21/12/2023

Feliz Navidad y cinco películas de los 80

 

Ya en vísperas de Navidad y este blog os quiere felicitar las fiestas y agradecer vuestra lectura semanal, ya que son fechas especiales, hoy cambio el formato y os recopilo 5 tráilers de películas de los 80 que nos gustaban, o quizá lo contrario, ver durante estos días.

 Empiezo por Los fantasmas atacan al jefe, esta fue una versión moderna del popular Cuento de Navidad de Charles Dickens con un Bill Murray más irónico que nunca, el título en español aprovechaba el éxito de Los cazafantasmas, en televisión no paraba de darla Tele5 cada año en los 90, incluso a veces hasta fuera de fechas. Murray luego se superaría en Atrapado en el tiempo y como si fuera la marmota, siempre la vemos, aunque la sepamos de memoria.

   

 Otra comedia ochentera navideña fue Entre pillos anda el juego (1983), un inspirado John Landis ofreció una comedia con aires de clásico. El reparto contaba con otro "cazafantasmas" Dan Aykroyd y un Eddie Murphy antes del Superdetective en Hollywood, mención aparte merecen Ralph Bellamy y Don Ameche, geniales malvados aquí. Con este film, algunos entendieron cómo funcionaba la Bolsa.

 

Dejamos de momento las comedias y nos vamos a una película de amor, cuando en 1995 Meryl Streep protagonizó Los puentes de Madison, el más cinéfilo ya sabía que la actriz tenía experiencia en un papel similar, se trataba de Enamorarse (1984) en la que se enamoraba de Robert de Niro, el flechazo empezaba en un metro, pero sobre todo en una librería en plena compra impulsiva navideña donde, por error, se intercambiaban los títulos. Dirigida por Ulu Grosbard, no dejaba de ser otra especie de “remake” de Breve encuentro. La película no estaba nada mal.

   

 Vamos ahora al género de terror, en 1984 Steven Spielberg consiguió uno de sus mayores éxitos como productor, se trataba de Gremlins y la dirigía Joe Dante, con los años ya se ha convertido en todo un clásico de estas fiestas a pesar de ser un filme totalmente antinavideño, incluso en algunos de sus diálogos. La nostalgia ha convertido todos esos bichos feos más el bueno en unos iconos de un tiempo que ya no volverá, de cuando íbamos asiduamente al cine, alquilábamos y comprábamos el VHS, esperábamos su pase por televisión, nos comprábamos su banda sonora, los muñecos…

   

Y para acabar con este quinteto, recurrimos a Santa Claus. El director Jeannot Szwark que quedó muy tocado por haber dirigió aquella Supergirl, pero tuvo una de sus películas más recordadas con Santa Claus, el film. David Huddleston hacía el papel, aunque la estrella era el hoy ya muy olvidado Dudley Moore cuya comicidad estaba en auge. No era una gran película, pero sí un film simpático, agradable, que llenaba alguna que otra tarde pesada, la música era de Henry Mancini, por cierto. Título bastante reivindicado por el recuerdo también, ni en DVD ni en plataformas está, a veces algún pase perdido....

13/12/2023

Un mundo de fantasía (1971): El primer Willy Wonka

 



Se acaba de estrenar una nueva versión del libro de Roal Dahl Charlie y la fábrica de chocolate, la verdad es que cuando vi el tráiler hace unas semanas pensaba que sería la típica película para pasar las navidades, pero la crítica está diciendo maravillas de ella, incluso añaden la muletilla que hasta uno se olvida que es Timothée Chalamet quien hace de Wonka. Como recordarán tal personaje fue interpretado anteriormente por Gene Wilder y Johnny Deep, aprovechando el momento vamos a repasar la primera versión de 1971.



Dahl había escrito el libro en 1964 y Mel Stuart, un director no muy conocido, recibió el encargo nada menos que de su hija, la cual se encaprichó de aquella lectura y le pedía que hiciera una película, al final aquel empeño pudo y se puso manos a la obra. Está catalogada como musical, aunque los números son pocos y la coreografía algo pobre, la partitura corrió a cargo de Anthony Newley y Leslie Bricusse que tenían ya cierta experiencia en similares producciones dirigidas a un público infantil como Muchas gracias, Mr. Scrooge o El extravagante Dr. Doolitle. Este tipo de cine estaba de capa caída como corroboran fracasos como Las aventuras de Alicia, El pájaro de fuego y cierto bajón en la Casa Disney que no acababa de encontrar su línea desde la muerte de Walt en 1966.



En España la conocimos como Un mundo de fantasía y su estreno fue en unas navidades, sus números fueron flojos, apenas 288.510 espectadores y cayó en el olvido, salvo cuando se reponía en televisiones también por esas fechas ya que lograba una buena audiencia. La versión de Burton rescató tal versión y comenzó a ser editada en DVD, por cierto en una excelente edición en el extranjero. También se puso de moda, hace unos años, con la cara de Wilder hacer unos "memes" a través del WhatsApp o de otras redes sociales  donde el personaje irónicamente lanzaba una pregunta.

Fuente: Perú21

Gene Wilder por aquel entonces aun no tenia la fama posterior, aunque ya había trabajado con Mel Brooks en Los productores, película que en nuestro país se estrenó tarde y después del éxito de El jovencito Frankenstein, su personaje sirvió también para que apareciera en un papel en la versión musical que Donen hiciera de El pequeño príncipe. Probablemente sea de sus mejores creaciones, le puso una condición al director y esta era que le dejara en la primera escena salir cojeando y luego dar un salto para que así el público no supiera si está diciendo la verdad. Tal idea parece que gustó a Mel Stuart que utilizó también la táctica de rodar las reacciones de los actores sin que supieran si aquello formaba parte del guion, hasta en una escena los actores pensaban que Wilder había sufrido una crisis psicótica.


No he leído el libro, así que no puedo comparar, pero deduzco que bebe bastante de clásicos de la literatura infantil como Alicia en el país de las maravillas, él mismo quiso participar en el guion y a pesar de tener una historia que visualmente podía ser bastante rica, no logró los resultados esperados:  los ríos y cascadas de chocolate, las ocas gigantes que ponen huevos de oro, burbujas que permiten volar, los caramelos que nunca se acaban, televisores que envían a través de las ondas objetos y personas en vez de imágenes no acaban de convencer, aunque el encanto kitsch en años posteriores les hace tener algo de encanto.


Tampoco la historia es nada del otro mundo, cinco niños que ganan un sorteo para ver la fábrica de tal enigmático personaje , todos ellos llenos de tópicos, desde el glotón, la avariciosa, el tramposo o el niño protagonista que es humilde, con buen corazón y con cara de no haber roto ningún plato, ya lo dice el personaje en un momento que todos son unos maleducados, incluidos sus padres que los acompañan que aun son peores. Pero a pesar de estas objeciones, lo que salva el film es la actuación de Gene Wilder, por lo que la película se ha revalorizado y va gustando más. La versión de Burton, aunque más rica visualmente, tenia mucho de su mundo particular y se le acusó de no ser fiel al espíritu del escritor.

Veremos, pues, si esta nueva versión corrige los defectos de las dos anteriores a pesar de Timothée Chalamet.

