Ya en vísperas de Navidad y este blog os quiere felicitar las fiestas y agradecer vuestra lectura semanal, ya que son fechas especiales, hoy cambio el formato y os recopilo 5 tráilers de películas de los 80 que nos gustaban, o quizá lo contrario, ver durante estos días.
Un blog para la cinefilia que se queda hasta el final de los créditos.
21/12/2023
Feliz Navidad y cinco películas de los 80
13/12/2023
Un mundo de fantasía (1971): El primer Willy Wonka
Se acaba de estrenar una nueva versión del libro de Roal
Dahl Charlie y la fábrica de chocolate, la verdad es que cuando vi el tráiler
hace unas semanas pensaba que sería la típica película para pasar las
navidades, pero la crítica está diciendo maravillas de ella, incluso añaden la
muletilla que hasta uno se olvida que es Timothée Chalamet quien hace de Wonka.
Como recordarán tal personaje fue interpretado anteriormente por Gene Wilder y
Johnny Deep, aprovechando el momento vamos a repasar la primera versión de
1971.
Dahl había escrito el libro en 1964 y Mel Stuart, un director
no muy conocido, recibió el encargo nada menos que de su hija, la cual se encaprichó
de aquella lectura y le pedía que hiciera una película, al final aquel empeño
pudo y se puso manos a la obra. Está catalogada como musical, aunque
los números son pocos y la coreografía algo pobre, la partitura corrió a cargo
de Anthony Newley y Leslie Bricusse que tenían ya cierta experiencia en similares
producciones dirigidas a un público infantil como Muchas gracias, Mr. Scrooge o
El extravagante Dr. Doolitle. Este tipo de cine estaba de capa caída como corroboran fracasos como
Las aventuras de Alicia, El pájaro de fuego y cierto bajón en la Casa Disney
que no acababa de encontrar su línea desde la muerte de Walt en 1966.
En España la conocimos como Un mundo de fantasía y su estreno fue en unas navidades, sus números fueron flojos, apenas 288.510 espectadores y cayó en el olvido, salvo cuando se reponía en televisiones también por esas fechas ya que lograba una buena audiencia. La versión de Burton rescató tal versión y comenzó a ser editada en DVD, por cierto en una excelente edición en el extranjero. También se puso de moda, hace unos años, con la cara de Wilder hacer unos "memes" a través del WhatsApp o de otras redes sociales donde el personaje irónicamente lanzaba una pregunta.
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| Fuente: Perú21 |
Gene Wilder por aquel entonces aun no tenia la fama posterior, aunque ya había trabajado con Mel Brooks en Los productores, película que en nuestro país se estrenó tarde y después del éxito de El jovencito Frankenstein, su personaje sirvió también para que apareciera en un papel en la versión musical que Donen hiciera de El pequeño príncipe. Probablemente sea de sus mejores creaciones, le puso una condición al director y esta era que le dejara en la primera escena salir cojeando y luego dar un salto para que así el público no supiera si está diciendo la verdad. Tal idea parece que gustó a Mel Stuart que utilizó también la táctica de rodar las reacciones de los actores sin que supieran si aquello formaba parte del guion, hasta en una escena los actores pensaban que Wilder había sufrido una crisis psicótica.
No he leído el libro, así que no puedo comparar, pero
deduzco que bebe bastante de clásicos de la literatura infantil
como Alicia en el país de las maravillas, él mismo quiso participar en el guion
y a pesar de tener una historia que visualmente podía ser bastante rica, no
logró los resultados esperados: los ríos
y cascadas de chocolate, las ocas gigantes que ponen huevos de oro, burbujas
que permiten volar, los caramelos que nunca se acaban, televisores que envían a
través de las ondas objetos y personas en vez de imágenes no acaban de
convencer, aunque el encanto kitsch en años posteriores les hace tener algo de
encanto.
Tampoco la historia es nada del otro mundo, cinco niños que
ganan un sorteo para ver la fábrica de tal enigmático personaje , todos ellos llenos
de tópicos, desde el glotón, la avariciosa, el tramposo o el niño protagonista
que es humilde, con buen corazón y con cara de no haber roto ningún plato, ya lo dice el personaje en un momento que
todos son unos maleducados, incluidos sus padres que los acompañan que aun son
peores. Pero a pesar de estas objeciones, lo que salva el film es la actuación
de Gene Wilder, por lo que la película se ha revalorizado y va gustando más. La versión de Burton,
aunque más rica visualmente, tenia mucho de su mundo particular y se le
acusó de no ser fiel al espíritu del escritor.
Veremos, pues, si esta nueva versión corrige los defectos de
las dos anteriores a pesar de Timothée Chalamet.
05/12/2023
Homenaje a Concha Velasco: Yo soy fulana de tal (1975)
El pasado sábado fallecía la gran Concha Velasco, su nombre
se añade en este año funesto a los de Carlos Saura, Laura Valenzuela, Carmen
Sevilla…Por eso, voy a dedicar un pequeño homenaje, algo improvisado, escogiendo
una de sus películas de las que no se habla tanto. Estos últimos días en los
resúmenes que se han hecho en distintos medios se han citado sus colaboraciones con Pedro Olea, su excelente
recreación de Santa Teresa de la mano de Josefina Molina o su etapa con Sáenz
de Heredia, curiosamente sin mencionar demasiado su nombre, cabe recordar que quizá fuera
el director que le dio gran popularidad cuando la puso a cantar la chica yeye
en Historias de la televisión, de él son también las mejores películas de su
tándem con Manolo Escobar o su salto hacia papeles dramáticos con Los gallos de
la madrugada para dejar de ser Conchita.
