orsini le encuentra con su mujer, empieza a haber un diálogo para que le disculpe y no haya duelo, pero no lo consigue, comienza el duelo y cosas del montaje apenas tiene acción. Sí, en cambio, tienen fuerza las escenas de cuando dirige la academia de espadachines, sus encuentros con el Duque, en la primera que tiene con sus hombres recuerda un poco a la de El hombre que mató a Liberty Valance  y el bistec de Wayne o posteriormente a El Crack de Garci ya que le pillan comiendo. La media hora final y el duelo en la escalinata es brillante, en su momento, la publicidad de los cines recogía que eran las mejores escenas hasta la fecha de Errol Flynn.

En EEUU la película no tuvo el éxito esperado y a ello se culpó, más que a los defectos de esta, a la aparición del actor que estaba ya muy mal visto, pocos años después sería despedido de la Warner y once años más tarde moría con apenas 50 años, el médico que le vio dijo que era un cuerpo de 80. En Europa, sin embargo, tuvo más aceptación, en España concretamente fue bien recibida, para nada la cinta se parece al Don Juan clásico de Tirso de Molina o al más popular de Zorrilla, la gente quería volver a ver una de aventuras y matar bien la tarde en el cine. A Flynn le habían salido imitadores, muchas de aventuras de serie B que llenaban los cines de barrio tenían muchas características de esas grandes películas con él en la cabeza como El Capitán Blood o Robín de los Bosques, por tanto si llegaba una con el Errol Flynn de verdad en el reparto aun gustaría más.


19/10/2022

Cristóbal Colón de oficio...descubridor (1982). La traca final de la españolada

 



Corría el año 1982 y a una década del V Centenario del Descubrimiento de América, Mariano Ozores dirigía esta parodia de Cristóbal Colón con argumento de Juan José Alonso Millán. Tal y como era de esperar, la crítica la rechazó totalmente, pero el público la acogió con gusto, se formaban colas para verla y según la base de datos del Ministerio de Cultura recaudó lo que hoy serían 1.725.384,69 € y fue vista por 1.412.893.


Me imagino que algunos al ver qué película comentaba hoy ni habrán abierto el blog, pero he considerado oportuno hablar de ella y más teniendo el 12 de octubre cercano. Reitero, como suelo hacer en este espacio, que no solo hablo de películas buenas, lo que importa es que hablemos de cine, considero que esta película fue la traca final del cine español popular. 

Aquel año, y al cabo de pocas semanas del estreno de esta, se producía el enorme triunfo del PSOE que traería la famosa Ley Miró, la cual consistía en una subvención anticipada a partir de la presentación del filme, incluyendo guion, equipo artístico y técnico. Esta pretendía elevar la calidad del cine, apostar por nuevos realizadores, películas  experimentales y acabar con las comedias de Pajares y Esteso, el “fantaterror” o la mal denominada españolada que abusaba desde mediados de los 70 de bastante chabacanería y ofrecer destapes de mal gusto.

Mariano Ozores desveló en el 2002 que Pilar Miró lo tenía vetado ya que no aguantaba que tuviera él tres películas en los cines de la Gran Vía madrileña y en cambio ella no pudiese estrenar los suyos soltando esa desafortunada frase de que no se le podían dar subvenciones porque “hacía un cine para fontaneros”. Aquel 1982 también supuso el estreno de la versión cinematográfica de La colmena de Cela, la cual tuvo unas cifras en la taquilla prácticamente idénticas que la película de Colón. 

Cristóbal Colón de oficio…descubridor, la cual se tituló así y vamos a respetar sin entrar dónde se deben colocar las comas o los puntos suspensivos, venía a ser una mezcla de lo que estaban ofreciendo la comedia hollywoodiense con sus parodias de géneros tipo Aterriza como puedas o las desmitificaciones de Mel Brooks como La loca historia del mundo. Se contó con Andrés Pajares que entonces estaba en la cima y a él lo acompañaba todo un reparto coral que resumía la comedia española de las dos últimas décadas. Pero llamaba la atención un nombre, el de Fiorella Faltoyano que más de uno se preguntó qué hacía aquí. Cuenta ella en sus memorias que José Frade, el productor, se empeñó que interpretara a Isabel, La Católica en vez de Lina Morgan como quería Ozores. Seguramente Frade buscaba un guiño al público del nuevo cine español y que este tipo de comedias podían convivir con lo que se buscaba. La experiencia no fue buena para ella ya que cuenta que el director no encajaba bien que participara.