05/12/2023

Homenaje a Concha Velasco: Yo soy fulana de tal (1975)

 



El pasado sábado fallecía la gran Concha Velasco, su nombre se añade en este año funesto a los de Carlos Saura, Laura Valenzuela, Carmen Sevilla…Por eso, voy a dedicar un pequeño homenaje, algo improvisado, escogiendo una de sus películas de las que no se habla tanto. Estos últimos días en los resúmenes que se han hecho en distintos medios se han citado sus colaboraciones con Pedro Olea, su excelente recreación de Santa Teresa de la mano de Josefina Molina o su etapa con Sáenz de Heredia, curiosamente sin mencionar demasiado su nombre, cabe recordar que quizá fuera el director que le dio gran popularidad cuando la puso a cantar la chica yeye en Historias de la televisión, de él son también las mejores películas de su tándem con Manolo Escobar o su salto hacia papeles dramáticos con Los gallos de la madrugada para dejar de ser Conchita.




Pero hubo otro director también apenas citado que le dio unos papeles en comedias bastante notables, me estoy refiriendo a Pedro Lazaga, mis lectores habituales sabrán que soy un gran defensor de él, Los tramposos (1959), Trampa para Catalina (1961), Sabían demasiado (1962), Martes y trece (1962), El vikingo (1972) son buenas muestras en las que la actriz aportaba su talento en unos guiones que la crítica solía infravalorar. Injusto sería olvidarme de Mariano Ozores, Javier Aguirre, José María Forqué, Jaime de Armiñán, Rafael J. Salvia, Fernando Palacios, Fernán Gómez, Berlanga…Incluso de Rovira Beleta que le dio también uno de sus primeros papeles dramáticos y en una coproducción internacional en No encontré rosas para mi madre (1973) que tantos disgustos le ocasionó a él y ella años más tarde la recordaba como una película porno, aunque no lo fuese, pero en Francia se añadieron escenas sin el consentimiento del director, creo que su actuación ayudó bastante a que tuviera papeles más dramáticos luego.

Pero de la que voy a hablar es de una de Lazaga cuyo título es Yo soy fulana de tal del año (1975), tal año fue muy prolífico para la actriz, nada menos que siete películas, entre ellas su actuación más querida según confesó en un homenaje en la Filmoteca de Cataluña: Pim, pam, pum... ¡fuego! de Olea y títulos nada desdeñables como Las bodas de Blanca de Francisco Regueiro, Mi mujer es muy decente, dentro de lo que cabe de Antonio Drove o El love feroz de José Luis García Sánchez.

Yo soy fulana de tal partía de una novela de 1963 de Álvaro de Laiglesia quien fuese director de la revista satírica "La codorniz" durante 33 años, aquella cuyo lema era: “La revista más audaz para el público más inteligente”, el escritor declaraba que sus libros ya los vendía solo con el título, algunos ejemplos son: En el cielo no hay almejas, Todos los ombligos son redondos, Qué bien huelen las señoras o Dios le ampare, imbécil, novelas que había  que leer entre líneas.

Concha interpreta a una chica de pueblo que acaba convirtiéndose en una prostituta, nos va narrando su vida y ese mosaico variopinto de hombres con los que va saliendo. Sé que puede parecer una película vulgar y no apta para ciertas sensibilidades feministas, obviamente no la voy a calificar de progresista, pero conviene situarse en los años de la novela y de la película y ya que Lazaga tuvo esa audacia al dirigirla, convendría dejar paso a la inteligencia para analizarla como se debe y no ir con los prejuicios típicos.

Al disponer de un buen material con este libro, supo sacar esa influencia italiana al máximo y que tenía en bastantes de sus comedias, aunque teniendo que esconderla por la censura. Su filme es más parecido a los de Pietro Germi o Mario Monicelli, activa notablemente en todo su metraje las contradicciones entre los actores y ella a la que explota bien con una de sus actuaciones más memorables en las que va cambiando de registro sin perder la credibilidad, ahí la tenemos como una chica ingenua y cándida o caricaturizando su oficio, me recuerda a la Giulietta Massina de Las noches de Cabiria que tanto alababa.

Detrás de todo ese humor hay la crítica contra los acondicionamientos sociales que lleva a una mujer a acabar siendo eso, estamos pues en una comedia que más de uno sin verla la tachará de machista, casposa y vulgar, algo totalmente injusto. Hay además, y siguiendo con ese toque italiano, aspectos neorrealistas y la inserción de escenas más dramáticas.

En el reparto tenemos a varios de los grandes: Antonio Ferrandis, Francisco Algora, Fernando Fernán Gómez…todos ellos perfectamente dirigidos por un Lazaga que dotaba de un ritmo vertiginoso, tan característico en él, la acción. La propia Concha Velasco siempre tuvo palabras de cariño hacia él y que los actores que trabajan con él le querían.

La película en pleno 1975 tuvo sus bueno números, aunque se quedó a las puertas del ansiado millón de espectadores, Lazaga era repudiado por muchos críticos, incluso en un festival de Molins de Rei en el que se le quiso homenajear tuvo él mismo que declinar porque se le tachaba de director de época franquista y no quería perjudicar. El film conoció una secuela Fulanita y sus menganos, aunque Concha fue sustituida por Victoria Vera y según contaba la actriz, un productor de varias salas la había vetado por haber apoyado una huelga de cines y presionó para que no la protagonizara. La secuela recaudó la mitad y no tenía tanto ingenio, a pesar de seguir contando con Lazaga.

No he podido hallar ningún vídeo de alguna escena, la tenía en DVD y tuve la mala pata de que el disco estaba defectuoso, aunque la pude visionar de aquella manera hará unos 10 años. Desde estas líneas mi recomendación y que este título pudiera hallarse de manera más accesible ya fuera en plataformas como FlixOlé o reeditando el DVD que aun se podría encontrar por internet a precios de escándalo. Descanse en paz Concha Velasco y agradecerle todo su gran trabajo y su cercanía al espectador.





30/11/2023

Los USA en zona rusa

 



Las recientes declaraciones de David Fincher a raíz del estreno de su última película en Netflix sobre las salas de cine a las que califica en su mayoría como "lugares húmedos, malolientes y grasientos" animan los comentarios sobre el futuro de cómo se ha de ver el cine, no hace mucho Víctor Erice defendía todo lo contrario. Los cinéfilos, en su mayoría, han atacado al director de Seven y no sin razón, aunque habría que analizar la situación de muchos multicines para ver que tales epítetos no están dichos gratuitamente.

No abriré la polémica de si el cine en plataformas televisivas está infravalorado, sino que cogeré mi particular máquina del tiempo y nos iremos a los 90, ya que esta semana es el cumpleaños de Woody Allen (88), el cual decidió en 1994 hacer su primera película para televisión, bien es cierto que la situación era muy distinta, no había ni siquiera internet público y las plataformas pues eran las distintas cadenas y grabábamos en VHS lo que nos interesaba. El director gozaba en aquellas fechas de gran popularidad a pesar de todo el affaire con Mia Farrow,  sus dos anteriores películas son ya clásicos de la comedia: Misterioso asesinato en Manhattan y Balas sobre Broadway. Así que el productor Jean Doumanian le animó para dar el salto a la pequeña pantalla.

He sido crítico con la televisión porque pensaba que era un gran medio que no conseguía resultados sustanciales” declaraba un Allen que aborrecía el medio y tampoco quería trabajar en ella ya que “si me veían en la pequeña pantalla no iban a pagar para verme”. La obra escogida para tal estreno era su primera obra de teatro: Los USA en zona rusa, título español para el original Don´t Drink the Water (No bebas el agua) donde una familia neoyorkina era confundida por unos espías durante un viaje turístico al telón de acero en los años de la guerra fría.