Pero hubo otro director también apenas citado que le dio unos papeles en comedias bastante notables, me estoy refiriendo a Pedro Lazaga, mis lectores habituales sabrán que soy un gran defensor de él, Los tramposos (1959), Trampa para Catalina (1961), Sabían demasiado (1962), Martes y trece (1962), El vikingo (1972) son buenas muestras en las que la actriz aportaba su talento en unos guiones que la crítica solía infravalorar. Injusto sería olvidarme de Mariano Ozores, Javier Aguirre, José María Forqué, Jaime de Armiñán, Rafael J. Salvia, Fernando Palacios, Fernán Gómez, Berlanga…Incluso de Rovira Beleta que le dio también uno de sus primeros papeles dramáticos y en una coproducción internacional en No encontré rosas para mi madre (1973) que tantos disgustos le ocasionó a él y ella años más tarde la recordaba como una película porno, aunque no lo fuese, pero en Francia se añadieron escenas sin el consentimiento del director, creo que su actuación ayudó bastante a que tuviera papeles más dramáticos luego.
Pero de la que voy a hablar es de una de Lazaga cuyo título
es Yo soy fulana de tal del año (1975), tal año fue muy prolífico para la actriz,
nada menos que siete películas, entre ellas su actuación más querida según confesó en un homenaje en la Filmoteca de Cataluña: Pim,
pam, pum... ¡fuego! de Olea y títulos nada desdeñables como Las bodas de Blanca de
Francisco Regueiro, Mi mujer es muy decente, dentro de lo que cabe de Antonio
Drove o El love feroz de José Luis García Sánchez.
Concha interpreta a una chica de pueblo que acaba convirtiéndose
en una prostituta, nos va narrando su vida y ese mosaico variopinto de hombres con
los que va saliendo. Sé que puede parecer una película vulgar y no apta para
ciertas sensibilidades feministas, obviamente no la voy a calificar de
progresista, pero conviene situarse en los años de la novela y de la película y
ya que Lazaga tuvo esa audacia al dirigirla, convendría dejar paso a la
inteligencia para analizarla como se debe y no ir con los prejuicios típicos.
Al disponer de un buen material con este libro, supo sacar
esa influencia italiana al máximo y que tenía en bastantes de sus comedias,
aunque teniendo que esconderla por la censura. Su filme es más parecido a
los de Pietro Germi o Mario Monicelli, activa notablemente en todo su metraje
las contradicciones entre los actores y ella a la que explota bien con una de
sus actuaciones más memorables en las que va cambiando de registro sin perder
la credibilidad, ahí la tenemos como una chica ingenua y cándida o caricaturizando
su oficio, me recuerda a la Giulietta Massina de Las noches de Cabiria que
tanto alababa.
Detrás de todo ese humor hay la crítica contra los
acondicionamientos sociales que lleva a una mujer a acabar siendo eso, estamos
pues en una comedia que más de uno sin verla la tachará de machista, casposa y
vulgar, algo totalmente injusto. Hay además, y siguiendo con ese toque italiano,
aspectos neorrealistas y la inserción de escenas más dramáticas.
En el reparto tenemos a varios de los grandes: Antonio
Ferrandis, Francisco Algora, Fernando Fernán Gómez…todos ellos perfectamente dirigidos
por un Lazaga que dotaba de un ritmo vertiginoso, tan característico en él, la
acción. La propia Concha Velasco siempre tuvo palabras de cariño hacia él y que los actores que trabajan con él le querían.
La película en pleno 1975 tuvo sus bueno números, aunque se
quedó a las puertas del ansiado millón de espectadores, Lazaga era repudiado
por muchos críticos, incluso en un festival de Molins de Rei en el que se le quiso
homenajear tuvo él mismo que declinar porque se le tachaba de director de época
franquista y no quería perjudicar. El film conoció una secuela Fulanita y sus menganos, aunque Concha
fue sustituida por Victoria Vera y según contaba la actriz, un productor de varias
salas la había vetado por haber apoyado una huelga de cines y presionó para que
no la protagonizara. La secuela recaudó la mitad y no tenía tanto ingenio, a pesar
de seguir contando con Lazaga.
No he podido hallar ningún vídeo de alguna escena, la tenía
en DVD y tuve la mala pata de que el disco estaba defectuoso, aunque la pude
visionar de aquella manera hará unos 10 años. Desde estas líneas mi
recomendación y que este título pudiera hallarse de manera más accesible ya
fuera en plataformas como FlixOlé o reeditando el DVD que aun se podría
encontrar por internet a precios de escándalo. Descanse en paz Concha Velasco y agradecerle todo su
gran trabajo y su cercanía al espectador.
30/11/2023
Los USA en zona rusa
Las recientes declaraciones de David Fincher a raíz del
estreno de su última película en Netflix sobre las salas de cine a las que
califica en su mayoría como "lugares húmedos, malolientes y grasientos" animan
los comentarios sobre el futuro de cómo se ha de ver el cine, no hace mucho
Víctor Erice defendía todo lo contrario. Los cinéfilos, en
su mayoría, han atacado al director de Seven y no sin razón, aunque habría que
analizar la situación de muchos multicines para ver que tales
epítetos no están dichos gratuitamente.
No abriré la polémica de si el cine en plataformas televisivas está infravalorado, sino que cogeré mi particular
máquina del tiempo y nos iremos a los 90, ya que esta semana es el cumpleaños
de Woody Allen (88), el cual decidió en 1994 hacer su primera película para televisión, bien
es cierto que la situación era muy distinta, no había ni siquiera internet
público y las plataformas pues eran las distintas cadenas y grabábamos en VHS lo que nos interesaba. El director gozaba en aquellas fechas de gran popularidad a pesar de todo
el affaire con Mia Farrow, sus dos
anteriores películas son ya clásicos de la comedia: Misterioso asesinato en
Manhattan y Balas sobre Broadway. Así que el productor Jean Doumanian le animó
para dar el salto a la pequeña pantalla.