Cuarenta años después de su estreno, verla de nuevo supone toda una experiencia sociológica, por una parte hay abundancia de referencias a la situación política y social que se vivía aquellos años en España con muchas referencias al "Estado de las Autonomías", incluso se parafrasea el lema que Felipe González concibió de “OTAN, de entrada no”, para aplicarlo en una manifestación en la que el lema es “Centralismo sí, autonomías de entrada no”. Otro momento divertido es que cuando la Reina Isabel dice que el 12 de octubre será festivo en toda España, incluso en Cataluña, pero que para compensarles será festivo ahí el Lunes de Pascua.

Referencias al fallido intento de golpe de Estado de Tejero, la confrontación entre curas progres y conservadores: Cisneros es considerado de los primeros. Tampoco se libra el "Opus Dei", se le entrega a Colón un libro que está escribiendo titulado Camino (Para quien no lo sepa el título alude al libro  de José María Escrivá de Balaguer, fundador del Opus, donde expone su pensamiento) , y le sueltan que si en España no estás recomendado, no eres nada, por aquel entonces se decía que ser de la  Obra equivalía a tener trabajo seguro. También es gracioso el papel que se le da a Antonio Gamero, otro guiño también al cine español nuevo, el cual compone un remedo de Marcelino Camacho.

 La verdad es que la película podía haber sido una gran comedia y a ratos así lo es, divierte, entretiene y hasta te hace sentir nostalgia por esa libertad que había de poder reírse de todo. Lástima que Ozores abuse del humor escatológico y nos dé una de las escenas peores que se hayan podido rodar, la de cuando Colón y Felipa se acuestan y se tiran ventosidades las cuales empiezan a apagar velas, etc., mejor no seguir comentando la secuencia…De todas maneras, el uso de este humor se presentaba en el de Mel Brooks, acuérdense de Sillas de montar calientes y la escena de comer judías. También hay alguna que otra frase que hoy en día estaría prohibida. Ahora bien, si me quedo con la mejor escena elijo la de Rafaela Aparicio como madre de Boabdil.

El éxito de la película hizo que Frade inmediatamente concibiera una especie de secuela con las mismas características: Juana La Loca…de vez en cuando, aunque aquí Ozores no la dirigió, ignoro las razones porque encontrar información de estas películas es bastante complicado. Se recurrió al barcelonés José Ramón Larraz que había tenido un gran éxito al rodar la comedia erótica de terror Polvos mágicos con Alfredo Landa también producida por Frade y era alabado por ciertos cinéfilos cultos con el filme rodado al año siguiente Estigma. Pero la película no tuvo el éxito esperado, nada menos que un millón menos de espectadores en menos de un año del estreno de la anterior. Su mayor reclamo era el de ver a Lola Flores de Isabel La Católica, pero su personaje rápidamente desaparece, para Juana La Loca se contó con Beatriz Elorrieta en vez de una actriz cómica, lo cual se nota, aunque peor es el papel de Jaime Morey como Felipe “El hermoso”. El conjunto fue un desastre y es una lástima ya que el reparto también era coral.

Pero Frade insistió y pensó que para nada estaba muerto ese tipo de cine, así pues produjo El Cid cabreador inmediatamente y nada menos que con el domador de leones habitual en las revistas del corazón Ángel Cristo y Carmen Maura como Jimena, a pesar de ser algo mejor que la anterior, tampoco se logró el resultado de la primera, algún chiste referido al boom que en esos años tenía el programa radiofónico de José María García y un Angelino Fons como director que estaría maldiciendo tener que rodar eso y no La busca por un plato de lentejas… Apenas 100.000 personas fueron a verla.

No obstante, otros siguieron intentando y en 1984 llegaba una película que no he logrado ver llamada Cuando Almanzor perdió el tambor, dirigida por Luis María Delgado y con Antonio Ozores como Almanzor, pero estaba claro que el ruido de esa última traca con Cristóbal Colón de oficio…descubridor ya no tenía eco.

El reportero (Michelangelo Antonioni, 1975)

La figura del director Michelangelo Antonioni con el tiempo ha sufrido evoluciones que van desde quienes lo consideran todo un genio del sé...