Tal obra había sido ya llevada al cine en 1969 por Howard Morris, el cual no tendría demasiada fortuna detrás de las cámaras, estaba protagonizada por Jackie Gleason y Estelle Parsons, Allen la aborrecía y no quiso saber nada de ella ya que estaba muy molesto con la manera en que habían tratado su guion en ¿Qué tal, Pussycat? de Clive Donner. Esta versión no hay manera de verla, aunque en España se estrenó en 1971,  recuerdo dos pases en los 90, en VHS estaba editada, pero en DVD curiosamente no llegó, aunque sí en otros países. En Youtube podemos ver los títulos de crédito.




“La he visto hace unas semanas” así despachaba Allen cuando le preguntaban por ella, si ya el director odia sus propias filmaciones, imagínense lo que pensaría…Filmar en televisión supuso todo un cambio en la metódica de rodar ya que suele tomarse sus trabajos de forma muy relajada y estaba un año entero, aquí fueron solo tres semanas y media y calificaba el día a día como muy duro, así como no poder contar con más presupuesto. Fue un contrato con la productora Sweetland Films para la cadena de televisión ABC, curiosamente coincidió la filmación con una miniserie sobre la vida de Mia Farrow en la NBC, en las ruedas de prensa le preguntaban por esta última y con ironía contestaba que esperaba que su personaje fuera real y no un dibujo animado.“ Que un cineasta de la categoría de Allen haya aceptado trabajar para la televisión significa que las barreras de clase entre las películas y los telefilmes han desparecido” escribía el crítico del New York Post. 

La cámara nerviosa del director no deja de moverse en los 90 minutos de duración con bastantes planos secuencia, se nota un cariño especial hacia los actores que se mueven con bastante libertad, con ello se consigue el objetivo de olvidarse de sus esquemas teatrales. En su reparto destaca Michael J. Fox poco antes de diagnosticársele el párkinson y demuestra las buenas dotes de comicidad, entereza y credibilidad para el género. Otro papel curioso es el que interpreta Dom De Luise, el de un cura que lleva refugiado en la embajada desde hace un montón de años y que se ha tenido que dedicar a aprender trucos de magia con desigual fortuna, tal personaje remite al Cardenal húngaro Jozsef Mindszenty que tras el fracaso de la revuelta de Hungría contra el régimen comunista en 1956 se vio obligado a refugiarse más de diez años en la embajada de EEUU. Los más cinéfilos recordarán el personaje al haber sido interpretado por Alec Guinnes en El prisionero, basada en su vida.


La comedia funciona y evocaría también (recordemos que fue escrita en 1966) a todo aquel subgénero con notables comedias paranoicas como ¡Qué vienen los rusos! o Teléfono rojo ¿Volamos hacia Moscou? En aquellos 90, al ser un producto de televisión quedó rápidamente olvidado, aunque tal trabajo quizá animara a que proyectos escritos años antes vieran la luz, caso de La maldición del escorpión de Jade, Granujas a medio pelo o Si la cosa funciona. Décadas más tarde, filmó aquel contrato con Amazon para rodar varias películas pudimos ver la serie de Crimen en seis escenas que no estaba nada mal, aunque recibió malas críticas, la aparición nuevamente del tema Mia Farrow en pleno movimiento "Me too" motivó una campaña en contra que afectó negativamente sus últimos estrenos, algo que le llevó a rescindir el contrato y buscar otros medios en Europa para poder rodar su película anual y con ella seguir animándonos a ir al cine.

22/11/2023

Raza: El espíritu de Franco (1977)

 


Aprovechando el 20N y ya que en este blog he traído varias películas sobre la figura del General Franco, hoy hablo de una de las más singulares, probablemente tal afirmación ha quedado coja con el tiempo,  me estoy refiriendo a Raza, el espíritu de Franco que en 1977 dirigiera Gonzalo Herralde. El embrión del proyecto viene de un visionado de Raza (1942) por parte del director y sus ganas de  ahondar en que lo que ahí se proyectaba era una autobiografía del dictador más unas pautas de lo que tenía que ser la familia española.

El título dado al documental jugaba con el que recibió la película en su reestreno en 1950: El espíritu de una raza. Ya en plena transición y tras el éxito crítico de El desencanto de Jaime Chavarri, el director apostó por rodar unas entrevistas y contó para ello con Pilar Franco Bahamonde (la hermana del General) a la que calificó como “un auténtico animal cinematográfico de una extraordinaria fotogenia y con una indiferencia completa hacia la cámara” y por otra parte con el protagonista de la película, Alfredo Mayo, que le servía de puente entre la ficción de la pantalla de Raza y la realidad de Franco.


No se contó con otros nombres, el más obvio el del realizador de aquella, José Luis Sáenz de Heredia, pero Herralde declaraba que su intervención era innecesaria puesto que su película no planteaba un análisis de la autoría cinematográfica, sino que era más bien un análisis de la autoría de la historia. Ana Mariscal, la actriz principal de la película, se negó a participar.


La creación del filme nace paralela al estudio que Román Gubern hace sobre el mismo tema en el libro Raza: un ensueño del General Franco, la película  era la historia de una familia gallega, los Churruca, el padre es un marino que muere heroicamente en Cuba (el de Franco era un intendente de la Armada que abandonó a su mujer y despreciaba a su hijo Paquito, su esposa se llama Isabel de Andrade (apellido de la rama materna del dictador) y entre sus hijos hay un republicano que se redime cambiando de filas (como Ramón Franco que llegó a militar hasta en Esquerra Republicana de Catalunya (ERC)) y el héroe José Churruca de Andrade, que acaba la película en el desfile de la victoria... El director buscaba el guion del filme y se puso en contacto con él, de ahí surgió una colaboración y que participara en el de esta. Cabe recordar que Gubern resultaba inevitable en cualquier película sobre Franco, de él hemos hablado ya en Dragon Rapide o Espérame en el cielo.

Raza, el espíritu de Franco se estrenó el 27 de octubre de 1977 y los que acusaban al director de cierto oportunismo comercial pudieron comprobar que el público apenas fue a verla, ni tan siquiera la crítica fue muy benévola con ella, Joan de Sagarra escribía que se había aburrido y que era darle vueltas a lo mismo, con los análisis, lecturas, comentarios más o menos ingenuos o mordaces en torno al franquismo y al general. Probablemente, la comparación con El desencanto dañó las expectativas ya que este documental para nada era polémico, aunque pudiera parecerlo en un principio.


No obstante, hubo quienes lo defendieron a pesar de las carencias, debido a que en aquellos tiempos aun seguía siendo un tema tabú profundizar en su figura, de hecho el director, con cierta ironía, explicaba que había utilizado la biografía de Ricardo de la Cierva porque la encontraba interesante, especialmente la parte omitida o las biografías de Luis Ramírez en "Ruedo Ibérico"

Herralde definía así su película: “No es un panfleto, ni un ataque a la figura política de Franco, sino que lo que pretende es desvelar la verdad oculta detrás de todo un aparato discursivo que Franco estableció y que posteriormente se fueron desarrollando en el cine español las pautas así formadas

Y así es efectivamente, hay que agradecerle un trabajo riguroso y que sea el propio espectador el que saque las conclusiones, aunque sí se observa cierta ironía, muy especialmente con los comentarios de Alfredo Mayo, algunos de ellos quizá sin intención inicial de utilizar ese recurso. Hay ahí un proceso de desmitificación del actor que se vio encasillado en papeles parecidos y que no cree que exista una raza hispánica, hay un momento en que se le pregunta qué eran los almogávares, le cuesta definirlos y al final admite que no lo sabe. Divertidas son anécdotas como el pase con Franco y que esperaba que le dieran alguna medalla, pero que al finalizar se despidieron sin más y ya está. El actor se muestra cercano, incluso muestra cierta inquietud también irónica cuando no sabe muy bien la verdadera intención del documental y que él contestará a sus preguntas, pero que los directores actuales son muy habilidosos con las tijeras luego.