“He sido crítico con la televisión porque pensaba que
era un gran medio que no conseguía resultados sustanciales” declaraba un Allen
que aborrecía el medio y tampoco quería trabajar en ella ya que “si me veían en
la pequeña pantalla no iban a pagar para verme”. La obra escogida para tal
estreno era su primera obra de teatro: Los USA en zona rusa, título español
para el original Don´t Drink the Water (No bebas el agua) donde una familia
neoyorkina era confundida por unos espías durante un viaje turístico al telón
de acero en los años de la guerra fría.
Tal obra había sido ya llevada al cine en 1969 por
Howard Morris, el cual no tendría demasiada fortuna detrás de las cámaras, estaba
protagonizada por Jackie Gleason y Estelle Parsons, Allen la aborrecía y no
quiso saber nada de ella ya que estaba muy molesto con la manera en que habían
tratado su guion en ¿Qué tal, Pussycat? de Clive Donner. Esta versión no hay
manera de verla, aunque en España se estrenó en 1971, recuerdo dos pases en los 90, en VHS estaba
editada, pero en DVD curiosamente no llegó, aunque sí en otros países. En
Youtube podemos ver los títulos de crédito.
“La he visto hace unas semanas” así despachaba Allen cuando le preguntaban por ella, si ya el director odia sus propias filmaciones, imagínense lo que pensaría…Filmar en televisión supuso todo un cambio en la metódica de rodar ya que suele tomarse sus trabajos de forma muy relajada y estaba un año entero, aquí fueron solo tres semanas y media y calificaba el día a día como muy duro, así como no poder contar con más presupuesto. Fue un contrato con la productora Sweetland Films para la cadena de televisión ABC, curiosamente coincidió la filmación con una miniserie sobre la vida de Mia Farrow en la NBC, en las ruedas de prensa le preguntaban por esta última y con ironía contestaba que esperaba que su personaje fuera real y no un dibujo animado.“ Que un cineasta de la categoría de Allen haya aceptado trabajar para la televisión significa que las barreras de clase entre las películas y los telefilmes han desparecido” escribía el crítico del New York Post.
La cámara nerviosa del director no deja de moverse en los
90 minutos de duración con bastantes planos secuencia, se nota un cariño
especial hacia los actores que se mueven con bastante libertad, con ello se
consigue el objetivo de olvidarse de sus esquemas teatrales. En su reparto
destaca Michael J. Fox poco antes de diagnosticársele el párkinson y demuestra las
buenas dotes de comicidad, entereza y credibilidad para el género. Otro papel
curioso es el que interpreta Dom De Luise, el de un cura que lleva refugiado en
la embajada desde hace un montón de años y que se ha tenido que dedicar a
aprender trucos de magia con desigual fortuna, tal personaje remite al Cardenal
húngaro Jozsef Mindszenty que tras el fracaso de la revuelta de Hungría contra
el régimen comunista en 1956 se vio obligado a refugiarse más de diez años en
la embajada de EEUU. Los más cinéfilos recordarán el personaje al haber sido
interpretado por Alec Guinnes en El prisionero, basada en su vida.
La comedia funciona y evocaría también (recordemos que fue escrita en 1966) a todo aquel subgénero con notables comedias paranoicas como ¡Qué vienen los rusos! o Teléfono rojo ¿Volamos hacia Moscou? En aquellos 90, al ser un producto de televisión quedó rápidamente olvidado, aunque tal trabajo quizá animara a que proyectos escritos años antes vieran la luz, caso de La maldición del escorpión de Jade, Granujas a medio pelo o Si la cosa funciona. Décadas más tarde, filmó aquel contrato con Amazon para rodar varias películas pudimos ver la serie de Crimen en seis escenas que no estaba nada mal, aunque recibió malas críticas, la aparición nuevamente del tema Mia Farrow en pleno movimiento "Me too" motivó una campaña en contra que afectó negativamente sus últimos estrenos, algo que le llevó a rescindir el contrato y buscar otros medios en Europa para poder rodar su película anual y con ella seguir animándonos a ir al cine.
22/11/2023
Raza: El espíritu de Franco (1977)
Aprovechando el 20N y ya que en este blog he traído varias
películas sobre la figura del General Franco, hoy hablo de una de las más
singulares, probablemente tal afirmación ha quedado coja con el tiempo, me estoy refiriendo a Raza, el
espíritu de Franco que en 1977 dirigiera Gonzalo Herralde. El embrión del
proyecto viene de un visionado de Raza (1942) por parte del director y sus ganas de ahondar en que lo que ahí se proyectaba era una autobiografía del dictador más unas pautas de lo que tenía que ser la familia española.
El título dado al documental jugaba con el
que recibió la película en su reestreno en 1950: El espíritu de una raza. Ya en
plena transición y tras el éxito crítico de El desencanto de Jaime Chavarri, el director apostó por rodar unas entrevistas y contó para ello con Pilar Franco Bahamonde (la hermana
del General) a la que calificó como “un auténtico animal cinematográfico de una
extraordinaria fotogenia y con una indiferencia completa hacia la cámara” y por
otra parte con el protagonista de la película, Alfredo Mayo, que le servía de
puente entre la ficción de la pantalla de Raza y la realidad de Franco.
No se contó con otros nombres, el más obvio el del
realizador de aquella, José Luis Sáenz de Heredia, pero Herralde declaraba que
su intervención era innecesaria puesto que su película no planteaba un análisis
de la autoría cinematográfica, sino que era más bien un análisis de la autoría
de la historia. Ana Mariscal, la actriz principal de la película, se negó a
participar.