En cuanto a Pilar Franco, tiene su interés oír de su propia voz toda la historia desde la figura poco edificante del padre, las relaciones con su hermano Ramón, la frustrada vocación de marino, la utilización del apellido Andrade…El único defecto es que puede resultar demasiado reiterativo escucharla, aunque el director conjuga bien los cortes de Raza con sus opiniones intercalándolos con los de Alfredo Mayo. De su boca saldrán, entre otras cosas, que su abuelo murió por una indigestión de chorizos o que su padre estuvo separado de la familia largo tiempo y que llevaba cierta "vida alegre" en Madrid, un funcionario del cementerio de la Almudena desvela que hasta hace poco su nombre no aparecía en la tumba familiar. Nos relata también que la muerte de su hermano Ramón fue un asesinato masónico o no le importa desvelar algún roce con Francisco Franco a raíz de unos tapices para el Rey de Marruecos en un desfile, entre otros temas

Cierto es que el tiempo y quizá ese déficit en 1978 convertido actualmente en sobrexplotación hacia el personaje hagan de esta Raza, el espíritu de Franco una película que ya no desvele apenas sorpresas. Sin embargo, la recomiendo primero por su objetividad y por aportar información a la película como la anécdota que también explica Mayo de que un motorista se presentaba en el rodaje desde el Pardo con papeles de revisión de guion. Lástima, eso sí, que no contara con la participación de Sáenz de Heredia ya que la mayor parte del público que acude a este documental le hubiera interesado y más teniendo en cuenta que era primo hermano de José Antonio Primo de Rivera y que en 1964 dirigiera Franco, ese hombre por los llamados 25 años de paz.

 

La pueden ver entera siguiendo el link que hay abajo, no se me permite insertarla directamente en el blog. Recomiendo que vean este canal de Editrama en Youtube creado por el propio Herralde con buena parte de su filmografía, documentales en los que ha participado o las entrevistas restauradas del "A fondo" de Soler Serrano: https://www.youtube.com/watch?v=Pr3Ms0CVt-U&t=5s

15/11/2023

Ensayo de orquesta (1978)

 




Finales de los 70, la carrera de Fellini estaba ya lo suficientemente consolidada en su segunda etapa que empezó a raíz de La dolce vita, el reconocimiento académico a Amarcord en 1975 sellaba la conformidad a un estilo que generaba cierta controversia, sus detractores veían unas realizaciones barrocas y repetir los mismos esquemas con un exceso cada vez más insoportable. Por el contrario, sus defensores veían en sus películas un genial retrato irónico de la decadencia occidental tanto cultural como políticamente, fiel reflejo de su Italia. El director había encontrado cierta libertad en sus productores, pero también problemas para materializar sus proyectos como ese Viaje de G. Mastorna cuyos decorados fastuosos llegaron a construirse y guardarse, otro proyecto era el de La ciudad de las mujeres que tenía que codirigir con Ingmar Bergman, pero que tras varios problemas de financiación rodó él solo.

Precisamente, a raíz del retraso de este rodaje, Fellini se puso a hacer un trabajo para la televisión, concretamente para la RAI, con la que ya había colaborado en Los clowns. Se trataba de Ensayo de orquesta, una película que suponía todo lo contrario al cine que estaba realizando, duraría solo 70 minutos, se rodaría en 18 días y el coste sería mínimo. El argumento sería el de retratar un enfrentamiento entre el director de una orquesta y los componentes de esta, los cuales exaltan sus instrumentos sin contar con la armonía del resto. Antes de empezar, una televisión quiere entrevistarles, pero ahí empieza también una serie de problemas con los sindicatos.

La película en sí no tendría que causar ningún problema, pero viniendo de Fellini era de esperar cierta lectura entre líneas y se vio en ella cierta interpretación reaccionaria al momento que vivía Italia políticamente. En un pase privado, acudieron a verla el presidente de la República Sandro Pertini y el Jefe de Gobierno Giulio Andreotti, los cuales la valoraron positivamente ya que ponía en evidencia que sin la armonía todo se derrumba, pero el presidente de la Cámara Pietro Ingrao, por el contrario,  se mostró muy crítico con el mensaje del film. Tal controversia originó que hasta la RAI congelara la emisión de la película y el mundo del cine lamentase que un director como Fellini estuviera censurado. “Lo que me fastidia hoy, lo que me subleva es que de este film pueda darse, por muy inevitable que parezca, una interpretación política, una reducción toscamente política declaraba él mismo a los medios e incluso amenazaba con irse de Italia o abandonar el cine.

El Festival de Berlín acudió en su ayuda y decidió proyectarla, aunque privadamente, la crítica remarcaba que era un alegato terrible contra la fratricida democracia italiana, las circunstancias temporales también no hacían más que ayudar a interpretarla así, se había rodado justo después del rapto y asesinato de Aldo Moro. Pero Fellini insistía en que no era el tema, algo que por otra parte no debería sorprender ya que en anteriores películas le pasaba lo mismo, recordemos, por ejemplo, que en La strada se desmarcaba que tuviera una interpretación motivada por la "Democracia Cristiana". Volviendo a sus palabras nos decía que : la película tiene un potencial emotivo que en el ánimo del espectador se puede traducir en emoción, malestar, vergüenza y creo que habría que dejar al espectador solo con estos confusos sentimientos. La carga ética del film consiste precisamente en este impacto.

Al ver Ensayo de orquesta y pese a su corta duración y escasos medios, tengo la misma sensación de ver otras películas de él más fastuosas, sus imágenes siguen teniendo esa magia tan característica, nos retrata toda una serie de personajes entrañables, en especial el copista que recuerda tiempos mejores, o el escenario con sus cuatro paredes desnudas, una cripta donde están enterrados siete obispos y tres papas y que ahora se utiliza de auditorio por su acústica.  Fellini no tiene compasión con los músicos y los describe como indolentes, divididos y pendencieros, llegan a hacer el amor bajo el piano, oyen el fútbol, se emborrachan… pero bien pueden unirse para ejecutar cualquier obra, es aquí donde la utopía se hace realidad.

Cualquier análisis felliniano nos tendría que llevar también a que el director no acostumbra a mostrar nunca un final cerrado, todo tiene su interpretación. El hecho de retratar una decadencia lo veía como condición indispensable para el renacimiento, pero era evidente el toque de atención hacia su país: “sufriréis porque os pongo delante de un espejo” llegó a decir. Las lecturas que un intelectual como Fellini destilaba merecían por lo menos ser tratadas con respeto y sin colgarle epítetos como fascista. Aparte de ello, podía haber dos interpretaciones, por una parte una advertencia a no seguir en el desorden a no ser que se quiera ir a una dictadura o por otra, un lamento hacia el tiempo pasado y nostalgia de esta. Por mucho que dijera Fellini, es inevitable la interpretación política, aunque esta es ambigua y no tan clara como se señaló.

La película tiene un valor añadido, fue la última colaboración de Nino Rota antes de morir con Fellini, en ella hay toda una partitura que aparte de evocar otros títulos, es todo un gozo para los oídos.

09/11/2023

Las dos inglesas y el amor (1971)

 



Hace una semana hablaba de Bajo el volcán de John Huston y las dificultades de adaptar una novela tan compleja. Las comparaciones son odiosas, manda el tópico, y peor resulta cuando te dicen que el séptimo arte es para gente que no lee. Precisamente hoy que el maldito móvil se ha cargado la poca lectura de algunos mientras iban en el metro, el cine es una de las herramientas más eficaces para acercar la literatura. Decía Truffaut que novelas como La piel de zapa, Teresa Raquin o Fromont jeune et Risler ainé le dieron el deseo y la esperanza de ser un novelista, defendía que sus películas hechas a partir de obras literarias eran homenajes filmados a libros que le gustaban.

En 1971 realizaba una de sus películas más personales: Las dos inglesas y el amor, dirigida en sus propias palabras a un público que amase la literatura y de ahí que fuese una película romántica y a la vez novelesca. Les deus anglaises et le continent era una novela escrita en forma de diario, el director la había leído cuatro veces y la tenía bastante interiorizada, su carrera cinematográfica estaba en pleno apogeo, aunque cierta crítica le acusaba de saltarse las reglas de la “Nouvelle Vague”, especialmente tras La sirena del Mississippi que aun hoy en día sigue siendo uno de sus filmes más enigmáticos.


 

 Quizá esas críticas llevaron al director a arriesgarse y crear un film tan de autor como este y para mitigar lo negativo volvía al mismo autor de Jules et Jim, Henri Pierre Roché, el mismo co-adaptador y dialoguista Jean Gruault, la música de George Delerue (al que reserva un breve papel) y un clima en la historia parecido. Trata sobre dos hermanas inglesas, Muriel y Anne, sucesivamente enamoradas del mismo hombre, Claude, un francés al que apodan "el continente". Su ritmo era pausado y preciosista, la cámara iba enfocando ríos, parques, sus paseos en bicicleta, sus almuerzos en la hierba, sus juegos, sus caballetes de pintura... Todo conjugado de tal manera que no caía en la cursilería, sino que atrapaba al espectador sensible, para ello contó con la fotografía de Néstor Almendros, el cual le había hecho un magnífico trabajo en El pequeño salvaje. Truffaut quería experimentar con el color, la luz que se crea es de tal belleza que uno siente no poder verla en una pantalla grande: sus blancos rebajados, el azul conjugado, el contraste entre Francia e Inglaterra, cierta evocación impresionista se apodera de cada uno de los fotogramas y ayuda a penetrar en el interior de los personajes.

 

Anne vendría a representar el amor libre, relajado, sereno…Muriel, al contrario, el avasallador, contenido y total, Claude vendría a ser un híbrido. Los diálogos entre ellos son espontáneos y sinceros, desprenden en más de una ocasión cierta ternura e incluso se opta por un erotismo sentimental omitiendo el físico. Se dijo en su día que Truffaut estaba evocando a las hermanas Bronte, pero también a su relación personal con las hermanas Catherine Deneuve y Francois Dorléac. Hay dos partes diferenciadas, en la primera se priorizan los aspectos recónditos de su personalidad y el amor de Claude hacia Muriel, en la segunda hay más acción y es cuando el protagonista inicia su relación con Anne.

Truffaut se reservaba la voz en off, recurso complejo y que suele ralentizar las películas, aunque aquí es tratada con bastante nervio y leída velozmente, típico en él. Se observa cierto bajón narrativo cuando empieza la segunda relación, se acumulan demasiadas secuencias cortas y demasiados fundidos en negro, aunque se va recuperando la fluidez poco a poco. Esto es debido a que la copia vista sigue teniendo cortes, incluso la estrenada en París estaba más reducida, de sus casi 140 minutos se redujo a 120 y luego a 108. En España se criticó el doblaje que se efectuó ya que omitía partes de la voz en off y las diferencias entre el francés e inglés, solución imposible a menos que se hubieran dejado fragmentos subtitulados. Ivan Tubau publicó una crítica en que la rebautizó como Las dos tijeras y el doblador, posteriormente se redobló

 

La película fue un fracaso, el director cambió de registro al año siguiente con una comedia Una chica tan decente como yo, bastante menospreciada incluso por sus más acérrimos fans. Luego se reconciliaría con el gran público, aunque divorciándose definitivamente de la "Nouvelle Vague", con La noche americana. El éxito de esta propició que volviera al cine intimista y rodara Diario íntimo de Adele H., en cierta medida una especie de remake virtual de la que hoy hemos comentado y otra lección en la que cine y literatura se podían dar la mano.

01/11/2023

Bajo el volcán (1984): Un Huston fallido

 


Hará cinco años que empecé este blog y he procurado en más de una ocasión escribir sobre películas poco reconocidas por la crítica o incluso desconocidas por una parte del público, más aún en generaciones nacidas a partir de 1990. Cuando hablo de estas, suelen ser obras que por una razón u otra me gustan, pero hoy traigo una que no me convence a pesar de ser de John Huston, cuya filmografía me atrae, aunque no me importa decir que tiene en su haber obras flojas, fallidas como este Bajo el volcán del que hablo a continuación e incluso inaguantables.


La primera controversia es el tema, tantas veces hablado de la adaptación cinematográfica de novelas, todo se resume en que son dos lenguajes distintos y que el director de cine lo que ha de procurar es trasladar su espíritu ya que, obviamente, es imposible trasladar todas las hojas al celuloide. Bajo el volcán fue escrita por Malcolm Lowry en 1947, tardó 10 años en acabarla, narra la jornada de un ex cónsul británico en México, Geoffrey Firmin, durante el día de difuntos de 1938, es un hombre alcohólico, desquiciado por los fantasmas de su pasado y que no ha sabido encontrar el amor. Es un libro complejo que muchos compararon con el Ulises de Joyce. Con tal dificultad no es de extrañar que una larga lista de directores no pudiese con ella, Buñuel la rechazó porque resultaba complicado visualizar una historia que sucede prácticamente en el interior de un personaje, Joseph Losey encargó a Cabrera Infante un guion, pero el escritor contaba que acabó en un manicomio sometido a tratamiento de shock y sublime ironía.


Entre la rumorología se dice que hubo hasta 30 guiones para poder adaptarla durante treinta años, parece que el primero que lo intentó fue el actor Zachary Scott, Jorge Semprún intentó escribir un guion, en el prólogo de la edición de Tusquets dice sobre Lowry que “su vida y su obra nos ayuden a destruir la funesta concepción de la literatura como vocación de servicio: que nos ayuden a comprender que un escritor no debe tomarse en serio […] que lo único que hay que tomarse en serio es la literatura misma”, tal frase la podríamos aplicar también en el cine y en cualquier arte. Incluso parece que hubo una oferta a Gonzalo Herralde, pero este acabó haciendo la película Jet Lag. Finalmente, un estudiante de literatura llamado Guy Gallo entregó un guion al productor Michael Fitzgerald y este se lo enseñó a John Huston al cual le había producido su película Sangre sabia, y este aceptó a sus 77 años y ya con problemas respiratorios debido a un enfisema pulmonar.

Huston estaba descolocando aun más a los críticos en aquellos 80, a la ya mencionada Sangre sabia, se une un musical familiar Annie y un divertimento comercial Evasión o victoria, realizar Bajo el volcán podía recuperar un nombre que empezaba a ser menospreciado por la crítica. Se rodeó de un buen equipo, el guiño a Buñuel y que no pudiera llevarla a cabo se materializa contratando a su fotógrafo fetiche Gabriel Figueroa, intentó que Richard Burton la protagonizara, pero este estaba con otros proyectos y recurrió a Albert Finney con el que tenía una buena relación desde Annie y del que llegó a decir que había hecho la mejor interpretación jamás vista. Para el papel de la ex mujer del cónsul recurrió a Jacqueline Bisset y el del hermanastro a Anthony Andrews. Huston, que había vivido en México largo tiempo, ya había rodado ahí, entre otras, El tesoro de Sierra Madre y La noche de la iguana, conocía bien su cultura, de ahí guiños como el contratar a Enrique López Tarso, el famoso Macario, cuya película comenté en este blog hace un año.