Raza, el espíritu de Franco se estrenó el 27 de octubre de
1977 y los que acusaban al director de cierto oportunismo comercial pudieron
comprobar que el público apenas fue a verla, ni tan siquiera la crítica fue muy
benévola con ella, Joan de Sagarra escribía que se había aburrido y que era
darle vueltas a lo mismo, con los análisis, lecturas, comentarios más o menos
ingenuos o mordaces en torno al franquismo y al general. Probablemente, la comparación con El desencanto dañó las expectativas ya que este documental para nada era polémico, aunque pudiera parecerlo en un principio.
Herralde definía así su película: “No es un panfleto, ni un
ataque a la figura política de Franco, sino que lo que pretende es desvelar la
verdad oculta detrás de todo un aparato discursivo que Franco estableció y que
posteriormente se fueron desarrollando en el cine español las pautas así
formadas”
Y así es efectivamente, hay que agradecerle un trabajo
riguroso y que sea el propio espectador el que saque las conclusiones, aunque
sí se observa cierta ironía, muy especialmente con los comentarios de Alfredo
Mayo, algunos de ellos quizá sin intención inicial de utilizar ese recurso. Hay
ahí un proceso de desmitificación del actor que se vio encasillado en papeles
parecidos y que no cree que exista una raza hispánica, hay un momento en que se le pregunta qué eran los almogávares, le
cuesta definirlos y al final admite que no lo sabe. Divertidas son anécdotas como el pase con Franco y que esperaba que le dieran alguna medalla,
pero que al finalizar se despidieron sin más y ya está. El actor se muestra
cercano, incluso muestra cierta inquietud también irónica cuando no sabe muy
bien la verdadera intención del documental y que él contestará a sus preguntas, pero
que los directores actuales son muy habilidosos con las tijeras luego.
En cuanto a Pilar Franco, tiene su interés oír de su propia
voz toda la historia desde la figura poco edificante del padre, las relaciones
con su hermano Ramón, la frustrada vocación de marino, la utilización del
apellido Andrade…El único defecto es que puede resultar demasiado reiterativo
escucharla, aunque el director conjuga bien los cortes de Raza con sus
opiniones intercalándolos con los de Alfredo Mayo. De su boca saldrán, entre otras cosas, que su abuelo murió por una indigestión de chorizos o que su padre estuvo separado de la familia largo tiempo y que llevaba cierta "vida alegre" en Madrid, un funcionario del cementerio de la Almudena desvela que hasta hace poco su nombre no aparecía en la tumba familiar. Nos relata también que la muerte de su hermano Ramón fue un asesinato masónico o no le importa desvelar algún roce con Francisco Franco a raíz de unos tapices para el Rey de Marruecos en un desfile, entre otros temas
15/11/2023
Ensayo de orquesta (1978)
Finales de los 70, la carrera de Fellini estaba ya lo
suficientemente consolidada en su segunda etapa que empezó a raíz de La dolce
vita, el reconocimiento académico a Amarcord en 1975 sellaba la conformidad a
un estilo que generaba cierta controversia, sus detractores veían unas
realizaciones barrocas y repetir los mismos esquemas con un exceso cada vez más
insoportable. Por el contrario, sus defensores veían en sus películas un genial
retrato irónico de la decadencia occidental tanto cultural como políticamente, fiel reflejo de su Italia. El director había encontrado cierta
libertad en sus productores, pero también problemas para materializar sus
proyectos como ese Viaje de G. Mastorna cuyos decorados fastuosos llegaron a
construirse y guardarse, otro proyecto era el de La ciudad de las mujeres que
tenía que codirigir con Ingmar Bergman, pero que tras varios problemas de financiación
rodó él solo.
Precisamente, a raíz del retraso de este rodaje, Fellini
se puso a hacer un trabajo para la televisión, concretamente para la RAI, con
la que ya había colaborado en Los clowns. Se trataba de Ensayo de orquesta, una
película que suponía todo lo contrario al cine que estaba realizando, duraría
solo 70 minutos, se rodaría en 18 días y el coste sería mínimo. El argumento
sería el de retratar un enfrentamiento entre el director de una orquesta y los
componentes de esta, los cuales exaltan sus instrumentos sin contar con la
armonía del resto. Antes de empezar, una televisión quiere entrevistarles, pero
ahí empieza también una serie de problemas con los sindicatos.
La película en sí no tendría que causar ningún problema,
pero viniendo de Fellini era de esperar cierta lectura entre líneas y se vio en
ella cierta interpretación reaccionaria al momento que vivía Italia
políticamente. En un pase privado, acudieron a verla el presidente de la
República Sandro Pertini y el Jefe de Gobierno Giulio Andreotti, los cuales la
valoraron positivamente ya que ponía en evidencia que sin la armonía todo se
derrumba, pero el presidente de la Cámara Pietro Ingrao, por el contrario, se mostró muy crítico con el mensaje del film.
Tal controversia originó que hasta la RAI congelara la emisión de la película y
el mundo del cine lamentase que un director como Fellini estuviera censurado. “Lo
que me fastidia hoy, lo que me subleva es que de este film pueda darse, por muy
inevitable que parezca, una interpretación política, una reducción toscamente
política” declaraba él mismo a los medios e incluso amenazaba con
irse de Italia o abandonar el cine.
El Festival de Berlín acudió en su ayuda y decidió proyectarla,
aunque privadamente, la crítica remarcaba que era un alegato terrible contra la
fratricida democracia italiana, las circunstancias temporales también no hacían
más que ayudar a interpretarla así, se había rodado justo después del rapto y
asesinato de Aldo Moro. Pero Fellini insistía en que no era el tema, algo que
por otra parte no debería sorprender ya que en anteriores películas le pasaba
lo mismo, recordemos, por ejemplo, que en La strada se desmarcaba que tuviera
una interpretación motivada por la "Democracia Cristiana". Volviendo a sus
palabras nos decía que : la película tiene un potencial emotivo que en el
ánimo del espectador se puede traducir en emoción, malestar, vergüenza y creo
que habría que dejar al espectador solo con estos confusos sentimientos. La
carga ética del film consiste precisamente en este impacto.
Al ver Ensayo de orquesta y pese a su corta duración y
escasos medios, tengo la misma sensación de ver otras películas de él más
fastuosas, sus imágenes siguen teniendo esa magia tan característica, nos
retrata toda una serie de personajes entrañables, en especial el copista que recuerda tiempos mejores, o el escenario con
sus cuatro paredes desnudas, una cripta donde están enterrados siete obispos y
tres papas y que ahora se utiliza de auditorio por su acústica. Fellini no tiene compasión con los músicos y
los describe como indolentes, divididos y pendencieros, llegan a hacer el amor
bajo el piano, oyen el fútbol, se emborrachan… pero bien pueden unirse para
ejecutar cualquier obra, es aquí donde la utopía se hace realidad.
Cualquier análisis felliniano nos tendría que llevar también
a que el director no acostumbra a mostrar nunca un final cerrado, todo tiene su
interpretación. El hecho de retratar una decadencia lo veía como condición
indispensable para el renacimiento, pero era evidente el toque de atención
hacia su país: “sufriréis porque os pongo delante de un espejo” llegó a decir. Las
lecturas que un intelectual como Fellini destilaba merecían por lo menos ser
tratadas con respeto y sin colgarle epítetos como fascista. Aparte de ello, podía
haber dos interpretaciones, por una parte una advertencia a no seguir en el
desorden a no ser que se quiera ir a una dictadura o por otra, un lamento hacia
el tiempo pasado y nostalgia de esta. Por mucho que dijera Fellini, es inevitable la interpretación política, aunque esta es ambigua y no tan clara como se señaló.
La película tiene un valor añadido, fue la última
colaboración de Nino Rota antes de morir con Fellini, en ella hay toda una
partitura que aparte de evocar otros títulos, es todo un gozo para los oídos.
09/11/2023
Las dos inglesas y el amor (1971)
01/11/2023
Bajo el volcán (1984): Un Huston fallido
Hará cinco
años que empecé este blog y he procurado en más de una ocasión escribir sobre
películas poco reconocidas por la crítica o incluso desconocidas por una parte
del público, más aún en generaciones nacidas a partir de 1990. Cuando hablo de
estas, suelen ser obras que por una razón u otra me gustan, pero hoy traigo una que
no me convence a pesar de ser de John Huston, cuya filmografía me atrae, aunque no
me importa decir que tiene en su haber obras flojas, fallidas como este Bajo el
volcán del que hablo a continuación e incluso inaguantables.
La primera
controversia es el tema, tantas veces hablado de la adaptación cinematográfica
de novelas, todo se resume en que son dos lenguajes distintos y que el director
de cine lo que ha de procurar es trasladar su espíritu ya que, obviamente, es
imposible trasladar todas las hojas al celuloide. Bajo el volcán fue escrita
por Malcolm Lowry en 1947, tardó 10 años en acabarla, narra la jornada de un ex
cónsul británico en México, Geoffrey Firmin, durante el día de difuntos de 1938,
es un hombre alcohólico, desquiciado por los fantasmas de su pasado y que no ha
sabido encontrar el amor. Es un libro complejo que muchos compararon con el Ulises de Joyce. Con tal dificultad no es de extrañar que una
larga lista de directores no pudiese con ella, Buñuel la rechazó porque resultaba
complicado visualizar una historia que sucede prácticamente en el interior de
un personaje, Joseph Losey encargó a Cabrera Infante un guion, pero el escritor
contaba que acabó en un manicomio sometido a tratamiento de shock y sublime
ironía.
Huston estaba descolocando aun más a los críticos en aquellos 80, a la ya mencionada Sangre sabia, se une un musical familiar Annie y un divertimento comercial Evasión o victoria, realizar Bajo el volcán podía recuperar un nombre que empezaba a ser menospreciado por la crítica. Se rodeó de un buen equipo, el guiño a Buñuel y que no pudiera llevarla a cabo se materializa contratando a su fotógrafo fetiche Gabriel Figueroa, intentó que Richard Burton la protagonizara, pero este estaba con otros proyectos y recurrió a Albert Finney con el que tenía una buena relación desde Annie y del que llegó a decir que había hecho la mejor interpretación jamás vista. Para el papel de la ex mujer del cónsul recurrió a Jacqueline Bisset y el del hermanastro a Anthony Andrews. Huston, que había vivido en México largo tiempo, ya había rodado ahí, entre otras, El tesoro de Sierra Madre y La noche de la iguana, conocía bien su cultura, de ahí guiños como el contratar a Enrique López Tarso, el famoso Macario, cuya película comenté en este blog hace un año.
No cabe
duda de que a Huston le interesó el personaje por encontrar más de una
similitud en el tema del alcoholismo, él negaba que intentara autobiografiarse, aunque admitía que sus
experiencias le servían para dar más profundidad al personaje. Defendía que el
cónsul era un héroe y que su adicción a la bebida era un arma defensiva contra
los ataques e insultos a la sociedad y a la vida que le rodeaba. Ante ciertas
críticas por si estaba haciendo una apología del alcohol lanzaba un dardo: “¿No
se tomaría Dios una copa si echara una mirada a lo que ha creado?” Que la acción
ocurra el día de difuntos en México tiene su atractivo, como bien sabrán ahí es
toda una fiesta, ya los créditos iniciales filmados por Danny Huston (su hijo)
nos muestran ese mundo y la ambientación está conseguida, incluso hasta vemos
un fragmento de un teatro ambulante con nuestro Don Juan Tenorio.