No cabe duda de que a Huston le interesó el personaje por encontrar más de una similitud en el tema del alcoholismo, él negaba que intentara autobiografiarse, aunque admitía que sus experiencias le servían para dar más profundidad al personaje. Defendía que el cónsul era un héroe y que su adicción a la bebida era un arma defensiva contra los ataques e insultos a la sociedad y a la vida que le rodeaba. Ante ciertas críticas por si estaba haciendo una apología del alcohol lanzaba un dardo: “¿No se tomaría Dios una copa si echara una mirada a lo que ha creado?” Que la acción ocurra el día de difuntos en México tiene su atractivo, como bien sabrán ahí es toda una fiesta, ya los créditos iniciales filmados por Danny Huston (su hijo) nos muestran ese mundo y la ambientación está conseguida, incluso hasta vemos un fragmento de un teatro ambulante con nuestro Don Juan Tenorio.

Sin embargo, la película acaba siendo fallida, aunque otra parte la considere excelente. Cierto que Finney ofrece una gran actuación, pero dos horas viéndole bebido acaba siendo cansino, más cuando no hay personajes secundarios en los que apoyarse y que nos sirvan para adentrarnos en su interior psicológico, solo el personaje de López Tarso en el comienzo funciona, aunque luego queda desdibujado. Peor aun resulta el personaje del hermanastro al que no se le saca todo su interior y que estaba participando en la Guerra Civil española, pero que había huido porque veía la derrota.


Solamente cuando Huston saca el manual de viejo director la película funciona, el clímax final es notable, recuerda a sus películas negras, pero resulta insuficiente para una película con multitud de temas como el del personaje derrotado que tan sabiamente supo reflejar en parte de su filmografía, así como otros temas como la doble moralidad, la política, el desengaño…Aun así esa falta de amor que ataca al personaje desde el primer momento y el mal presagio con esas vistas del volcán están bien enfocadas. Precisamente este Bajo el volcán también auguraba una época en el cine caracterizada por directores muy preparados, pero con mediocres guionistas y escritores.

 

25/10/2023

Centenario de la Disney: La isla del tesoro (1950)

 



El pasado 16 de octubre se cumplieron 100 años desde que los hermanos Walter y Roy Disney fundaran la "Walt Disney Company" y es evidente que tal efeméride merece una revisión de toda su gran obra. La mayoría habla, obviamente, de sus películas de animación y deja algo de lado sus producciones plenamente realistas, especialmente las clásicas. En este blog he hablado, desde que lo creé, de varias de estas, hoy me iré a la primera, la excelente adaptación que se hizo en 1950 de La isla del tesoro.




La idea de adaptar la mítica novela de Robert Louis Stevenson estaba en la mente ya de Walt Disney a finales de los 30 e incluso había pensado en una película animada, las consecuencias de La II Guerra Mundial congelaron el proyecto hasta que en 1949 se volvió a ello, se compraron los derechos de la obra que estaban en manos de la Metro que preparaba también una adaptación. Disney buscó las localizaciones en Inglaterra, concretamente en Bristol, Falmouth y la costa de Cornualles, mientras que los interiores se filmaron en los Denham Studios de Londres.

El reparto sería británico a excepción del actor infantil estadounidense Bobby Driscoll en su papel de Jim Hawkins, su mirada angelical, su rostro conmovedor y expresividad fue uno de los pilares para el éxito del film, así que Walt Disney no lo quiso cambiar cuando las leyes británicas se lo impedían por razones de edad, sus escenas fueron filmadas antes de que la justicia pudiera actuar y el tribunal de apelaciones declaró que Disney había infringido descaradamente la británica. El trabajo de Driscoll, que ese año había sido recompensado con un Oscar honorífico por sus trabajos en Danny (1948) y La ventana (1949), le valió ganar una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, posteriormente fue la voz de Peter Pan (1953) y Walt Disney tenía más proyectos para él, pero el cambio de físico y un caso severo de acné los paralizaron, problemas de salud y de drogadicción acabaron con su vida en 1968, incluso fue enterrado sin saberse quién era.

 

Para el papel de Long John Silver se contrató a Robert Newton, el cual lo borda perfectamente y sería el papel probablemente más recordado de toda su carrera y que repetiría en una secuela del film y en una serie. La interacción entre estos dos actores fue muy alabada y ayudaba a centrarse más en la relación entre los dos personajes, cierta crítica había visto mal que en la anterior versión de Victor Fleming las actuaciones de Jackie Cooper y Wallace Berry fueran concebidas como vehículo de lucimiento, opinión que no comparto



Sí, en cambio, se pude decir que Disney fue más fiel a la novela o a su espíritu, a pesar de varios cambios, entre ellos, el del final. El guion corrió a cargo de Lawrence Edward Watkin, habitual en producciones suyas como Los arqueros del rey (1952), La espada y la rosa (1953) o Darby y el rey de los duendes (1959). Es evidente que de su pluma salían muchas ideas del mismo Walt Disney, entre ellas que abundaran los planos del viaje visto a través de los ojos de Jim. Todo ello se tenía que materializar con un buen director y se contrató a Byron Haskin que aun no tenía una filmografía muy famosa como tal, pero sí en cuanto fotografía y efectos especiales, en 1939 había ganado un Oscar por la primera aplicación práctica en el cine del proyector de fondo de triple cabezal. Sus posteriores películas fueron grandes éxitos de crítica y público: La guerra de los mundos (1953), Su majestad de los Mares del Sur (1954), Cuando ruge la marabunta (1954)…

Haskin imprimió en la película una atmósfera opresiva, algo que gustaba mucho a Walt Disney, recordemos las escenas del bosque de Blancanieves y los siete enanitos, el incendio en Bambi, el fragmento de "La noche en el monte pelado" de Fantasía…La fotografía corrió a cargo de Freddie Young, cuyo nombre ya ha aparecido en anteriores artículos de este blog como uno de los grandes colaboradores de las superproducciones de David Lean, el "Washington Post" publicó en su día que era una de las fotografías en color más hermosas jamás tomadas.



El resultado final gustó mucho a Walt Disney, incluso no quiso aligerar el film, aunque pensó en incluir una secuencia animada, "Reynard, el zorro", contada a Jim por Long John Silver, sobre este personaje quería hacer una película, pero tenia dudas de si el "Código Hays" pondría problemas que le ocasionaran rechazo entre parte de su público, algunos bocetos fueron utilizados posteriormente para su versión animada de Robin Hood .

La novela de Robert Louis Stevenson fue adaptada varias veces en el cine, ya hemos citado la de Victor Fleming brevemente en 1933, posterior a la de Disney hay la dirigida por John Hough con Orson Welles en 1972. También tenemos una producción curiosa que supuso el debut de Fraser C. Heston en la dirección y que recurrió a su padre Charlton Heston para encarnar al famoso pirata y como Jim Hawkins teníamos a un joven Christian Bale. Los teleñecos (Muppets)  tuvieron su versión en 1996 y la Disney en 2002 volvió a recurrir al tema en una extraña versión que cambiaba el mar por el espacio en El planeta del tesoro y que supuso un gran fracaso. Lo cierto es que la influencia de la novela de Stevenson en el tema provocó que cierto estereotipo y que concibiéramos las novelas y las películas de aventuras con islas tropicales desiertas, mapas con una X, marineros con la pata de palo o piratas con loros sobre sus hombros.