Sin
embargo, la película acaba siendo fallida, aunque otra parte la considere
excelente. Cierto que Finney ofrece una gran actuación,
pero dos horas viéndole bebido acaba siendo cansino, más cuando no hay
personajes secundarios en los que apoyarse y que nos sirvan para adentrarnos en
su interior psicológico, solo el personaje de López Tarso en el comienzo
funciona, aunque luego queda desdibujado. Peor aun resulta el personaje
del hermanastro al que no se le saca todo su interior y que estaba participando
en la Guerra Civil española, pero que había huido porque veía la derrota.
Solamente
cuando Huston saca el manual de viejo director la película funciona, el clímax
final es notable, recuerda a sus películas negras, pero resulta insuficiente
para una película con multitud de temas como el del personaje derrotado que tan
sabiamente supo reflejar en parte de su filmografía, así como otros temas como
la doble moralidad, la política, el desengaño…Aun así esa falta de amor que
ataca al personaje desde el primer momento y el mal presagio con esas vistas
del volcán están bien enfocadas. Precisamente este Bajo el volcán también auguraba una época en el cine caracterizada por directores muy preparados, pero con mediocres guionistas y escritores.
25/10/2023
Centenario de la Disney: La isla del tesoro (1950)
17/10/2023
Hasta siempre, Pumares
─Sí, buenas noches, ¿dígame?
─Hola Carlos, ¿Qué tal?
─Fatal
─¿Por qué?
─Porque estoy trabajando
Este era uno de los comienzos habituales de las llamadas a
Carlos Pumares en el Polvo de estrellas de Antena 3 Radio, programa cinematográfico
que amenizó las madrugadas en una primera etapa desde 1982 hasta 1993. Con la
entrada del Grupo Prisa a la citada emisora, varias de sus estrellas marcharon,
aunque él se quedó dos años más si mal no recuerdo, pero el horario cambió y
pasó a emitirse a las 20h y ya no era solo de cine, ahí Pumares dio espacio
para la medicina natural, gastronomía, etc. No era tampoco ningún cambio brutal
ya que le gustaba hablar de ello a menudo. Por desgracia esa Antena 3 Radio
pasó en un año a ser "Sinfo Radio", una emisora solo de música clásica y Pumares se fue a la calle. Encontró ubicación en Radio Voz, emisora gallega cuyo proyecto
era emitir para toda España, en Barcelona donde vivía no se escuchaba, así que
le perdí la pista en 1994.
“A mí me han echado de todos los sitios y me gustaría seguir
haciendo radio, pero no me llaman, solo me recuerdan por el Fibergrán”, esta fue
una de las cosas que me dijo en la sala 4 del Cine Verdi mientras esperábamos
el comienzo de una película que se llamaba La vida sin Sara Amat del "BCN Film Fest", me encantó
esos días poder haber hablar con él y le agradecí todo lo que había aprendido, confieso que al principio me dio miedo entablar conversación,
soltarle algo que le enfureciera y me enviara a paseo, pero no fue así. Él puso
de su parte y empezó diciéndome: “Lo bueno de este festival es que tiene unos horarios
decentes, no como en Sitges que tenemos que ir en pijama, aunque ese es el
mejor de todos”
Conviene aquí hacer una parada en el texto y explicar qué es
eso del "Fibergrán", a principios del 2000 Pumares pudo volver a hacer radio por
la madrugada, fue a Onda Cero y entre película y película volvía con la
medicina natural porque “ya ven ustedes los japoneses lo que duran”, en una de
las llamadas con el doctor, este recetó a una mujer una medicina que se llamaba así,
Fibergrán, la mujer no entendió bien el nombre y Carlos se prestó a ayudarla, el resultado fue este:
Puede que esto contribuyera a que Javier Sardá lo fichase para
Crónicas Marcianas, ahí explotó y aumentó al máximo el personaje gruñón muy
seguro de tener la razón, los que lo conocíamos no nos chocaba el fondo ya que
repetía manías suyas como que la tortilla de patata es “solo de patata, sin cebolla”,
recuerdo una vez que abrió el programa de radio diciendo que no le llamaran
porque tenía que explicar algo grotesco que le había pasado, con voz serena
empieza a contar que pide una tortilla de patata en un hotel, creo que dio el
nombre, y que cuando se la sirven resulta que “me han puesto calabacín, qué vergüenza, ese
cocinero tendría que ser expulsado” y etc., esta última frase gritando y luego preguntando a los oyentes qué les había parecido ese "atentado culinario". Uno oyéndole hasta disfrutaba, era la
madrugada, por lo que si alguien había sintonizado su programa para abrazarse a
Morfeo, quedaba de nuevo desvelado por completo.
Sin embargo, entre esas extravagancias y su buen paladar,
siempre repetía que iba a los restaurantes "Hispania" de Arenys de Mar con su habitual descripción inicial que era un lugar donde uno se jugaba la vida por una pirueta que había que hacer
en la Nacional II y al "Giorgio" de Segur de Calafell al que le pedía que
sirviera meriendas también, estaba el de un hombre culto, un cinéfilo que amaba
el cine y que no le importaba decir si tal director venerado no le gustaba. A lo largo de los años ha tenido sus fobias, Hitchcock no era de sus favoritos,
se ponía a explicar las chapuzas de sus montajes y a decir que Vértigo era mala
porque a Kim Novak no le habían hecho la autopsia, de Woody Allen decía que era
un gandul porque no realizaba el plano/contraplano, de Luis Buñuel dijo que El
ángel exterminador era una tomadura de pelo “como casi todas las de él”, que Spielberg tenia que ir al psiquiatra porque siempre está poniendo bicicletas, señal que no le comprarían una.... No
paraba de repetir que solo los grandes eran los que también hacían malas
películas y que una vez le llamó la mujer de Berlanga enfadada porque había
criticado Moros y cristianos, aquello le quedaría grabado porque no paró de
repetirlo.
“Yo empezaba después de García y este decía al acabar que era ya muy
tarde y que tenían que ir a dormir los oyentes, yo me enfadaba, pero es una gran persona”,
esta fue otra de las frases que me soltó, añadiendo que cuando acababa, ponían
la repetición de Supergarcía y que cuando explotó la Guerra del Golfo, con
todas las noticias solo tuvo cinco minutos para poner una canción y dar paso
otra vez a García.
"Fatal, fatal"... Así creo que estamos bastantes desde que el pasado
12 de octubre la cuenta de Cinemasmusic comunicara su fallecimiento en el Twitter, hacía un
par de años que no sabíamos nada de él y al no acudir al Festival de Sitges el
año pasado ya temíamos que su salud estaba mal. Muchos han sido los mensajes de
afecto hacia su persona desde este mundo cinéfilo y casi todos se podrían
resumir en que supo transmitirnos una afición al cine y aunque se enfadase o
cortase la llamada, detrás había un buen tipo tal y como pude corroborar hace 4
años. No olvido aquellos especiales del monolito del
2001, los especiales de Qué bello es vivir (¿Recuerdan la escena cuando en El Crack 2,
Alfredo Landa va a ver a Arturo Fernández? Se oye en la radio la voz de Martín
Ferrand dando paso a un especial de Nochebuena de Pumares), la reivindicación
del cine cómico mudo y sus admirados Stan Laurel y Oliver Hardy, con qué pasión
explicaba sus gags…
Creo que sería injusto, aunque ahora me soltaría un grito,
recordar que antes de Polvo de estrellas, había escrito varios guiones
“espantosos todos ellos”, según él: La casa de las chivas de León Klimovsky, en
su día todo un gran éxito de público a partir de la obra de Jaime Salom, Separación
matrimonial de Angelino Fons, otra película que dio su dinero y tocando un tema
polémico entonces, el estilo más que de dramón mexicano como alguno comentó,
era más parecido al francés, con un final poco usual en el cine patrio. Luego
vino Una mujer prohibida de José Luis Ruiz Marcos, incursión en el cine negro y
El extraño amor de los vampiros otra vez colaborando con Klimovsky aunque en
esta ocasión la película apenas tuvo difusión comercial. Para TVE escribió los
guiones de El hotel de las mil y una estrellas, algo que años después declaró un
gran error. En todos ellos aparecían otros nombres, pero él repetía que quien
los había escrito en su totalidad era él. Y seleccionaba la película de La clave de José Luis Balbín.
Y de paso, acabo reivindicando el Polvo de estrellas televisivo del que nadie habla ( a
ver si en Antena 3 TV pudieran poner un archivo para poder consultarlos) ahí daba
paso a varias películas y entre ellas ofrecía entrevistas, información
cinematográfica, etc. La cadena privada no gozaba de un gran catálogo de
títulos por lo que la elección resultaba dificultosa. Si no recuerdo mal, una
de las primeras que emitió fue El ladrón de Bagdad y La Kermese heroica
curiosamente emitida en VOSE. Aquello no duró mucho y dejó de presentarlo tras
unos meses, hasta apagaba el cigarro delante de todos, así era él, sincero,
provocador, culto y buen tipo, pero ante todo un crítico cinematográfico que además era cinéfilo, pocos quedan que reúnan las dos condiciones.
11/10/2023
El sur (1983) inacabado de Víctor Erice
La última y maravillosa película de Víctor Erice aparte de
traer serenidad al cine actual tan necesitado de esta, también ha despertado la
curiosidad de varias generaciones que no les sonaba para nada su nombre. La
última película suya databa de 1992, han pasado nada menos que 31 años para
poder ver una nueva obra suya en pantalla grande. La crítica no ha reaccionado
de manera tan uniforme como en aquellas únicas tres obras que nos brindó. Esta
vez ha habido de todo, desde decir que es una obra maestra o un sopor
inaguantable, pero lo que llamaba la atención en alguna era cierta
desmitificación de su figura al exponer que más bien solo había realizado una
película de verdad, su ópera prima El espíritu de la colmena, ya que El sur era una obra
inacabada y El sol del membrillo un documental.
El estreno de Cerrar los ojos ha traído consigo la
reposición de sus dos primeras películas en algunas ciudades, no así de El sol
del membrillo que a pesar de contar con una nueva copia digital en 4K realizada
por la Filmoteca de Catalunya en el 2017, no podemos disfrutar de ella comprando
el Blu-Ray o DVD correspondiente o viéndola por televisión, misterios sin
resolver y por desgracia habituales ya… Mientras hacía cola en el cine (sí, he
escrito bien…) me comentaba una persona que había visto por primera vez El sur
y que se había aburrido “porque era muy lenta”, me lo repitió más de una vez, le
dije que estaba inacabada y si tenía conocimiento de ello, la respuesta fue
negativa, me reiteró que esperaba que esta fuera más divertida porque estaba
rodada en Granada…Me vinieron a la cabeza unas palabras del propio Erice en las
que comentaba que las películas una vez realizadas ya no son del director, sino
de la gente.