17/10/2023

Hasta siempre, Pumares

 

─Sí, buenas noches, ¿dígame?

─Hola Carlos, ¿Qué tal?

─Fatal

─¿Por qué?

─Porque estoy trabajando

Este era uno de los comienzos habituales de las llamadas a Carlos Pumares en el Polvo de estrellas de Antena 3 Radio, programa cinematográfico que amenizó las madrugadas en una primera etapa desde 1982 hasta 1993. Con la entrada del Grupo Prisa a la citada emisora, varias de sus estrellas marcharon, aunque él se quedó dos años más si mal no recuerdo, pero el horario cambió y pasó a emitirse a las 20h y ya no era solo de cine, ahí Pumares dio espacio para la medicina natural, gastronomía, etc. No era tampoco ningún cambio brutal ya que le gustaba hablar de ello a menudo. Por desgracia esa Antena 3 Radio pasó en un año a ser "Sinfo Radio", una emisora solo de música clásica y Pumares se fue a la calle. Encontró ubicación en Radio Voz, emisora gallega cuyo proyecto era emitir para toda España, en Barcelona donde vivía no se escuchaba, así que le perdí la pista en 1994.

A mí me han echado de todos los sitios y me gustaría seguir haciendo radio, pero no me llaman, solo me recuerdan por el Fibergrán”, esta fue una de las cosas que me dijo en la sala 4 del Cine Verdi mientras esperábamos el comienzo de una película que se llamaba La vida sin Sara Amat del "BCN Film Fest", me encantó esos días poder haber hablar con él y le agradecí todo lo que había aprendido, confieso que al principio me dio miedo entablar conversación, soltarle algo que le enfureciera y me enviara a paseo, pero no fue así. Él puso de su parte y empezó diciéndome: “Lo bueno de este festival es que tiene unos horarios decentes, no como en Sitges que tenemos que ir en pijama, aunque ese es el mejor de todos” 

Conviene aquí hacer una parada en el texto y explicar qué es eso del "Fibergrán", a principios del 2000 Pumares pudo volver a hacer radio por la madrugada, fue a Onda Cero y entre película y película volvía con la medicina natural porque “ya ven ustedes los japoneses lo que duran”, en una de las llamadas con el doctor, este recetó a una mujer una medicina que se llamaba así, Fibergrán, la mujer no entendió bien el nombre y Carlos se prestó a ayudarla, el resultado fue este:

Puede que esto contribuyera a que Javier Sardá lo fichase para Crónicas Marcianas, ahí explotó y aumentó al máximo el personaje gruñón muy seguro de tener la razón, los que lo conocíamos no nos chocaba el fondo ya que repetía manías suyas como que la tortilla de patata es “solo de patata, sin cebolla”, recuerdo una vez que abrió el programa de radio diciendo que no le llamaran porque tenía que explicar algo grotesco que le había pasado, con voz serena empieza a contar que pide una tortilla de patata en un hotel, creo que dio el nombre, y que cuando se la sirven resulta que  me han puesto calabacín, qué vergüenza, ese cocinero tendría que ser expulsado” y etc., esta última frase gritando y luego preguntando a los oyentes qué les había parecido ese "atentado culinario".  Uno oyéndole hasta disfrutaba, era la madrugada, por lo que si alguien había sintonizado su programa para abrazarse a Morfeo, quedaba de nuevo desvelado por completo.

Sin embargo, entre esas extravagancias y su buen paladar, siempre repetía que iba a los restaurantes "Hispania" de Arenys de Mar con su habitual descripción inicial que era un lugar donde uno se jugaba la vida por una pirueta que había que hacer en la Nacional II y al "Giorgio" de Segur de Calafell al que le pedía que sirviera meriendas también, estaba el de un hombre culto, un cinéfilo que amaba el cine y que no le importaba decir si tal director venerado no le gustaba. A lo largo de los años ha tenido sus fobias, Hitchcock no era de sus favoritos, se ponía a explicar las chapuzas de sus montajes y a decir que Vértigo era mala porque a Kim Novak no le habían hecho la autopsia, de Woody Allen decía que era un gandul porque no realizaba el plano/contraplano, de Luis Buñuel dijo que El ángel exterminador era una tomadura de pelo “como casi todas las de él”, que Spielberg tenia que ir al psiquiatra porque siempre está poniendo bicicletas, señal que no le comprarían una.... No paraba de repetir que solo los grandes eran los que también hacían malas películas y que una vez le llamó la mujer de Berlanga enfadada porque había criticado Moros y cristianos, aquello le quedaría grabado porque no paró de repetirlo.

“Yo empezaba después de García y este decía al acabar que era ya muy tarde y que tenían que ir a dormir los oyentes, yo me enfadaba, pero es una gran persona”, esta fue otra de las frases que me soltó, añadiendo que cuando acababa, ponían la repetición de Supergarcía y que cuando explotó la Guerra del Golfo, con todas las noticias solo tuvo cinco minutos para poner una canción y dar paso otra vez a García.

"Fatal, fatal"... Así creo que estamos bastantes desde que el pasado 12 de octubre la cuenta de Cinemasmusic comunicara su fallecimiento en el Twitter, hacía un par de años que no sabíamos nada de él y al no acudir al Festival de Sitges el año pasado ya temíamos que su salud estaba mal. Muchos han sido los mensajes de afecto hacia su persona desde este mundo cinéfilo y casi todos se podrían resumir en que supo transmitirnos una afición al cine y aunque se enfadase o cortase la llamada, detrás había un buen tipo tal y como pude corroborar hace 4 años. No olvido aquellos especiales del monolito del 2001, los especiales de Qué bello es vivir (¿Recuerdan la escena cuando en El Crack 2, Alfredo Landa va a ver a Arturo Fernández? Se oye en la radio la voz de Martín Ferrand dando paso a un especial de Nochebuena de Pumares), la reivindicación del cine cómico mudo y sus admirados Stan Laurel y Oliver Hardy, con qué pasión explicaba sus gags…

Creo que sería injusto, aunque ahora me soltaría un grito, recordar que antes de Polvo de estrellas, había escrito varios guiones “espantosos todos ellos”, según él: La casa de las chivas de León Klimovsky, en su día todo un gran éxito de público a partir de la obra de Jaime Salom, Separación matrimonial de Angelino Fons, otra película que dio su dinero y tocando un tema polémico entonces, el estilo más que de dramón mexicano como alguno comentó, era más parecido al francés, con un final poco usual en el cine patrio. Luego vino Una mujer prohibida de José Luis Ruiz Marcos, incursión en el cine negro y El extraño amor de los vampiros otra vez colaborando con Klimovsky aunque en esta ocasión la película apenas tuvo difusión comercial. Para TVE escribió los guiones de El hotel de las mil y una estrellas, algo que años después declaró un gran error. En todos ellos aparecían otros nombres, pero él repetía que quien los había escrito en su totalidad era él. Y seleccionaba la película de La clave de José Luis Balbín.

Y de paso, acabo reivindicando el Polvo de estrellas televisivo del que nadie habla ( a ver si en Antena 3 TV pudieran poner un archivo para poder consultarlos) ahí daba paso a varias películas y entre ellas ofrecía entrevistas, información cinematográfica, etc. La cadena privada no gozaba de un gran catálogo de títulos por lo que la elección resultaba dificultosa. Si no recuerdo mal, una de las primeras que emitió fue El ladrón de Bagdad y La Kermese heroica curiosamente emitida en VOSE. Aquello no duró mucho y dejó de presentarlo tras unos meses, hasta apagaba el cigarro delante de todos, así era él, sincero, provocador, culto y buen tipo, pero ante todo un crítico cinematográfico que además era cinéfilo, pocos quedan que reúnan las dos condiciones.