El sur es de 1983, 10 años después de su ópera prima, el director admitía no saber contestar a la eterna pregunta de tal tardanza: “He hecho El sur forzándome a mí mismo, un poco para poder comprender por qué he tardado diez años en hacer una segunda película” (Presència, mayo 1983). Su vuelta al cine por desgracia fue frustrante ya que es una película tal como él decía “inacabada como relato cinematográfico”, aunque tuviera la crítica a su favor.
Ángel Fernández Santos con el que escribió el guion de El espíritu de la colmena y que estuvo un tiempo también trabajando en este, contaba lo siguiente: “la historia que Erice manejaba, era el resultado del encuentro de otras dos. Una, que transcurría en una ciudad castellana, procedía de un relato ideado por Adelaida García Morales, su mujer. La otra era de cosecha propia de Erice, parte de una saga familiar andaluza en la que años antes había trabajado. El encuentro entre las dos historias se había producido de una manera natural y creaba algunas dificultades de síntesis, pero no insalvables. Erice la salvó durante el pasado verano y el guion quedó terminado a finales de julio (…) hoy supe después por los periódicos que el rodaje se había interrumpido semanas antes de lo previsto, dejándose sin filmar la parte específicamente sureña del relato (…) (El País, 9-V-83). Así pues, un guion que estaba en torno a las 1000 páginas se redujo a unas 500.
La decisión de tal supresión fue del productor Elías
Querejeta que le había financiado su primera obra, a lo largo de los años
eludió el tema cuando se le preguntaba: “El sur es un filme acabado que hay que
contemplar tal como es. Si el rodaje se suspendió o no, es algo marginal a la
propia existencia del filme” (El Periódico, 28-V-83). Erice tampoco fue muy
proclive a hablar del tema: “El rodaje fue detenido, en definitiva, yo lo he
aceptado, esto, aunque no me pueda solidarizar con todas y cada una de las
secuencias que el hecho comporta, a pesar de comprender algunos de los motivos
(…). Yo soy consciente que el cine es un proceso industrial y lo asumo con
todas las consecuencias (…) lucharé, si puedo, para completar esta historia (…).
En cuanto los motivos que el rodaje no continuara, no quisiera entrar, no
quiero polemizar ya que el productor no está presente aquí y respeto
absolutamente su opinión.”
La relación entre los dos se enfrió, eran amigos, pero
siguieron respetándose, quizá porque cada uno sabía de sobras cómo funciona el
cine, sin Querejeta no hubiera habido El espíritu de la colmena y tal vez ni
estaría hablando hoy de Erice porque lo mismo ni hubiera podido rodar nada. Cuando la
productora dio la orden de la suspensión, todo el equipo estaba ya preparado
para partir hacia Carmona (Sevilla). El director sabía hasta la hora del tren, y
los actores, entre los que se encontraba Fernando Fernán Gómez, estaban todos
contratados. Tanto director como productor hicieron público un documento
firmado por ambos, donde se hablaba de la suspensión del rodaje, pero en el que
se consideraba también la posibilidad de reanudar la película hasta completar
el proyecto original.
Sin embargo, se produjo otro hecho que no gustó a Erice, Querejeta
quiso llevarla al Festival de Cannes y el montaje se tuvo que apresurar, Erice
comentaba que no era partidario de llevarla: “hemos tenido que acabar la película demasiado
rápido, acelerar las mezclas de sonido. De aquí que el trabajo de la música no
haya sido tan cuidado como hubiese deseado” Su pase por Cannes no fue del todo
afortunado como se preveía, ya que se proyectó en la jornada postrera y pasó
casi desapercibido. Al día siguiente se estrenó en Madrid con gran entusiasmo
de la crítica, sin apenas objeciones a por qué no se había acabado. Un total de
437.581 espectadores la vieron durante los meses que estuvo en cartel, una
cifra algo anodina e inferior a los 534.362 de El espíritu de la colmena.
Desde entonces, en cada visionado de El sur, para los que sabíamos los entresijos de la producción, nos imaginábamos qué hubiera podido ser, en algunos programas como Qué grande es el cine en 1996, Juan Cobos y Miguel Marías que habían conversado con Erice de esa parte no rodada, hablaban de un gran festival de colorido, del personaje aventurero que encarnaría Fernán-Gómez y un tono que probablemente incluso hiciera cambiar la imagen de Erice de director frío, casi nórdico. Se remarcaba que el director no quería hablar del tema y eso lo dijo con la condición de tener el magnetofón cerrado.(Pueden verlo en el siguiente vídeo al final del párrafo, a partir del minuto 43:22, se desvelan partes de la película por si no la han visto).
Quedan muchas preguntas ya sin respuesta y varias contradicciones, como que Erice ya sabía que no habría continuación cuando montó la película. Y cuando uno ve El sur ha de verla por lo que hay, tal como decía Querejeta: “Ni una película ni un poema han de medirse por lo que sucedió durante la creación”.
En todo caso, ese qué pudo ser ya casi forma parte de la
mitología de El sur, incluso viendo Cerrar los ojos uno se puede preguntar si
ahí había algo del guion frustrado, como lo hay de El embrujo de Shanghai que no pudo realizar con el guion hecho. La historia del cine está llena de finales
cambiados o montajes alterados (piensen en Orson Welles con El cuarto
mandamiento, Sam Peckinpah con Mayor Dundee, Billy Wilder con La vida privada
de Sherlock Holmes…), así que imaginémonos, si acaso, en palabras de Erice ese
final “con acento romántico en su búsqueda incesante, siempre hacia el sur,
cada vez hacia el sur, hacia los misteriosos y sabios Mares del Sur de Robert
Louis Stevenson”
El reportero (Michelangelo Antonioni, 1975)
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