11/10/2023

El sur (1983) inacabado de Víctor Erice

 


La última y maravillosa película de Víctor Erice aparte de traer serenidad al cine actual tan necesitado de esta, también ha despertado la curiosidad de varias generaciones que no les sonaba para nada su nombre. La última película suya databa de 1992, han pasado nada menos que 31 años para poder ver una nueva obra suya en pantalla grande. La crítica no ha reaccionado de manera tan uniforme como en aquellas únicas tres obras que nos brindó. Esta vez ha habido de todo, desde decir que es una obra maestra o un sopor inaguantable, pero lo que llamaba la atención en alguna era cierta desmitificación de su figura al exponer que más bien solo había realizado una película de verdad, su ópera prima El espíritu de la colmena, ya que El sur era una obra inacabada y El sol del membrillo un documental.



El estreno de Cerrar los ojos ha traído consigo la reposición de sus dos primeras películas en algunas ciudades, no así de El sol del membrillo que a pesar de contar con una nueva copia digital en 4K realizada por la Filmoteca de Catalunya en el 2017, no podemos disfrutar de ella comprando el Blu-Ray o DVD correspondiente o viéndola por televisión, misterios sin resolver y por desgracia habituales ya… Mientras hacía cola en el cine (sí, he escrito bien…) me comentaba una persona que había visto por primera vez El sur y que se había aburrido “porque era muy lenta”, me lo repitió más de una vez, le dije que estaba inacabada y si tenía conocimiento de ello, la respuesta fue negativa, me reiteró que esperaba que esta fuera más divertida porque estaba rodada en Granada…Me vinieron a la cabeza unas palabras del propio Erice en las que comentaba que las películas una vez realizadas ya no son del director, sino de la gente.

El sur es de 1983, 10 años después de su ópera prima, el director admitía no saber contestar a la eterna pregunta de tal tardanza: “He hecho El sur forzándome a mí mismo, un poco para poder comprender por qué he tardado diez años en hacer una segunda película” (Presència, mayo 1983). Su vuelta al cine por desgracia fue frustrante ya que es una película tal como él decía “inacabada como relato cinematográfico”, aunque tuviera la crítica a su favor. 


 

 


Ángel Fernández Santos con el que escribió el guion de El espíritu de la colmena y que estuvo un tiempo también trabajando en este, contaba lo siguiente: “la historia que Erice manejaba, era el resultado del encuentro de otras dos. Una, que transcurría en una ciudad castellana, procedía de un relato ideado por Adelaida García Morales, su mujer. La otra era de cosecha propia de Erice, parte de una saga familiar andaluza en la que años antes había trabajado. El encuentro entre las dos historias se había producido de una manera natural y creaba algunas dificultades de síntesis, pero no insalvables. Erice la salvó durante el pasado verano y el guion quedó terminado a finales de julio (…) hoy supe después por los periódicos que el rodaje se había interrumpido semanas antes de lo previsto, dejándose sin filmar la parte específicamente sureña del relato (…) (El País, 9-V-83). Así pues, un guion que estaba en torno a las 1000 páginas se redujo a unas 500.

La decisión de tal supresión fue del productor Elías Querejeta que le había financiado su primera obra, a lo largo de los años eludió el tema cuando se le preguntaba: “El sur es un filme acabado que hay que contemplar tal como es. Si el rodaje se suspendió o no, es algo marginal a la propia existencia del filme” (El Periódico, 28-V-83). Erice tampoco fue muy proclive a hablar del tema: “El rodaje fue detenido, en definitiva, yo lo he aceptado, esto, aunque no me pueda solidarizar con todas y cada una de las secuencias que el hecho comporta, a pesar de comprender algunos de los motivos (…). Yo soy consciente que el cine es un proceso industrial y lo asumo con todas las consecuencias (…) lucharé, si puedo, para completar esta historia (…). En cuanto los motivos que el rodaje no continuara, no quisiera entrar, no quiero polemizar ya que el productor no está presente aquí y respeto absolutamente su opinión.”

La relación entre los dos se enfrió, eran amigos, pero siguieron respetándose, quizá porque cada uno sabía de sobras cómo funciona el cine, sin Querejeta no hubiera habido El espíritu de la colmena y tal vez ni estaría hablando hoy de Erice porque lo mismo ni hubiera podido rodar nada. Cuando la productora dio la orden de la suspensión, todo el equipo estaba ya preparado para partir hacia Carmona (Sevilla). El director sabía hasta la hora del tren, y los actores, entre los que se encontraba Fernando Fernán Gómez, estaban todos contratados. Tanto director como productor hicieron público un documento firmado por ambos, donde se hablaba de la suspensión del rodaje, pero en el que se consideraba también la posibilidad de reanudar la película hasta completar el proyecto original.

Sin embargo, se produjo otro hecho que no gustó a Erice, Querejeta quiso llevarla al Festival de Cannes y el montaje se tuvo que apresurar, Erice comentaba que no era partidario de llevarla: “hemos tenido que acabar la película demasiado rápido, acelerar las mezclas de sonido. De aquí que el trabajo de la música no haya sido tan cuidado como hubiese deseado” Su pase por Cannes no fue del todo afortunado como se preveía, ya que se proyectó en la jornada postrera y pasó casi desapercibido. Al día siguiente se estrenó en Madrid con gran entusiasmo de la crítica, sin apenas objeciones a por qué no se había acabado. Un total de 437.581 espectadores la vieron durante los meses que estuvo en cartel, una cifra algo anodina e inferior a los 534.362 de El espíritu de la colmena.


Desde entonces, en cada visionado de El sur, para los que sabíamos los entresijos de la producción, nos imaginábamos qué hubiera podido ser, en algunos programas como Qué grande es el cine en 1996, Juan Cobos y Miguel Marías que habían conversado con Erice de esa parte no rodada, hablaban de un gran festival de colorido, del personaje aventurero que encarnaría Fernán-Gómez y un tono que probablemente incluso hiciera cambiar la imagen de Erice de director frío, casi nórdico. Se remarcaba que el director no quería hablar del tema y eso lo dijo con la condición de tener el magnetofón cerrado.(Pueden verlo en el siguiente vídeo al final del párrafo, a partir del minuto 43:22, se desvelan partes de la película por si no la han visto). 



Quedan muchas preguntas ya sin respuesta y varias contradicciones, como que Erice ya sabía que no habría continuación cuando montó la película. Y cuando uno ve El sur ha de verla por lo que hay, tal como decía Querejeta: “Ni una película ni un poema han de medirse por lo que sucedió durante la creación”.

En todo caso, ese qué pudo ser ya casi forma parte de la mitología de El sur, incluso viendo Cerrar los ojos uno se puede preguntar si ahí había algo del guion frustrado, como lo hay de El embrujo de Shanghai que no pudo realizar con el guion hecho. La historia del cine está llena de finales cambiados o montajes alterados (piensen en Orson Welles con El cuarto mandamiento, Sam Peckinpah con Mayor Dundee, Billy Wilder con La vida privada de Sherlock Holmes…), así que imaginémonos, si acaso, en palabras de Erice ese final “con acento romántico en su búsqueda incesante, siempre hacia el sur, cada vez hacia el sur, hacia los misteriosos y sabios Mares del Sur de Robert Louis Stevenson


El reportero (Michelangelo Antonioni, 1975)

La figura del director Michelangelo Antonioni con el tiempo ha sufrido evoluciones que van desde quienes lo consideran todo un genio del sé...